¿NOS SALEN LOS POLÍTICOS POR LAS OREJAS? U.E., POR FAVOR, NECESITAMOS UNA INTERVENCIÓN (Quinta Parte y última… palabrita)

Hemos visto en los anteriores artículos:

  1. La enorme cantidad de políticos que tenemos y su actitud “infectiva”
  2. La cantidad de “allegados descontrolados” que incrementan coste, ….
  3. El sistema de subvenciones, sin control efectivo, que narcotiza a las fuerzas sociales de este país
  4. El dispendio que tenemos con Televisiones, Entes públicos, Diputaciones y los funcionarios

Confío en haber podido transmitir mi preocupación por la dimensión del “tinglado” que tenemos montado y cómo la “infectación” política nos ha llevado a una situación que sencillamente es insostenible, tanto desde un punto de vista social como desde su vertiente económica.

Por supuesto que entiendo que quien lea mis reflexiones está en su derecho de pensar que es una visión catastrofista o bien fruto de unas ideas extremadamente liberales, de un “facha”, como se suele indicar ahora a todo el que no es “progresista”.

Pero igual sirve de algo recordar que la Unión Europea lleva años indicándonos lo necesaria que son algunas reformas en nuestro país. A ver si suenan estas cosas:

Desde la UE nos recuerdan que el principal reto para la economía española es lograr un marco eficiente de asignación de competencias entre las administraciones y casi de forma recurrente en los diferentes años.

  • “España sigue careciendo de un marco normativo claro y coherente en materia de contratación pública que garantice el cumplimiento de la legislación, un elevado nivel de competencia y la eficiencia económica, especialmente mediante mecanismos efectivos de control ex ante y ex post, una mayor transparencia y la coordinación entre las entidades y los poderes adjudicadores a todos los niveles de la Administración”
  • “…. poner término a su situación de déficit excesivo, y en particular a reducir el déficit de las Administraciones Públicas.”
  • “…. a pesar del incremento del número de investigaciones en casos de corrupción a escala local y autonómica, ni se han diseñado estrategias preventivas específicas en esos niveles de la Administración ni tampoco existe una estrategia preventiva compartida entre ellos”
  • “España aplica de forma muy generalizada exenciones o tipos reducidos a diversos productos y servicios. Como consecuencia de ello, España registró la mayor brecha de la política en materia de IVA de la UE “
  • “…podría mejorarse la cooperación de los servicios públicos de empleo con los empresarios, en particular aumentando el porcentaje de puestos vacantes tramitados por los servicios de empleo.”
  • “….los deficientes resultados en materia educativa afectan negativamente al potencial de crecimiento a largo plazo de la productividad en España.
  • …, los resultados en materia de innovación han ido decayendo hasta situarse actualmente en un nivel inferior al de 2007, mientras que el desfase con la media de la UE ha aumentado a lo largo del tiempo.
  • Las pequeñas empresas españolas tienden a presentar una productividad significativamente inferior a la de sus homólogas en otros grandes Estados miembros de la UE. Dado el predominio de las empresas pequeñas en España, ello tiene un impacto significativo en la productividad del conjunto de la economía. Por tanto, si se logra eliminar los obstáculos que dificultan la creación de empresas, su funcionamiento y crecimiento, se conseguiría aumentar la inversión y la productividad.
  • La regulación de los servicios profesionales sigue siendo relativamente restrictiva. Se conceden derechos proteccionistas («actividades reservadas») de forma selectiva a algunos proveedores de servicios, excluyendo a otros con cualificaciones similares relevantes. En un gran número de profesiones existe el requisito de afiliación obligatoria a un colegio profesional.
  • “…. Es necesario mejorar la eficiencia del gasto público y los procedimientos de contratación pública, especialmente en las Comunidades Autónomas”
  • “En el ámbito social, los servicios de empleo son más efectivos, pero existen también importantes diferencias regionales”.
  • “…lo mismo que en el sistema educativo. Esto está originando dispersión en los niveles educativos y de empleo, comprometiendo la competitividad global de la economía al fragmentar el mercado.

Al inicio de esta serie de artículos citábamos los comentarios que se estaban haciendo en las redes sociales acerca de que nuestros políticos cobraban mucho.  

Sinceramente, yo creo que los políticos españoles NO están bien pagados, (al menos en lo que cobran oficialmente) y eso es un problema serio, porque en los gobiernos, como en las empresas, la política de aspirar a reducir el coste de sus directivos suele producir una “selección inversa”, es decir, ante la falta de incentivos, la gente mejor preparada y con más posibilidades de tener una carrera exitosa no opta por la política dado su escaso reconocimiento (económico y social).

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 Aquí tenemos los dos problemas, por un lado, hay muchos (demasiados), y además, los tenemos low cost en valía.

Ni bajar ni subir los sueldos arreglaría el problema. Tenemos que ir si o si a solucionar los problemas de fondo y lo demás son pipas.

Actualmente nos comportamos como si fuéramos ricos y todo fuera posible, sin darnos cuenta que vamos por la vida con lo que nos prestan los demás y que, además, estamos emponzoñando todas las estructuras democráticas que tanto esfuerzo, sudor y, en ocasiones sangre, nos han costado.

Estamos en una sociedad donde la acumulación de poder de los políticos se ha ido propagando a todos los tejidos y en todos los rincones y que se ha ido generando a lo largo de los años en los diferentes gobiernos que hemos tenido.  Se ha convertido en un problema estructural.

Pero como las desgracias no vienen solas, hemos tenido la “inmensa fortuna” de sufrir una pandemia recién constituido un gobierno compuesto mayoritariamente por personas ideológicas e inexpertas, que se creen los más listos del barrio y que están dispuestos a demostrar a los viejos rockeros que con su “nueva política” todo se arregla.

De momento, a ellos les debemos, en un tiempo record, el tardío abordaje de una crisis sanitaria que nos ha llevado a una privación de libertad en un grado muy elevado. Hubiera sido menos intenso de haber cumplido a tiempo con sus obligaciones de prevención como hemos podido comprobar en otros muchos países, además del sufrimiento de las muertes innecesarias.

Y esa reacción tardía no solo ha provocado un sufrimiento adicional innecesario, sino que va a continuar haciéndolo durante mucho tiempo porque muchos, demasiados, han perdido, tal vez irremediablemente, trabajo, negocios y oportunidades. La magnitud del desastre se mide ya en términos “catastróficos” aunque los efectos no han hecho más que aflorar.

Y comento esto tan descarnadamente, solo para establecer nuestro punto de partida. Es importante saber dónde estamos y con quien contamos, ya se ocupará el tiempo de exigir las responsabilidades que correspondan, si es que procede.

El nivel de contaminación política es tan grande y tan grave que es conveniente reconocerlo como prioritario a solucionar, porque, en caso contrario, nos equivocaremos en las posibles soluciones:

Tenemos un problema político estructural

  • Un número de políticos descomunal y más volcado en sus intereses personales y de su partido que al servicio del ciudadano.
  • Pagamos un sin fin de asesores y personas vinculadas con difusas ocupaciones.
  • Gastamos como si no hubiera un mañana y sin mecanismos eficientes de rendición de cuentas.
  • Se utiliza dinero público para tener controladas las fuerzas sociales
  • Tenemos estructuras duplicadas o mal encajadas que no solo nos suponen un sobre coste, sino que resultan perjudiciales para el servicio al ciudadano.
  • ………

En mi opinión es el problema prioritario que tenemos que abordar porque vertebra cualquier posible solución para los demás. Y es que, no se nos puede olvidar, en España tenemos, además, otros problemas estructurales pendientes de mejora o solución:

  • Gasto público desbordado.
  • Fracaso escolar en la educación y un modelo que continúa sin consensuarse.
  • Problemas derivados del cambio climático, en un territorio cada vez más desertificado y con problemas serios de agua.
  • Mejoras pendientes muy importantes en la Administración de Justicia
  • Problema estructural de paro
  • Economía sumergida sin solucionar
  • Revisión de nuestro modelo productivo
  • Una seguridad social quebrada y con un envejecimiento creciente de nuestra población que exige incremento de mejoras asistenciales, en sanidad y planes de pensiones
  • Conflictos territoriales sin solucionar
  • ….

Y además hay otra cosa importante a la hora de plantearse cualquier solución:

NO TENEMOS NI UN DURO

Cuando las empresas o las familias viven por encima de sus posibilidades, aun en nombre del Estado del Bienestar, se arruinan. Y hasta ahora no parece que nuestros dirigentes hayan entendiendo que solo se puede gastar lo que ingresamos y no vivir a costa del vecino (salvo que sean causas excepcionales).

De todas formas:

Si hay un problema y te dedicas a buscar culpables, no encontrarás la solución. (Alfredo Vela)

Cierto es que entre todos la tenían y ella sola se murió, y que el actual Gobierno lleva poco más de 100 días conformado, por lo que, excepto su responsabilidad en la gestión de la pandemia, el resto del tinglado se lo han encontrado montado.

Estamos donde estamos y tenemos lo que tenemos y lo cierto es que le toca a este Gobierno en particular tomar la iniciativa y a todos los políticos, en general, adoptar posturas de hombres de estado y tomar decisiones importantes que afectarán no solo a nuestro futuro inmediato sino también a las generaciones venideras.

En este sentido, este Gobierno puede tomar la iniciativa y tomar uno de los dos caminos:

  1. Intentar seguir haciendo lo mismo que han hecho sus predecesores, con visión de corto plazo, haciendo recortes en los salarios de los funcionarios, rebajando pensiones, restringiendo coberturas asistenciales, retrasando la edad de jubilación, subiendo impuestos, etc…, es decir, lo clásico. Al tiempo que trata de capear el temporal soportando las críticas de la oposición, de la ciudadanía (que protestará de los recortes) y peleando con Bruselas a la que acusará de insolidarios.

De momento esta parece ser la vía que esta tomando a tenor del primer plan presentado a Bruselas, según el cual prevé que la recuperación se producirá en “V asimétrica” (rimbombante definición para decir que será una recuperación desigual entre sectores y regiones y que tardará años en devolver al PIB al nivel previo a la pandemia), Es decir, que hasta 2022 ó 2023 no podremos hablar, con suerte, de un comienzo de recuperación real.

Este sería el esquema tradicional, pero supongo que, si así lo mantuvieran, serán conscientes de que ya llueve sobre mojado y que nuestros problemas estructurales se siguen enconando y que nuestra capacidad de endeudamiento está al límite, si no desbordada.

Esto llevará, igual que ha sucedido en anteriores legislaturas (y lo mismo que ha sucedido a lo largo de la historia), a que después de la batalla, después del sufrimiento que han provocado las guerras a las familias, le sucede una época de escasez y nuevos tributos para que los señores feudales puedan seguir con sus privilegios.

De poco sirven líneas de avales o retrasos de impuestos, de poco sirven las tiritas cuando lo que tenemos es una herida abierta que requiere de intervención quirúrgica.

El origen de esta crisis es diferente, y ha frenado en seco producción, la inversión, el comercio, las exportaciones y el consumo. Y esta vez se necesita mucha, muchísima deuda nueva porque no se trata de estímulos, ni de empujar la actividad económica, sino de intentar sustituir la actividad desaparecida durante el confinamiento y sus consecuencias posteriores.

Tengamos en cuenta que hoy, aproximadamente, el 40% de la población está ahora inactiva  entre parados, ERTEs y autónomos que han cesado en su actividad (9,3 millones de personas). Es decir, solo el 31% de la población española está trabajando. Esto incluyendo a los 2,6 millones de funcionarios públicos; si no los contamos, el 24% de la población genera los ingresos que sostienen al otro 76%

  1.  Otra alternativa sería que TODOS, tengan el valor y la cordura suficiente para dar un paso al frente. Es esto que se ha venido comentando en estos días sobre la “posible reedición” de los Pactos de la Moncloa, que en mi caso confieso que es algo más deseado que probable, aunque posible.

En todo caso, de momento no parece que hayamos empezado muy bien. Si en una situación de alarma, en la que se han perdido 898.822 empleos entre el 12 y el 31 de marzo, hemos tardado 9 días en tener la primera sesión, y solo ha servido para nombrar a, dos vicepresidentes y dos secretarias y en las que solo se abordarán cuatro aspectos:

  • el reforzamiento de la sanidad pública;
  • la reactivación de la economía y la modernización del modelo productivo;
  • el fortalecimiento de los sistemas de protección social, de los cuidados y la mejora del sistema fiscal;
  • y la posición de España ante la Unión Europea.

Yo pienso que la situación actual es bastante comparable a la que vivimos en los inicios de nuestra democracia (y espero que no esté contaminada de una cierta sensación nostálgica), pero de verdad que creo firmemente que la génesis de lo que el país necesitaba entonces y necesita ahora es la misma:

  1. Existían posiciones políticas aparentemente irreconciliables entonces. Igual que ahora.
  2. Había antaño ineficacia en las estructuras del estado (muchas por montar), igual que ahora (muchas por remodelar, incluso refundar).
  3. Había un problema económico de una enorme magnitud. Igual que ahora.

Y es posible que, con visión y talla política, estemos en condiciones de hacer de la desgracia una oportunidad si de nuevo nos embarcarnos en esa fantástica aventura de reformar (de verdad) un país. Podemos repetir la gesta que se consiguió en nuestra transición y que nos hizo admirables ante el mundo entero, al tiempo que dejamos de demoler nuestra democracia con la estúpida irresponsabilidad que estamos demostrando en las últimas décadas.

Pienso que es el momento, como se ha hecho en otros países en el mundo, en el que los políticos debieran formar un comité de expertos (no una comisión de más políticos) con líderes en el mundo empresarial, sindical, social y sobre todo, con mucha experiencia, para que diseñaran un plan completo y serio. Con él podríamos presentarnos ante la U.E. para que nos faciliten los fondos necesarios, que son muchos.

Seguro que un planteamiento épico como la construcción de la democracia, supone un atractivo suficiente como para poder contar con las mejores cabezas de nuestro país y las diferentes disciplinas.

Y por supuesto, para financiar ese plan sería el momento de endeudarnos, y endeudarnos mucho, porque tendríamos que ayudar al gasto social durante bastante tiempo, tanto a los que se están quedando sin empleo como a todos los que se van a quedar y a los que había que dar cobertura como consecuencia de la reducción de puestos en las diferentes administraciones.  Participo de esa frase “no dejemos a nadie atrás”, pero añado, excepto a los que no aportan y viven del cuento.

No importaría un excesivo endeudamiento si ponemos en marcha las reformas porque ellas nos pondrán  a producir con lo que equilibraremos en el futuro.

No sería moral seguir pidiendo a la ciudadanía que continúe sufriendo con los conocidos recortes sin un reconocimiento serio de todos los problemas que tenemos y la elaboración de un verdadero plan de acción a varios años. Desechemos de una vez las políticas mediáticas, de ocurrencias e improvisación a las que nos tienen acostumbrados los políticos.

Creo que contamos ya con dos de los tres ejes imprescindibles para que lo anterior fuera posible:

Unión Europea: 

Hasta ahora nos miran con reticencia porque llevamos años tomando solo medidas cosméticas sin entrar en los problemas estructurales. Nos lo llevan pidiendo hace años, como hemos comentado al inicio, sin resultados.

Pero si España lleva a Bruselas un plan serio, elaborado por expertos independientes y fiable, además de un compromiso sellado por todos los partidos políticos de respetarlo en los años sucesivos, al margen del color del gobierno que toque en cada momento, nos van a aplaudir con las orejas y no habría objeciones en obtener todo el dinero que necesitamos.

Los Ciudadanos españoles

España ha dado muestras más que sobradas a lo largo de su historia de que somos un pueblo capaz de aguantar las mayores adversidades. Estoy seguro de que, si reeditamos la ilusión que se consiguió en los primeros años de democracia, el esfuerzo y sacrificio que de nuevo nos toca hacer, serán más llevaderos.

Además, no olvidemos que el resto de países también están con problemas y está aflorando en ellos el sentimieno de recudir la dependencia productiva de los países orientales, por lo que puede ser una buena oportunidad para nosotros, ya que nuestros costos de producción son más bajos y contamos con una buena reputación tecnológica.

Y ya solo falta el tercer eje:

Los políticos

Está en su mano, sin ninguna duda. Es entendible que haya resistencias porque en el fondo es renunciar a este tremendo poder que han cogido y tener que decirle a mucha gente que no van a poder seguir subvencionando su voto a cargo del erario público, pero la pregunta es ¿tienen alternativa.?

Si los españoles no fuéramos tan talibanes con la política y supiéramos separar nuestra ideología de la opinión que nos merece la gestión de nuestros gobernantes (porque no olvidemos que, aunque sean de los “míos” gobiernan para todos), la respuesta sería NO.

 Pues mas nos vale que sea que sí, porque tengo el convencimiento de que, en caso contrario, nuestros vecinos (y además creo que harían bien) empezarán a imponernos condiciones porque no van a permitir que delirios mesiánicos ni guerrilleros consigan estropear sus propias economías.

Yo, en todo caso, prefiero sufrir los rigores de los hombres de negro que las veleidades de iluminados poco comprometidos con el bienestar de sus ciudadanos.

U.E., por favor, no tarden mucho, vengan a rescatarnos.

Y ya acabo con el deseo de que esta crisis nos enseñe a todos a vivir de forma más austera, a no derrochar. No por ello seremos más infelices.

Hemos de vivir más sencillamente para que otros puedan sencillamente vivir (Caritas).

José García Cortés

        8-5-20

¿NOS SALEN LOS POLÍTICOS POR LAS OREJAS? U.E., POR FAVOR, NECESITAMOS UNA INTERVENCIÓN (Cuarta Parte… y casi última)

Hemos visto en los anteriores artículos:

  1. La enorme cantidad de políticos que tenemos y su actitud “infectiva”
  2. La cantidad de “allegados descontrolados” que incrementan coste
  3. El sistema de subvenciones, sin control efectivo, que narcotiza a las fuerzas sociales de este país

Vamos a ver las últimas cuestiones que vienen a completar la visión del “coste político” y la enorme dimensión del problema político que tenemos y que hemos de solucionar para poder afrontar otros muchos que nos aquejan, en el corto, medio y largo plazo.

LAS TELEVISIONES AUTONÓMICAS

La ley 46/1983 fija que los canales autonómicos deben cumplir unos requisitos: objetividad, veracidad e imparcialidad de las noticias; separar información y opinión; respetar el pluralismo político, religioso, social, cultural y lingüístico, así como las libertades y derechos recogidos en la Constitución, y proteger a jóvenes y niños.

Las trece televisiones autonómicas que existen en España cuentan con un presupuesto total para este año de 1.072,34 millones de euros, de los que 942,7 millones son aportados mediante las subvenciones públicas de los distintos gobiernos autonómicos.

¿Alguien opina que estamos gastando el dineral que nos supone y de verdad se están cumpliendo los requisitos de imparcialidad, pluralismo, objetividad…..que exige la Ley?.

Por otro lado, el presupuesto de TVE ascendió a unos 675 millones de euros el pasado año, mientras que el coste de la radio estatal sumó otros 121 millones, rozando así los 800 millones de euros en total, de los que algo menos de la mitad (unos 344 millones) proceden de subvenciones públicas (impuestos).

El debate hoy no es si hay que tener televisiones públicas o no (que yo creo que sí), ni tampoco si es mucho o poco lo que nos cuesta (que yo pienso que muchísimo para una economía como la nuestra), sino, una vez más:

  1. ¿Para qué se utilizan las televisiones públicas?
  2. ¿Se controla y supervisa el gasto de estos recursos públicos?

Tampoco vamos a analizar hoy si se han convertido en una agencia de colocación (que todos sabemos que si) ni de su eficacia (de la que por cierto, si comparamos el grupo RTVE con Atresmedia y Mediaset veríamos que éstos últimos tienen 4 veces más de audiencia con un 32% menos de plantilla), sino de la utilización generalizada que se hace de este bien público.

Seguramente este medio sea uno de los virus más nocivos (por su inmediatez y audiencia) a la hora de crear opiniones en sus consumidores (sobre todo en aquellos que poseen una menor capacidad de análisis y de crítica), a los que se bombardea sin descanso con los mensajes interesados de quienes las financian y gobiernan y especialmente las vascas y catalanas que son utilizadas para el adoctrinamiento de su población de una manera descarada.

Tradicionalmente todos estos medios han gastado más dinero del que tienen presupuestado y su déficit ha sido soportado por sus respectivas administraciones. Sin que nunca haya supuesto la dimisión de ningún equipo por mala administración. Algo que debería sería normal y moral.

Y aunque he dicho que no quería entrar a criticar su coste (cosa que sí ha hecho más de una vez Bruselas) no me puedo resistir a comentar la ignominia que supone para nosotros, los ciudadanos, que se hagan recortes en la atención a los ancianos, en sanidad, en educación, … y no les duela mantener un gasto mil millonario todos los años de un gasto que no estamos en condiciones de mantener. Sólo su ambición desmedida lo permite.

Pero lo peor de todo, es que los “infectivos” han llegado a considerarlo como algo normal y que cuando se ganan las elecciones, parece que las televisiones vengan de regalo.

Y tanto es así, que el Sr. Iglesias lo pide públicamente:

“A mí me gustaría que un partido de izquierda ganara las elecciones y me nombrara director de una televisión pública. Es lo que más me gustaría”

Y como todavía les sabía a poco, su “infectividad” le ha llevado a colonizar nuevos cuerpos, ahora las televisiones privadas, a las que favorecen y riegan con presupuesto público (la última ayuda de 15 millones ya es de traca), con lo cual consiguen que la anestesia se extienda a la mayoría de la población y consigan el caldo de cultivo perfecto para un feliz aborregamiento.

DIPUTACIONES

Curiosamente, el objetivo de esta antigua figura era el de promover la prosperidad de la provincia y conseguir una gestión más eficiente.

Las funciones más relevantes que actualmente ejercen las Diputaciones, y que constituyen el argumento más generalizado para defender su mantenimiento, es la prestación de servicios a municipios de menos de 20.000 habitantes, ostentando una serie de competencias muy particulares en relación con los municipios de menos de 5.000 y de menos de 1.000 habitantes.

En cuanto a las fuentes de financiación, existe un patrón común consistente en la total dependencia de las transferencias externas (en particular de la Administración General del Estado) ya que son organismos que no tienen que recaudar para ingresar lo que gastan, sino que sencillamente reciben sus ingresos de transferencias de una Administración (muy alejada de sus realidades en la mayoría de los casos) sin que se les realice prácticamente ningún control ni seguimiento del gasto. Seguramente por eso, a la hora de analizar en qué gastan dichos fondos, el patrón es que no hay patrón, cada una hace de su capa un sayo.

Comparto las hipótesis de la Fundación “¿Hay Derecho?” en el sentido de que las políticas que siguen las Diputaciones en la prestación de servicios son dispares, heterogéneos y poco coordinadas con otras Administraciones, lógicamente en aquellas provincias que presentan similitudes en cuanto al tipo de municipios al que deben atender.

Unas centran más la atención en asistencia social, otras en infraestructuras, otras en sanidad, otras en todo un poco y las hay que prácticamente se dedican poco más que a cubrir sus elevados gastos de estructura. En realidad, prácticamente se podrían hacer casi tantos modelos como número de Diputaciones, pero, en general, con un denominador común, la escasa relación entre las políticas desarrolladas y la estructura municipal de las provincias.

Otro aspecto que destaca en las Diputaciones, es su elevado componente político con el correspondiente reflejo en sus costes de estructura donde abundan los cargos de confianza, de los que no sabemos muy bien qué hacen y, además, con una casi nula rendición de cuentas, que , en este caso, ni siquiera la tienen electoral, porque no son elegidos por los ciudadanos, sino por los Ayuntamientos.

La falta de autonomía en su financiación, el solapamiento de competencias y, en general, la falta de criterios claros y objetivos para abordar políticas públicas relacionadas con las características y estructura de sus municipios hacen que esta figura tenga hoy un mal encaje en la estructura actual de Comunidades Autónomas y los municipios, grandes, medianos y pequeños.

No obstante, y a pesar del despiporre actual, hay que reconocer que realizan una función importante en los municipios pequeños, por lo que cualquier propuesta de supresión o modificación tendría que hacerse con cuidado para garantizar el servicio y el encaje de los funcionarios, entre otras cuestiones.

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Además, también hay que tener en cuenta las numerosas entidades que las Diputaciones han creado en torno a la gestión de los servicios públicos que prestan, organismos autónomos, sociedades mercantiles, consorcios, etc. Todo ello para terminar de completar el engendro en el que se han convertido en el tiempo estas instituciones.

Y en todo caso, si no fuera posible integrarlos en la estructura ya existente de CCAA y municipios, es urgente proceder a su despolitización y su profesionalización para evitar continuar con los continuos escándalos de nepotismo, despilfarro y corrupción de todo tipo que tenemos.

EMPRESAS PUBLICAS

Aquí nos encontramos lo que en alguna ocasión se ha denominado como “la Administración Paralela”, es decir, una serie de empresas, bien públicas totalmente o mixtas, que se han creado para gestionar servicios estratégicos (generalmente a nivel estatal), otras, con fines menos concretos, llegando incluso a la creación de este tipo de vehículos para escamotear cifras y que no se viera cómo en los entes se superan máximos de empleados públicos o gastos presupuestarios.

Tampoco en las Empresas Públicas hay un nivel adecuado de transparencia, al menos entre las 20 más grandes (RENFE, ADIF, AENA, ICO, CDTI, CORREOS,..), como se deduce del examen que le ha realizado el organismo Transparencia Internacional, en el cual suspenden prácticamente a todas.

Pues si dejamos las grandes y nos vamos a las más pequeñas y descentralizadas, el mapa que nos encontramos es sencillamente pantanoso. Según el Portal Institucional del Ministerio de Hacienda, el Inventario de Entes Públicos arroja un censo de 18.650 de Entes Públicos, de los cuales son:

  •     453  de ámbito Estatal
  •  1.883  Autonómicos
  • 16.314 de ámbito Local

Pero ha resultado imposible averiguar si todas estas sociedades están operativas y cual es el número de empleados que acogen en su seno.

No obstante, un estudio de la Fundación para la Investigación sobre el Derecho y la Empresa, ha llegado a determinar que en nuestro país hay 5.571 entidades vinculadas a las distintas instituciones del Estado, de las que 2.282 (el 39%) son sociedades mercantiles u organizaciones de corte empresarial.

Al parecer, este tipo de instrumentos (que en el fondo hace más opaco todavía el conocimiento de las verdaderas estructuras políticas de este país,) ha crecido más en las Comunidades Autónomas que en la parte estatal y de forma muy particular en los Ayuntamientos.

De acuerdo con dicha fundación, sólo en el Sector Público Estatal, las empresas existentes contratan aproximadamente a 141.000 trabajadores presentan una cifra de negocio de 27.000 millones de euros y gestionan activos por valor de 226.000 millones.

El documento subraya el flojo desempeño de estas entidades a la hora de mejorar su gobernanza corporativa. No hablamos de una cuestión menor, porque se estima que el sector público empresarial cuenta con alrededor de 10.000 consejeros, por lo que no es de extrañar que recomienden «mayor profesionalización e independencia» en estas empresas, así como un nuevo modelo de «mayor y mejor supervisión financiera» y el desarrollo de una «política de propiedad que no interfiera en la gestión».

LOS FUNCIONARIOS PÚBLICOS

Por mala prensa que tengan en España los funcionarios públicos (que la tienen), nadie con dos dedos de frente se pregunta si podemos vivir sin el sector público. Necesitamos ese entramado institucional para materializar las iniciativas de los gobernantes y las necesidades de los ciudadanos.

Ahora bien, aún estando de acuerdo en que la Administración Pública es imprescindible, parece que podemos y debemos a aspirar a que sea la mejor posible. Y la mejor posible implica:

  • Que sea ágil
  • Que sea eficaz
  • Que sea eficiente

Los 2.595.575, de trabajadores públicos (Ministerio de Política Territorial y Función Pública de julio de 2019), que representan del entorno al el 13,2% de la población ocupada, corresponden en su mayoría (51,9%) a las Comunidades Autónomas, seguido de la Administración Local (22,3%), de la Administración Pública Estatal (19,7%) y, por último, de las Universidades (6%).

Todos ellos suponen un gasto superior a 127.000 millones de euros en salarios, y creciendo, máxime si tenemos en cuenta que Pedro Sánchez aprobó una oferta de empleo público de 33.793 plazas en 2019, casi un 10% superior a la del año pasado. «La mayor registrada en los últimos 11 años».

En 2018, el gasto de personal del sector público español dejó una cifra récord, 127.017 millones de euros. Esa cantidad es lo que se fue en pagar los sueldos de todas las administraciones y entes controlados por ellas -consorcios, fundaciones, empresas públicas y organismos asimilados.

Con respecto al colectivo de funcionarios, la tentación de todos los gobiernos suele ser la misma siempre:

  • Necesitan sus votos:  Suben sus salarios o/y incrementan el número de funcionarios
  • Necesitan bajar costes: les bajan los salarios y congelan contrataciones

Uno de los graves problemas que tiene la administración española no es solo su coste (una vez más lo cualitativo es más grave que lo cuantitativo), sino que, en general, está anclada en el pasado y no afronta la necesaria modernización de sus estructuras, procesos y servicios.

Una buena Administración tiene un alto impacto en la vida de los ciudadanos (particulares y empresas), por lo que nos jugamos mucho como país y como sociedad si no afrontamos su transformación. Y no se trataría de hacer cambios superficiales ni de maquillaje en un Ministerio, una Consejería de una Comunidad Autónoma o un Ayuntamiento, sino de modificar de manera profunda y ordenada sus funciones, su desempeño y su relación con los ciudadanos.

En definitiva, no se trata sólo de reducir trabas administrativas o colas para gestionar un documento, sino de hacer de la Administración un agente económico y social más eficiente, más avanzado y más cercano a sus administrados.

Además de trabajar en la eliminación de la burocracia (todavía se han de solicitar muchas cosas a través de interminables formularios que tardan siglos en despacharse) y de la comunicación entre administraciones que motivan que se tengan que obtener muchos documentos redundantes que están en poder de diferentes administraciones, en este colectivo se ha de trabajar mucho en mejorar sus plantillas.

Quizás en el siglo XIX, cuando esto comienza, estuviera justificado por la situación político/social de la época, pero en el siglo XXI cuesta entender la perpetuidad del puesto de funcionario, que sólo resiste gracias a la presión del ingente número de funcionarios que no quiere perder su estatus privilegiado y a los pocos redaños de nuestra cómoda clase política.


A pesar de todo lo dicho, creo sinceramente que, en general, nuestros funcionarios están mal pagados, y que la entrega y profesionalidad de muchos de ellos es elevada y encomiable. De hecho, gracias a ellos las cosas medio van saliendo.

Por tanto, si queremos mejorar el coste, cambiemos la legislación para que podamos poner de patitas en la calle a la legión de vagos y caras duras que tenemos instalados (y que en cada centro están identificados) y con ese dinero, modernicemos las estructuras y remuneremos mejor a los que realmente trabajan y están por la labor de dar servicio a sus administrados.


José García Cortés

        8-5-20

¿NOS SALEN LOS POLÍTICOS POR LAS OREJAS? U.E., POR FAVOR, NECESITAMOS UNA INTERVENCIÓN (Tercera Parte)

Trato a través de estos artículos encadenados, transmitir mi sensación de que el problema “político” y su “coste” es descomunal para España.

De momento hemos visto partes de un mismo problema, de un lado el coste directo (salario, cantidad y actitud de los “infectivos”) y de otro, el batallón de “allegados descontrolados” que viene a incrementar la factura a pagar.

Hoy pretendo reflexionar sobre la forma en que la “infectación” se ha ido extendiendo a lo largo de los años y ha llegado a lugares que forman parte de lo más esencial del tejido social español.

SUBVENCIONES

Entendemos por subvenciones todo el dinero que aporta las Administraciones Públicas a favor de personas (físicas o jurídicas) para incentivar o facilitar la ejecución de proyectos de utilidad pública y que según Ley General de Subvenciones, tiene que cumplir los siguientes requisitos:

  • Que la entrega se realice sin contraprestación directa de los beneficiarios.
  • Que esté sujeta al cumplimiento de un determinado objetivo, la ejecución de un proyecto o la realización de una actividad.
  • Que tenga por objeto el fomento de una actividad de utilidad pública o interés social.

Para empezar, con carácter general, ya no sabemos si se cumple uno de los requisitos, el de estar sujeto al cumplimiento de un determinado objetivo, porque en función de lo que indica la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (organismo independiente  creado en 2013 por el Gobierno español, a iniciativa de la Unión Europea), España concede unos 14.000 millones anuales en subvenciones sin rendición de cuentas (según constató en junio pasado). En opinión del órgano, están sujetos a controles de legalidad, pero no a rendición de cuentas ni a procedimientos sancionadores por mal uso.

Fuentes de dicho organismo han explicado que no cabe decir que exista «un descontrol» en las subvenciones, pero sí una falta de estrategia, de transparencia y de trazabilidad, de manera que no se puede asegurar si existen duplicidades o solapamientos, puesto que es imposible hacer el «recorrido» desde que la subvención sale de una administración pública hasta que llega al beneficiario.

Según el informe, del total, unos 10.000 millones son concedidos por las autonomías, que presentan las mismas carencias en lo referente a la rendición de cuentas.

Los Presupuestos Generales del Estado, que en cualquier país europeo son un verdadero debate del Estado de la nación, se tramitan en España de una forma poco exigente y sin que, a pesar de la existencia de una Ley de Transparencia, se rindan cuentas para que la opinión pública sepa en qué se emplean exactamente los recursos que se gastan y su grado de eficiencia.

No es el objetivo entrar en el proceloso mundo de las subvenciones en general que conceden los diferentes estamentos gubernamentales y autonómicos, pero sí de algunas relacionadas con las “FUERZAS SOCIALES” ya que las considero muy relevantes para entender la transcendencia de nuestro “coste político” y de lo extendida que está la “infectación” en nuestro organismo democrático.

Se consideran Agentes Sociales a una serie de organismos, empresariales (CEOE y CEPYME), sindicales (UGT, CC.OO, USO, ELA y CIG), y otras que representan una amplia diversidad de asociaciones y Fundaciones.

Los Sindicatos

A lo largo de mi vida he sido trabajador por cuenta ajena, sindicalista y empresario, por lo que a estas alturas, creo que soy poco sospecho de no creer y defender la importancia que tienen los sindicatos en el mundo social.

Precisamente mi anterior militancia y conocimiento me hace entristecer más que a otros al ver en lo que se han convertido a lo largo de los años. Entes decrépitos, corruptos en algunos casos, ambiciosos y básicamente ocupados de mantener sus privilegios y su patrimonio sindical (del que por cierto se ha hablado mucho sobre su valor y reposición tras la guerra civil, pero poco de la forma en que lo consiguieron anteriormente).

En España hay un nivel de afiliación bajo (13,9%), y por tanto las aportaciones de los trabajadores no suponen un capítulo importante en sus arcas, y a pesar de que tienen otras vías de financiación (prestación de servicios jurídicos y tramitación de ERES,…), en el tiempo, se ha ido generando una alta dependencia de los fondos públicos, ya sea vía Presupuestos Generales del Estado u otras aportaciones.

Las ayudas por representatividad que figuraban en estos Presupuestos superaban los 15 millones de euros para el conjunto de las 66 organizaciones sindicales con representación y otras 10 más por su participación en los órganos de asesoramiento, mientras que las compensaciones económicas por participar en órganos consultivos (incluidas las organizaciones empresariales) superaban los 3 millones.

El número total de representantes sindicales se elevaba en España a 1 de enero pasado a la apabullante cifra de 261.694 de los cuales el 35,84% correspondía a CCOO y el 32,45% a UGT.

Imposible saber el número de horas sindicales consumidas y, ni mucho menos, el número de liberados, que seguramente sea el secreto mejor guardado. Cálculos que en algún momento se han hecho desde la patronal, se estima en torno a 4.000 personas liberadas y un consumo de horas anuales cercanas a los 98 millones. Posiblemente una cantidad cercana a los 3.000 millones e euros que soportan las empresas, con resignación para “evitar males mayores”. En muchos casos nos podemos encontrar con que a la pregunta, ¿De profesión?: la respuesta sea «Liberado sindical».

Ya en su momento, Michael Sommer, representante de los sindicatos germanos, dejó en evidencia a CC OO y UGT por su modelo de financiación, contraria a la alemana donde los afiliados pagan de su bolsillo todos los gastos derivados de sus actuaciones (incluidos los gastos de las huelgas), lo que les confiere un importante peso político por su independencia. En España también tienen un elevado peso político pero por su dependencia.

Tampoco es la primera vez que en otros países europeos señalan a CCOO y UGT como obstaculizadores de las reformas en el mercado de trabajo, indicando que se dedican a defender a los trabajadores menos productivos y a lanzar soflamas contra los empresarios. También en contra del modelo germano, en el que, por supuesto, se plantean enfrentamientos abiertos en defensa de los trabajadores, pero, llegado el momento, colaboran de forma importante con el Gobierno y los empresarios.

La Patronal

Me estoy refiriendo esencialmente a  CEOE  y Cámaras Oficiales de Comercio, estando éstas últimas sujetas en el ejercicio de su actividad bajo la tutela de la Administración General del Estado o de las Comunidades Autónomas, en caso de que éstas hayan asumido la competencia en sus estatutos.

En este caso, aunque sus principales fuentes de financiación son privadas, también las organizaciones empresariales perciben ingresos de erario público por participar en órganos de carácter consultivo del Ministerio de Trabajo, Consejo Económico y Social y otras ayudas de diversas instituciones públicas como la Agencia Española de Normalización y Certificación o la de Protección de Datos.

Ambas instituciones, sindicatos y patronal, negocian los convenios (a pesar de que la afiliación real es la que es), cuya eficacia se extiende a todos los trabajadores del ámbito del convenio de forma universal (excepto para los de empresa), es decir, lo que viene siendo que me representan, quieras o no quieras.

Las organizaciones empresariales y sindicales más representativas a nivel estatal (CEOECEPYMEUGTCCOO y CIG), forman parte de la Fundación Estatal para la Formación en el Empleo que pertenece al sector público estatal (aunque su naturaleza es privada), junto con la Administración General del Estado y las Comunidades Autónomas, que gestionan más de 2.000 millones al año de los fondos de formación.

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Una participación jugosa en unos fondos gigantescos con una fiscalización manifiestamente mejorable y una escasa transparencia que alimenta las sospechas sobre la actividad real de estas organizaciones.

Las ONG

En este punto estoy agrupando y generalizando sobre las ONGD, Asociaciones y fundaciones, entidades de cooperación y otro tipo de colectivos similares.

Es lo que PwC definió en su informe como “Tercer Sector Social”, que es otro de los ejes clave en el desarrollo social y económico de nuestro país.

Las ONG y asociaciones de todo tipo son un gran canalizador (cada vez más relevante), de las demandas e iniciativas de la sociedad civil. Su importancia queda de manifiesto, tanto por el número de organizaciones que lo integran como el empleo que generan y el voluntariado que movilizan.

En estos colectivos, en el que se observa una generosidad creciente por parte de la sociedad española, tanto en el aporte económico (la financiación privada) como en el del altruista voluntariado, se estima un movimiento de más de 8.000 millones de euros, pero con una parte negativa, y es que en este crecimiento también se aprecia un aumento del peso de la financiación pública (70%), unido al importante peso de las estructuras administrativas y tareas burocráticas asociadas a las convocatorias y los pagos.

Siendo necesarias en muchos casos y para muchas ocasiones (que creo que es se discute poco), no es menos cierto que, debido a la escasa transparencia y ningún control en la rendición de cuentas, está siendo un vehículo cada vez más utilizado para cobijar a un sin fin de bocas agradecidas que y que hacen de «altavoz» de mensajes interesados y cobran sus servicios del erario publico a través de estas organizaciones.

Conclusión

No es sano para nuestra calidad democrática.

No se puede, ni se debe, seguir utilizando tanto dinero público para generar una dependencia de las principales fuerzas sociales de nuestro país. ¿dónde está el equilibrio entre las fuerzas sociales de este país y los gobiernos que los dirigen?.

No es solo ya el dinero que se está utilizando (o mejor dicho, mal-utilizando), sino es la ruptura de la independencia de nuestro sistema social y de la podredumbre que está generando la progresiva “infectación” política que se ha ido colando hasta el último resquicio en nuestra sociedad.

Y con esto no estoy diciendo en absoluto que no pueda/deba haber una “orientación” según gobierne un partido más social o más conservador, ni que en este país no tengamos que ser solidario ni que se limiten los derechos sindicales ni nada por el estilo, lo que creo es que tenemos que cambiar el modelo de aportaciones:

  1. Para que sea independiente del “color” y la “generosidad” de sus infectos.
  2. Que tenga aparejado un modelo de fiscalización que haga transparente para el ciudadano los recursos que se destinan y la eficacia de los mismos.

José García Cortés

        6-5-20

¿NOS SALEN LOS POLÍTICOS POR LAS OREJAS? U.E., POR FAVOR, NECESITAMOS UNA INTERVENCIÓN (Segunda Parte)

Decíamos en la primera parte que tenemos un problema muy grave en España de “coste político” porque, como diría Pablo Iglesias, y en eso sí estoy de acuerdo, todos ellos se han convertido en una “casta”.

  • Muchos, hay muchos, muchísimos políticos.
  • Infectos”, que no han venido a servir a la sociedad, sino a servirse de ella, usando y abusando de los recursos públicos como si les perteneciera.
  • Y que nos salen caros, muy caros. Porque, como dice un amigo mío andaluz: “totá, pa lo que hasen”

Pero nuestro “coste político” no ha terminado con lo descrito en el anterior relato, porque hay más cosas, asociadas o relacionadas con la anterior, que hacen que tengamos que tomar la calculadora y seguir sumando debido a la alargada sombra de los políticos. Hoy hablaremos del proceloso mundo de los cargos de confianza y personal eventual.

Los Asesores

A los efectos de lo que estamos hablando, se supone que un asesor es un experto en un campo determinado, ya sea la comunicación, la estrategia política, el marketing, discursos, etcétera, que pone en práctica sus conocimientos para asesorar a un político.

En España, los asesores y personal eventual no son elegidos por los ciudadanos, son elegidos por los políticos, sin necesidad de superar ninguna prueba o unas oposiciones y su práctica está profundamente arraigada en el seno de la Administración Pública. Es una figura muy opaca que ocupa puestos difícilmente justificables en muchos casos, pero eso no parece entrañar ningún problema porque su designación es libre y, además, se hace con total descaro en muchos casos.  Son los que podríamos llamar los “allegados descontrolados”.

Debido a la falta de transparencia administrativa en torno al personal de confianza y eventuales, las cifras que se manejan (son solo estimaciones) desde el CSI-F (Central Sindical Independiente y de Funcionarios), apuntan a un número que puede rondar los 20.000 cargos elegidos ‘a dedo’. Bien pudiera ser si solo con que tengamos en cuenta los máximos que Ley de racionalización y sostenibilidad de la Administración Local permite a los Ayuntamientos.  Estamos hablando de varios centenares de millones de euros.

Pero, igual que lo comentado en el artículo anterior, el problema no es solo cuantitativo (a pesar de la importancia tan grande que tiene en nuestra endeudada economía), sino que hay que tener en cuenta la parte cualitativa de lo que podríamos llamar esta “anormalidad democrática”.

Esta facultad de incrementar puestos con cargo al erario público, puede tener tres finalidades básicas:

  1. Servir de asesoramiento real o cubrir puestos de máxima confianza. Por ejemplo, los de imagen que aconsejan al Sr. Sánchez salir “tipo kennedy” con sus gafas en su Falcon  (¡huy!, perdón, en el del estado español), o contratar un secretario personal o secretaria o secretari si es catalán.
  2. Dar ocupación a otros miembros del partido cuyo boleto no ha salido agraciado en el sorteo de los puestos de las listas cerradas. Me estoy imaginando una conversación cualquiera tras completar la tramitación administrativa necesaria para ello:

No te preocupes amigo, eres un fiel servidor del partido y como compensación a tu esmerada colaboración te vamos a dar un puesto de asesor en temas sanitarios.

No, no te preocupes porque no sepas nada de eso, si tienes alguna duda le puedes preguntar al Ministro Illa que es un gran experto.

3. Acortar camino y contratar directamente a padres, hermanos, hijos y demás familiares. Viva la Pepa.

En el primero de los supuestos a mi me parece lícito, y creo que una gran mayoría podríamos estar de acuerdo en que, por razones de confidencialidad de información, que a lo mejor contrate un secretario personal o algún otro puesto de mucha confianza.

Para otras cuestiones, los dirigentes cuentan con un elenco de funcionarios con una excelente preparación en todas las disciplinas. Son recursos del Estado que se ponen a su disposición.

Otra cosa diferente es que pensemos que “ancha es castilla” y que, como si no fueran recursos de todos los españoles, y sin rendir cuentas sobre su contratación y resultados.

A veces pienso que los asesores políticos deberían estar prohibidos, porque están permanentemente ocupados en indicarles cómo tienen que actuar y lo que tienen que decir, con mensajes prefabricados convirtiéndolos en máquinas parlantes. Igual, si no existieran los asesores, muchos políticos tendrían que dimitir, pero seguro que los más capaces se atreverían a decir lo que verdaderamente piensan y hablarían con más autenticidad, consiguiendo de la ciudadanía, sin duda, la credibilidad que hoy no tienen.

 En el segundo de los casos, es decir, dar cabida a otros miembros del partido, en mi opinión se debería considerar directamente corrupción por utilizar recursos del estado en beneficio de las organizaciones. Por tanto, debería ser un hecho punible y perseguido. Ya en alguna ocasión un tribunal, en castilla La Mancha, han anulado nombramientos a dedo para puestos de asesores de confianza a seis dirigentes del PSOE que se habían quedado sin cargo público en las elecciones municipales.

Y si lo anterior es punible…., en los casos donde el cargo es asignado directamente a familiares y amigos, la cosa debería ser automática, anulación de nombramiento y cese del infractor. No debería importar que contara con conocimientos, pero debe haber una ética y una estética en la gestión de lo público. Bueno, en todo en la vida.

Creo que nadie va a discutir el fondo de la cuestión, en algunos casos puede ser importante que algún político cuente con la ayuda necesaria para tomar las decisiones correctas en el ejercicio de su cargo. Pero lo que no puede ser es que tengamos miles de “allegados descontrolados”, de más que dudosa preparación para los puestos que ocupan, de los que no rinde cuenta absolutamente nadie y nos cuestan un dineral.

Porque el costo que soportamos no es sólo el salario que se les paga, sino que “hacen cosas” en el puesto asignado y, como no suelen tener la preparación adecuada, las hacen mal, lo cual puede multiplicar el costo.

Es difícil entender, que contando con un tejido funcionarial tan preparado y amplio en número (demasiado en muchos casos -también nos sale por las orejas-), tener asesores debería ser la excepción y, en todo caso, cuando se necesite, debería ser utilizado con unos criterios de selección rigurosos, profesionales y totalmente despolitizados. La situación actual sólo la justifica la “infectividad” de nuestra clase política y el desapego de los ciudadanos.

Un ejemplo. Obtenido de la página de la propia Diputación Provincial de Sevilla, 31 Diputados, 66 puestos de confianza repartidos como buenos hermanos. Con un par.

De verdad que no le encuentro el sentido a que las personas encargadas de, por ejemplo, gestionar el servicio de emergencias de una comunidad, o de supervisar la gestión de aguas residuales, de los polideportivos…, de una localidad o territorio dependan de los intereses de un partido político y no de la aptitud y la experiencia acumulada de la persona para el cargo. Se nos ha ido la pinza, y lo peor es que nos hemos acostumbrado a ello y lo estamos permitiendo sin ser conscientes del dispendio que nos supone.

Ya que los políticos se fijan tanto en Europa a la hoja de justificar sus sueldos y dietas, puesto que según ellos están en la “media” europea, también podrían prestar atención a modelos más éticos, por ejemplo, Suecia:

  • Los parlamentarios no tienen asesores propios y se pagan el café de su bolsillo
  • Tienen un sueldo de 4.300 $ mensuales, menos que un profesor, y la constitución les prohíbe que ellos puedan subirse el sueldo (lo tienen que hacer tres representantes de la ciudadanía)
  • Despachos de siete metros cuadrados
  • Apartamentos pequeños de 45 m2 para aquellos que tienen que pernoctar, y si van con algún acompañante, éste tiene que pagar la estadía.
  • Sin beneficios adicionales como aviones, alquileres, dietas, asesores, guarderías,….

Ya sé que consideramos a los suecos fríos y algo aburridos, pero entre este ejemplo de pulcritud y austeridad en el uso de lo público y el despiporre que aquí tenemos, y consentimos, parece que tenemos recorrido.

Y ya termino. De momento hemos visto dos partes de un mismo problema, el salario, cantidad y actitud de los “infectivos” de un lado y el ingente batallón de “allegados descontrolados” por otro. Pero preparemos la cartera porque creo que aún tenemos que seguir pagando para terminar de ver la dimensión completa del desparrame político que tenemos en España. Amenazo con más.

José García Cortés

       4-5-20

¿NOS SALEN LOS POLÍTICOS POR LAS OREJAS? U.E., POR FAVOR, NECESITAMOS UNA INTERVENCIÓN (Primera Parte)

Uno de los temas que se trata recurrentemente en las últimas semanas es que en España sobran políticos y permanentemente aparecen informaciones al respecto, por ejemplo:

Podría haber más de 400.000 políticos en activo si se incluyen asesores y cargos de confianza.

Y se está afirmando que se podrían solucionar nuestros problemas económicos con el dinero que potencialmente se puede ahorrar con los sueldos de políticos. Yo tengo mis dudas.

Considero que para empezar a hablar del número de políticos y de su coste, lo primero que tendríamos que acordar es “qué es un político”, porque una cosa es referirnos a las personas que ostentan un cargo de representación pública y otra diferente es hablar del conjunto de personas que están cobrando del erario público, diferentes de pensionistas y dependientes o parados.

No digo que no sobren políticos (que sí que lo creo), pero el aspecto cuantitativo es sólo una parte del problema, es posible que consideraciones más cualitativas sean bastante más graves que el puro coste. Porque puede ocurrir que lo aparente sea que tenemos un elevado coste porque hay demasiados políticos, pero pienso que lo que realmente nos sucede es que tenemos un excesivo “coste político”.

En mi opinión, y dando por supuesto que estamos todos de acuerdo en que tenemos graves problemas en nuestras finanzas, hay que analizar diferentes cuestiones, aunque, están todas íntimamente ligadas, para llegar a entender la magnitud de nuestro “coste político”, no solo el salario de los políticos.

Como quiera que el tema es amplio, y para evitar mayores somnolencias de las habituales, lo he dividido en diferentes entregas para sucesivas siestas:

Los Políticos

El debate sobre los sueldos de los políticos es siempre polémico, y creo que no se puede mirar exclusivamente desde un punto de vista cuantitativo, sino que, además, hay que tener en cuenta otros factores que nos pueden aportar una idea más global que lo que es el puro coste:

  1. ¿Qué clase?, es decir, la calidad de los que tratan y acceden a puestos de gobierno
  2. ¿Cuántos? para poder valorar, si son muchos o pocos para nuestras necesidades
  3. ¿Cuánto?, es decir, qué coste real tienen para las arcas públicas

Porque, dependiendo de las respuestas a estas preguntas, las conclusiones que obtengamos pueden ser diferentes.

  1. Políticos (qué clase)

Alguien me comentaba que los políticos actuales están mejor preparados que la mayoría de hace 40 años. Faltaría más, la sociedad española en su conjunto está mejor formada que antaño, afortunadamente, pero un alto nivel de estudios no garantiza necesariamente que conozcan ni sirvan mejor a la sociedad que representan, hasta es posible que estén enmascarando las carencias de quienes no han hecho otra cosa que militar en sus partidos desde la adolescencia.

Esa es una de las grandes diferencias respecto a nuestros primeros políticos en democracia, ya que éstos eran profesionales que trabajaban en el tejido social existente entonces, ejerciendo como profesores, abogados, ingenieros, maestros, etc. No habían tenido una actividad política, pero cuando accedieron a sus puestos de responsabilidad, ya habían demostrado quiénes eran en la sociedad.

Ahora es al revés, de forma bastante generalizada, y esto provoca que los políticos sean mediocres, en el sentido de que nadie destaca, y donde la política y las ideas se imponen a la capacidad de gestionar problemas, lo cual genera que la ciudadanía tenga/tengamos una opinión muy negativa de ellos. En los últimos años es uno de los principales problemas para los españoles, según el CIS.

En consecuencia, lo que tenemos es una gran parte de la clase política que no tiene un perfil profesional más allá del cobijo en sus respectivos partidos, los cuales se han convertido más en agencias de colocación que en plataformas impulsoras de las ideologías y del buen gobierno de la sociedad que los ha elegido.

A diferencia con lo que ocurre en otros países europeos, donde ser parlamentario es un prestigio, en España es un medio que abre la puerta para optar luego a muchos cargos discrecionales. Y el desprestigio y el crecimiento de los mediocres (como patógenos virales), genera el surgimiento de populismos.

Pero todavía hay algo peor que lo anterior, y que hora que estamos sufriendo esta terrible pandemia, lo llamaré INFECTIVIDAD, es decir la capacidad del agente de instalarse y multiplicarse en los tejidos (sociales y económicos). Comienzan con una dosis infectante mínima, y terminan acabando en ocasiones con la vida del paciente, como ocurrió con la gestión politizada de las Cajas de Ahorros y que nuestros “infectivos” han querido siempre imputar a “La Banca”.

La “infectividad” que insaciablemente demuestra nuestra clase política, tal y como actúa carcoma (de rápido crecimiento), han ido “influyendo” y ocupando puestos en todos los sectores económicos y en todos los organismos posibles, incluso hasta el último baluarte actual, la Administración de Justicia. No hay sector donde no hayan puesto sus fauces y tarde o temprano, incluso los más resistentes terminaremos sucumbiendo.

En este país se permite que los políticos mientan sobre su curriculum, sobre su patrimonio, se permite que incumplan sus programas electorales, se les permite mover intereses a su antojo, obtener favores, contratos, puestos y otras prebendas, usar y abusar de los recursos públicos…. y, generalmente no suelen tener consecuencias.

Luego, sentimos envidia de los países en los que dimite un ministro por copiar una tesis doctoral, pero es que en esa sociedad copiar es intolerable.  A ver si resulta que todos tenemos responsabilidad en el descrédito de las instituciones”. Es obvio que no tenemos cultura de rendición de cuentas.

Lo siento, pero en este primer apartado, parece que la evaluación de nuestros políticos me sale un poco chunga.

2. Políticos (cuántos)

Tenemos 350 Parlamentarios, 266 Senadores, 1.248 Diputados Autonómicos, 8.131 Alcaldes, 67.515 Concejales (de los que solo unos 12.000 tienen sueldo), 1.050 Diputados en las Diputaciones,….. si hablamos de los políticos que tienen representación en las elecciones y la pregunta del millón es:

¿Se podrían realizar las funciones que tienen encomendadas con menos personas?

Empezando por los Parlamentarios y Senadores, si hacemos un comparativo con algunos países de nuestra U.E., vemos que de tener una ratio de representantes x habitantes como el de Alemania, podríamos reducir en torno a un 30/35% el número actual y seguramente no se resentiría nada, absolutamente nada, la representación de los ciudadanos.

Si nos vamos a las Comunidades Autónomas, el mapa que nos encontramos es muy heterogéneo (como en todo lo demás cuando hablamos de las CCAA), con un número de representante por habitante que se mueve entre los 77.491 de Andalucía, a los 9.530 de La Rioja (si hacemos excepción de la singularidad de las ciudades autónomas). Que ya tiene narices la cosa.

Si igualáramos el número de diputados, con la ratio representantes x habitantes de Andalucía, vemos que el número podría perfectamente reducirse a la mitad.

Si nos vamos a las administraciones locales, y aunque es cierto que solo unos 12.000 concejales tienen retribución y cobran sueldo de la administración, no es menos cierto que en muchas se cobran dietas por asistencia a plenos y se cubren gastos de representación, lo cual puede suponer un gasto anual que se me antoja de muchos millones de euros.

Aquí nos tenemos que preguntar lo mismo: ¿Pero de verdad necesitamos tener un gallinero tan enorme para gestionar las Administraciones Locales?.

Pero si hay más de 45.000 para poblaciones inferiores a 5.000 habitantes ¿de verdad que no podríamos ir a un modelo donde agrupemos y demos un adecuado servicio?.

Pues parece que en este segundo apartado la evaluación tampoco sale muy bien para nuestros queridos políticos.

3. Políticos (cuánto)

Los diputados y los senadores reciben una asignación mensual (sueldo base) de 2.981,86 y 3.050,66 euros, respectivamente, a lo que se suman complementos según la tarea que desempeñan en la Cámara (portavocías o puestos de mesa). Pero también tienen derecho a «las ayudas, franquicias e indemnizaciones por gastos que sean indispensables para el cumplimiento de su función».

Ahí se incluye una indemnización mensual para «afrontar los gastos que les origine la actividad de la Cámara», que no tributa a Hacienda y que cobran hasta los miembros del Gobierno que tienen escaño. Se trata de 917,03 euros para los diputados electos por Madrid y de 1.921,20 euros para los del resto de circunscripciones, cantidades que en el Senado se elevan a 933,78 para los once de Madrid y 1.958,02 euros para los demás. En total, cada mes el Congreso dedica a estas dietas un total de 635.265,71 euros y el Senado otros 505.650,64 euros.

Qué curioso, con esta forma de retribuir, parece menos polémico hablar de un sueldo de 2.900… que luego, en la realidad, se convierte en 5.000/6.000 euros sin que nadie se entere.

Además de ese sueldo, sobre el que de momento no me atrevo a opinar si es mucho o poco, habría que añadir que sus señorías suelen gozar de unas vacaciones que pueden superan a las de un escolar. Semana Santa de 18 días, navidades de más de mes y medio y un verano como el de un párvulo estudiante. Esto, además de todos los plenos que se suelen “fumar”. Algunas veces la imagen del Parlamento o Senado se parece mucho a las que ha habido ahora con la pandemia del coronavirus.

En los parlamentos autonómicos (sin tener en cuenta Cabildos ni Diputaciones Forales), qué raro, el despelote que observo es como en el resto de cosas.

Los presupuestos de 2019 de las Comunidades Autónomas, son de casi 193 millones de euros. Dicha cifra, si la relacionamos con la población de cada uno, nos hace ver cosas curiosas, como por ejemplo que los navarros tienen un coste por habitante un 14% más que la media o el 6% de los vascos o el 5% de los extremeños. Cosas veredes amigo Sancho.

Y si tenemos curiosidad de ver el salario que cada comunidad paga a sus funcionarios, nos encontraríamos cómo, para la misma categoría, Navarra, Cataluña y País Vasco pagan a sus funcionarios entre un 17 y un 26% más que la media del resto de comunidades. Parece que el regionalismo sale rentable.

Respecto a las Corporaciones Locales, la última información que he encontrado publicada por el Gobierno es la relativa a las retribuciones de los Alcaldes (salario más primas de asistencia) de 2017 y tras consultar los 4.000 primeros de la lista, el salario de aquellos que prestan sus servicios en exclusiva o de forma parcial, suponían un total de 83 millones de Euros. Cierto es, y expreso mis simpatías por ellos, que hay muchos alcaldes y concejales, sobre todo en lugares pequeños, que no cobran nada y dedican un tiempo de sus vidas muy valioso después de sus jornadas laborales.

Si tuviera que hacer un resumen de esta primera parte diría que, desde el respeto y reconocimiento al colectivo de políticos serios y honestos, que los hay, en mi opinión:

  1. SI, nos sobran muchos políticos (seguro que el 100% de los “infectivos”) y claramente se puede racionalizar su número. Seguramente con la mitad, o menos, tendríamos más que suficiente.
  2. He escuchado de los propios políticos que el gasto en salarios p´blicos de España se encuentra en la media del conjunto de la eurozona, con cuya afirmación no puedo estar de acuerdo en absoluto ya que nuestro país está situado a la cola de Europa en recaudación, de modo que dedicamos, proporcionalmente, mucho mayor esfuerzo por parte de nuestros recursos públicos a pagar nóminas.
  3. Si me venden un burro que no necesito para nada, por barato que me lo vendan me sale carísimo y, además, le tengo que dar de comer cada día. Pues lo mismo pienso de una gran parte de la clase política que tenemos (los «infectivos») que, solo piensan en hacer las cosas necesarias para permitir mantenerse a la organización que les da de comer y no las que necesitan sus administrados.

Incluso, aunque no cobraran, estorbarían.

No, la política de aspirar a reducir el salario de los políticos suele producir lo que podemos denominar “selección inversa”, es decir, ante la falta de incentivos, la gente mejor preparada y con más posibilidades de tener una carrera exitosa no opta por la política ya que su reconocimiento (económico y social) es muy bajo en nuestro país.

El deterioro de la imagen de la política aleja el talento. Y sin talento se nutre la mediocridad que desprestigia la política. Y así podríamos entrar en un bucle infinito.

Entre tanto, muchos profesionales que podían ayudar a mejorar el país no dan un paso adelante porque no ven que las instituciones resulten atractivas. “Es un problema más grave de lo que parece.

Creo que, en estos momentos, ni bajar ni subir los sueldos arreglaría el problema. Ayudaría mucho más acabar con las listas cerradas (un político no está ahí porque le hayan votado a él sino porque han votado al partido), estableciendo unos criterios de selección (exigencia de unos mínimos de experiencia profesional y educativos) y, eliminando de una vez los “dedazos” del político de turno (de lo que hablaremos en la siguiente entrega).

Para resistir la mediocridad, la única salida es que la ciudadanía mantenga una actitud crítica, no hacia las ideologías, sino hacia los malos gestores.

José García Cortés

       3-5-20

Un barco ante la galerna

TIEMPOS NUEVOS Y MUY DISTINTOS

Siempre nos ilusiona lo nuevo. Lo distinto. Aunque sabemos que un cambio implica cierto grado de dificultad, solemos asumir un nuevo horizonte con la esperanza de lograr mejoras en nuestras vidas

Los cambios son retos, implican o suele ser así, una subida por una escalera para llegar a un lugar mejor, más alto. Cuesta el trabajo, el esfuerzo, de subirla. 

En situaciones excepcionales, el cambio no es para mejorar exactamente. Es para mantenerse, para sobrevivir. Puede ocurrir que las circunstancias cambien y que se impongan exigencias que impliquen reemplazar, cambiar, revolucionar nuestro modo de vida. 

Tanto en el primer escenario como en este Segundo, se entiende que el reto está definido. Es concreto. Puede significar mucho, ser exigente en extremo, pero está cuantificado

Hay un tercer escenario. 

Este planeta y, en particular, la especie humana lo conocen. Esta generación no.

La tierra ha recibido sacudidas con asteroides, grandes cataclismos y tremendas transformaciones geológicas.  La especie humana ha vivido crisis que han significado la desaparición total de grupos y tipologías de humanos, como le ocurrió a los Neandertales.

Hace 15.000 años aproximadamente, ocurrió la última gran glaciación, con la transformación del planeta y la extinción de numerosas especies. Se instauraron unas condiciones ambienta durísimas en una gran parte del planeta.

En nuestra breve historia como especie, hemos superado la adversidad por fenómenos naturales, por las guerras iniciadas por nosotros, por las enfermedades…

Las epidemias no son novedad en nuestra historia…como especie.

Nuestra generación, sin embargo, es de las afortunadas. Al menos en nuestro entorno geográfico. Aquí hace tiempo que no hay hambruna. Hay necesidad y hambre en algunos sectores de la población. Pero está claro que su incidencia e importancia no es la que padecen algunos países del continente africano. 

Aquí conocemos la amargura del paro. La desolación del desamparo que viven muchos mayores. Sabemos que existe injusticia en los sistemas de creación y distribución de la riqueza. Y sabemos la causa. Como especie necesitamos liderazgo. Y como especie elegimos y tenemos líderes que no están a la altura de los retos conocidos

En el horizonte vemos otro tipo de tormenta que, por su intensidad, los marinos la calificarían de galerna y un mar de olas tan grandes que recibe el nombre de “mar montañoso”. Olas como montañas.

En el océano, ves venir la tormenta. Pero es difícil de saber cuándo terminará. Su inmensidad y poder te añade un reto adicional: no saber su final.

Ante la adversidad, necesitamos cuantificar, determinar y poner en números la dimensión del problema. 

También es fundamental para nosotros calcular su duración y fijar un hito temporal. Necesitamos, aunque sea hipotéticamente, imaginar el final de la tormenta. Es inherente a cualquier análisis cuantificar la duración del problema, de la crisis.

Pues bien, se aproxima una época con importantes novedades para esta generación. Son importantes las herramientas de que disponemos: los conocimientos tecnológicos, la ciencia médica, las herramientas de comunicación, la informática, los recursos para el bienestar en nuestras ciudades y viviendas.

Sin embargo, es importante también que nos demos cuenta de quién y como empleamos estas herramientas. Y en qué condiciones lo haremos.

En este escenario futuro hay incertidumbres: desconocemos dimensión real de la gravedad del problema, aún no está clara la gravedad de la tormenta económica y no sabemos cuánto durará la época de crisis.

Estas incertidumbres son, en sí mismas, un factor que añade severidad a nuestra nueva época de cambios.

La nueva generación que afronta todo esto es, como colectivo, la mejor formada y la de mayor capacidad técnica de nuestra historia. Nuestros jóvenes, de edades que llegan a los 45 años, tienen experiencia en el debate tecnológico, en la mejora y lucha profesional y conocen lo arduo de conseguir un trabajo digno.

Existen aspectos que, sin duda, ellos mismos ven y, todos nosotros con ellos. 

En un buque que navega sin novedad, el gobierno del barco es exigente. Se requiere sabiduría en la navegación, conocimiento en el control del sistema de propulsión, organización en los recursos necesarios para la navegación. 

Estos recursos son manifiestamente necesarios ante una gran tormenta. Allí, en un medio tan tremendo, el océano parece decirte que nada eres y que estés muy atento. Allí manda alguien que no eres tu. Con tu embarcación moderna, tus recursos de radio y gps, el mar te habla mostrándote la realidad de una situación en la que sabes que dependes de él.

El planeta parece mostrarnos, ahora, que dependemos de él. 

Nuestra autosuficiencia y desprecio por el equilibrio natural, nos ha llevado a creer que somos independientes de nuestra casa planetaria y del propio universo. Ese universo donde existen reglas y normas que regulan la historia de lo que existe.

El equilibrio natural no es estabilidad y quietud. Es fuerza dinámica, es control, es orden.

Queremos imponer un orden nuevo, ignorando el orden preexistente. 

E imponemos un orden que ha resultado ser dañino para nosotros mismos. Ya lo era.

Esta pandemia es un factor catártico que muestra con más fuerza nuestro desconocimiento y, en gran medida, nuestras carencias en el diseño e instauración de los factores que favorezcan nuestro propio bienestar.

Y esto no lo ha hecho esta generación.

En suma, lo que afrontamos es superar un problema grave, de alcance en todos los órdenes de nuestra existencia, y que implica una revolución social, económica y política. 

Y, además, implica tener en cuenta que el planeta está avisando de que este no es el camino. 

Nuestra especie es un producto más de la evolución en este rincón de nuestra galaxia. Una galaxia que se desplaza en un océano de millones de galaxias. Seamos humildes. Tengamos serenidad y templanza

Organicemos nuestro futuro y tengamos en el puente de nuestro buque a quien conozca de mares apacibles y también conozca «patronearlo» ante grandes vientos y olas como montañas.

Raúl Ramos de la Plaza

         2-5-20

ESTA DEMOCRACIA NO ME GUSTA

Parece fuerte tener que escribir esto, pues parece que no estoy admitiendo la democracia como forma de gobierno.

Nada mas lejos de mi pensamiento ni de mi intención. Amo la democracia, pero la DEMOCRACIA con mayúscula y no ésta que por desgracia nos esta tocando vivir. Demo Cracia, todos sabemos el significado de estos dos vocablos desde la antigüedad griega, “Gobierno de el Pueblo”, dos vocablos que se unen con una preposición posesiva y no impositiva.

Me refiero a las posesivas “de” y “por”, es decir gobierno DE el pueblo o gobierno POR el pueblo pero nunca la impositiva gobierno “Para” el pueblo, y esta es por desgracia, como digo, la que nos están imponiendo a sabiendas de que no es el sentir de la mayoría.

La reforma de la Ley Electoral es urgente y necesaria para evitar que al final gobierne la minoría y desde luego esto si que no es democracia al menos como dije en el encabezamiento de la que no me gusta.

Los ciudadanos hemos votado a un programa que nos han presentado los políticos pero no hemos dado un cheque en blanco al candidato, el cual debe cumplir o dimitir, pero de una forma inmediata y exigido por ley, tanto por sus votantes como por la oposición. No se puede estar llamando mentiroso a un político cuatro años mientras atenta contra los intereses incluso de sus votantes.

Aun así, la democracia, incluso con “mayúsculas”, no es un régimen de gobierno perfecto, y yo creo que la perfección habría que buscarla en el sector del pueblo que tiene derecho a votar. Parece escandaloso también decir esto a estas alturas, y antes de que me lluevan las criticas voy a intentar defenderme.

En la antigua Grecia, cuna de la democracia, no era todo el pueblo el que votaba sino un sector y por cierto de lo mas cualificado.

A través de las distintas épocas la democracia ha evolucionado, pero siempre con un sector de ciudadanos y desde luego nunca ha sido su totalidad. La propia democracia actual discrimina por razón de edad, antes era 20 años, ahora 18, y porqué no 17 o 16.

Habéis pensado también en los disminuidos psíquicos o los ancianos que por su dilatada edad pierden la consciencia , ¿dónde esta el limite del raciocinio o el limite de la edad y por consiguiente quien tiene derecho a votar?. Habéis pensado, si un asesino no tiene derecho a la libertad, ¿tiene derecho a votar.? Y ya lo mas peliagudo, ¿todos los votos deben valer igual?. En un barco a la deriva, ¿tienen todos los pasajeros derecho a opinar o dejar la decisión en manos de personal cualificado, de técnicos.?

En Dinamarca, país con democracia consolidada, en época muy reciente y hasta el año 1961 se ha discriminado al votante en cuanto que el que recibía ayuda a los pobres no tenian derecho al voto y esto tiene su fundamento pues es una forma muy sana de cortar la compra de votos al populismo.

No existe régimen político perfecto pero la democracia es el mejor y convencido de esto debemos perfeccionarla buscando el peso y el sector de ciudadanos con derecho a voto, pero no nos asustemos porque la evolución desde su nacimiento en Grecia a sido continua y continua desearíamos que siguiera siendo.

Antonio García Condado

         29-4-20

¿Confianza en la gestión del Gobierno?

Busco la palabra confianza en la R.A.E. y obtengo como primera acepción:

1. f. Esperanza firme que se tiene de alguien o algo.

Dicen los psicólogos que una de las variables más importante que afectan a nuestra vida, y las actividades que realizamos, es la confianza, que está presente en nuestras relaciones interpersonales, pero también en el trabajo y el deporte. La confianza es clave en nuestro bienestar y uno de los cimientos de la sociedad. Sin confiar no podríamos convivir.

La estrategia de supervivencia de los seres humanos (y hasta ahora no le ha ido mal) es ser seres sociales, y por eso necesitamos a otros para vivir mejor y para gozar de un mayor bienestar psicológico, emocional y, en definitiva, nos ayuda a ser felices.

Hay discrepancias entre los expertos acerca de si la confianza es innata o hay que trabajarla. Yo pienso que es posible que venga de serie en nuestro entorno familiar más cercano en el que nos hemos criado, pero que, para el resto de nuestras relaciones hay que ganársela y para ganársela hay que ser honesto, sinceros y creíbles. Cuando alguien actúa basado en esos valores y sus actos son coherentes con sus actos, transmite credibilidad y confianza.

Y la confiabilidad de una persona es independiente de su ideología política, de su estatus social, de su religión, raza o país. La confianza es algo que necesita ganar todos los días, no algo que pide.

Cuando tomamos un medio de transporte, o cuando acudimos a comprar alimentos, utilizar la justicia, la educación, la seguridad ciudadana,…. estamos poniendo nuestras vidas y haciendas en manos de otros. Cualquier relación personal con nuestra familia, con los amigos, en el trabajo, etc., sería imposible si no existieran unos mínimos de confianza, al menos inicial. Lo cual no quiere decir que confiemos de todos y todo el tiempo.

Lo mismo sucede con la confianza acerca de los políticos en general, y con los que gobiernan en particular. De hecho, está generalmente aceptado que altos niveles de confianza en los políticos y las instituciones políticas es sinónimo de buena salud democrática.

Y la confianza política es pensar que el gobierno que se forma en cada legislatura, lo hayamos votado nosotros o no, va a ser capaz de cumplir con su programa electoral y que, además, va a ser capaz de respetar las instituciones y gobernar para todos sus ciudadanos, tanto a los que les votaron como a los que no.

Tengo que reconocer que, en mi caso, llevo mucho tiempo con bastante desconfianza hacia nuestra clase política en general y especialmente sobre el que ha terminado siendo nuestro actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

La verdad es que se lo ha trabajado duro, pero en sentido inverso de lo que supondría ganarse la confianza, porque este señor nos ha engañado a todos, y lo ha hecho en todas las franjas horarias y en todos los medios posibles. No hay promesa que no haya incumplido y ha construido su carrera política sobre una sarta de mentiras que, además,  suelta sin despeinarse.

Las hemerotecas son buenas para aprender y para revisar el cumplimiento de los compromisos que adquieren los personajes públicos. Como estamos en confinamiento y hay bastante tiempo disponible, me he entretenido en recoger algunas declaraciones públicas (están todas grabadas y escritas) hechas por el Sr. Sánchez antes de la formación del último gobierno:

  • «Ni antes ni después pactaré con el populismo»
  • «Si yo tengo en la Ejecutiva Federal de mi partido a un responsable político que crea una sociedad interpuesta para pagar la mitad de los impuestos que le toca pagar, está fuera»
  • «Derogaré la reforma laboral del PP»
  • «Aprobaré un nuevo Estatuto de los Trabajadores»
  • «Publicaré la lista de la amnistía fiscal»
  • «Aquellos que hoy ensalzan a Arnaldo Otegi y le llaman hombre de paz convendría que recordaran las palabras y la memoria de Ernest Lluch»
  • «España no se merece el cambio que me está proponiendo Podemos, con Iglesias como vicepresidente del Gobierno controlando el CNI y el apoyo de los independentistas»
  • «No podemos permitir que la gobernabilidad de España descanse en partidos independentistas».
  • «En Cataluña hubo claramente rebelión y, en consecuencia, deberían ser extraditados esos responsables políticos»
  • «Torra es el Le Pen español»
  • «Sería un presidente del Gobierno que no dormiría por la noche, junto con el 95% de ciudadanos de este país que tampoco dormirían tranquilos»
  • «Sería incapaz de pactar con el populismo que nos lleva a la Venezuela de cartilla de racionamiento».
  • «Vamos a incorporar en el Código Penal un nuevo delito para prohibir de una vez por todas la celebración de referéndum ilegales en Catalunya»
  • «me comprometo hoy y aquí a traer  de vuelta a Puigdemón a España y que rinda cuentas ante la Justicia»

Llega el momento de la formación del gobierno, y éste se consituye:

  1. Contra natura. Normalmente si se intenta cruzar osos hormigueros con ballenas, focas, elefantes y mariposas, el resultado de la naturaleza será que no se obtenga ningún resultado. Pues bien, ellos lo han conseguido, han obtenido “su resultado” y se han repartido como botín importantes puestos entre politólogos y otros supuestos izquierdistas que aún no se sabe cual es su oficio, se han pactado importantes nuevas prebendas con los judas separatistas que se aferran a sus privilegios históricos y continúan viviendo de puestos conseguidos en nuestra democracia.
  2. Con la idea de la propaganda y no de la gestión. Y claro, a la primera que ha venido (que es cierto que no ha sido pequeña), zas, les ha explotado la gestión arrollando la propaganda.

Y ya hablando de su cometido, también me he entretenido un ratito y he recopilado diferentes frases de declaraciones públicas, grabadas por diferentes medios desde últimos de enero hasta finales de marzo, en relación con su primer enfrentamiento a la gestión, la de la pandemia:

fecha¿quién?Declaración
30-1-20OMSEstoy declarando una emergencia de salud publica de preocupación internacional
31-1-20Sr. SimónEspaña no va a tener, como mucho, más de algún caso aislado
12-2-20GSMAEl CEO de GSMA anuncia la cancelación del Mobil de Barcelona debidas a causas sanitarias mientras la alcaldesa de Barcelona y la Vicepresidenta Carmen Calvo insisten en que no hay ninguna razón sanitaria para ello.
13-2-20U.E.Los ministros de Salud de la Unión Europea acordaron reforzar la coordinación e intercambio de información en la gestión de la respuesta a la amenaza del virus coronavirus (Covid-19) y «vigilar» el riesgo de desabastecimiento de medicamentos y equipos importados desde China.
13-2-20Sr. IllaEstamos preparados para hacer frente a cualquier situación y no hay ninguna razón para temer por la salud pública
15-2-20OMSTodos los países deben estar preparados para la llegada de casos para tratar a los pacientes, prevenir la transmisión y proteger a sus sanitarios
25-2-20Sra. MonteroEspaña está preparada. Tenemos los medios para tratar los casos sospechosos.
25-2-20Sr. IllaNuestro sistema sanitario está preparado para hacer frente a esto
26-2-20Sr. Simón“no es necesario que la población utilice mascarillas«. Y añadía: «El uso de las mascarillas sí que puede ser interesante en los pacientes con sintomatología y eso las autoridades sanitarias lo indicarán. Pero no tiene ningún sentido que la población ahora mismo esté preocupada por si tiene o no tiene mascarillas en casa. Y no es una opinión nuestra a nivel nacional, es una opinión que ha expresado la de OMS que han expresado otros países. Las mascarillas tienen su utilidad, tienen su función y tienen su ámbito donde utilizar y donde cumplen su función. Por tanto, es importante que la población no asuma mecanismos de protección que pueden no tener sentido».
28-2-20Sr. SimónEspaña no está tomando ninguna medida de distanciamiento social. Ahora nada indica que el escenario vaya a cambiar y que haya que elevar aun segundo nivel, por ahora se mantiene como está
2-3-20Sr. SánchezEs la ciencia y el conocimiento y eso es lo que garantizan precisamente aquellos que están al frente, que nos informan y nos recomiendan sobre la forma de atajar esta enfermedad
5-3-20OMSEstamos preocupados porque en algunos países el nivel de compromiso político y las acciones no están a la altura de la amenaza a la que nos enfrentamos
7-3-20Sr. SimónCada uno tiene que expresar sus ideas como pueda, y si considera que tienen que ir a la manifestación (se refiere al 8M), pues que vaya
9-3-20Sr. IllaLos datos indican un cambio a peor de la enfermedad,…se procede a el confinamiento del colectivo educativo en la Comunidad de Madrid, Vitoria y La Bastida.
10-3-20 Cierre de Colegios en Madrid
11-3-20OMSLa OMS ha estado analizando a toda hora este brote y estamos profundamente preocupados, tanto por los niveles alarmantes de propagación y gravedad como por los niveles alarmantes de inacción. Covid 19 puede considerarse como una pandemia.
13-3-30 Cierre de resto de Colegios y Universidades
14-3-20BOEDeclaración del estado de alarma
19-3-20Sr. IllaQue todo el material esté cuando sea necesario y donde sea necesario
21-3-20Sr. DuqueLos investigadores se pusieron a trabajar intensamente en cuanto se conoció esta enfermedad durante el mes de enero.
23-3-20Sr. SánchezYa se ha materializado la compra de los test rápidos homologados, porque es muy importante que sean homologados. Tenemos ya comprometidas 600.000 uds.
26-3-20Sr. IllaEspaña ha cerrado con China una compra por valor de 432 mills. De euros

Demostración palmaria de que el Gobierno desoyó los llamamientos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para hacer acopio de material sanitario durante los primeros compases de la expansión del coronavirus, el Ejecutivo no vio necesario hacer compras preventivas de material como recomendaba la OMS el 15-2-20 para evitar un contagio masivo y la protección de nuestros sanitarios.

Y más vale que fuera desidia o falta de diligencia, porque si lo que realmente ocurrió es que no se pusieron en marcha porque no les beneficiaba hacerlo antes del 8M, que parece que fuera “el gran éxito de un gobierno marketiniano”, la cosa tendría palabras y consecuencias bastantes más gruesas.

Parece que también el Ejecutivo tuvo a bien pasarse por la entrepierna lo acordado el 13-2-20 por los ministros de Salud de la Unión Europea donde acuerdaron reforzar la coordinación e intercambio de información en la gestión de la respuesta a la amenaza del virus y «vigilar» el riesgo de desabastecimiento de medicamentos y equipos importados desde China.

Tampoco consta que trasladaran a las CCAA la advertencia de la OMS advirtiéndoles que aumentaran la producción de equipos de protección personal para los trabajadores de atención sanitaria.

¿Cuántos contagios y cuántas muertes se hubieran evitado si las medidas de protección se hubieran adquirido y utilizado desde el primer momento?

Y tratan de ponerse a gestionar comenzando por la centralización por parte de Sanidad de todos los medios sanitarios de las CCAA, así como del abastecimiento del material necesario, sin disponer de experiencia ni infraestructura ni información. El resultado ya lo conocemos, enviaron a nuestros sanitarios, policías y personas que nos abastecían a cumplir con su trabajo sin la debida protección. Nuestros ciudadanos si han hecho el trabajo, con un par, y nuestros políticos no, pero no hace falta recordar a qué coste.

Y claro, ante esta incapacidad para gestionar había que esconder que no habían cumplido con las recomendaciones de las autoridades sanitarias no habiendo efectuado compras masivas en su momento.

Un gobierno que nació desde el marketing y con un equipo preparado para la propaganda (haciendo excepción de un pequeño grupo de ministros/as que sí que tienen una muy buena talla profesional), hace lo único que sabe hacer y empiezan a lanzar cortinas de humo evitando que conozcamos la verdad más allá de su propia verdad, privándonos de una información sin libertad de preguntas por parte de la prensa, amordazando al congreso y al Senado para que no podamos fiscalizar su acción y con todo tipo de declaraciones encaminadas siempre a la exculpación y no a la información a los ciudadanos.

Después de ver la secuencia cronológica de los acontecimientos, la que más me gusta, de traca, es:

7-4-20Sra. Montero“Si la información que conocemos hoy, la hubiéramos podido conocer hace dos meses o hace tres meses para poder aprovisionar de todo el material imprescindible, pues ojalá, pero una de las características de esta pandemia es justamente la manera improvisada en la que se ha presentado……”

Qué falta de vergüenza y de dignidad. ¿de verdad que pueden dormir por las noches?

Después del Sr. Sánchez, la segunda lindeza del Gobierno es el Sr. Iglesias, que también apuntaba maneras antes de su entrada en el Gobierno:

  • «Si hablara de ETA, diría que tiene explicaciones políticas»
  • «Decir “exprópiese” es decir democracia»
  • «Cualquier demócrata debería preguntarse si los presos de ETA y del independentismo vasco deberían ir saliendo de las cárceles»
  • «Lo que ataca la libertad de expresión es que la mayoría de los medios de comunicación sean privados»
  • «Sobre las donaciones de Amando Ortega, en democracia no se deben de aceptar limosnas de millonarios»
  • «En política no se pide perdón, se dimite»

Y ahora, ya desde su hermoso cargo de Vicepresidente, continúa permitiéndose las licencias de cuestionar el régimen constitucional de 1978 y defender uno republicano, sin tener en cuenta que el ha prometido el cargo y lealtad a nuestra constitución, y además ha criticado abiertamente al poder judicial, ignorando que lo hace desde su posición como representante del poder judicial.

Le han tenido que recordar desde el poder judicial«La primera obligación de un responsable público es no contribuir al desprestigio de las instituciones democráticas».

Eso sí, utilizan los recursos del Estado (que no del gobierno) para, amparados en la excusa de eliminar bulos, acallar todas aquellas voces contrarias a la gestión del gobierno. Desde la época de Franco, yo no había vuelto a vivir ninguna etapa de tanto oscurantismo informativo y de tanta tergiversación de la verdad.

Repuñetas, ¿es que ni siquiera saben contar a los fallecidos?.   ¿Pero cómo se puede tener el valor de salir en un medio público y decir que los muertos no confirmados no se están contando?   ¿cómo se puede decir los lunes que hay que tener en cuenta el efecto fin de semana porque hay CCAA que no suministran la información?, ¿en serio?. Están muriendo muchas personas, pero en los fines de semana descansamos. Ya los daremos el lunes o martes y el gobierno lo consiente y hasta le pone nombre “el efecto fin de semana”. Dios mío, se me abren las carnes.

No comentemos ya el desconcierto que genera en la población la incesante publicación de medidas de todo tipo a pocas horas de su entrada en vigor o aquellas que al rato son matizadas, si no rectificadas, por otros miembros de su “coalición”. La sensación que obtenemos desde fuera es sencillamente es que van todos como pollos sin cabeza.

¿Y este equipo es el que tiene que terminar la gestión del problema sanitario y después sacarnos de la tremenda crisis económica que se ha provocado?.

A Sánchez le está pasado lo mismo que a Zapatero, que no tuvieron la culpa de que vinieran las crisis pero, su negacionismo primero y su falta de diligencia después a la hora de atacar los problemas han provocado que las consecuencias fueran mayores de las debidas. En ambos casos, en mi opinión, actuaciones que pueden rayar lo criminal.

En estos momentos, Presidente, Vicepresidentes y Ministros (aunque no todos) están en el empeño de transmitir a la ciudadanía el mensaje de que todo el mundo se puede equivocar, como buscando una nueva nota exculpatoria para sus errores.

Si, efectivamente, todos nos equivocamos, pero en la vida, cuando nos equivocamos, tenemos que asumir las consecuencias de nuestros errores, sentimentales, económicas, laborales o políticas y, como dice el Sr. Iglesias: «En política no se pide perdón, se dimite»

A estas alturas del escrito, alguien puede pensar que esto es una crítica abierta a la gestión del gobierno que tenemos, pues sí, lo es, pero lo hago ejerciendo mi derecho a la libertad de expresión y para poner de manifiesto que con el equipo que tenemos, no solo hemos conseguido el mayor fracaso del mundo en la gestión de la crisis sanitaria, que, además de en vidas humanas, se paga con consecuencias económicas severas. Y, adicionalmente, expresar mi convencimiento de que necesitamos urgentemente, configurar un equipo de gobierno con personas más preparadas, de distintas ideologías y disciplinas y, además, reforzados por profesionales independientes de los diferentes sectores productivos, que los tenemos y por millares.

También reconozco que no todo se ha hecho mal, también hay aciertos, por ejemplo en la parte económica la Sr. Calviño está defendiendo el fuerte con bastante dignidad para las dificultades con las que se estará encontrando en el entorno de trabajo que tiene. Pero eso es lo mínimo que se puede exigir a un dirigente, que haga las cosas bien.

Y que conste que mi posición crítica respecto a la gestión de este gobierno (y creo que es compartida por una gran parte de la ciudadanía) no es, en absoluto, mi posición respecto al PSOE, a quien le tengo un profundo respeto y a quien voté en varias ocasiones en la época de Felipe González.

No, no son las personas de la formación política, tengo muchos amigos y conocidos socialistas, todos constitucionalistas, que son de bandera, y son buenas personas y profesionales de primer nivel. El problema que tiene el PSOE es que les ha escalado un presidente mesiánico y narcisista, aunque, por alguna extraña razón, que no alcanzo a entender, la formación política al completo, a pesar de los despropósitos que están originando, sigue callada y consintiendo.

Pero queridos ciudadanos españoles, seáis del color que seáis, 22.902 fallecidos (oficiales) al día de hoy no se puede considerar nunca una buena gestión como tratan de hacernos ver a través de los medios de comunicación, controlados en unos casos y comprados en otros.

Todavía estamos por ver un mínimo de gestos de dolor por parte del Gobierno hacia las victimas de las que no nos hemos podido siquiera despedir. Solo son tratados como frías estadísticas que recurrentemente nos enseñan para indicar cuánto nos falta para alcanzar el puñetero “pico” y el “doblado de la curva”. En todo lo que he vivido y leído, siempre los líderes han honrado a sus muertos. Éste que nos ha tocado en suerte, NO.

Y estamos a 25 de abril y seguimos sin pruebas para todos, ni equipos para todos y sin un plan de actuación claro de salida a la calle. Una vez más, improvisan y nos lanzarán de nuevo a nuestros trabajos y tendremos que correr la misma suerte del que lanza una moneda al aire.

Desde su formación, el Sr. Sánchez y su equipo adoptaron como estrategia la división de las dos Españas y a fe mía que lo están consiguiendo, hoy tenemos a una adormecida, cómoda y condescendiente y a la otra preocupada, maltratada y cabreada. Están muy lejos de cumplir otra más de sus promesas, la de gobernar para todos los españoles.

Ya lo siento, pero tenemos el peor equipo en el peor momento, aunque afortunadamente, y a esta gente parece que se les olvida, somos españoles, guerreros cuando nos tocan las narices y con una creciente sociedad civil que ya no se calla. Ya hemos visto cómo la presión social ha sido brutal con las primeras pamplinas en la medida que regulaba la salida de los niños les ha hecho cambiar el rumbo. Continuemos ejerciendo nuestro derecho a la crítica.

Hasta hoy han demostrado ser unos perfectos irresponsables políticos, espero de corazón que el poder judicial, antes de que acaben con ellos, consigan declararlos responsables penales por sus actos y omisiones.

José García Cortés

         25-4-20

CORONAVIRUS Y OTRAS MALDADES HUMANAS , UN RECUERDO PARA NUESTROS MAYORES

Las personas de más de 65 años representan en nuestro país el 19,4% de la población, es decir, en torno a 9 millones de personas.

Este Coronavirus se está cebando con especial crueldad en nuestros mayores. A fecha de este artículo, las estadísticas oficiales por Covid 19, arrojan una cifra de fallecidos de 21.238 personas, cifra ésta que, a tenor de lo que hoy ya sabemos, podría ser más del doble. Y, desgraciadamente, se sigue incrementando cada día.

De los datos oficiales de personas que ya han perdido la vida, el 84,6%, es decir, casi 18.000 personas son mayores de 70 años. Muchas de estas personas vivieron nuestra guerra civil y, los mas, “sobrevivieron” a la terrible y larga posguerra que se produjo.

Son nuestros padres y nuestros abuelos, las personas que, junto con otras que ya no están entre nosotros, han sacado adelante a sus familias y han levantado al país que quedó sumido en la más profundas de las miserias.

La inmensa mayoría de nuestros mayores nunca supieron de las macromagnitudes más significativas -producción agraria e industrial, comercio exterior, inversión, PIB,.. que permitían conocer la magnitud del desastre de la economía que les tocó en suerte. Sencillamente vivieron en sus carnes las consecuencias de la pobreza.

Los años inmediatamente posteriores al término de la guerra fueron para ellos los años del hambre, del estraperlo, de la escasez de los productos más necesarios, del racionamiento, de las enfermedades, de la falta de agua, de los cortes en el suministro de energía, de los exiguos salarios, del frío y los sabañones.

Y así tuvieron que malvivir durante periodo muy prolongado de tiempo ya que el nivel de consumo alimenticio de preguerra, en términos de calorías totales, solo se alcanzó hasta mediados los años 50 y, el consumo de productos de cierta calidad no se consiguió hasta ya entrados los años sesenta.

Aunque el reparto de la pobreza no fue equitativo entre las clases sociales y las áreas geográficas, en general fue durísimo para todos. En los pueblos, se trabajaba mucho, muchísimo. Aquellos afortunados que eran propietarios de algunas tierras, aunque con mucho esfuerzo, al menos tenían algo más de acceso a las materias primas, pero el resto de trabajadores del campo, lo hacían en fincas de otros propietarios por salarios de absoluta ruindad.

En las poblaciones no agrícolas, los cabezas de familia (estaba mal visto que las mujeres casadas trabajaran fuera del hogar), también trabajaron muy duro, en lo que encontraban, con precariedad y con salarios de supervivencia. Después, conforme pasaron los años y el país se iba recuperando, muchos pelearon por tener un segundo y hasta un tercer trabajo porque con uno “no llegaba”.

Nuestras abuelas y madres fueron las grandes heroínas a la hora de sacar a las familias adelante, eran las responsables del hogar, y, en ocasiones, eran también, trabajadoras que practicaban la agricultura familiar .

Cocinaban, fregaban, limpiaban, lavaban a mano, planchaban, cuidaban de nosotros, compraban, cosían, zurcían y bordaban, y, sobre todo, estiraban todo lo que podían el exiguo salario que los maridos aportaban.

En la mayoría de los casos, la ropa se hacía a mano en cada casa, desde los calcetines de lana hasta la ropa interior, jerséis de punto y los pantalones. Cuando una prenda se dejaba por vieja, de las partes sanas se hacían nuevas prendas para los más pequeños de la familia.

Nuestros padres y abuelos son supervivientes natos. Posiblemente sean el fruto de una selección natural que, tras la guerra, realizó el hambre, las fiebres tifoideas, la tuberculosis, el paludismo y la disentería que por falta de higiene se llevaron por delante a los más débiles.

Estas personas, que han sufrido tanto, no se merece un final como el que le estamos ofreciendo.

Si, a los que les debemos todo y a los que deberíamos proteger con todos nuestros esfuerzos, hoy están soportando la parte más dura del confinamiento, sufriendo su miedo en soledad, y los que han fallecido, se han tenido que marchar sin posibilidad de que sus familiares les podamos velar ni despedirnos de ellos.

Al parecer, la Fiscalía ya ha iniciado investigaciones sobre un número importante de Residencias de Ancianos, y eso me parece bien, que rindan cuentas aquellas personas que no hayan actuado bien, si es que ha sido así.

Pero creo que esta desgracia debería servir también para hacer una reflexión sobre la situación en la que teníamos y tenemos a nuestros mayores. En lo positivo, nos felicitamos por lo que hemos avanzado en las prestaciones y coberturas que les estamos dando, pero, también debemos reflexionar sobre lo que no estábamos haciendo.

¿Porqué nuestro sistema de residencias es inferior en un 20% a las recomendaciones de la OMS y porqué en 12 años solo hemos sido capaces de crear un 5% de nuevos centros residenciales.? La explicación que recibiremos seguramente sea que es porque no tenemos dinero, pero posiblemente nadie nos dirá que falta dinero porque lo destinamos pagar sueldos de inútiles, televisiones autonómicas deficitarias, subvenciones a los parroquianos fieles, a medios propagandísticos, a autonomías desleales y otros muchos dispendios de los que hoy se realizan.

Y, ¿porqué (una vez más) tenemos tan dispar distribución por Comunidades Autónomas?

En los últimos datos que he encontrado disponibles en el IMSERSO vemos, de nuevo, y lo mismo que sucede con la sanidad, la educación u otras competencias,  que dependiendo de la suerte o la mala suerte que tengamos de vivir en una Comunidad Autónoma u otra, el nivel de prestaciones que recibimos es mejor o peor.

En la actualidad, un alto porcentaje de la cobertura a los mayores a través de las residencias se consigue con oferta de plazas de titularidad privada, aun cuando el 29% de las plazas son gestionadas por medio del sistema de concertación entre el sector público y privado.

Teniendo en cuenta el mix, se podría decir que aproximadamente el 45% de las plazas residenciales están financiadas por el estado, lo cual parece un porcentaje exiguo para una sociedad que se le supone comprometida con el bienestar de sus mayores.

Creo que nuestros padres y abuelos merecen que les demos un reconocimiento que hasta ahora no les hemos dado en general. Y no va de aplausos, sino del compromiso personal de cada uno de notros hacia nuestros mayores, si es que no lo estamos haciendo. Verlos más, hablar más con ellos, decirles cuánto los queremos y pelear porque nuestros gobernantes detraigan de tanto gasto superfluo como tenemos y pongan más medios para mejorar su felicidad.

Creo también que tenemos que pedirles perdón por lo que no hemos hecho o por lo que hemos hecho mal.

Perdón por no ser alemanes, que fueron capaces de diseñar en 2012 (e incorporarlo a un plan nacional en 2017) un protocolo de actuación que en esta pandemia ha permitido que mueran muchos menos compatriotas que aquí, fijando como una de sus cuatro principales consignas “blindar a la población de más alto riesgo, que son ancianos y personas con enfermedades crónicas”. Lo sentimos mucho, aquí tenemos lo que tenemos y no hacen otra cosa más que improvisar, aunque, como en este caso, las consecuencias sea una mayor pérdida de vidas humanas.

Perdón por no ser franceses, en cuyo país, el Sr. Macron (a pesar de tener una situación parlamentaria sólida) y su primer ministro, consultan e intercambian puntos de vista con todas las fuerzas políticas nacionales, sindicales y empresariales, antes de tomar las decisiones que posteriormente son sometidas al debate parlamentario antes de ser aprobadas y presentadas oficialmente a la Nación. Aquí seguimos gobernando con la soberbia propia de dictadorzuelos aunque estemos viviendo una situación muy atípica y de extrema gravedad.

Perdón por no ser griegos, que a pesar de los recortes que tuvieron que hacer debido a su enorme crisis económica, tuvieron la diligencia de iniciar las primeras restricciones en febrero con la supresión del carnaval mientras que las cancelaciones de eventos en España solo se realizaron una vez que se dieron la satisfacción política de proclamar que en España «El machismo provocaba más muertes que el coronavirus» y dando lugar a un nivel de contagios que provocó la escalada tan brutal de muertes en los días posteriores.

Perdón por no ser portugueses, que declararon el estado de alarma cuando todavía no había ninguna muerte en su territorio, mientras que aquí, solo lo hicieron cuando los fallecidos empezaron a “suponer un problema”.

Perdón también por tener un ministro como Pedro Duque, que justifica que en España se produzcan más fallecidos que en otros países porque tenemos mayor longevidad de vida. Debe ser la falta de oxígeno que provoca vivir en la estratosfera.

Estoy seguro que ninguno de vosotros querría ser alemanes, portugueses, griegos o franceses. Somos y tenemos el orgullo de ser españoles, y eso no nos va a quitar nadie, pero tenemos la desgracia de tener unos gobernantes ineptos al timón de la nave que son incapaces de gobernar como diligentes padres de familia, como lo hubierais hecho vosotros, ni de reconocer las muchas cosas que os debemos y, ni mucho menos, por las muchas que tenemos por la que pediros perdón.

Confío en que este modesto escrito sirva como punta de lanza para ello. ¡¡Vivan nuestros mayores!!

José García Cortés

19 de abril 2020

CORONAVIRUS, LA SUPERVIVENCIA DE NUESTRA DEMOCRACIA Y SOCIEDAD CIVIL

Cuando he terminado de escribir este artículo me he dado cuenta del “tocho” que me ha salido. Estoy bastante preocupado.

En condiciones normales entiendo que nadie me quiera leer, pero después de este panfleto que estoy largando, lo entenderé mucho más.

Aunque me apetece mucho, no quiero caer en la tentación de centrarme en los luctuosos acontecimientos que estamos viviendo ni a la falta de previsión o dejación de funciones de los irresponsables que tenemos en nuestros distintos estamentos, porque quiero entrar en la parte estructural de nuestros problemas. Lo que nos está sucediendo ahora son hechos que ponen de manifiesto las miserias del establishment tan maravilloso que tenemos, y que son, a mi juicio, solo una parte de lo que nos va a ocurrir si no viramos el rumbo de la nave de forma inmediata.

A pesar de ello, quiero en primer lugar dejar testimonio sentido para todas las personas que han sufrido pérdidas o que están pasando la enfermedad del coronavirus.

Me duele profundamente en el alma ver las noticias donde se hablan de los muertos e infectados con esa frialdad y la subjetividad en la transmisión de la información propias del que quiere a toda costa minimizar los problemas o incluso meritar en una gestión de la crisis que, espero, sea declarada en algún momento como negligente y criminal.

Yo, como afectado directo, sí entiendo su sufrimiento y dejo aquí constancia del respeto y apoyo moral del que soy capaz y, un “chapeau” a los sanitarios que me han atendido, que, como el resto del colectivo, y el resto de la sociedad, está siendo un ejemplo de entrega y abnegación a pesar de los escasos medios con los que contamos.

Para poder llegar a transmitir mi opinión y sentimientos sobre los problemas estructurales que padecemos, me ha parecido mejor articular el documento en diferentes capítulos para permitir, confío, en que, como la urdimbre y la trama, nos ofrezca una pieza al final de su elaboración.

  • Un caldo de cultivo
  • La Calidad de la democracia en España
  • ¿Pactos de la Moncloa?
  • Los representantes sociales y la Sociedad Civil

Un caldo de cultivo

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En el artículo que compartí con vosotros el pasado 21 de marzo hacía un comparativo entre la experiencia profesional vivida en Banesto (situación históricamente atípica en el mundo financiero español) con las actuaciones del gobierno ya en esta fase de gestión de la crisis y el que básicamente venía a decir:

  • Cuando se produjo la crisis, en el banco aterrizó un equipo de profesionales muy capaces, que hicieron posible elaborar y ejecutar un buen y acertado plan de trabajo, mientras que ahora no tenemos nada más que una pandilla de ineptos, una gran parte sin ninguna experiencia profesional y, casi, una parte de ellos, sin experiencia en la vida.
  • Destacaba que, en la actualidad, con tantas competencias delegadas, el gobierno en la mayoría de sus ministerios, “no tiene un verdadero control” de la situación. Han ido otorgando competencias, pero sin mantener el control. El ejemplo más reciente ha sido el estrepitoso fracaso del Ministerio de Sanidad al intentar centralizar las compras de material sanitario. No quiero pensar cuántas muertes y cuántas personas contaminadas ha supuesto tan negligente actuación.

Decía, y lo mantengo, que las CCAA se han convertido en auténticos reinos de taifas, con una división político-administrativa de nuestro territorio propias de la época de dominación musulmana tras la disolución del califato cordobés. Afortunadamente todavía no estamos en la situación de desorden y anarquía de antaño, pero estamos camino de ello si no se produce un giro de timón en muchos órdenes.

Decía también, que los políticos actuales solo han vivido época de abundancia y se escudan detrás de la “legitimidad de la política” para hacer lo que más les interesa a ellos Y si, es posible que sea legal pero desde luego ni es ético ni cumple con ninguna de las virtudes cardinales (Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza). Su credibilidad está bajo mínimos y sin confianza no existe la democracia.

Comprendo la dificultad de afrontar una crisis sanitaria como la que se nos ha venido encima, pero ésta nos ha dejado de manifiesto lo que realmente nos sucede “no tenemos a nadie con liderazgo suficiente ni equipo competente para gestionar” y al final, como anteriormente, en cada CCAA se está gestionando (o incluso contando a los muertos), con el criterio de cada reino de Taifa. Aunque al final, hasta tendremos que estar agradecidos porque si no, todavía estaríamos esperando las primeras compras realizadas por nuestro querido gobierno.

En definitiva, con el artículo del “caldo de cultivo” venía a expresar mi sensación de que tenemos formalmente, un país, una España, pero en la práctica, 17 reinos de taifas, más las ciudades autónomas, en los que, a imagen y semejanza de sus mayores, se encuentran excesivamente ocupados en mantener e incrementar sus cuotas de poder y a crear un clientelismo que les permita mantener su boca cerca de la teta que los sustenta.

Yo se que las cosas son complejas de gestionar y que nada en la vida es perfecto, pero en esta sociedad nuestra, hemos conseguido que, dependiendo de la Comunidad Autonómica en la que te toca vivir por tus circunstancias, tendrás una mejor o peor educación para tus hijos, una mejor o peor atención sanitaria, un nivel de impuestos mayor o menor, una administración más o menos ágil,…  Y, todo esto, multipliquémoslo por muchas veces cuando hablemos de aquellos aspectos donde tienen competencia los Ayuntamientos. Y se les llena la boca diciendo que quieren una España más igualitaria.

Estas permanentes transferencias, fruto en casi todos los casos de trueques electorales en beneficio de partidos políticos, que no de la gestión de los territorios, han ido produciendo un Estado débil incapaz de gestionar divisiones políticas mal resueltas, y, ni mucho menos, abordar cuestiones que requieren de una planificación y consenso de largo plazo para la ciudadanía. Están todos instalados en el corto plazo (a golpe de telediario) e improvisando permanentemente.

La Calidad de la democracia en España

Tanto si analizamos los estudios por el Instituto Internacional para la Democracia y Asistencia Electoral (IDEA, organización intergubernamental que apoya la democracia sostenible en todo el mundo), como el que elabora la Fundación Alternativas (que otorga un 5,8 en una escala de cero a diez) o bien The Economist, en todos los casos, los expertos coinciden  en que España se puede situar entre las 20 primeras democracias consolidadas del mundo.

Yo también creo consolidados lo que miden los principales indicadores que utilizan, procesos electoral y pluralismo, funcionamiento del Gobierno, participación política, cultura política democrática y libertades civiles y que ahora están arraigadas y forman parte de nuestro ADN.

Pero nuestra opinión pública no tiene el mismo sentimiento que el de los expertos, ya que según una encuesta de Metroscopia publicada antes de la repetición de elecciones, solo el 40% de los españoles declaraba estar contento con la democracia española.

La inmensa mayoría de los españoles (87/%) consideran que el régimen democrático es sin duda preferible a cualquier otro sistema.

El problema es su funcionamiento: dos de cada tres consideran que está funcionando mal. Y funciona mal porque los partidos han generado una clara decepción ciudadana y generado no solo una desconexión entre instituciones y ciudadanos sino un país donde el orgullo nacional se ha ido debilitando en el tiempo y en que se ha instalado la sensación de que el estado del bienestar es algo que nos viene dado como el maná del cielo.

Y en este sentido, sobre la “calidad de la democracia”, los expertos no tienen en cuenta otros problemas reales de nuestra sociedad, como el desempleo, la educación, la desigualdad, el acceso a servicios públicos de calidad, la igualdad de oportunidades o, en general, el bienestar social, y, ni mucho menos, la resolución pendiente de los problemas estructurales españoles. Todo ello son factores clave para entender la verdadera calidad de una democracia.

Obviamente el Doctor Sánchez corre a ponerse medallas cada vez que hay algún indicador de este tipo con resultados positivos, pero no presta ninguna atención al sentir de su ciudadanía y ni tampoco husmea en las razones que llevan a que, en la clasificación de ‘The Economist’, la variable peor valorada (muy por debajo de la media) sea la función de Gobierno.

Todos estos señores que tenemos como políticos, no parecen haber entendido que la democracia no es gobernar en nombre del pueblo, sino hacerlo respetando las voluntades reales del pueblo. No hay nada tan irresistible como un poder tiránico que manda en nombre del pueblo.

No obstante, que la democracia decaiga no significa que se quiebre de forma inmediata, pero sí se va taladrando, como hacen los insectos con los geranios, hasta que se seca, lo cual provoca que cada vez sus resultados se vuelven más decepcionantes para más gente, los ciudadanos se vuelven más escépticos y menos participativos, el control de los Gobiernos se vuelve más costoso, el desarrollo se ralentiza… porque si nos volvemos descreídos el control del poder político será cada vez más difícil y la democracia deja de ser una promesa interesante para muchos y eso provoca la aparición de grupos cada vez más radicales, como está sucediendo en Europa, por cierto.

En mi vida profesional he tenido la oportunidad de conocer empresas que tenían “perfectamente instalados” todos los mecanismos de gestión y de control. Excelentes comités de Dirección, auditorías independientes, Consejeros formados y con decisión autónoma, modelos de control,…… Pero que en el fondo estaban instalados “formalmente” para cumplimiento de la normativa, pero con un funcionamiento real del ordeno y mando del que se sienta en la poltrona. Esto mismo es lo que nos está pasando en nuestro País, con una democracia “formalmente instalada” pero que no es útil ni aporta la suficiente felicidad a sus ciudadanos ni al desarrollo económico o social.

Considero que la ideología es absolutamente necesaria y sana en una democracia, pero la gestión de los responsables, orientados realmente a los ciudadanos, es fundamental, no todo es ideología. Sucede lo que en muchas empresas grandes que dicen que “el cliente es el centro de su atención”, cuando realmente están repletos de directivos que no luchan más que porque la conservación de sus puestos y que, en estado permanente de complacencia, se instalan en la comodidad sin permitir la más mínima crítica sobre la gestión que realizan.

Y debemos añadir otro factor esencial para entender la situación actual. Si buscamos el término corrupción en la R.A.E., nos dice:

4. f. En las organizaciones, especialmente en las públicas, práctica consistente en la utilización de las funciones y medios de aquellas en provecho, económico o de otra índole de sus gestores.

En un sentido amplio, corrupto no es solo el político que se lleva el dinero (para él o su partido), sino también el que coloca a amiguetes o afines en puestos de responsabilidad sin que tengan preparación para ello. Corrupto sería el político que diseña políticas o realiza actuaciones que favorecen a su partido y no a los ciudadanos, corrupto es aquél que utiliza los medios de comunicación en beneficio propio o de su partido para limitar la libertad de expresión, para realizar adoctrinamiento o atacar a sus competidores. Corrupto seria también el político que acepta un puesto de responsabilidad sin tener la preparación o experiencia necesaria para ejercerlo.

Con esta visión amplia, considero que tenemos un nivel de corruptela muy extendido entre la clase política actualmente y que, al estar tan generalizada, es bastante difícil establecer mecanismos adecuados de rendición de cuentas porque entre ellos tienen mucho interés en evitar que haya castigos efectivos.

Uno de las cosas que nos harían mejorar el nivel de corrupción que tenemos, sería el de mejorar la selección de la clase política, a quien hoy:

  • No se les exige ningún requisito de formación para acceder a puestos de parlamentarios, senadores, concejales, ni, por supuesto, para Presidente de Gobierno
  • Se les permite mentir. ¿en cuantas mentiras se ha pillado a nuestro presidente del gobierno actual y se mantiene en el puesto?
  • Se les permite hacer una lista de promesas electorales e incumplirlas todas. Las hemerotecas son muy malas, señores políticos.

Y, de forma simultánea, tendríamos que mejorar los métodos de rendición de cuentas y los mecanismos de revisión de la actuación antes de que, en 4 años de mandato, hayan generado la ruina del país.

¿Y todavía se sorprenden que en los indicadores de calidad democrática salga que en España los niveles de desconfianza social y hacia las instituciones, y de ineficacia política de la ciudadanía son particularmente altos?

¿Pactos de la Moncloa?

En los Pactos de la Moncloa, todas las fuerzas políticas y territoriales se concertaron para establecer unas bases sobre las que modernizar el país. La radiografía de aquella España de 1977 presentaba, en el terreno económico, un cuadro clínico explosivo y con de los graves problemas estructurales de la economía española, que se ha instalado a lo largo de los 40 años, el desempleo.

Si echamos un vistazo a las personas que formaban parte de nuestros inicios de democracia y los de ahora, y tenemos la curiosidad de analizar sus trayectorias profesionales, veremos que nuestros primeros políticos de la democracia (de muy diversas o incluso radicales ideologías) ganan por goleada en cuanto a experiencia y formación a los políticos de ahora.

Por otro lado, hay que destacar que al inicio de la democracia, había un objetivo común instalado en la cabeza y en la consciencia de todos los participantes (más bien de casi todos), que era el de conseguir una serie de libertades importantes para nuestra sociedad, cosa que en el contexto actual, en el que casi todos se han criado en ese estado de libertades y el posterior estado del bienestar que se consiguió, lo dan como natural y “juegan” a otras cosas sin aportar el esfuerzo necesario para mantener lo conseguido.

Pero hay otro aspecto diferencial, y a mi juicio peligroso, como decía Luis del Valls hace unos días:  en esa época, en la que no olvidemos que el ejército no tenía muchas ganas de dar el salto a la democracia, todos teníamos miedo a no conseguirlo, lo cual aportaba las dosis de sensatez necesarias para ceder en lo necesario hasta alcanzar los consensos.

En los políticos actuales, ese miedo no se tiene y eso es un riesgo importante porque lo que no se cuida, se termina estropeando y muriendo.

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En todo caso, es difícil mejorar cosas cuando no hay actitud para ello, y las actitudes que está demostrando este gobierno son más propias de un gobierno totalitario que democrático.

A pesar de que a estos dirigentes les gusta utilizar términos bélicos, creo que no se han dado cuenta que la guerra es muy parecida a lo que nos está ocurriendo. Hemos sido atacados (por un virus), hemos tenido que sacar a los militares a la calle, tenemos millares de muertos y todo esto a dejar nuestra economía, como ha dicho Luis de Guindos, en niveles que podrían llegar a ser como los posteriores a nuestra guerra civil.

En este escenario, estos señores se permiten el lujo de seguir igual que antes, siendo prepotentes, no contando con el resto de fuerzas políticas del país, no consultando a sus mayores con más experiencia (como ha reconocido recientemente el exministro Corcuera). Todo lo contrario, siguen sacando pecho por una gestión, que más bien podría calificarse de negligente, e intentando sacar provecho de las facultades del estado de alarma para poner en marcha medidas que solo son necesarias para su ideario político.

Se han hecho con el control de los principales medios de comunicación del país y filtran/censuran la información a los ciudadanos y los utilizan como plataforma para atacar a otras formaciones políticas de forma permanente. ¿y estos se quejaban (aunque casi ninguno lo vivió) de las políticas franquistas?

Son unos perfectos irresponsables, no se están dando cuenta que se han encontrado con el edificio de la democracia construido, pero afectado por aluminosis y que ellos lo están incrementando.

En definitiva, están a lo suyo, a conseguir más parcelas de poder, a sus corruptelas, con su soberbia y su indignidad y, como no gestionan realmente el país, hacen bueno el pensamiento de Ortega y Gasset:

De verdad que deseo que fueran capaces de ver la luz y que sus entendederas se alarguen lo suficiente para comprender que es el momento de hacer un gobierno de coalición que de verdad aborde los problemas de los ciudadanos, pero mucho me temo, por lo que están demostrando, que no tienen talento ni talante para ello.

Y, en todo caso, si lo hicieran, que no hagan más operaciones de maquillaje y tengan en cuenta que de lo que se trata es de solucionar muchos de los problemas estructurales que arrastramos desde hace mucho tiempo:

  • Productividad, indicador de progreso y de mejora en los estándares de vida. Entre 2001 y 2016 tenemos caídas de entre el 5% y el 10%, estando a la cola de los países más avanzados de la UE. Eso si, tranquiliza que estamos mejor que Rumanía o Bulgaria.

De hecho, la falta de crecimiento de productividad es la causa principal de que España no haya convergido desde mediados de los años 70 del siglo pasado al nivel de renta de los países del norte de Europa.

  • Serio problema de cuentas públicas en el corto y en el largo plazo. En el corto plazo, el déficit estructural de las administraciones públicas, es decir, el déficit descontado el efecto del ciclo económico, ronda el 2,5% del PIB, lo cual nos sitúa en un estado de debilidad absoluta para afrontar el nuevo “sunami” económico que se nos viene encina. Y en el largo plazo nos enfrentamos a un problema de pensiones y asistencial, derivado de nuestra situación demográfica, que nadie tiene narices a abordar y no solo por la sostenibilidad del sistema de pensiones, sino por el incremento del gasto sanitario en la medida en que crece la expectativa de vida.

España registra el mayor déficit estructural de la zona euro, lo cual dificulta enormemente la reducción de la deuda con respecto al PIB, Por lo que apenas tenemos margen fiscal y por lo que el gasto subirá más y la recaudación tenderá a bajar, por lo que nuestro agujero presupuestario volverá a crecer de forma intensa.

  • Mercado de trabajo ineficiente, siendo, por su nivel de desempleo y de temporalidad, una «anomalía internacional» y, seguramente no sea achacable tanto al “modelo productivo”, sino a:
  • Políticas activas de empleo poco eficientes
  • Cotizaciones sociales que, superiores a la media europea, encarecen la contratación
  • Una negociación colectiva centralizada, con efecto «normativo» de los convenios (que los hace obligatorios para empresas y trabajadores que no participaron en su negociación).
  • Escasa movilidad geográfica de los desempleados, que explica las grandes diferencias regionales de las tasas de desempleo.
  • Y un sangrante «paro subsidiado» en zonas rurales que fomenta poco las ganas de producir.

.Un sistema público caro y espeso con escasa eficacia en el uso de los recursos que se le asignan y con problemas del tipo:

  • Corrupción y fraude en el uso de fondos públicos;
  • Una regulación de la actividad económica que impone costes excesivos a los empresarios;
  • Confusión la gestión pública en régimen de monopolio por la Administración de un servicio público -sin competencia entre posibles gestores- con la universalidad de las prestaciones.
  • Raquitismo empresarial, con una media de 4,6 trabajadores, frente a los 12 de Alemania. Ese exiguo tamaño limita su capacidad para internacionalizarse y competir. Y todo esto, viene motivado en gran parte por la legislación y prácticas administrativas que lo fomentan indirectamente:
  • Imposición de especiales obligaciones a las empresas con más de 50 trabajadores (por ejemplo, creación de un comité de empresa);
  • Lenta y burocráticas gestiones en las autorizaciones para la creación de empresas.
  • Falta de mecanismos que financien el crecimiento de las empresas.

Si, es imprescindible que la modernidad que nos gobierna, abandone ese pensamiento débil que les instala permanentemente en lo coyuntural, Es decir, atender el último dato para particular un discurso, casi siempre interesado y alejado del rigor que no solo lleva a la confusión sino que, además, impide abordar los temas estructurales que necesitan, además de un adecuado consenso, una maduración de muchos años:

  • Educación, Con una tasa de fracaso escolar sin parangón (20% en España frente a 2% en Corea, por ejemplo).
  • Sanidad, con un funcionamiento disperso entre las diferentes CCAA
  • Justicia, con un sistema lento y poco eficiente.
  • Energía, Ante el cierre de centrales nuclares y térmicas, teniendo que abastecer a una población que cada año consume más energía por persona, y sin decisión sobre el modelo alternativo y el dinero necesario.
  • Agua, en un país que se va desertificando progresivamente y no contamos con una verdadera política de embalses o trasvases y en el que se espera que para el 2030, aproximadamente un 65% de la población tenga problemas de abastecimiento.
  • …….

Ante la gravísima crisis sanitaria que estamos viviendo, la nueva crisis ya sobre la mesa, y la consiguiente amenaza de descomposición de nuestros grandes logros institucionales, económicos y sociales, es extremadamente urgente que el PSOE siente la cabeza y se junte con el PP y C’s para tratar de sacar adelante nuestro país de la mejor manera posible y con un gobierno que incorpore perfiles profesionales intachables, que en España sobran.

Yo soy de los que considera imprescindible un gran pacto de estado en estos momentos, pero de fondo, no de forma.

Los Representantes Sociales y la Sociedad Civil

Ya hemos visto el panorama que tenemos. ¿y frente a esto qué?, pues yo creo que, de momento y desgraciadamente, NADA.           

Se tiende a denominar y a incluir con categoría de Agentes Sociales a una serie de organismos, agrupados en distintas tipologías: Organizaciones Empresariales (CEOE y CEPYME), Organizaciones Sindicales (UGT, CC.OO, (estos dos con más del 70% de presencia en los comités de empresas- USO, ELA y CIG), Otras Organizaciones, que representan una amplia diversidad de asociaciones, Fundaciones, Observatorios, y diversos ámbitos de la Administración entre los que cabe destacar la Federación Española de Municipios y Provincia (FEMP).

Y, por otro lado, tenemos un sin fin de las autodenominadas ONG’s, organizaciones subvencionadas e influidas por partidos políticos de todas las ideologías.

Yo en mis tiempos mozos fui un activista en el mundo sindical y puedo dar fe que los sindicatos de entonces, tanto en cuanto a su filosofía como a su funcionamiento, nada tiene que ver con los de hoy, a los cuales encuentro absolutamente deslegitimados social y políticamente porque no tienen base de afiliación o militancia de sus miembros para representar ni a los trabajadores ni a la sociedad.

El sindicalismo español ha convertido parte de la acción sindical en empresas de servicios a la búsqueda de subvenciones y mecanismos de financiación (cuando no de corruptelas) para mantener sus enormes estructuras burocráticas y se han convertido en instrumentos cómodos para los gobiernos, a cambio del precio adecuado, claro.

Adicionalmente, a lo largo del tiempo, además de los sindicatos tradicionales, los regionalistas y los sectoriales, se ha ido creando un entramado de asociaciones: ONG’s, asociaciones de consumidores, cámaras agrarias, cámaras de comercios,… que se suponen que ostentan la “representación social” pero que son solo organizaciones abrazadas a la ubre que les da de mamar cada legislatura.

Por tanto, la pregunta es ¿existe realmente una sociedad civil en España.? Si por sociedad civil entendemos una sociedad adulta, consciente de sus derechos y de sus responsabilidades, bcapaz de poner límites a este intervencionismo de las administraciones, la respuesta es NO.

Por razones profesionales, tuve la oportunidad de disfrutar de algunas charlas de Antonio Garrigues Walker, que opinaba que el problema de la sociedad civil está en que no habla, no levanta la voz, no dice nada. Cada uno de nosotros no estamos haciendo lo que tenemos que hacer y que la clave está en asumir nuestra propia responsabilidad.

Y estoy de acuerdo, empezando por mí, que la sociedad civil no es que esté dormida, es que no está interesada y por tanto no hace nada. Tras pasar los primeros años de democracia, en la medida en que la consolidación de la misma y el estado del bienestar ha ido dando sus frutos, ha ido decayendo el interés de la participación en las cuestiones políticas y hemos ido envejeciendo preocupándonos cada uno de lo nuestro. En mi caso también.

Las nuevas generaciones, “que se lo han encontrado todo hecho”, no han sentido las inquietudes que de forma permanente bullían antaño en nuestras universidades.

Los acuerdos y cambios que hay que provocar son de mucho calado, y en la actualidad, no veo ni talla ni interés por parte de los políticos en cambiar nada, entre otras cosas porque iría en contra de sus propios intereses.

En este sentido, lo único que veo posible que esté en nuestra mano, es que volvamos a ser políticamente activos y ser mucho más participativos en todo, de tal forma que, con nuestras protestas y propuestas, se pueda escuchar la voz de una sociedad civil que está harta.

Yo me he declarado de nuevo “políticamente activo” y voy a participar mucho más y quiero hablar con los demás, no para convencerles de que piensen de otra manera, sino para que sean exigentes con los políticos que nos conducen, aunque sean de su mismo color.

Como dice Julio Anguita, que precisamente no es sospechoso de ser muy de derechas, hay que “medir a las fuerzas políticas por lo que hacen” y “hay que votar al honrado, no al ladrón”.

Zapatero negó la anterior crisis económica, Rajoy negó la crisis catalana y Sánchez la actual crisis sanitaria, y el resultado en cada caso, ha sido que los ciudadanos hemos pagado caro sus errores. Ahora con la vida de más personas de las que se debería y, encima, una parte del gobierno, con sus televisiones al frente, está considerando que ésta es una muy buena ocasión para desmontar nuestro edificio constitucional y de paso a quien tan bien lo corona, S.M. El Rey.

El pueblo español ha sido siembre combativo cuando ha tenido que hacerlo. Iberia fue el territorio que más siglos les costó conquistar a los romanos, pudimos expulsar a los Árabes de nuestros territorios, montamos el mayor imperio del mundo con los Reyes Católicos y vencimos, con pocos medios y mucho valor, al mayor ejército del mundo entonces, a Napoleón.

Pero igual que tenemos la virtud de estar unidos y sacar las garras en tiempos difíciles, también la historia nos enseña que tenemos el defecto de entregar el gobierno a patanes e ineptos que han venido a servirse de nosotros, no a servirnos.

Pues ahora es otro de esos momentos difíciles para España, y, seamos de un color u otro, hemos de demostrar que la ciudadanía no está dispuesta a soportar más la gestión de incompetentes y corruptos.

El tiempo corre en nuestra contra y por tanto es el momento de actuar para el ciudadano para, al menos, tener la conciencia tranquila de haber peleado con la única arma legítima que nos queda, la voz. Yo ya estoy ahí.