EL HOMBRE QUE SUSURRABA A LOS MUERTOS

Esta mañana escuchaba intensos debates por parte de distintos periodistas y casi todos estaban de acuerdo en que era inaceptable que el Ministro Illa se marchara del cargo en un momento en que de nuevo la pandemia nos castiga seriamente.

Cierto es que cuando Salvador Illa es nombrado Ministro de Sanidad nadie se esperaba el tsunami que nos ha traído el Covid 19.

También lo es, que a dicho Ministerio se le habían ido quitado competencias hasta convertirlo en un cascarón vacío con poco equipo y con funciones que básicamente se reducían a las labores de supervisión del cumplimiento de las competencias delegadas a las Comunidades Autónomas. Aunque, por lo que yo he aprendido en mi vida profesional es la mayor y más importante competencia.

Pero como quiera que en los nombramientos para el ejercicio de lo público ya nos hemos acostumbrado, hace años, a que no se realicen en función de la competencia personal y profesional de los designados, sino a espurias razones, cuando llega una etapa de crisis como la que estamos viviendo, la falta de competencias de un Ministro origina que los resultados de gestión sean todavía peores.

Un resultado malo en la gestión de cualquier Ministerio es algo bastante nefasto para un país, porque los educados saldrán peor formados, la economía no irá igual de bien, la agricultura se resentirá, y así, cualquier de los Ministerios que tenga un patán a su mando. Pero cuando hablamos del Ministerio de Sanidad, y encima con la que se nos ha venido encima, no es algo malo, sino algo dramático, porque dicha mala gestión se mide en número de fallecidos.

Dicen de él que es un hombre tranquilo, discreto, que habla flojito, que no se enfada nunca y que es muy amable. Llega al ejecutivo de Sánchez por su autoridad interna en Cataluña, como representante de una fuerza territorial clave para el sostenimiento de la mayoría, es decir, con un objetivo político.

El señor i Roca (por parte de madre) es un fruto casi puro de la política de la que hizo hace tiempo su oficio. Prácticamente no tiene experiencia fuera de ella, es hombre que vive de la política porque se ha dedicado completamente a ella. 

Pero lo cierto es que este señor tranquilo:

  • No hizo su trabajo anunciando la llegada de la pandemia porque había un objetivo entonces, el 8 M, al que daban mucha importancia en el gobierno del que pasó a formar parte.
  • Nos mintió diciendo que España estaba preparada si es que llegaba la pandemia.
  • Fracasó estrepitosamente en la gestión del mando único
  • No fue capaz de abastecer al país del material sanitario necesario.
  • Nos mintió con lo de las mascarillas.
  • No ha sido capaz de montar un verdadero comité de expertos
  • Nos ha mentido con el número de fallecidos.
  • Ha propiciado que algunas empresas catalanas afines a su causa se pongan las botas en las compras fallidas.
  • No ha sido capaz, tal y como prometieron, de mejorar la legislación para poder combatir el Covid sin utilizar el Estado de Emergencia.
  • Y remata la jugada impidiendo que se introduzcan modificaciones en la situación actual sencillamente porque, de lo contrario, pondría en peligro la celebración de las elecciones catalanas. Estamos igual que al principio con el 8M, da igual el número de muertos, hay un objetivo político (que solo les beneficia a ellos) y lo tienen que conseguir a toda costa.

Eso si, tenemos que reconocer que todo esto nos lo ha hecho en voz bajita, casi susurrando. Nos la ha ido clavado, una tras otra, con buen talante y de una forma discreta.

Tengo que reconocer que cualquiera que hubiera llegado a su Ministerio se hubiera enfrentado a esta pandemia en ese Ministerio con pocos mimbres y con la necesidad de apoyarse en el equipo que había, y también es posible que desde el Gobierno no le hayan dotado de más medios con mayor generosidad y urgencia.

Pero lo anterior no justifica en absoluto la pésima gestión del Sr. i Roca (no sé porqué hoy me estoy acordando hoy tanto de su madre). Cuando acepta el cargo, asume las responsabilidades que conlleva y si no es capaz de sacarlo adelante, si tuviera vergüenza, lo que tendría que haber hecho es marcharse hace tiempo. Claro que es posible que no tenga vergüenza.

Jamás lo hemos visto visitando hospitales, visitando morgues, hablando con familiares ni, tan siquiera afectado cuando habla del número de fallecidos. Todos hemos visto a Ministros del Interior en el entierro de víctimas del terrorismo, a nuestras Majestades visitando damnificados por catástrofes, Presidentes del Gobierno afectados por desgracias nacionales, pero NUNCA he visto una imperturbabilidad como la que ha demostrado este señor que, a la postre, ha sido el responsable de la materia más sensible que puede haber para el ciudadano, la salud pública.

No, no estoy de acuerdo con los periodistas en que no debería marcharse, que se marche, por favor. Lo malo es que no se marcha despedido a su casa o lo que sería más de mi agrado, que se marche porque lo reclama la justicia.

Tanta paz lleve como descanso deja.

José García Cortés

        26-1-21

LA FUERZA DE CADA UNO DE NOSOTROS

Está claro que la evolución de la tecnología ha aumentado la capacidad de los analistas para medir todo tipo de información, generando con ello un movimiento, que ya no solo es analítica web, sino que genera inteligencia y recomendaciones de negocio mezclando todos los datos disponibles. Le llaman el oro negro moderno.

Las cifras que se utilizan marean un poco y rompen los esquemas clásicos.

Así vimos como Facebook adquirió WhatsApp por un precio final de 21.800 millones de dólares, una empresa que ronda los 200 empleados. Pero su valor real es que tiene más de 600 millones de usuarios mensuales, según datos de Bruselas.

En la actualidad, la plataforma de la red social de Facebook cuenta con 1.300 millones de usuarios en todo el mundo, de los cuales 300 millones utilizan igualmente la aplicación Facebook Messenger.

Todos hemos comentados cómo las redes sociales han evolucionado hasta el punto de tener influencia en la actividad política, económica y social de los países del mundo y que, precisamente por eso, las empresas, los políticos, deportistas, artistas, periodistas y los grandes líderes han entendido que necesitan presencia en las mismas para llegar cada vez más a sus seguidores y logar acercarse a ellos. 

Cierto es que también son un medio de manipulación importante por parte de aquellas personas con poder suficiente, pero no me quiero centrar en ese tipo de riesgos aquí, sino en la fuerza, consciente o inconsciente que tenemos cada uno de nosotros, como integrantes de una sociedad civil, en España y en cualquier parte del mundo.

Seis años después de que WhatsApp fuese adquirida por Facebook, ésta decide aplicar uno de los objetivos iniciales de la adquisición (aunque lo negara inicialmente): compartir los datos de los usuarios de WhatsApp con Facebook, y anuncia una serie de cambios en los términos de uso y política de privacidad que obligará a los usuarios a compartir sus datos con Facebook para poder seguir usando la app.

Inmediatamente comienzan a circular por redes sociales mensajes, por supuesto también WhatsApp, de reacción contrarias al uso de las fotos y de la información por parte de Facebook y movimientos de fuga en dichas aplicaciones.

Ante dicha avalancha de quejas y la marcha de un número importante de usuario hacia otras plataformas, WhatsApp, recoge velas y anuncia que no se realizará ningún cambio hasta medidos de mayo.

Este hecho me ha traído a la memoria las grandes manifestaciones que hemos tenido en España, con asistentes de más de un millón de personas en todas elllas, bien sea al inicio de nuestra democracia (todavía en un estado franquista), como después de la primera amenaza de ruptura de nuestra democracia con el 23 F, cuando la muerte de Miguel ángel Blanco o como consecuencia de los atentados de Atocha.

Es cierto que en situaciones de pandemia como las actuales, las manifestaciones físicas resultan imposible, pero tenemos a nuestra disposición las redes sociales para plasmar, de la manera más espontánea, lo que pensamos y/o somos.

Es cierto que existen escritores, locutores de radio, conductores de programas, políticos,…. que emiten opiniones y son escuchados por sus seguidores, pero con las redes sociales, donde todos somos iguales y podemos expresar libremente lo que pensamos, podemos manifestar nuestros apoyos y nuestras oposiciones con la posibilidad de que, sumados cada uno de nosotros, nos convirtamos en una gran masa y podamos ser “virales”, por utilizar una terminología al uso.

Y aunque también la larga mano de los censores llega a los medios de comunicación y a las redes sociales, estoy de acuerdo con el artículo Carmen Álvarez (La Gaceta de la Iberosfera), no callemos y, si nos cierran las cuentas, abramos otras, pero ejerzamos nuestra libertad, no renunciemos ni a un milímetro de ella.

Seamos conscientes de la fuerza que puede llegar a tener una sociedad civil, incluso de forma espontánea, que ha obligado a uno de los gigantes de la información dar marcha atrás en sus pretensiones de doblegar a su mercado.

El único requisito es mantenernos vivos, que no seamos comodones y que estemos dispuestos a expresar nuestras opiniones como lo hizo Garcilaso, tomando ora la pluma ora la pancarta.

Según se pueda.

José García Cortés

         23-1-21

EL SUSODICHO DE LA SEÑORA BERNARDA

Me he estado informando, incluso con algunas personas que intervienen directamente en las vacunaciones, y me cuentan que hay muchas personas que no están queriendo ser vacunadas, incluidos sanitarios.

También en estos días estoy escuchando extensos debates acerca de los derechos fundamentales y de que no puede ser obligatoria la vacuna para nadie, ni tampoco la puesta en marcha de una cartilla de vacunación.

Todo ello porque al parecer atenta contra el artículo 14:Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.”

Ninguno de nosotros puede circular por las carreteras por dónde y como quiera, ya que estamos sujetos a unas normas que nos obligan, bajo fuertes multas, e incluso la cárcel, a su cumplimiento.

Tampoco conozco a nadie que quiera pagar libremente sus impuestos, pero nos lo son exigidos punitivamente con apercibimientos, recargos, embargos y también incluso la cárcel cuando los temas superan una determinada cuantía.

Ni que decir tiene, que no podemos ir por la calle insultando o agrediendo a otras personas sin que ello tenga consecuencias.

En definitiva, hemos tenido la libertad de elegir vivir en una sociedad que tiene sus normas para que exista una convivencia posible entre los ciudadanos y normas que persiguen la protección de la sociedad y su mejora futura. Como contrapartida, hemos elegido libremente también cumplir las normas de la sociedad en la que vivimos.

La pandemia del Covid (y lo mismo creo que se podría afirmar con otras enfermedades vacunables), no deja de ser una agresión externa que ataca a la sociedad y ésta tiene que protegerse para no sucumbir.

Con más o menos acierto (más bien con menos), los gobernantes han adoptado y adoptan medidas que obligan a sus ciudadanos a cumplir ciertos comportamientos, mascarillas, distancias de seguridad, restricciones de aforo, perimetración, confinamientos y unos magníficos estados de alarma.

Todas estas medidas, insisto, más o menos afortunadas, se toman en beneficio de la sociedad, para salvar vidas y para minorar los desgraciados efectos económicos que además conlleva la pandemia, pero coartando siempre, en mayor o menor medida, las libertades individuales y colectivas de los ciudadanos.

Hemos llorado, implorado y suplicado la llegada de la vacuna para acabar con esta maldita lacra del Covid, y ahora cuando llega, hay gente que no se la quiere poner apelando a sus libertades personales.

¿Acaso estas personas que no se quieren vacunar si enferman van a renunciar a ser atendidos para salvar su vida, consumiendo recursos públicos?, ¿acaso esas personas que con su falta de vacunación (por tanto no contribuyen a mejorar la recuperación económica) van a poner dinero para paliar la situación de miseria en la que han entrado muchos conciudadanos?

En un país en el que tenemos una cartilla internacional de vacunación para enfermedades tropicales, que tenemos una cartilla infantil de vacunación, carnés de jubilados, DNI’s, de circulación, profesionales, de clubs,…. ¿nos planteamos si es bueno tener una cartilla de vacunación?, ¿pero estamos tontos o qué?.

¿Qué diferencia hay entre una persona que no se vacuna y que si contrae el Covid puede contagiar a otros ciudadanos induciéndoles un mal (o incluso la muerte) y el kamikaze que conduce en dirección prohibida? ¿porqué se consiente la primera y no la segunda de las actitudes.?

Es en estos momentos complejos y difíciles cuando más se necesitan líderes políticos que ejerzan su función con la máxima responsabilidad, en España, para salir de la crisis a través de la toma de decisiones que no son populares, nos encontramos con unos blandengues a los que les tiembla el pulso y no están a la altura de lo que se necesita de ellos.

Lo malo, es que estos comportamientos que están demostrando hacia sus representados y a la falta de valor para tomar las decisiones que corresponden, supone un coste en vidas más alto de las que corresponden (y por supuesto de las que se contabilizan) y de un mayor  aumento de nuestro sacrificio económico.

Al parecer, la famosa frase que hace referencia a la señora Bernarda, quien parece ser que en el siglo XVI se ganaba la vida como santera (unos la ubican en Granada y otros en Ciudad Real) era capaz de conseguir curar múltiples dolencias con el solo hecho de introducir la mano dentro de su vagina.

Qué pena que ya no esté esta señora para que la visiten nuestros políticos y que les pudiera curar su terrible dolencia de “nohagoloquedebo sinoloquemedavotos”.

Estamos “apañaos”

José García Cortés

       17-1-21

Viene 2021, ¿Qué puedo decir de 2020?

Año de aprendizaje para todos.

Vivíamos y, aun seguimos haciéndolo, con la confianza y seguridad de ser la especie dominante en este planeta.

Si bien atendemos nuestras necesidades mas inmediatas, no miramos mas allá de “unos metros”.

No parece llamarnos la atención que nuestra casa, nuestro planeta, esta sufriendo por nuestra manera de vivir y comportarnos.

Aquellos de entre nosotros que son sabios, nos dicen que en la historia de la humanidad siempre han existido ciclos. Altibajos, por decirlo mas llanamente. Por ejemplo, hace 15.000 años hubo una glaciación, que durante miles de años llevó los océanos a niveles increíbles: 60 metros mas abajo. Las líneas de costa eran otras, islas que ahora son entonces estaban unidas a continentes, como es el caso de Gran Bretaña.

Ambientalmente hablando, el planeta sigue su ruta.

El planeta y la vida tan diversa y sorprendente que alberga. Desde las moléculas mas pequeñas, pasando por los priones, virus, bacterias, seres multicelulares hasta la asombrosa ballena.

Todo tiene un equilibrio. Unas reglas propias. Son las reglas que rigen en la vida natural, en la biología, en el planeta, en el universo. Nosotros formamos parte de la diversidad biológica de este mundo.

En cualquier momento, puede suceder que una de las tipologías de seres microscópicos, evolucione y progrese. Y se da el caso de que puede no saber que somos la especie dominante.

Humildad. Pienso que nos hace falta. Aprendamos.

Hace mas de 5 años, la OMS avisó del próximo reto para la salud de la humanidad: no era el cáncer, sino las enfermedades infecciosas y agentes resistentes a la farmacología.

Este año tan difícil esta lleno de datos, de información. Existe una desbordante pléyade de datos que describe lo que ha ocurrido y esta ocurriendo con esta pandemia. Algunos de mis amigos y conocidos, algunos muy mayores y otros no tanto, me confesaban que la evidencia de lo que esta ocurriendo es tan abrumadora e inquietante que… preferían no saber por algún tiempo.

¿Cómo era eso de prepararse para la adversidad? ¿Sirve para esta situación?

Es necesario un cambio de paradigma. Es necesario ser de otro modo. Es necesario modificar enfoques y formas de abordar nuestra relación con el mundo. Sabiduría.

Seamos distintos y mas sabios. Miremos el universo como lo que somos, una pieza engranada en ese equilibrio que, aunque no nos demos cuenta, se impondrá con unas reglas que trascienden nuestro dominio.

Tengo en mi teléfono fotos de mis nietos: Max (9 meses) y Bruno ( 3 años y medio casi). Los miro y tengo que recapacitar. ¿Que clase de mundo les estoy dejando?. No se trata de rasgarse las vestiduras. Se trata de ser analíticos, de ser inteligentes.

Con los recursos de que disponemos, seamos organizados en lo que importa, pongámonos en pie para buscar soluciones en las materias realmente importantes y miremos con visión positiva y optimismo cuales son nuestras alternativas como generación.  Visión positiva.

Por mi experiencia personal, se de aquello de “tropezar”, equivocarse, caer en zonas negras en la vida emocional y estoy seguro de que con fortaleza y determinación debemos perseverar en nuestra mejora de la gestión de los recursos y de nuestros hábitos de vida. Fortaleza y determinación.

Acaba 2020. Nos ha abierto un libro lleno de lecciones.

Aprendamos, seamos humildes, tengamos la sabiduría necesaria para analizar como mejorar, progresar, llevando con nosotros el progreso de nuestro planeta, hagámoslo con inteligencia y miremos al futuro con la fortaleza que requiere superar esta crisis. Avancemos en nuestro viaje vital.

Cuando llegue 2021, seamos los nuevos guerreros que logran el cambio de nuestras vidas y afrontemos el reto que tenemos delante.

Un abrazo, queridos viajeros.

Raúl Ramos de la Plaza

       25-12-20

FELIZ NAVIDAD

Ya es Navidad, una de las festividades más importantes del cristianismo, que conmemora el nacimiento de Jesucristo en Belén y que se celebra el 25 en la Iglesia católica, en la Iglesia anglicana, en algunas comunidades protestantes y en la mayoría de las Iglesias ortodoxas, es decir, lo celebran muchos millones de personas.

Nuestro querido Sr. Presidente del Gobierno lo llama las “fiestas del afecto”, en un intento de descristianizar la Navidad, pero afortunadamente no al de unirse a insignes países que no celebran estas fiestas como Arabia Saudita, Argelia, Irán, Tayikistan, Somalia,…

Está bien, pero en el fondo, dentro de las tradiciones navideñas cristianas (de más de dos mil años), o del también querido Papá Noel (al parecer basado en la figura del obispo cristiano de origen griego llamado Nicolás, que vivió en el siglo IV en Anatolia) o bien en las nuevas fiestas del afecto (de más de dos mil minutos), la más importante es la de expresarnos todos los buenos deseos y repartir regalos en señal de afecto. Y esto no ha cambiado

Al Sr. Otegui los jueces, ataviados con un magnífico traje de San Nicolás, le han traído su deseada repetición del juicio. Cuidado con lo que deseas, le dijeron, se puede cumplir.

También el Sr. Ábalos, con el permiso de la Ministra de Exteriores, ha enviado una felicitación navideña a Delcy Rodríguez. ¡uy!, una felicitación del afecto quería decir. Y otra muy cariñosa al Sr. Otegui, con el sincero deseo de que siga siendo uno de los ejemplos democráticos de este País.

Otra felicitación navideña (ahora si) ha recibido Margarita Robles de los militares retirados, manifestando que se encuentran “armados de buenos deseos” y con ganas de “intervenir activamente” en las fiestas.

Un magnífico libro me consta que han pedido a los Reyes Magos para María Jesús Montero, no recuerdo bien el título, pero es algo de “huyendo del lapsus linguae”, para que en el próximo año, las «personas actuales», con su «situación individual de cada uno» lo sean «desde el final del día a la noche». 

También Iván Espinosa de los monteros ha felicitado a Carmen Calvo para que el próximo año por fin se restituya la confianza que nunca ha tenido el Gobierno.

El Sr. Iglesias no ha querido pedir nada a los Reyes (excepto que se marchen) porque, todo lo “real” le produce una especie de sarpullido que trata de evitar, pero como quiera que desde su propia formación el Sr. Garzón le ha dicho que la celebración de un referéndum sobre si el modelo de Estado debería ser la monarquía constitucional o una república «no es un elemento de naturaleza urgente» porque hay «problemas de mayor importancia«, éste ha encargado a una sombrerería especializada un gorro de grandes dimensiones que de cobertura a la cabezonería del Sr. Iglesias. Por supuesto, con la adecuada protuberancia para dar cabida a un espléndido moño.

Más trabajo van a tener los pajes y las pajas con Irene montero para encontrar una solución al machismo recalcitrante de Papá Noel. Y todo ello por no querer acudir al santoral cristiano donde tiene una fácil solución con Santa Nicolasa, cuya conmemoración se celebra el 6 de marzo.

Para el Sr. Marlaska se han pedido unas pateras para jugar al juego de “Lampedusa”, en el que está demostrando unas habilidades excepcionales y también un muñeco de Pinocho. No sé muy bien porqué será.

También han pedido un grupo de rastreadores especiales para los otros miembros y miembras del actual Gobierno, Reyes Maroto, Luis Planas, Carolina Darias, José Manuel rodríguez Uribe, Pedro Duque, José Luis Escrivá y Manuel Castells. En cuanto los encuentren y sepan a qué se dedican, tienen instrucciones específicas de felicitarles las fiestas y desearles que sigan haciendo lo mismo el próximo año.

Y por último, nuestro querido Sr. Sánchez, que nos ha regalado a todos los españoles unos magníficos días de confinamiento para que podamos descansar de sus soporíferas y vacuas apariciones. A cambio, nos ha pedido que le regalemos, para el 2021, dos nuevos juguetes: el “Ministerio de la Verdad” y el castillo del “Asalto a los Jueces”. Ha prometido jugar mucho con ellos.

La verdad es que todos son alegrías y buenos deseos si no fuera por la enorme cifra de ignorados fallecidos por Covid por parte de este Gobierno y por la inquietud que me genera que Salvador Illa y Fernando Simón hayan asegurado que la vacuna es eficaz contra la nueva cepa de Covid, de la que “no hay constancia” en España.

Dios mío, estamos perdidos.

José García Cortés

      22-12-20

SE LO LLEVÓ EL COVID

Dicen mis círculos familiares, y seguramente tengan razón, que soy un hombre de “sentimiento duro” y que no me afectan tanto como a otras personas aquellas cosas relacionadas con la muerte.

Es posible, aunque también puede suceder que, debido a mi condición de cazador, la asumo con mayor naturalidad que otros.

A pesar de eso, tengo que confesar que hay algunas muertes entre mis allegados que me han causado un especial y profundo dolor, tanto que ni siquiera las he aceptado, como es el caso de mi amigo Diego, con quien me negué a aceptar su ausencia.

Son contados los casos en los que esto me sucede, pero el desgarro espiritual que me provoca es muy intenso, hasta el punto, como dije, que mi mente las niega.

Puede haber algo bueno en dicha negación, pues ello hace que el recuerdo hacia dichas personas sea tan vívido que, si resucitaran ahora mismo, podría retomar perfectamente la última conversación que mantuve con ellos.

Es el caso de Juan Carlos Peláez, que nos acaba de dejar como consecuencia de los daños provocados por el Covid y a quien le dedico con todo mi sentimiento esta nota.

Su pérdida me produce ese dolor especial que me provoca la partida de algunos amigos y conocidos que tienen, como denominador común, el haber sido unas bellísimas personas y un ejemplo de vida.

No hacía falta haber ido a comer ni a tomar cañas con Juan Carlos para ser su amigo, solo bastaba conocerlo y surgía de forma natural, siendo siempre mérito suyo. Sencillo, cercano, amable y una magnífica persona. Todos los ingredientes.

Terminada su etapa laboral, era la época de disfrutar de la familia y los amigos, no era el momento de dejarnos huérfanos de su amistad. Pero este virus malvado nos lo ha arrebatado de esa forma tan criminal a la que ya nos empieza a tenernos acostumbrados.

Juan Carlos, tu recuerdo permanecerá vívido en mi pensamiento y estoy dispuesto a retomar, cuando proceda, la conversación donde la dejamos. Descansa en paz.

José García Cortés

    20-12-20

CADA PALO QUE AGUANTE SU VELA

Esta situación nos ha puesto a todos en un estado de alerta permanente, en una posición limite. Nos ha puesto y nos esta poniendo a prueba.

De esta situación sacaremos grandes lecciones, impagables experiencias, que nos harán mas fuertes, mas resistentes, y nos permitirán aumentar nuestras capacidades.

La clase política, ajena a lo que esta ocurriendo, cómodamente ubicada en su atalaya, sin tener que dar cuenta de su gestión, apareciendo cuando le conviene y escondiéndose cuando sopla el viento de cara.

Los demás, aguantando cada uno su vela, sin que nadie acuda a ayudarnos, únicamente los mas cercanos, la familia.

Sufrimos el vaivén de esta crisis, pandémica dicen, sistémica digo yo. Soportando la presión fiscal que permite al sector publico pasar indemne, soportando las inclemencias del mercado, asumiendo una volatilidad que no habíamos imaginado. Eso si, todo muy repartido, todo diluido en el colectivo de autónomos y asalariados que formamos el sector privado. Y mientras tanto ellos, endeudándose a nuestra costa, inventando ayudas, proponiendo soluciones que dilapidan nuestro futuro y el de nuestros hijos. Porque ya vendrá otro a hacerse cargo de todo, a pagar la resaca de una fiesta a la que no hemos sido invitados.

Esta crisis ha puesto de manifiesto la inutilidad del sector publico, su incapacidad, su imbecilidad. Esta crisis, pandémica dicen, se ha convertido en sistémica. Ha puesto de manifiesto la inutilidad de las instituciones y la grandeza de los valores personales, el individuo frente al sistema. El mejor ejemplo son nuestros sanitarios, nuestros médicos, que hacen que salgamos adelante por su capacidad individual, por su coraje, por su profesionalidad.

Las instituciones no han sido capaces de estar a la altura porque las instituciones son los que las dirigen y esos son personas que no hubieran sido aptos, lo que llamamos “inútiles” , o faltos de inteligencia, como los define el diccionario de la Real Academia de la Lengua, “ imbéciles”… No me cansaría de ponerles calificativos.

Sistémica, porque este sistema no da respuesta a las situaciones reales, es de cartón piedra. Mucha institución, mucha constitución, mucha ley… una caca.

No necesitamos este trampantojo a nuestro alrededor, somos gente sencilla, cada uno con su trabajo, su familia, sus gustos y aficiones, sus ideas. No necesitamos quien nos diga lo que hacer, lo que pensar, lo que opinar, somos gente madura con capacidad para tomar nuestras propias decisiones y, lo que es mas importante, respetar las de los demás.

Catalanes y Vascos, Castellanos y Andaluces, Gallegos,…. somos todos iguales, somos todos amigos, somos todos respetables y respetados.

Pero siempre hay algún necio (la RAE también acepta gilipollas) que, como inútil que es, se dedica a molestar, fastidiar, incomodar, maltratar, perturbar al resto de la clase. Estoy pensando en los tarados rufianes, iglesias, oteguis (estos últimos inquilinos de la cárcel) que han coincidido en el patio del colegio y que, como nadie les hacia ni caso, se han puesto de acuerdo en organizar su propio partido de futbol con el mas tonto de la clase, un tal Sánchez que aparece con un balón que lo mas probable es que sea robado.

Y todavía están por la primera parte, ganando por goleada, mientras nadie les apaga las luces del patio y, de una colleja, los manda a casa, porque a algunos no les quieren ver ni en su propia casa.

Rafael Valls

 15-12-20

TE VOY A CONTAR UN SECRETO

Qué suerte que vivo en España y gozo de un alto respeto por mi privacidad. Yo que soy persona discreta que me gusta en general pasar por la vida sin levantar polvo.

Qué suerte gozar de un secreto bancario, obligación impuesta a los bancos de no revelar a terceros, sin causa justificada los datos referentes a sus clientes que llegan a su conocimiento como consecuencia de las relaciones que lo vinculan.

Qué suerte contar con el secreto profesional, que obliga a los profesionales a no revelar la información que han recibido sobre mis bienes, cuentas o cualquier otro dato que les haya tenido que revelar.

Qué suerte contar en nuestro país una LOPD que me reconoce un derecho fundamental que se traduce en la potestad de control sobre el uso que se hace de mis datos personales.

Qué suerte disponer, para las conductas punibles relativas a un delito de revelación de secretos, de un Código Penal, que nos protege.

Qué suerte disponer de un “secreto tributario” que protege y reserva de la información obtenida por la Administración tributaria frente a su revelación a terceros y uso desviado de la misma.

Qué suerte disponer de todo esto.

Por eso “Flipo en colores”, dicho en manera coloquial, cuando pongo la televisión y veo que han montado toda una tertulia comentando que el Rey Emérito ha pagado a Hacienda 678.393 euros (no dicen nada de los céntimos) para regularizar su situación fiscal, y que la inspección tributaria está revisando al detalle…. tal cuestión y que el siguiente paso de dicha inspección es… tal otra.

Y no traigo el caso a colación porque el tema afecte a nuestro Rey Emérito, la misma sensación me produce cuando se “filtran” sentencias antes de que sean públicas o se revelan datos sobre la situación médica o familiar de las personas, aunque éstas sean “públicas”, por mal que me suene siempre eso.

Soy consciente de que el derecho a la intimidad, como cualquier otro, no es en modo alguno absoluto, pero desde luego, considero cuestionable que se pueda revelar ciertos datos amparados en el derecho de acceso a la información cuando ésta se obtiene incumpliendo el deber de secreto de funcionarios que, sin ser los dueños, tienen acceso a toda suerte de información privada de las personas.

Pero parece la permisividad en eso del “filtraje” de la información tiene bastante que ver con los intereses de los que están en posiciones de poder, y está siendo hábilmente utilizada por los miembros del actual Gobierno.

Pero seguro de que estas cosas pasan sin querer, y estoy convencido de que lo que realmente desean, es cumplir al máximo con la La Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Buen Gobierno, pero es que algunas veces se lían un poco.  Pobrecitos, con tanto trabajo…….

José García Cortés

      10-12-20

¿PORQUÉ NO TE CALLAS?

Ningún país de la U.E. ha reconocido la legitimidad de las últimas elecciones en Venezuela, sin embargo, Zapatero ha pedido a la UE que se las reconozca, que haga una «reflexión serena» y que se aleje de la política de la administración Trump.

La regulación del papel de los expresidentes del Gobierno es una de las asignaturas pendientes en España, a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, y en países europeos de nuestro entorno, en los que los expresidentes tienen un papel de representación institucional reglamentado, y lo mismo pueden acudir a misiones de paz que ser representantes del Estado en el exterior o cualquier otra función en esa línea.

El papel de los exmandatarios en España solo contempla privilegios, ninguna obligación (muy en la línea de todo lo que concierne a nuestros políticos). En otros países, sin embargo, se acercan al gobierno (o este les pide ayuda) en momentos críticos como el que vivimos.

La norma que regula el derecho de los expresidentes (de la etapa de Felipe González) les reconoce una pensión vitalicia, chófer, oficina y el tratamiento de presidente de por vida, pero como era poco, se amplió en 1992 y en 2008, Zapatero añadió: que, en caso de fallecimiento, las parejas de los ex presidentes dispongan de coche oficial y protección, si el Ministerio del Interior lo estimara necesario.

Pero yo me pregunto: ¿qué hace el Sr. Zapatero en Venezuela?, porqué tanto interés en defender lo indefendible en ese país. ¿Acaso es un mandatado del Gobierno Español?.

Parece ser que no, porque la Ministra de Asuntos Exteriores, Sra. González Laya, dice que el Sr. Zapatero: «Es un ciudadano libre de expresar su opinión sobre Venezuela» y que su mensaje sobre Venezuela “ni molesta ni interfiere en la Unión Europea».

La verdad es que este Gobierno nos ha mentido tantas veces, que no sería de extrañar que sí que sea un mandatario del Sr. Sánchez que, por cierto, fue el único Presidente de la U.E. que no recibió a Juan Guaidó.

En todo caso, no parece razonable que se considere al Sr. Zapatero como a un ciudadano de a pie a la hora de expresar opiniones que comprometen la imagen de nuestro país. No es un ciudadano de a pie el que tiene paga vitalicia, oficina, chófer,….. Hay cosas que no hacen falta que estén dentro de un reglamento, ya lo están en la decencia y en el sentido común que debieran estar en sus cabezas y que, obviamente, no están.

Pero teniendo en cuenta que cuando se aprobó la Ley de Transparencia en 2015 se concluyó que las agendas de los antiguos líderes serían privadas y que no tenían obligación de declarar lo que ganaban en empresas en las que prestaran sus servicios, cabría la posibilidad, si uno fuera mal pensado (Dios me libre), de que tuviera intereses espurios si recordamos que el Sr. Zapatero durante su mandato mantuvo como representante diplomático a Raúl Morodo, ahora investigado por la Audiencia Nacional.

Si este Gobierno actuara con la transparencia debida y obligada, debería lanzar al Sr. Zapatero un ¿Por qué no te callas?”, como hizo nuestro Rey Emérito en 2007 a Hugo Chávez, pero claro, comparar el nivel de nuestro Rey Juan Carlos con las del ínclito Sr. Sánchez es sencillamente imposible.

José García Cortés

     7-12-20

PATRIOTAS

Un amigo, al que quiero y admiro mucho, me dijo cuando empezamos la pandemia (y yo protestaba por alguna de las medidas del recién creado Gobierno):  Pepe, yo creo que es el momento de cerrar filas y ayudar en lo que se pueda.

Hoy ya llevamos el tiempo suficiente para poder juzgar con mayor conocimiento de causa, porque son muchas las actuaciones que han realizado en la gestión de la pandemia (de lejos el mayor de los problemas sobrevenido) como en su gestión política.

Las últimas actuaciones  en los pactos para sacar adelante su presupuesto y el comentario de nuestro querido Gobierno, raya el paroxismo cuando califica los votos de Bildu de «valientes y patriotas» tras su apoyo.

Debe ser que yo me he perdido el algún momento del camino, e incluso he tenido que acudir a consultar el diccionario por si tenía el concepto de patriota mal asentado en mi cabeza. Resulta que lo define como:

Persona que tiene amor a su patria y procura todo su bien.

Estos sucesores de ETA, con un historial de más de 3.000 atentados, 864 muertos y más de 7.000 víctimas.

Estos sucesores de ETA, que junto con los Nacionalistas imponen una bandera y una lengua distinta de la española, que marginan e incluso generan violencia contra lo español,  ahora resulta que son los patriotas.

Estos que abiertamente dicen tener como estrategia la de «tumbar el régimen en favor de las mayorías y los pueblos» y exigen la anexión de Navarra a una «república vasca confederal».

De los partidos catalanes nada nuevo hay que aportar, estos que ya han materializado su intento de sedición y por lo que se encuentran en prisión sus principales dirigentes. Estos también son patriotas.

Según el CIS, solo el 28% de los vascos apoya la autodeterminación, y según otra encuesta de La Vanguardia, solo un 30% de los catalanes quieren un referéndum sobre la independencia.

Estamos hablando de que el Sr. Sánchez gobierna dando satisfacción a un 0,7% de la población en el caso de los Vascos y a un 1,9% en el caso de los catalanes que tienen ambiciones de autodeterminación.

Obviamente esto se hace por el interés del principal apoyo que tiene el PSOE,  nuestro querido Sr. Iglesias, que a pesar de ocupar el puesto de Vicepresidente Segundo, declara que «Las ideas del comunismo, tan malversadas hoy, siguen siendo esencialmente justas y permanecen porque su noble utopía está por encima de las equivocaciones de los hombres».

El PSOE ha dejado pasar la oportunidad de pactar fácilmente con la oposición al albur de la mayor crisis sanitaria y económica de este país, después de la guerra civil, y ha preferido pactar con secesionistas y con sucesores de asesinos porque son más fáciles de comprar (obviamente con cargo al erario público) y les da cuerda para más rato.

La ambición personal del Sr. Sánchez, al pactar con aquellos ni creen en el Estado español ni se sienten vinculados a las instituciones españolas, ha quebrado el pacto constitucional que consolidó nuestro sistema democrático y ha emprendido un peligrosísimo viaje a ninguna parte con unos compañeros de viaje que representan toda una amenaza para la estabilidad y la convivencia democráticas.

No se si los actuales votantes del PSOE se sienten lo suficientemente desconcertados y traicionados por el Sr. Sánchez, pero seguro que sí lo estarían los socialistas asesinados por no rendirse ante una banda de asesinos.

Si el presidente del Gobierno considera que de la mano de Bildu y los golpistas de ERC España avanza «hacia un futuro de progreso», su concepto de futuro y progreso está en las antípodas de esa España de libertad que muchos defendimos.

José García Cortés

         4.12.20