Tengo que confesar que, como dice la canción: “tengo el corazón partio” como consecuencia de la decisión del monarca de dejar España ante la repercusión de «ciertos acontecimientos pasados» de su vida privada.
He tenido la fortuna de estar dos veces con el Rey emérito y reconozco que te bastan cinco minutos para apreciar a ese hombre. Un lechado de simpatía, cercanía y unos conocimientos y saber estar dignos de admiración.
También tengo que confesar que no soy especialmente monárquico en mi corazón, pero creo que la Monarquía, en la democracia, ha sido un modelo de estado que ha dado a España los mejores años de su reciente historia. Me cuesta entender cómo hay gente que se empeña en volver al modelo republicano del que tan malos recuerdos tenemos.
Soy más de personas que de instituciones, y en este sentido, creo que hemos tenido en Juan Carlos I un Jefe de Estado de lo mejor del mundo, que ha contribuido al bienestar de los españoles y a la estabilidad de nuestra democracia, tanto dentro como fuera de nuestro territorio e, incluso, ha cubierto con holgura muchas carencias de nuestros Jefes de Gobierno.
Nadie ha ayudado más a nuestros empresarios ni nadie ha conseguido más “marca España” que Juan Carlos I. Se ha labrado un reconocimiento internacional como pocas personas en el mundo.
En sus actuaciones personales, la cosa no ha estado al mismo nivel, aunque no soy quién para juzgarlo, pero opino que, en la vida, todos tenemos que afrontar las consecuencias de nuestros actos, incluso el Rey.
Hay dos razones que me producen malestar en los hechos acontecidos, de un lado, que el mismo haya tirado por la borda un prestigio mundial de primer nivel. Dudo mucho que haya personas en nuestro planeta que tenga tantos premios y reconocimientos como nuestro Rey emérito, y sin embargo, en unos pocos años, lo ha tirado por la borda. Amen de otros acontecimientos familiares que tampoco han ayudado mucho.
De otro lado, me parece infame que por parte de representantes del gobierno y de algunos partidos políticos que gobiernan CCAA, y que no son otra cosa que representantes del gobierno en el territorio, que se ataque a la institución y no a las personas que comenten supuestamente un delito o una actuación poco decorosa.
Para empezar el Rey emérito no está ni imputado ni acusado todavía de nada, por lo que la presunción de inocencia se la están pasando por el mismísimo arco del triunfo.
El PNV, principal partido de Euskadi, ha considerado «un gesto insuficiente» la salida de España del exjefe del Estado. Si, este mismo partido que como cual fulana se vende al que mejor precio paga y al que consiente en mantener y aumentar sus privilegios. Ese mismo partido que da cobijo a los terroristas de ETA, que consigue el acercamiento de las cárceles a los condenados y ese mismo que permite que en el territorio vasco vuelva el estado de odio hacia todo lo español, de momento, sin pistolas ni bombas, pero el mismo reino del miedo que otrora.
Los catalanistas hacen palmas con las orejas y comparan la situación del Rey emérito con Puigdemon… menuda broma. Mientras Junqueras, declara su deseo de que “todos seamos igual ante la ley”, olvidándose que él si que ha sido procesado y encarcelado.
Pablo Iglesias por su parte considera que «La huida al extranjero de Juan Carlos de Borbón es una actitud indigna de un ex Jefe del Estado y deja a la monarquía en una posición muy comprometida». «Es un deber para quienes ocupamos cargos de gobierno velar por la ejemplaridad y la limpieza de las instituciones».
Si, este mismo Iglesias que ha obtenido financiación de Venezuela y de Irán, el mismo que realizó Bullying contra Celia Cánovas en su partido, el mismo que mintió a un Juez en el caso Dina y el mismo que, que está siendo investigado por la Justicia por posible delito de daños informáticos y revelación de secretos. Diría Federico Trillo: “manda huevos”.
Y mi querido amigo, si, ese que mintió en lo de su tesis, que ha silenciado los fraudes multimillonarios de Andalucia, que ha mentido a todos los españoles antes de acceder al poder, que ha conseguido el mayor número de fallecidos por su mala gestión y el que ha generado la mayor crisis económica de la historia de España. Si, ese mismo, el que estaba “inquieto” y “perturbado” hace poco más de 20 días y, aunque ha declarado que va a defender la estabilidad institucional.
Si, ese Pedro Sánchez que ha pactado con podemos que Juan Carlos I debía abandonar su residencia como exigencia para respaldar los presupuestos, sin sopesar el grave daño que puede causar la imagen de don Juan Carlos refugiado en un país extranjero cuando aún no hay una decisión judicial sobre él. Como en todo lo que hace, manteniendo posiciones equívocas.
Pero mucho me temo que darle un trozo de pan al can no será suficiente, no he conocido a ningún perro que, tras oler sangre, deje la pieza.
Salvo que haya algún pacto no conocido, marcharse de su lugar de residencia es una cosa y salir del país (como tuvo que hacer su abuelo Alfonso XIII) es otra, porque además de la presión interior, se suma el desconcierto fuera de nuestras fronteras. Yo tampoco lo entiendo.
Dudo mucho que la jauría, ceje en su empeño por dañar a la Corona, y por ende nuestra democracia, porque además de que no saben hacer otra cosa y no aportan nada, necesitan un hueso periódicamente al que roer para justificar su presencia y el salario que se les paga.
Lo cierto es que ver a D. Juan Carlos, artifice de la transición, fuera del país (a pesar de los pesares), provocado por las fuerzas políticas más indignas de la democracia española, me llena de tristeza y desasosiego.
Mucho me temo que esto no es el inicio de una etapa de regeneración de la honestidad pública, sino una más de esta depravada manada que nos ha tocado en suerte, que hace de su capa un sallo y que utilizan vías torticeras para cambiar un modelo que tiene previstas sus vías para la modificación. Los responsables de esta solución han prestado un flaco servicio a España.
No se si procede, pero porque mis padres me enseñaron a ser agradecidos, por todo lo positivo que nos ha aportado D Juan Carlos, y por el legado extraordinario que nos ha dejado en su hijo, a quien considero un magnífico Jefe de Estado lanzo un Viva el Rey.

José García Cortés
4-8-20
Comparto uno a uno todos los puntos de tu artículo y agradezco a Juan Carlos I el haber instaurado la democracia en España además de haber sido quien más ha hecho por favorecer el mercado exterior de nuestras empresas y por tanto por la creación de empleo.
Los que ahora le critican deberían mirarse el ombligo y reconocer los delitos del 3% en Cataluña, los asesinatos de ETA, los desfalcos de los ERES, CURSOS DE FORMACION, etc. más los numerosos delitos que se le imputan a Iglesias, Monedero, Echenique y otros. Todos estos voceros no buscan solo la caída de Juan Carlos, sino cargarse la monarquía y con ella el orden constitucional que tanto progreso nos ha proporcionado.
Por ello grito contigo: «VIVA EL REY»
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Viva el Rey,
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Otra vez tengo que felicitarte por el fondo y la forma de tu artículo. Muy bien. Corrige si puedes dos fallos ortográficos. nefasto en vez de lefasto y sayo en vez de sallo. Abrazos.
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