Buscando elementos comunes entre los orígenes del nacionalismo catalán y el vasco, creo que podríamos convenir que los sentimientos de diferenciación política y cultural con respecto a otras regiones de España están muy relacionados con el desarrollo en su industrialización y el avance de sus urbes, en contraste con el resto del país, más agrario, rural y atrasado. Quizás por esa razón el nacionalismo gallego se desarrolló de forma mucho más lenta y con menor arraigo social, debido al atraso económico de la región y a una burguesía reducida
En ambos casos, intereses burgueses impulsaron, junto con el uso de su lengua local, ese sentimiento de autonomía que colisionaba con el centralismo de los diferentes gobiernos hasta la llegada de la democracia. Dichos intereses crearon, intencionadamente, un sentimiento antiespañol, más acusado en sus orígenes en el País Vasco.
Con la llegada de la democracia y la progresiva cesión de competencias en los autogobiernos, en el fondo, se han cubierto muchos de los objetivos que originariamente se planteó el nacionalismo, excepto, como es lógico, reducir las ambiciones de los grupos que los capitanean y que son capaces de arrastrar a la gran multitud de “charnegos” (y ahora sus hijos) o a los que no tienen “ocho apellidos vascos” que vinieron arrastrados con los aires de la industrialización.
El haber sido llave para la gobernabilidad española en diferentes ocasiones, los dos principales partidos políticos han amamantando permanentemente a esos niños rebeldes que han dado muestra de no tener hartura.
En el caso de Cataluña, a ese niño se le da la mayoría de edad cuando viene el idiota de Zapatero (y sabemos que no lo digo como insulto personal), con su: «Apoyaré la reforma del Estatuto que apruebe el Parlamento catalán». Palabras que, para muchos, están detrás de las reivindicaciones soberanistas que hoy apoya buena parte de la sociedad catalana.
¿Porqué llamarlo amor cuando es sencillamente sexo?. “ni independencia ni leches, que lo que buscan es pasta”, pero al no obtenerla, no han tenido más remedio que continuar por el rollo independentista.
Pero por si éramos pocos, parió la abuela, y llega Sánchez y, una vez más, en contra de lo que decía apenas dos años (y varios miembros socialistas, por cierto, como Carmen Calvo o María Jesús Montero), y en contra de la decisión de la Sala Tercera del Supremo, defiende ahora el indulto de los presos del proceso y la reforma del delito de sedición.
De forma descarada tratan de argumentarnos:
- “La venganza no es un valor constitucional”
- “…valores constitucionales como la concordia, el entendimiento, la superación de una crisis que desgarró al conjunto de la sociedad española en 2017”
- “iniciar una nueva etapa” en Cataluña y dejar atrás “el desgarro del procés”
- “Tenemos que recomenzar, volver al punto en que nos dejamos de escuchar”
- “También dije que la resolución de este conflicto después de 10 años iba a exigir mucha paciencia y generosidad”
- “La decisión sobre los indultos nos permitirá pasar de un mal pasado a un futuro mejor”
- «Hay un tiempo para el castigo y otro para la concordia»
Sr. Sánchez, al nacionalismo se le combate como se ha combatido al terrorismo, con firmeza y aplicando las Leyes. Cumpliéndolas y NO generando más desigualdades entre los españoles, porque todo beneficio o privilegio hacia unos es pérdida o desventaja para el resto. ¿porqué no pregunta qué opinan extremeños, castellanos, andaluces,…?
Tenemos todos los mimbres necesarios para una convivencia excelente entre nuestras comunidades que, precisamente, nacieron para integrar las regiones con aspiraciones nacionalistas (las llamadas nacionalidades históricas) y descentralizar las competencias del Estado, pero acordamos todos, respetar la «unidad de la nación española» y su soberanía, que reside en el «pueblo español».
Nuestras CCAA tienen, en muchos casos, más competencias que los Länder alemanes (que fue una gran referencia a la hora de crear nuestra constitución, por lo que es difícil darles más a la hora del autogobierno, y si fuera necesario modificar el modelo de financiación para que sea más equitativo, o incluso, si queremos modificar nuestro modelo de gestión territorial, tenemos los mecanismos necesarios para modificar la Constitución.
Pero claro, el Sr. Sánchez sabe que para que eso sea efectivo, lo que tendría que hacer sería pactar con los principales partidos de la oposición y eso supondría poner en peligro el único objetivo que él tiene: mantenerse en el puesto.
Prefiere indultar a delincuentes, porque eso son los condenados por la justicia, y modificar leyes que sigan alimentando los intereses de aquellos (minorías reales, al fin y al cabo) que solo buscan la independencia para beneficio personal, en contra de los intereses de la mayoría de los ciudadanos.
El Sr. Sánchez hace buena una de las acepciones de magma, una mezcla confusa de ideas y de mensajes. Ha dicho tantas veces las cosas que no haría y ha vuelto a hacer las contrarias que ha convertido nuestra gobernanza en un magma que no se parece en nada al de los países más avanzados, todo lo contrario, nos aboca a una República, pero bananera, plagado de inestabilidad política e ilegalidad en nuestra vida cotidiana.
Por tanto, lo que nos está pidiendo el “trilero” que tenemos como Presidente, no es magnanimidad, sino “mag manimidad” para continuar con sus cambalaches.
Que Dios nos pille confesados.
José García Cortés
13-6-21
Amén.
__________________________________ José Corral Lope *www.supervivenciayaltruismo.org/es/ * *www.supervivenciayaltruismo.org/en/ *
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