ÉTICA Y ESTÉTICA. LA CATERVA

Observo las elecciones a la Comunidad de Madrid y la verdad es que me parecen un buen reflejo de las cosas que desde hace más de un año están sucediendo a nivel nacional.

Por un lado, me pregunto si es correcto que se utilicen medios del Estado para dedicarlos a una campaña autonómica ya que, aunque es cierto que la Ley Orgánica del Régimen Electoral General, no prohíbe que un Secretario General de un Partido pueda ser presidente del Gobierno sin tener que cesar en su puesto de secretario, estamos viendo como todo un presidente del Gobierno, que ha jurado gobernar para todos los españoles, se dedica a atacar duramente la gestión de una comunidad en beneficio del candidato de su partido.

Ya sabemos que existe el trastorno de identidad disociativo, que se caracteriza por la existencia de dos o más identidades en una persona, cada una con su propio patrón de percibir y actuar con el ambiente, y sucede que, a veces, Pedro Sánchez es Pedro, otras Presidente del Gobierno, otras Secretario General (y todavía veremos algunas más) según le convenga, pero, por decoro, aunque sus actuaciones pudieran ser “legales”, que Pedro Sánchez tenga intervenciones en la campaña electoral madrileña, no parece que sea lo más ético. Y en este punto digo ahora de Pedro Sánchez igual que lo he dicho de sus predecesores.

Pero no es solo una cuestión de ética (que a estas alturas ya sabemos todos que no la practica), sino que están incumpliendo también preceptos de dicha Ley aireando la financiación que va a obtener de la CE, o los éxitos en las vacunaciones y permitiendo (si no propiciando) que la Directora General de la Guardia Civil asista a un mitin del PSOE, aspectos que sí están expresamente prohibidas en la Ley Electoral.  

La legalidad significa que un acto es conforme a la ley. La ética se ocupa de la conducta correcta e incorrecta. Y un gobernante, igual que la señora del César, además de serlo tiene que parecerlo.

El problema siempre surge cuando llega la hipocresía, la doble vara de medir y, sobre todo, la manipulación mediática aderezada con su tremenda carga ideológica. Resulta asfixiante esta asimetría conductual contra la cual es muy difícil defenderse y que crea una enorme tensión en la sociedad dividiéndola, de nuevo, en bandos irreconciliables.

Enorme terremoto mediático ha provocado el despreciable y absurdo envío de algunas balas al Ministro Grande Marlasca, a la Directora General de la Guardia Civil y al candidato por Podemos a las elecciones Madrileñas. Ahora el envío de una navaja a la Ministra Reyes Maroto.

Desde luego sería fácil pensar y decir que se trata de argucias ideadas por ellos mismos para tratar de revertir la caída que tienen en las encuestas, pero, siguiendo el principio de la presunción de inocencia debemos considerar que no es una maniobra orquestada para ganar ventaja en las elecciones madrileñas, pero no parece que esa presunción de inocencia tenga reciprocidad con la suya porque inmediatamente han adjudicado esos actos a la “extrema derecha” y ésta, asociada a VOX, sin que medie el resultado de una investigación que así lo acredite.

Lejos de haber tratado el tema con la sensatez debida poniéndolo en manos de las autoridades para su investigación y considerándolo como casos aislados y casi anecdóticos, se han dedicado a poner el altavoz a todo volumen, olvidándose de los programas electorales y tratando de obtener rédito inmediato, generando todavía más crispación entre la población.

Todo esto está convirtiendo estas elecciones en un foro en el que ya no se debaten las diferentes propuestas de gobierno para la Comunidad, sino, una vez más, en las típicas posiciones españolas maniqueas que son más propias de otro siglo, con expresiones guerracivilistas como “comunismo o democracia” o “fascismo o democracia”, olvidándose los verdaderos problemas y aspiraciones de la población madrileña que se supone que es lo que se sustancia en este plebiscito.

En la antigua Roma ya el rumor y la mentira conducían a la turba contra los cristianos acusándolos del incendio de la ciudad, y en la Rusia zarista el asesinato de Alejandro II dio lugar a una dura represión contra los judíos al atribuirles la responsabilidad del magnicidio. Resulta increíble lo fácil que es deshonrar a alguien hoy en día, y lo difícil que es defenderse de los infundios y mendacidades.

Y este es el nivel de políticos que tenemos, que se marchan de los debates siendo incapaces de disputar entre ellos sus diferentes posiciones o propuestas y que solo actúan en base a cálculos electorales, estrategias revanchistas y con un lenguaje más propio de un mercado de abastos que de representantes de la ciudadanía.

Y termino pidiendo perdón a los que trabajan en los mercados de abastos. Desde luego, ellos sí que son un colectivo esencial y merecen más respeto que la caterva de políticos que tenemos, y que como define la RAE, son una multitud de personas o cosas consideradas como conjunto desordenado o de poco valor e importancia.

José García Cortés

      26-4-21

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