LA MALA MEMORIA

Esta mañana estaba escuchando el programa de Onda Cero que se emitía desde Alcázar de San Juan, localidad en la que se está terminando la vendimia.

Una de las entrevistas que han realizado ha sido a José Luis Martínez guijarro, vicepresidente primero del Gobierno de Castilla La Mancha. Hombre con un buen currículo formativo y que ha estado prácticamente toda su vida laboral vinculado a la administración.

Ha comentado reiteradamente la necesidad de que vengan más inmigrantes porque tienen escasez de mano de obra, al tiempo que ha criticado vehementemente las declaraciones del P.P. sobre el carné por puntos y, por supuesto a BOX, por su política antiinmigración.

El Sr. Martínez, seguramente no realizaba esas declaraciones de forma sesgada ni tendenciosa, pero ha tenido un lapsus de memoria al no mencionar que concretamente en Alcázar de San Juan hay una tasa de paro del 13%, según datos SEPE.

Seguramente, también por descuido, a pesar de ser vicepresidente primero, ha olvidado mencionar que Castilla La Mancha tiene una tasa de paro del 13,23%, según fuentes oficiales, bastante superior a la media nacional.

No estoy en contra de la inmigración en general, sí del despelote de política que tiene este puñetero gobierno, como así lo puse de manifiesto en mi estudio sobre la inmigración.

Si han de venir inmigrantes, traigámoslos, pero no es de recibo que las políticas clientelistas de este “gobierno progresista” continúe dando de comer, con cargo a nuestros impuestos, a un ejército de holgazanes y demás patulea que pueblan nuestros territorios.

No es de recibo que no encuentre trabajadores cuando necesito mano de obra para mis tierras, y no es de recibo que cuando consigo a alguien, no quiera que les de alta en la Seguridad Social porque están cobrando las ayudas de un estado que ni controla a los vagos y ni siquiera tiene el más mínimo interés.

Hay un debate serio pendiente sobre inmigración, SI, pero hay un debate previo sobre el problema que hemos generado en una generación de vagos que ni quieren trabajar ni se les espera.

Así nos va.

José García Cortés

     5-10-25

EL ¨ NUDO GORDIANO ¨ DE LA POLITICA ESPAÑOLA

Es triste que el debate de la política española se haya convertido en disputas retóricas con numerosas escaramuzas dialécticas e invectivas continuas ante el adversario.

Creo que los medios de comunicación deben limitar a contertulios y políticos que no tengan un mínimo de educación y respeto. Pongo varios ejemplos:

El representante de Podemos del Parlamento de Castilla y León, Pablo Fernández, no ha tardado en contestar a A. Núñez Feijóo sobre sus recientes declaraciones de la inmigración indiscriminada. Lo ha llamado: deleznable, miserable y abominable. Que su discurso actual está cerca del ¨delito de odio ¨, por criminalizar a los emigrantes: ¨ Debería ser juzgado y condenado ¨. Solo ha dicho que la inmigración debería ser legal y que tendrían que ser deportados los que tengan causas criminales.

Ana Alcalde, con el apelativo de la ¨ Barbie de Gaza ¨, cree que es un ¨ bulo ¨ las violaciones y asesinatos despiadados a las jóvenes israelíes cuando fueron aterrorizadas por Hamás el 7 O. Cuando distintos programas y medios le han llamado la atención; los ha hecho responsables de su integridad física y amenazas, insultándoles llamándoles fascistas y genocidas.

El exministro J.L. Ábalos, concupiscente e iracundo, se subleva y se vuelve draconiano cuando se le pregunta por sus fechorías económicas, sus meretrices y su presencia con colipoterras (como le llamó C. J. Cela ) en casas de lenocinio.

Cuando a los portavoces gubernamentales se les pregunta por las imputaciones de los familiares del presidente del Gobierno o el Fiscal General, responden siempre de forma extemporánea y anacrónica, refiriéndose a Ministros del Gobierno de M. Rajoy. Antes de que terminen su intervención, no se olvidan de demonizar al medio que le ha preguntado.

No es intrascendente lo que está ocurriendo. Continuamos sin un líder político capaz de deshacer este ¨nudo gordiano¨ de los entresijos de la democracia española como en su día hizo el Rey de Macedonia: Alejandro Magno. Cortó con su espada de solo un estoque este nudo, sin detenerse a su desenredo. Es obvio que este líder español lo haría de forma metafórica.

Manuel Lozano Molina

          30-9-25

Ética, estética, responsabilidad penal y política: cuando los principios se ponen a prueba

La política no es solo el arte de gobernar, sino también el espejo donde una sociedad se mira a sí misma. Y como todo espejo, refleja no solo la imagen que se quiere proyectar, sino también las sombras que a veces se intentan ocultar. En este contexto, es necesario reflexionar sobre los cuatro pilares que deberían sostener la vida pública: la ética, la estética, la responsabilidad penal y la responsabilidad política.

Ética: lo correcto, aunque nadie mire

La ética no es una ley escrita, pero actúa como su brújula. No todo lo que es legal es necesariamente ético. Gobernar desde la ética implica actuar con integridad, transparencia y vocación de servicio. Significa anteponer el interés general al personal o partidista.

El reciente caso del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, procesado en octubre de 2024 por el Tribunal Supremo por un presunto delito de revelación de secretos ha abierto un debate: ¿cómo puede ejercer la máxima autoridad judicial quien está siendo investigado penalmente?

Pero la polémica no termina ahí. A ello se suma la investigación judicial al hermano del presidente, y apertura de juicio oral, David Sánchez, por presunto cobro de fondos públicos por trabajos supuestamente ficticios como asesor cultural en la Diputación de Badajoz. Pendiente de resolución judicial, la falta de transparencia y las resistencias a ofrecer explicaciones afectan directamente a la ética política.

Estética: lo que parece, importa

En política, las formas también son fondo. La estética política no es solo apariencia: es la percepción que la ciudadanía tiene de sus representantes. Cuando se traspasan ciertos límites —aunque no se infrinja ninguna ley—, se erosiona la confianza pública.

Un ejemplo paradigmático fue la negativa inicial de Pedro Sánchez a exigir responsabilidades al exministro José Luis Ábalos, implicado por su estrecha relación con su exasesor Koldo García, investigado en la trama de corrupción vinculada a contratos públicos de mascarillas durante la pandemia. La tardanza en su expulsión del Grupo Socialista, que solo se produjo tras una fuerte presión mediática y política, generó un daño reputacional significativo.

También ha sido objeto de críticas el papel de Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, por sus viajes a Suiza para reunirse con el equipo de Carles Puigdemont en el marco de las negociaciones con Junts, sin que estas misiones se hayan comunicado con claridad al Congreso ni a la ciudadanía. La opacidad en cuestiones tan delicadas crea una estética de confusión y desconfianza.

Responsabilidad penal: cuando la ley se impone

La responsabilidad penal marca el paso de lo reprobable a lo punible. En democracia, nadie está por encima de la ley. Sin embargo, los procesos judiciales suelen ser largos y garantistas, mientras que la exigencia ética o política debe ser inmediata.

Hoy en día, ninguno de los mencionados ha sido condenado en firme. Pero la existencia de imputaciones, investigaciones judiciales o informes policiales, aunque no concluyentes, debería hacer reflexionar a los partidos políticos sobre los límites de la tolerancia institucional. Porque, a menudo, se espera más del cargo público que una simple absolución legal.

Responsabilidad política: actuar por dignidad, no por obligación

La responsabilidad política no necesita jueces ni fiscales, solo sentido del deber. Se ejerce cuando un cargo dimite por errores propios o de su entorno, por pérdida de confianza o por respeto a la institución que representa.

En el caso de Ábalos, el retraso en asumir consecuencias políticas provocó una fractura con parte de la opinión pública y con miembros del propio PSOE. En el de David Sánchez, el silencio institucional ha sustituido a las explicaciones. Y en el del fiscal general, se sigue manteniendo el cargo pese a estar procesado.

La ausencia de responsabilidad política debilita la democracia, porque transmite la idea de impunidad. Dimitir no es una derrota; es una forma de protección del sistema.

Menos mal que Sánchez anunció la creación de una Agencia Independiente de Integridad Pública como órgano central para prevención, supervisión y persecución de la corrupción, eso me deja mucho más tranquilo.

Pero como en otros tantos anuncios, dicha agencia no consta que esté constituida, como tantas otras cosas en este NO Gobierno chapucero, que según fuentes del propio Grupo Socialista, informó que hasta el 27 de junio de 2025 habían 36 leyes aprobadas y publicadas en el BOE, más otras 4 que seguían su trámite en el Senado, pero que todavía hay 42 iniciativas legislativas en distintas fases de tramitación pendientes y 65 leyes bloqueadas en el Congreso por falta de apoyos o porque fueron impulsadas por el Senado. Así nos va.

Sin ética ni estética, la política se vuelve cinismo. La política necesita más que mayorías parlamentarias. Necesita credibilidad, legitimidad y coherencia. Cuando se ignora la ética, se desprecia la estética y se relativiza la responsabilidad política, se abre la puerta a una desafección ciudadana que es caldo de cultivo para el populismo.

Como ciudadanos, debemos exigir no solo que se cumpla la ley, sino que se respete el sentido moral del cargo público. La regeneración democrática no vendrá solo de nuevas leyes, sino de nuevos hábitos. Porque la política, como la confianza, se construye a diario. Y también se puede perder en un instante.

José García Cortés

      27-9-2025

MIENTRAS TANTO

En estos días pasados, una de las noticias destacadas en la información internacional es la llegada de una gran tormenta a Filipinas y Taiwán. Siguiendo la tradición de las tormentas de las últimas décadas, se trata de un tifón con vientos de más de 200 km por hora con rachas de 250, lluvias torrenciales y gran repercusión en zonas pobladas.

La aparición de huracanes en el océano Atlántico también es costumbre en estas semanas de final del verano e inicio del otoño. Todos los años las noticias describen estos fenómenos naturales que nos recuerdan el poder de las tormentas, el océano y, en esta medida, la fragilidad de los asentamientos humanos.

Uno de los conceptos o expresiones más frecuentes en nuestro día a día es “el cambio climático. Hemos vivido este año un calor más intenso que otros, dentro también de las habituales temperaturas tórridas de nuestros veranos.

Escribo desde Canarias, donde las temperaturas también han sido muy altas. En este mes de septiembre, hemos conocido ese calor de manera llamativa. No es habitual que al final de mes, en la semana que empieza el otoño, las temperaturas a las 12 de la noche lleguen a los 29 grados en Las Palmas de Gran Canaria. Los meteorólogos explican que se debe al cambio en los vientos (los alisios cambiaron sus habituales brisas del noroeste y se fueron de vacaciones, dando paso a vientos del sur y sureste, con arena del desierto – calima). Cuando tenemos una calima importante, el sol parece una lámpara de luz cálida en un cielo canela.

El próximo mes de noviembre, se celebrará una cumbre de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (cumbre anual de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático). Se trata de un asunto objeto de controversia por no reconocerse de manera unánime las causas y mecanismos que expliquen lo que esta ocurriendo.

Las naciones unidas han declarado el año 2025 como el año de preservación de los glaciares, dada la evolución de su deshielo en las últimas décadas (más destacado desde mediados del siglo pasado). En lo que llevamos de siglo, nuestro planeta ha vivido un deshielo más veloz (más de 200 mil millones de toneladas anuales).

Aunque parezca un contrasentido, por la cantidad de agua fría que se vierte a los océanos, la temperatura global del agua del mar ha subido 0.4 º C desde 1993. Tengamos en cuenta que los océanos absorben cada vez más calor y que la superficie blanca – hielo- reflectante de la luz solar esta disminuyendo.

Los expertos afirman que existen evidencias de grandes cambios en las próximas décadas.

Si lo pensamos serenamente, podemos asumir toda esta avalancha de información como el resultado lógico de nuestro mundo actual, con información al minuto sobre todo lo que sucede en Castilla la Mancha o en el sur de china.

Tenemos la tentación de integrar todo lo que nos cuentan en el contexto de “esto ha sido así siempre” o “hace años ya ocurrían a veces estas cosas”.

La opinión pública, todos nosotros, nos alimentamos de la información que nos llega por los canales habituales y también podemos enterarnos de más cosas si nos sentamos a buscar datos más específicos en los organismos competentes en materia climática.

Las agencias oceánicas de los países más desarrollados informan en sus páginas web sobre lo que esta ocurriendo. Una de las noticias que todos conocemos es la posible alteración de la corriente del golfo en el Atlántico y el Pacifico. Se están publicando datos sobre el debilitamiento de la corriente del golfo (la llamada Corriente Circular del Atlántico :  Atlantic Meridional Overturning Circulation (AMOC)).

Se trata de un movimiento de agua templada desde el Atlántico más próximo al ecuador, que se dirige al norte de la costa americana, y cruza hacia Europa desde latitudes próximas a Terranova bajando por la costa eurpera hacia el sur.  Su influencia es enorme en las estaciones, las temperaturas y, en definitiva, en los patrones determinantes del clima en toda Europa. Cualquier cambio en esta corriente oceánica traerá novedades muy importantes.

El calentamiento del Ártico y el deshielo de superficies heladas en el océano polar (ha desaparecido el 40% del hielo Ártico en las últimas 4 décadas). Se estima que, en la década de 2040, por primera vez en la historia, el Ártico estará libre de hielo en verano. El llamado cambio en el vórtice polar originara cambios inesperados en Europa.

Podemos leer muchísimo sobre todo esto. El resumen es que, tal y como se deduce de los datos disponibles e, independientemente de las opiniones sobre las causas, vamos a vivir en las próximas décadas cambios drásticos en el clima. Podemos citar ejemplos:

El océano provocara grandes tormentas, que al llegar a la costa serán muy destructivas. La navegación será más compleja y los seguros del transporte marítimo subirán.

Las costas vivirán una gran transformación, no solo por la llegada de las tormentas sino por la subida del nivel del mar. Se estima que la subida media en 2050 será de 30 cm sobre el nivel actual. Este valor parece menor, pero no lo es.

Y mientras tanto, en Europa los partidos políticos siguen comportándose como es tradición: batallas entre ellos, por el poder.  En otras naciones, sus gobernantes parecen asumir que todo este tremendo cambio es algo lejano, quizá irreal.  En algunas partes del mundo, los seres humanos combaten con otros, o utilizan la fuerza para defender sus derechos.

Y nuestro planeta prepara un escenario nuevo. Algunas expresiones de los expertos como “incendios forestales de sexta generación”, o “tormenta del siglo”, o “el mediterráneo con temperaturas jamás registradas…” forman parte de nuestra vida cotidiana.

El equilibrio y orden naturales son una regla en nuestro planeta. Y se han alterado de modo muy importante. El retorno al equilibrio es incuestionable y cuestión de tiempo. Pero no mucho. Lo vera nuestra generación y las venideras.

Necesitaremos lideres que nos ayuden, que se organicen con los expertos y nos aporten soluciones.  Y que nos den serenidad, ante la importancia de lo que viene. 

Raul Ramos de la Plaza

        26-9-2025

SR. PRESIDENTE, YA VALE

Nuestro presidente del gobierno no duerme por las noches con el “genocidio de Palestina” y está volcando todos sus esfuerzos en liberar al mundo del sufrimiento humano.

Yo comprendo que pasar de una situación cómoda de contabilizar las personas que pasan por las saunas/prostíbulos a dirigir un país y encontrarse con una realidad nacional internacional incómoda, puede resultar agotador y de ahí su desmejora física (que no mental, porque es imposible).

Obviamente, a pesar de contar con todos los resortes del Estado, no siempre se dispone de toda la información, y quizás por ello, no sepa que los delitos de lesa humanidad, crímenes de guerra o genocidio (fuente jurídica: Estatuto de Roma, Artículo 8 Convenios de Ginebra (1949)) solo competen a los tribunales internacionales competentes. Desde luego, en ningún caso, a un incompetente como el sr. presidente.

Ya sabe usted que en Ucrania hay investigaciones abiertas y procedimientos legales en marcha, pero hasta ahora no hay una condena definitiva por genocidio o crimen de lesa humanidad que haya sido confirmada en tribunales con sentencia firme en esos términos, y lo mismo para Israel/Gaza, donde existen acusaciones formales e investigaciones, pero no hay hasta ahora una sentencia firme internacional que condene a los responsables por genocidio o lesa humanidad (o al menos yo no hallé una confirmada en las fuentes recientes). No obstante, a usted, y su cohorte de palmeros no se les cae de la boca el término genocidio.

Para que alguien sea condenado por genocidio o lesa humanidad ante el ICC u otro tribunal internacional, primero debe haber jurisdicción clara, pruebas suficientes, y que el acusado sea juzgado en ese tribunal. También exige demostrar la intención especial de destruir un grupo protegido y, aunque eso es bastante difícil de probar jurídicamente. Parece que usted tiene las pruebas. Y, en todo caso, los juicios internacionales suelen tardar años, desde la investigación, la recolección de pruebas, audiencias, etc, pero a usted parece que le basta con un telediario.

Pero claro, estoy seguro de que su preocupación por el sufrimiento humano va más allá de Palestina, y estoy seguro de que en los próximos telediarios y manifestaciones callejeras nos pondrá de manifiesto el sufrimiento del pueblo que gobierna su socio (perdón, amigo) Nicolás Maduro, en Venezuela, donde según ACNUR, más de 7,9 millones de personas han salido de Venezuela buscando protección o mejores condiciones de vida. Seguro que a usted y a Zapatero les quita el sueño también.

Es posible que también, en los próximos telediarios de la 4, la 6, TVE El País, etc, nos hablará de las otras cosas que le quitan el sueño, es decir, de Siria, donde se estima que el número de víctimas se sitúa alrededor de 656.500 muertos (diez veces más que en Palestina)  o en el Sahel, donde se estima que han muerto unas 150.000 personas en los años que lleva usted como presidente. O los 4,3 millones de desplazados internos en Yemen o los 8.000 muertos en Burkina Faso, ¡anda, yihadistas igual que los de Hamás!, por no hablar de los más de 8,8 millones de desplazados internos y 3,5 millones de refugiados fuera del país en Sudán, o los muertos y desplazados en Malí. En fin, todo un sin vivir para un adalid del guerrero del antifaz de la paz mundial.

Claro, que, seguro que usted sufre también, aunque no se manifieste ni ocupe con ello todos los medios de comunicación a su alcance, de las casi 200.000 personas que murieron en Etiopía, o de los más de 500.000 niños que pueden morir de hambruna en Sudán. La verdad es que tiene faena hasta que acabe la legislatura que pretende agotar.

Claro, claro, el otro día escuché a su portavoz en el partido, el catedrático Patxi López, que la función de ustedes no era juzgar (menos mal), sino denunciar desde un punto de vista político. Pues, si a eso se dedican (en lugar de a gestionar este puñetero país), le recuerdo que en 2009, el Parlamento Europeo aprobó una resolución sobre la situación de las víctimas del terrorismo en Europa y en ella, se reconocía la gravedad de los crímenes cometidos por ETA y se instaba a los Estados miembros a proporcionar justicia, verdad y reparación a las víctimas y se mencionó que esos crímenes terroristas podrían ser considerados de “lesa humanidad” porque ETA llevó a cabo una campaña sistemática y prolongada de asesinatos, extorsiones, amenazas y secuestros durante décadas.

Ya sé, ya sé, nuestro deteriorado ministro Marlasca dirá que el Código Penal español no introdujo el delito de lesa humanidad hasta 2003, y no tiene efecto retroactivo (no se aplica a delitos anteriores), pero “políticamente” igual no era malo dedicar algún esfuerzo a aclarar los 307 asesinatos de ETA sin resolver. Pero claro, Bildu las han segado.

No se puede ser más zafio, soez, adocenado y sin vergüenza que utilizar el sufrimiento de los civiles palestinos para ocultar sus mierdas internas.

El sr. presidente está siguiendo el manual de los regímenes autoritarios y gobiernos democráticos populistas creando o exagerando la existencia de un enemigo externo como estrategia para desviar la atención de los problemas internos. Esta táctica tiene nombre en ciencia política y psicología social, y se conoce como: «Teoría del enemigo externo» o «teoría de la distracción».

Permanentemente, bien con lo que ellos llaman ultraderecha (todos los que no son ellos) o con problemas externos, como el de Palestina, utilizan un enemigo —real o imaginario— para crear un clima de “nosotros” contra “ellos”, o bien para desviar la atención de problemas internos como desempleo, inflación, corrupción, represión o falta de derechos, o para justificar medidas autoritarias como la censura o el control social.

Tenemos un buen aprendiz de los regímenes como la Alemana Nazi, como Rusia, Corea del Sur, Venezuela o Turquía. Nos ha salido listo el niño. Él sabe que la gente reacciona más con emoción que con lógica, trata de reforzar “su” identidad nacional o ideológica (“nos están atacando”), reduce el pensamiento crítico (ya que el foco está fuera, no dentro) y trata de movilizar a la población en torno al líder como “protector”, cuestión que sabe que está perdiendo día a día gracias a su pésima gestión.

No, sr. presidente, a ninguno nos gusta ver las miserias humanas que se padecen en el mundo, y sufrimos por ello. En Palestina tampoco, pero algunos no admitimos que haga un uso torticero de ello.

Por favor, lo mejor que puede hacer por el pueblo Palestino y por España es marcharte de una puñetera vez

José García Cortés

      20-9-2025

RESPUESTA PROPORCIONADA

Nuestro Código Penal dice que se está exento de responsabilidad a quien actúe en defensa propia o de otros siempre que la agresión sea ilegítima, que haya una necesidad racional del medio empleado para impedir o repeler la agresión y haya falta de provocación suficiente por parte del que se defiende.

Al parecer, proporcionalidad no se trata de una simetría exacta de armas (cuchillo contra cuchillo, pistola contra pistola), lo importante es la “necesidad racional” y que el medio que uses sea razonable y necesario para detener la agresión. Lo que no se admite es usar una fuerza claramente desproporcionada cuando ya no existe peligro real.

En este sentido, el de la proporcionalidad, llevamos tiempo escuchando a la opinión pública internacional sobre la respuesta “desproporcionada” de Israel para acabar con la banda terrorista de Hamás y en este sentido he consultado el principio de proporcionalidad en el derecho internacional. Y éste se recoge en el Derecho Internacional Humanitario (DIH), especialmente en los Convenios de Ginebra y sus Protocolos y que no significa que las partes en conflicto tengan que usar la misma fuerza (no es un duelo equilibrado), sino que el daño causado a civiles y bienes civiles no puede ser excesivo en relación con la ventaja militar concreta y directa que se espera obtener.

Pero, en ningún sitio he encontrado qué se considera “excesivo”. El Derecho Internacional Humanitario (DIH) nunca fija un número “aceptable” de muertos civiles ya que el criterio es cualitativo y contextual, no cuantitativo.

La ONU y ONG humanitarias (HRW, Amnistía, CICR) hablan de “excesivo” cuando se usan armas de gran alcance en zonas densamente pobladas o bien no hay pruebas de precauciones reales (avisos, horarios, rutas de evacuación) o que el patrón de ataques muestra destrucción indiscriminada más que neutralización de objetivos militares específicos.

Israel: argumenta que responde a ataques terroristas (como los de Hamás) y que tiene derecho a defender a su población, mientras que las críticas internacionales se centran en que la magnitud de los bombardeos, los miles de muertos civiles y la destrucción masiva exceden lo que sería “proporcional” a los objetivos militares perseguidos.

El debate es, por tanto, que, para Israel, proporcionalidad supone usar la fuerza necesaria para neutralizar a Hamás, aunque eso implique daños colaterales, mientras que para los críticos (ONU, ONG, juristas), proporcionalidad es evitar daños civiles excesivos; y consideran que Israel los sobrepasa.

En derecho internacional, “proporcionalidad” no significa simetría (piedras contra piedras, cohetes contra cohetes), significa que la fuerza empleada debe estar justificada por el objetivo militar inmediato y no causar daños desmesurados a la población civil.

La gran pregunta —y durísima— es que en la guerra urbana no existe una forma “mágica” de eliminar a Hamás con cero víctimas civiles. El Derecho Internacional Humanitario (DIH) exige minimizar el daño a civiles, no garantiza que sea nulo. Aun así, hay vías concretas para reducir al mínimo ese daño mientras se degrada a una organización que se oculta entre población:

Pero ¿Qué se puede hacer (y qué suele funcionar mejor)?

  1. Utilizar drones, satélite, SIGINT/HUMINT) para localizar mandos y arsenales cuando están separados de civiles.
  2. Realizar operaciones quirúrgicas en lugar de bombardeo masivo (túneles, centros de mando) frente a ataques aéreos amplios.
  3. Utilizar munición de bajo rendimiento y ángulos de tiro muy restrictivos; preferir armas guiadas y cargas “a medida”.
  4. Realizar avisos específicos con tiempo suficiente y rutas seguras verificadas.
  5. Cercar barrios por sectores, registrar casa por casa con reglas de enfrentamiento estrictas, y abrir zonas seguras con servicios básicos para evitar retornos prematuros.
  6. Desconexión selectiva (finanzas, combustible, cadenas de suministro de cohetes) sin cortar indiscriminadamente recursos vitales a toda la población.

Y, al parecer, eso sí lo está haciendo Israel, quien afirma que sus operaciones se basan en inteligencia detallada (drones, satélites, escuchas), que avisa a la población con panfletos, SMS o llamadas antes de bombardear y que su objetivo militar es Hamás, no la población civil.

En términos de Derecho Internacional Humanitario (DIH), la duda (y el punto de crítica) es si está optimizando su uso para reducir al máximo el daño civil o si, por razones estratégicas y de presión militar, está aceptando niveles de daño colateral que el DIH considera excesivos.

Hamás comete acto ilícito al usar escudos humanos y emplazar medios en áreas civiles, aunque, como es lógico. eso no libera al atacante de sus obligaciones: debe seguir distinguiendo y “proporcionalizando” y, muy importante, la fuerza atacante debe demostrar que cada ataque busca ventaja militar concreta y directa, y que las precauciones factibles se adoptaron (elección de arma, momento, ángulo, avisos, evacuación).

Y este punto, que es un aspecto crucial del conflicto: la guerra de narrativas. Hamás busca presentarse como “resistencia legítima” frente a un Estado opresor y está demostrando ser muy hábil en exhibir con gran eficacia el sufrimiento civil palestino (imágenes de niños heridos, destrucción de barrios, funerales). En definitiva, usa este relato para obtener apoyo regional e internacional, aunque explota de forma cínica el hecho de ocultarse entre civiles.

Por su parte, Israel: centra su discurso oficial en la seguridad nacional y la “guerra contra el terrorismo”. Muchas veces comunica en términos militares o técnicos, poco comprensibles para la opinión pública internacional. Su política de control estricto de información militar limita la visibilidad de sus esfuerzos en minimizar víctimas (cuando los hay).

Esto deja espacio para que el relato de Hamás tenga mayor impacto emocional sabiendo que la opinión pública internacional suele reaccionar más a las imágenes de víctimas que a las explicaciones estratégicas. En un mundo hiperconectado, las fotos y vídeos de destrucción en Gaza circulan mucho más que las justificaciones militares de Israel, resultando que, aunque Israel pueda tener argumentos jurídicos o de seguridad, pierde en el terreno de la percepción.

La batalla del relato es casi tan decisiva como la militar y hoy resulta que Hamás maximiza el impacto emocional para reforzar su legitimidad política mientras que Israel, aunque tecnológicamente superior, pierde en comunicación al no conectar con la empatía global y al restringir mucho la información.

Sinceramente, sigo sin ver claro a qué llama todo el mundo “respuesta proporcionada” o que el número de víctimas sea “excesivo”. Igual tendría que preguntar al pueblo ucraniano al respecto.

No sé cuándo acabará esto, y ojalá sea muy pronto, porque es terrorífico lo que está sucediendo, pero de momento se me ocurre que Israel contrate los servicios de nuestro querido Pedro Sánchez, que es en lo único en lo que ha demostrado ser un maestro: en el manejo del relato.

José García Cortés

         7-9-25

EL PROBLEMA PALESTINO-ISRAELÍ

Entender bien el problema palestino-israelí no es tarea sencilla, ya que se mezcla una gran historia que ha ido moldeando el carácter y la geografía de estos pueblos a la vez que factores religiosos y fuerzas externas han influido, y continúan, afectando de forma poderosa a la conformación del caleidoscopio actual.

Después de releer varias veces el magnífico libro de mi amigo Gonzalo Terreros, leer (y releer) varias obras más que cito al final en la bibliografía y utilizar intensamente la Inteligencia Artificial, he intentado hacer un “resumen”, necesariamente extenso, de las principales situaciones que nos llevan al estado actual del conflicto y me aventuro a realizar algunas conjeturas sobre los riesgos y posibles soluciones para terminar con este eterno conflicto.

Como todos los pueblos, hay que tener en cuenta su historia, porque conocer el pasado nos ayuda a entender ciertas cosas del presente e, incluso, de nuestro futuro próximo.

Hay algo común en casi todas las naciones del mundo y es que nuestra historia está plagada de invasiones y guerras que han provocado numerosas muertes, éxodos y un sufrimiento enorme a las poblaciones conquistadas.

Así, no podemos entender la España actual si no analizamos y comprendemos las consecuencias de las diferentes oleadas que hemos sufrido a lo largo de la historia sobre los primeros Íberos conocidos, como la llegada de los Celtas, Fenicios, Griegos, Cartagineses, Romanos, Pueblos Germánicos, Musulmanes, Reinos Cristianos (reconquista) y la invasión de los franceses de la mano de Napoleón (guerra de la independencia). Todo ello sin olvidar otros asentamientos o influencias relevantes como los judíos sefardíes, Bizantinos o los Piratas y saqueadores vikingos.

HISTORIA

De la misma forma que en casi cualquier país, pero mucho más extensa, dada su antigüedad, nos encontramos con una cultura (árabe-judaica) en la que hay que remontarse a 3.500 años antes de cristo.

Pero antes de continuar, y siguiendo a Eduardo Baura, me parece interesante definir algunos términos que ayudan a aclarar la historia y posterior evolución de estos pueblos para llegar a la situación actual y sobre todo, cuando además de las cuestiones nacionalistas se mezclan las raíces religiosas, lo cual forma un tablero diabólico de entender.

  • Israelita: Según la R.A.E., eran las personas hebreas originarias del pueblo semítico que conquistó y habitó Canaán, y, por tanto, pertenecientes al antiguo reino de Israel, descendientes de Abaham que poblaron la tierra prometida.
  • Israelí, Es la persona que tiene la nacionalidad del estado de Israel con independencia de su raza o su religión. Por tanto, hay Israelíes que son judíos, otros son árabes (un 25% aprox.), otros cristianos,….
  • Judío: Originariamente hacía referencia a los descendientes de la tribu de Judá y que después se extendió a toda persona que profesa la religión monoteísta basada en los textos sagrados de la Torá.
  • Sionista: partidario de la existencia del Estado de Israel. Se trata de un movimiento ideológico surgido a finales del siglo XIX que defendía la creación de un hogar nacional para los judíos.
  • Árabe:  Originariamente se hacía referencia a los naturales de la península arábiga y a sus sucesores que fueron expandiéndose por Oriente Medio y el norte de África. Es importante saber que los árabes, igual que los judíos son semitas, ya que, según la Biblia, descienden de Sem, hijo de Noé. Por tanto, el término correcto para referir el odio a los judíos es “antijudaísmo” y no “antisemitismo”
  • Musulmán: Que profesa la religión islámica, y al igual que los israelíes, no todos los árabes son musulmanes (aunque sí su inmensa mayoría), de hecho, hay árabes cristianos, drusos y de otras religiones.
  • Palestino: Desde un punto de vista histórico, sería cualquier poblador de la región que los romanos llamaron “Palestina”, y a la que después me referiré.

Sumerios, Egipcios, Hititas, Fenicios, Arameos, Filisteos, Asirios, Babilonios, Caldeos, Macedonios, Romanos, Árabes, Seleúcidas, Cruzadas cristianas, Mamelucos, Turcos otomanos,… conforman una historia casi interminable de ocupaciones, muerte, destrucciones, cautiverios y diásporas (tanto de árabes como de judíos) que han ido conformando diferentes mapas geográficos y el carácter irreductible de estos pueblos.

Dentro de la historia antigua quiero detenerme en cuatro hitos que me parecen especialmente relevantes para estos “pueblos” para, posteriormente, desarrollar la etapa moderna en la que empiezan a conformarse los inicios de “nación”.

  1. El origen. Acudiendo a la Biblia, ya que los testimonios arqueológicos son escasos, los judíos reivindican ser descendientes de Abraham (hace más de 3.500 años), quien tuvo dos hijos, Isaac de cuya rama proceden los judíos, que continuaron viviendo en la tierra de Canaán y el otro hijo (fruto de su relación con una esclava), Ismael, de cuya rama proceden los musulmanes, quien, según el relato bíblico fueron expulsados de la Tierra prometida y llegaron a la península arábiga, donde construirían la piedra negra que dio origen al santuario de La Meca.

En torno al año 1.000 A.C. los descendientes de Isaac Crearon el reino de Israel, cuyo primer rey fue Saúl y a quien sucedió el famoso rey David (que estableció su capital en Jerusalén), mientras que los árabes no regresaron a esa zona hasta el siglo VII D.C . Por tanto, se podría afirmar que los judíos no solo “llegaron primero” sino que además fueron los primeros en tener un reino.

Dicho reino (junto con su primer tempo levantado por el rey David) duró hasta el año 586 A.C. en el que los Babilonios los invadieron, arrasaron el reino y los llevaron cautivos a tierras mesopotámicas, dando inicio a la primera diáspora de los judíos.

  • Los romanos. En el 63 A.C. (Pompeyo) se hicieron con el control del territorio que pasó a conformar la provincia de judea, que gozó de un cierto autogobierno hasta el año 66 D.C., fechas en las que los judíos protagonizaron una revuelta contra el poder romano que fue sofocada con gran dureza (Tito), reconquistando Jerusalén y destruyendo por completo el tempo del que hoy solo queda el muro de las lamentaciones. La represión realizada por Tito provocó la segunda diáspora que llevó a los judíos a instalarse en numerosas naciones.  Pero eso no fue todo, ya que en el siglo II los judíos volvieron a revelarse y fueron sofocados con especial dureza (Adriano) en la que decenas de miles de judíos murieron o fueron expulsados, y Jerusalén fue convertida en ciudad romana. Además, quiso borrar toda identidad judía en la región, denominando a la provincia Syria Palaestina, que evocaba a los filisteos (pueblo ya desaparecido desde siglos antes, tradicional enemigo de Israel en la Biblia), quedando desde entonces, el nombre Palestina fijado en la geografía administrativa romana y bizantina y que pasó luego a la cartografía árabe, medieval y moderna, hasta llegar al uso actual.
  • La conquista Islámica. Tras la caída del imperio romano de occidente, la parte restante de del imperio (Bizantino), la región de Palestina (año 636) empezó a ser controlada por los árabes musulmanes, quienes respetaron la vida de los cristianos y judíos a cambio del pago de un impuesto adicional.

Otro dato destacable en esta época fue el conflicto que surgió, tras la muerte del profeta Mahoma (632 D.C. sobre quién debía liderar la comunidad musulmana. Suníes (≈85-90% del islam actual): defendían que el líder debía ser elegido por consenso entre los notables → así nació la figura del califa. Chiíes (≈10-15%): sostenían que la dirección legítima debía quedar en la familia del Profeta, en concreto en Alí (primo y yerno de Mahoma) y su descendencia.

La división suní-chií ha hecho que no exista un frente árabe-musulmán único contra Israel. A menudo, los suníes y chiíes se enfrentan más entre ellos (ej. guerras en Irak, Siria, Yemen) que contra Israel.

  • El imperio Otomano, eran turcos, no árabes, que, en general, durante los cuatro siglos que gobernaron la región, no prestaron especial atención al territorio de Palestina y se destacaron por la tolerancia al culto de otras religiones, lo cual permitió que la mayoría musulmana y las minorías judías y cristianas convivieran de manera pacífica. Esta situación se prolongaría hasta inicios del siglo XX.

EDAD MODERNA

Es el final del siglo XIX y principios del XX lo que yo denomino la “era moderna”, en la que no solo en esta región, sino en el mundo entero, comienza la inquietud en numerosos pueblos a empezar a anhelar la formación de un Estado nacional que diera cobijo a sus respectivas comunidades.

Y este fue el caso de los judíos, que habían sido acogidos en numerosas regiones de Europa oriental y otras del mediterráneo. Al amparo del auge del nacionalismo europeo se fue provocando un creciente “antijudaísmo”, empezando por el imperio ruso.

En 1.896, Theodor Herzl publicó El Estado Judío, una obra que desarrolló con mayor concreción las tesis sionistas ya esbozadas por el precursor Pinsker, haciendo hincapié de que no se trataba de una cuestión social ni religiosa, sino “nacional” y se plantea que el Estado judío debía fundarse en Argentina o en Palestina, aunque finalmente se descantaron por ésta última zona. Hay que destacar que los judíos no esperaron a la formación de un estado nacional para emigrar a Palestina, este territorio acogió a un número importante de judíos que escapaban de las persecuciones rusas y que se dedicaron fundamentalmente a trabajar las tierras que poseían los árabes, los cuales acogieron inicialmente bien esta inestimable ayuda en labores agrícolas.

Con el paso de los años, algunos terratenientes árabes (que para entonces suponía una aplastante mayoría superior al 81% a pesar de las últimas inmigraciones judías) dieron un paso más y comenzaron a vender tierras a los judíos.

Entre 1904 y 1914 se produce la segunda oleada de inmigrantes judíos que, si bien no supuso una variación muy importante en el porcentaje de la población, si supuso en un avance en su organización interna y un peso más importante en la región (entre las que destacan el primer kibutz.

PRIMERA GUERRA MUNDIAL.

En 1914 había 525.000 musulmanes (76%), 70.000 cristianos (10%) y 94.000 judíos (14%). En este hito histórico se produce uno de los hechos más deleznables (por otro lado, nada sorprendente) de una de las grandes potencias, concretamente, por parte de los británicos.

Los gobernantes británicos (que controlaban Egipto), preocupados por la posibilidad de recibir un ataque en un punto tan estratégico como el Canal de Suez, comenzaron a orquestar una campaña para atacar a los otomanos en la región palestina. Para ello ofrecieron a los líderes árabes la creación de una nación árabe en la zona (la gran Siria) si les ayudaban en la guerra y estos aceptaron causando numerosos problemas al imperio otomano.

Por otro lado, y en secreto, los británicos también ofrecieron al pueblo judío el establecimiento de un hogar nacional (Declaración Balfour), pero ninguno de los dos pueblos sabía que el trilerismo británico no tenía límites pues los ingleses habían decidido previamente que el futuro dominio sobre Palestina sería británico ya que firmaron un acuerdo secreto con Francia para repartirse los territorios de Oriente Próximo (Acuerdo Sykes-Picot).

Al final de la guerra, en las reuniones que darían forma al futuro tratado de Versalles, no se tuvieron en cuenta las reivindicaciones de las comunidades y naciones que habían ayudado a los aliados a vencer en la guerra, lo cual dio origen a que los líderes árabes y judíos comenzaran a diseñar una propuesta, que fructificó en un acuerdo rubricado el 3-1-1919 para el establecimiento de un estado árabe y otro judío cuyas fronteras habrían de ser definidas más adelante. Esto demuestra que, hasta entonces, ambas comunidades mantenían una relación amistosa y compartían objetivos comunes.

EL FIN DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL Y EL MANDATO DE LOS BRITÁNICOS

Sobre este acuerdo citado entre líderes árabes y judíos, las potencias hicieron caso omiso y terminaron decidiendo por su cuenta el futuro de la región.

A mi juicio, la actuación de británicos y franceses fueron las CUMPABLES (con mayúsculas) de lo que aconteció posteriormente y de cuyos barros tenemos los lodos actuales, ya que, si hubieran cumplido con su palabra (que además, en justicia correspondía), no estaríamos hablando hoy sobre esto.

En el tratado de Versalles se acordó que los británicos administraran la región de Palestina bajo el estatus de “mandato”, una figura auspiciada por la recién creada S

ociedad de Naciones. Con esta fórmula se confiaba al Imperio Británico el control de la región hasta que se tomara una decisión definitiva sobre su futuro, lo cual no sucedió hasta 1948.

Los primeros en reaccionar contra el nuevo poder extranjeros fueron los árabes, ya que la disgregación de Oriente Próximo en diferentes naciones machacaba su proyecto de una Gran Siria (que era lo que le habían prometido los británicos) e intentaron conseguirlo por la fuerza, siendo derrotados en 1920 por las tropas occidentales. Esta derrota y la posterior consolidación de las nuevas naciones de la región, provocó que la unidad árabe se rompiera. Donde antes solo había árabes, ahora había árabes libaneses, árabes iraquíes, árabes sirios, árabes transjornados (posteriormente jordanos) y finalmente, árabes palestinos.

El problema fue que esta violencia árabe (los más exaltados), no solo se dirigió contra los británicos, sino que por primera vez atacaron a la población judía, lo cual generó la decisión de éstos de crear una organización paramilitar (haganá) destinada a defenderse. Esto constituyó el embrión del futuro ejército de Israel.

En 1929 se produce la masacre de Hebrón en la que murieron 130 judíos que dio lugar, por parte de estos a la creación del Irgún, una organización de carácter paramilitar escindida de la Haganá que llevaría a cabo ataques contra árabes musulmanes y británicos.

Y en la primera década de los años 30 se vuelve a producir una nueva inmigración judía que venían, principalmente huyendo de Alemania donde Hitler se había hecho con el poder y con un discurso abiertamente antijudío. Esta escalada de inmigración duró hasta el estallido de la segunda guerra mundial y supuso el aumento de la población judía en Palestina hasta el 40% sobre el total, generó una escalada en la amenaza para la población árabe que siguió atacando a británicos y judíos en Palestina, que, por cierto, cada vez prosperaban más y compraban tierras de mejor calidad a los árabes.

LA COMISIÓN PEEL Y LA SOLUCIÓN DE LOS DOS ESTADOS.

Los británicos tuvieron que reprimir con dureza los continuos ataques que estaban llevando a cabo los árabes y, tras imponer el orden, crearon una Comisión que tenía como objetivo encontrar una solución definitiva para la región. Fue designado Lord Peel que tenía como objetivo entrevistarse con las autoridades británicas, así como con los miembros de las comunidades judía y árabe.

Mientras que la comunidad judía fue de absoluta cooperación, el líder de los musulmanes se negó desde el principio a colaborar, aunque al final accedió a participar pero con una posición maximalista: La inmigración judía tenía que pararse por completo y Palestina debía ser una nación árabe de carácter islámico.

La Comisión Peel concluyó que Palestina debía dividirse en dos estados, un 70% árabe un 20% judío y un 10% de zona neutral.

Los judíos aceptaron el plan (con alguna petición) y los árabes lo rechazaron por completo y, además, iniciaron una auténtica insurrección armada contra judíos y británicos..  PRIMERA OPORTUNIDAD PERDIDA POR PARTE DE LOS ÁRABES PALESTINOS.

SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

En el estadillo de la segunda guerra mundial, los judíos se posicionaron desde el primer momento al lado de los británicos (a pesar de su descontento con ellos) porque tenían claro que lo prioritario era evitar la victoria de Hitler. Dicha ayuda se materializó en un apoyo directo al ejército británico y en la ayuda a los judíos que llegaban huyendo de la persecución nazi.

Por la otra parte, los árabes no dudaron en apoyar a los nazis, con quienes compartían su animadversión hacia los judíos, aportando unos 20.000 voluntarios. Incluso se ha especulado con la posibilidad de que, en reuniones con Hitler, el líder árabe hablara sobre el exterminio de los judíos. SEGUNDA OPORTUNIDAD PERDIDA POR PARTE DE LOS ÁRABES PALESTINOS.

Al finalizar la guerra, los británicos, exhaustos por el esfuerzo realizado, necesitaban desprenderse lo antes posible del mandato, por lo que comunicaron a la ONU su decisión de poner fin al mandato. Al final de la guerra vivían en Palestina 1,5 millones de árabes y 500.000 judíos, que ya suponían el 25% de la población y, además, estaban más cohesionados y mejor organizados que los árabes.

La ONU envió una delegación para conocer de primera mano la situación y de nuevo ocurrió como con la Comisión Peel, los árabes se negaron a cooperar manifestando que nunca aceptarían nunca un estado judío, e incluso, públicamente que no conseguirían su nueva nación sin luchar por ella, mientras que los judíos colaboraron desde el primer momento.  TERCERA OPORTUNIDAD PERDIDA POR PARTE DE LOS ÁRABES PALESTINOS.

EL 29-11-1947 la ONU aprueba la resolución que contenía el plan de partición, encontrándose con la amenaza de la Liga Árabe de que tendrían que enfrentarse a una guerra que sería comparable a las matanzas de los tiempos de los mongoles y las cruzadas, lo cual no era broma, ya que desde el día siguiente se comenzaron a registrar incidentes violentos en la región bajo el lema “degollad a los judíos”·

El 14-5-1948 David Ben-Gurión declara formalmente la creación del Estado de Israel, reconocido inmediatamente por EEUU y dos días después por la URSS. Sin embargo, las intenciones de sus vecinos árabes no pasaban precisamente por reconocer a Israel y pocas horas después, Transjordania, Líbano, Irak, Egipto y Siria desplegaron sus ejércitos y atacaron el territorio palestino.

Hasta aquí podemos comprobar cómo los árabes (a pesar del rencor que pudieran almacenar por haber sido traicionados por los británicos) han ido renunciando a las soluciones que se les ofreció y, al contrario de lo que hicieron los judíos de ir construyendo poco a poco su Nación, se dedicaron a practicar la violencia, como el mejor de los perros del hortelano.

PRIMERA GUERRA ÁRABE-ISRAELÍ

Entre mayo 1948 y julio 1949 el recién creado Estado de Israel tuvo que luchar contra cinco países a la vez, aunque bien es cierto que los combates se produjeron sobre todo contra egipcios, sirios y jordanos, mientras que la participación de libaneses e iraquíes fue menor. Hay que destacar que el interés fundamental de los jordanos y egipcios era el de anexionarse el territorio del, todavía no creado, territorio árabe palestino (Jordania los territorios de Cisjordania y Egipto Gaza). Una nueva traición que sufrieron los árabes palestinos, pero en esta ocasión, por parte de otros árabes. Vemos, por tanto, cómo los verdaderos responsables de que el Estado árabe en Palestina nunca llegara a formarse fueron, por un lado, los propios árabes palestinos a no aceptar las tres oportunidades que tuvieron de crearlo y por otro lado a las naciones árabes vecina. Este hecho, que es de capital importancia, no suele subrayarse lo suficiente por parte de los defensores acérrimos de la causa palestina, que suelen atribuir a Israel toda la responsabilidad sobre el Estado Palestino.

Quiero hacer aquí una digresión para poder entender mejor lo que sigue:

Una de las cosas que me ha llamado la atención sobre todo lo que he leído, es que el pueblo judío ha mantenido siempre una fuerte conciencia colectiva de identidad nacional, religiosa y cultural, incluso sin territorio propio. Esta identidad se ha sostenido sobre varios pilares:

  • Religión (que no es solo una religión sino un marco normativo completo de vida, y la torá y el Talmud, queofrecieron una guía común que permitía mantener la cohesión comunitaria incluso en contextos muy distintos).
  • Idioma (Aunque los judíos adoptaron idiomas locales, muchos mantuvieron el uso del hebreo litúrgico, el yidis -en Europa- o el ladino -en el mundo sefardí-).
  • Instituciones propias (A lo largo de la historia han mantenido comunidades autónomas (kehilá), escuelas, sinagogas y tribunales religiosos propios incluso en países hostiles).
  • Memoria colectiva y anhelo de retorno (Durante siglos, se mantuvo el deseo de volver a Sion -Jerusalén-. Este ideal se expresó religiosamente -“El año próximo en Jerusalén”- y, con el tiempo, políticamente con el sionismo).
  • Persecuciones y expulsiones comunes (La experiencia compartida de antisemitismo y discriminación reforzó aún más su identidad de grupo singular).

En resumen: A falta de un Estado, el pueblo judío desarrolló una identidad transnacional única, resistente al paso del tiempo y a la dispersión.

Por el otro lado, hay que entender que, en la identidad árabe, antes del islam, eran tribales, con fuerte lealtad al clan y a la tribu, y, aunque el Islam (siglo VII) creó una unidad religiosa, su cohesión ha sido más religiosa que nacional, la lealtad a la tribu, familia o región siguió siendo muy fuerte, enfrentándose a la diversidad de Estados, religiones (suníes, chiíes, cristianos) y realidades locales. En el caso palestino, hubo apoyos y traiciones de otros países árabes, porque cada régimen priorizaba su interés nacional sobre la causa común.

Resultado → Una identidad compartida árabe e islámica, pero fragmentada por divisiones políticas y regionales.

Estas características identitarias supusieron que los judíos tuvieron la habilidad de organizar un proyecto nacional común (sionismo) incluso en diáspora, mientras que los árabes palestinos han sufrido tensiones entre intereses locales, divisiones internas (Hamas vs. OLP, por ejemplo) y muchas controversias con los países árabes vecinos. Los Estados árabes muchas veces usaron la causa palestina como bandera, pero sin ceder en sus propios intereses, lo cual ha impedido una estrategia unificada.

Retomando el punto de la primera guerra árabe-israelí, decir que, entre febrero y julio de 1949, Israel firmó una tregua con cada uno de los países árabes (cuya imagen quedó muy dañada por la derrota) aunque éstos siguieron sin reconocer formalmente ni la existencia de Israel ni su derecho a la posesión del territorio que ocupaba.

Las treguas firmadas por Israel con Egipto, Siria y Jordania confirmaron los cambios territoriales que se habían producido como resultado de los combates. Dichas fronteras se mantuvieron estables hasta 1967. PRIMER AUMENTO DEL TERRITORIO DE ISRAEL, que fue fruto de una acción defensiva por parte de los judíos.

Otra consecuencia importante de esta guerra, además de los 20.000 muertos, fueron los cientos de miles de árabes que abandonaron sus casas (aunque unos 150.000 se quedaron en Israel y sus descendientes son parte de la comunidad árabe que conforma actualmente Israel -25%) y las casas de los árabes  fueron ocupadas por los judíos alojando en ellas a más de 600.000 de los suyos que fueron expulsados de otras naciones árabes tras la guerra, con el consecuente problema de adaptación a su nueva realidad.

LA GUERRA DEL CANAL DE SUEZ

En junio de 1.956 el dirigente egipcio Nasser anunció la nacionalización del Canal de Suez y cerró los estrechos de Tirán, formando al tiempo una alianza militar con Jordania y siria preparando un nuevo conflicto bélico, lo que motivó que el 29 de octubre Israel (de acuerdo con británicos y franceses, muy afectados por las medidas de Nasser) atacó ocupando el Sinaí, que tuvo que abandonar poco después ante las presiones de la ONU.

Esta guerra dejó de manifiesto a Israel que estaba rodeado de importantes enemigos (que contaban además del apoyo de la URSS), lo que le llevó a explorar la opción de que se hicieran con la bomba atómica.

ACONTECIMIENTOS EN LA DÉCADA DE LOS 60

Dos acontecimientos importantes que provocaron mayor desestabilización a la situación política de Oriente Próximo:

  1. Golpe de estado en Siria por parte de Hafez al-Assad, que se destacó por su animadversión hacia Israel y que causó numerosos quebraderos de cabeza al país sionista, entre otras cosas debido a su alianza con Irán, liderado entonces por Jomeini.
  2. Creación en 1.964 la OLP, a la que se unieron casi todos los movimientos nacionalistas palestino, excepto, inicialmente, Fatah, dirigida por Arafat, que, a la postre, era un joven egipcio que preconizaba la acción violenta contra Israel

Estos hechos fueron de vital importancia porque ponían sobre la mesa, de nuevo, la necesidad de la creación de un Estado Palestino, aunque, de nuevo, dejaron claro que su objetivo consistía en la conquista de todo el territorio palestino, incluyendo a Israel, ignorando por completo la alternativa ofrecida desde la ONU.

LA GUERRA DE LOS SEIS DÍAS

Tras un corto periodo de paz, en mayo de 1.967 Nasser ocupa la península del Sinaí (expulsando a los cascos azules que velaban por la seguridad de la zona) y además de cerrar de nuevo el estrecho de Tirán, acumuló casi un millar de tanques y cien mil soldados en la frontera con Israel. Todo ello con el respaldo unánime del resto de las naciones árabes y una alianza militar firmada con Egipto, Jordania, Siria e Irak.

Israel atacó (preventivamente) y consiguió una victoria aplastante ocupando el Sinaí, liberar Jerusalén, ocupar la totalidad de Cisjordania y los Altos de Golán, todo ello en solo 6 días. Las consecuencias de esta nueva guerra es que Israel triplicó su territorio, aunque en acuerdos posteriores devolvió alguno de ellos. SEGUNDO AUMENTO DEL TERRITORIO DE ISRAEL, también conseguidos de manera defensiva.

Todo ello generó una nueva oleada de refugiados árabes que recalaron en Jordania, Siria y Líbano y la construcción de los primeros asentamientos israelíes, los famosos “colonos”, principalmente en la parte de Cisjordania y parte oriental de Jerusalén.

Tras la humillante derrota de Siria, Jordania y Egipto, dejaron claro que no pararían de luchar hasta la destrucción del estado sionista y supuso la incorporación de Arafat a la OLP, cuyo movimiento se radicalizaría aún más iniciando una campaña de ataques contra intereses israelíes.

LA GUERRA DEL YOM KIPPUR

El 6-10-1.973 cogieron por sorpresa a Israel y Egipto entró en la península del Sinaí y Siria centró su ofensiva en el monte Hermón y en los Altos del Golán, convirtiéndose en la guerra más dura para Israel y en la que más cerca estuvo de ser derrotada. A pesar de ello, pudo recuperar los territorios que había ocupado seis años antes.

Desde el punto de vista territorial no tuvo consecuencias transcendentales, pero sí el convencimiento, por ambas partes, de que tenían que encontrar una solución pacífica a la situación en la región. Fue entonces cuando la OLP decidió dar un giro a su estrategia y comenzó a abrirse a la vía diplomática.

Esta voluntad, y a pesar de que los ataques no cesaron, el acuerdo de paz se convirtió en una opción cada vez más real a partir de 1.977, (acuerdos de Camp David) época en la que el presidente egipcio Sadat decidió dar un paso adelante y asumió los dos presupuestos básicos que defendía históricamente Israel, su reconocimiento como país y el establecimiento de una negociación directa entre Israel y los Estados árabes, en las que, inicialmente los representantes palestinos quedaban excluidos.

La fórmula que resume el acuerdo (ahora tan de moda) es “paz por territorios”, y esto se traducía en que, a cambio del reconocimiento de la existencia legítima como país, Israel devolvería a Egipto el control sobre la península de Sinaí y éste se comprometía a que los accesos de Israel al Canal de Suez y el Golfo Pérsico, a través del estrecho del tirán quedaran abiertos de manera permanente.

LA REVOLUCIÓN IRANÍ

En 1.979 un nuevo episodio vino a enturbiar, aún más, el panorama en Palestina, toma el poder el ayatolá Jomeini con lo que Israel pierde el gran aliado que tenía en la región como lo era el sha de Persia, ya que Irán, al igual que Turquía no era un país árabe y, además, la mayoría de Iraníes son chiíes.

Desde su llegada, Jomeini declaró la guerra al mundo occidental ya que eran la fuente del pecado y perversión, representado en primer lugar por EEUU y por Israel por entender que era un Estado sin legitimidad al gobernar un territorio que pertenecía al Islam.

Amigo desde hacía tiempo de Arafat, se volcó desde el inicio en favorecer la causa palestina y en diseñar una estrategia para atacar militarmente a Israel, no solo apoyando a las organizaciones paramilitares palestinas sino en crear y financiar guerrillas que atacaran a Israel desde otros países. Fue el creador de “la guerra en la sombra”.

LA PRIMERA GUERRA DEL LÍBANO

A la compleja configuración de este país, caracterizada por un complejo equilibrio entre cristianos, sunníes y chiíes, se le sumo en la década de los 70 la llegada de miles de refugiados palestino entre los que se encontraban 20.000 guerrilleros de la OLP que habían sido expulsados de Jordania y que comenzaron a realizar ataques al norte de Israel. Todo esto llevó a una desestabilización del país que provocó en 1.975 una guerra civil que se prolongó durante varios años.

Israel, cansado de los ataques que recibía por parte de la OLP desde el Líbano, inició una ofensiva para acabar con la actividad de los guerrilleros, llegando hasta Beirut y cercando a Arafat y al resto de dirigentes de la OLP.

Debido a las presiones de EEUU, no culminaron sus objetivos y dejaron que Arafat y sus fedayines abandonaran Líbano con destino a Túnez donde iniciaron su exilio. Este hecho tuvo sus consecuencias porque provocó el surgimiento de otras organizaciones, aún más extremistas como la Yihad Islámica y, posteriormente, Hamás,  que contaron con el apoyo de los palestinos más jóvenes y exaltados y la financiación de Irán, que, precisamente en 1.982 creó Hizbulá, la primera y más importante de las guerrillas de los ayatolás, que creció hasta el punto de convertirse de facto en el amo y señor de casi la mitad del Líbano.

LAS INTIFADAS Y EL CAMINO HACIA LA PAZ

El escenario para Israel, bastante acostumbrado a las guerras con otros países y en los que su creciente poderío militar se había ido consolidando e impuesto a sus contrincantes, se fue transformando en “luchas callejeras” que enfrentaban al ejército israelí a la población civil de Gaza y Cisjordania de la mano de la Yihad Islámica y de Hamás cuyo corte no era nacionalista sino islamista y con el objetivo de acabar con Israel y hacer de Palestina una nación árabe islámica.

A pesar de esta situación, Arafat, como representante de la OLP dio pasos históricos en la solución palestina de los dos Estados (muy criticados en el seno de sectores más radicales palestinos). No obstante, el líder palestino cometió el error, en la invasión de Kuwait realizada por Saddam Husseín, al ponerse de su lado, lo cual, a pesar de todo, no fue un obstáculo insalvable para continuar con las negociaciones, cuyo siguiente paso hacia la paz se dio en España (auspiciado por George Bush y Mijail Gorbachov), en el que ambos bandos decidieron que cualquier solución pasaría por la fórmula “paz por territorios”.

Estas bases de Madrid tuvo un avance en 1.992 en Oslo donde se alcanzó un principio de acuerdo al que, para ser ratificado, invitaron a Washington a los líderes que escenificaron el acuerdo con un breve apretón de mano entre el líder palestino y judío y que se tradujo en que la OLP reconoció oficialmente la existencia de Israel y su derecho a permanecer en el territorio y a cambio Israel  se comprometió  a retirarse progresivamente de Gaza y Cisjordania (dieciséis veces mayor que Gaza) dividida en una serie de sectores, quedando pendiente el estatus de Jerusalén y la resolución de los asentamientos.

En contra de estos avances, determinados grupos extremistas, tanto por parte de la población de Israel como de Palestina, se encargaron de torpedear estos acuerdos, que habían empezado a materializarse en 1.994 con la retirada de Israel de Gaza y la vuelta de Arafat de su exilio, con nuevos atentados y masacres, así como el magnicidio de Isaac Rabín.

En 1.999 Ehud Barak ganó las elecciones en Israel decidido a continuar con las negociaciones de paz, aceptando la invitación de Bill Clinton para celebrar una nueva cumbre en Camp David, aunque las negociaciones no llegaron a buen puerto. Esta fue la última.

Desde entonces se han sucedido una serie interminable de oleadas de atentados suicidas perpetrados por palestinos sacudiendo las principales ciudades de Israel, que, además se incrementaron con la llegada de Hamás al poder en 2.007, tras ganar los comicios y tomar el control, expulsó a Al Fatah en un enfrentamiento con centenares de muertos palestinos. El lanzamiento de rivales desde los tejados fue el reflejo de este nuevo régimen.

Hemos podido observar un esquema parecido siempre en estos enfrentamientos: ataque de Hamás y represiones del gobierno israelí a través de incursiones del ejército o por medio de bombardeos de ciudades de Gaza, provocando siempre decenas o centenares de muertos en la población civil.

Y así se ha ido repitiendo la historia hasta llegar a los atentados de Hamás el 7 de octubre de 2.023 tras un periodo en el que los islamistas “durmieron” a Israel haciéndoles pensar que prefería la calma basada en la ayuda catarí (30 millones de dólares mensuales y proyectos) y los permisos de trabajo a los casi 20.000 gazatíes en Israel, pensando (ilusamente) que si los palestinos tenían algo que perder no emprenderían acciones criminales.

Lo cierto es que Hamás no ha mostrado voluntad real de un acuerdo político definitivo con Israel, usa la población civil como escudo estratégico, algo ampliamente documentado y su ideología es fundamentalista islámica y su prioridad es la resistencia armada, no la negociación. Esto ha convertido a la población de Gaza en rehén de un conflicto donde el costo humano es enorme.

PRIMERA REFLEXIÓN

Soy consciente de que es difícil analizar este conflicto sin tomar partido, máxime si tenemos en cuenta que Hamás se ha convertido en un maestro del relato. Es difícil no emocionarse con las desgarradoras imágenes de mujeres y niños entre escombros de los edificios bombardeados o buscando comida, sanidad o refugio.

Pero del análisis de los acontecimientos pasados, yo al menos, deduzco que los árabes palestinos han tenido numerosas oportunidades para tener su Estado y vivir en paz, y también que Israel, a lo largo de la historia, lo intentó todo con Gaza (anexionarlo como Ben Gurión u ofrecerlo como Menajem Beguin a Egipto, ocupación y retirada, colonis y desmantelamiento de colonias, bloqueo y desbloqueo, negociaciones y escaladas, cierre y salida voluntaria,….).

SEGUNDA REFLEXIÓN, ¿Y AHORA QUÉ?

El 7-O es un punto de inflexión en la historia de un país, hoy más activo, con tres prioridades (seguridad, seguridad y seguridad) y menos abierto a las críticas y a los consejos.

A Israel le resultaría más cómodo y barato llegar a un acuerdo para que los palestinos tuvieran su territorio (siempre que se les garantice su seguridad) que estar en una alerta permanente. Pero el fanatismo religioso, consignas políticas, sed de venganza, lavado de cerebro, mimetismo de lo visto en las redes sociales e, incluso, problemas estrictamente personales puede desembocar en otro atentado.

Yo estoy cansado de ver posiciones “buenistas” que están de moda (como la de nuestro querido Pedro Sánchez) de reconocer la Nación Palestina en un acuerdo de “paz por territorios”. Pero ¿qué paz y qué territorios?

La historia se ha ido escribiendo y ha ido avanzando y resulta que cuando el informe Peel había en total 1.500.000 habitantes, de los cuales 1.000.000 eran palestinos musulmanes, unos 400.000 judíos, unos 110.000 cristianos y otros 20.000 entre drusos, circasianos y otros. Y en la actualidad, para el mismo territorio, la población total estimada en Israel es de 10 millones de personas (aprox. 7,4 judíos, 1,8 musulmanes, 185.000 cristianos y unos 500.000 entre drusos y otros, mientras que en los territorios de Gaza y Cisjordania hay unos 5,4 millones de palestinos y unos 760.000 colonos en territorios ocupados.

Todo esto para un territorio que es similar a las provincias de Valencia y Murcia (en el caso de Israel, y de Cantabria y Menorca en el caso de los Palestinos. Por tanto, solo desde el punto de vista poblacional, la solución ahora es infinitamente más compleja que cuando pudieron aceptar la solución Peel.

Pero, además, ¿existe la “voluntad” de alcanzar un acuerdo de paz?, y aquí nos encontramos con el principal problema: Hamás es una organización terrorista que no reconoce el derecho a existir del Estado de Israel. Ya en su carta fundacional incluye objetivos maximalistas, como la creación de un Estado islámico sobre todo el territorio palestino, negando la solución de dos Estados y rechazando explícitamente los acuerdos de Oslo, la mediación internacional o cualquier negociación basada en el statu quo actual.

Hamás no representa a toda la población palestina, pero controla la Franja de Gaza desde 2007 tras un violento enfrentamiento con Fatah (Autoridad Nacional Palestina), por lo que sólo será posible un entendimiento si Hamás es eliminado o desarmado ya que representa una amenaza existencial para Israel.

Para los “buenistas” que defienden la causa palestina (en su situación actual), deberían saber que tienen apoyo estatal de Irán, patrocinador clave, proporcionando anualidades estimadas entre 100 y 350 millones USD, además de armas, entrenamiento y respaldo logístico. Durante décadas ha entrenado y armado a Hamás, supliendo habilidades tácticas clave como construcción de túneles y fabricación de cohetes.

Por otro lado, Qatar, ha transferido más de 1.800 millones USD a Hamás y facilitado entre 30 millones USD al mes para pagos civiles y funcionamiento en Gaza, aunque en ocasiones ha actuado como mediador, su respaldo institucional ha sido esencial para Hamás.

También en Europa occidental surgen campañas online que recaudan decenas de millones de euros al año para Hamás, muchas veces supuestamente para aliviar el sufrimiento en Gaza, pero en la práctica canalizando fondos hacia la organización.

Hamás usa criptomonedas, entidades ficticias y organizaciones caritativas para evadir sanciones y financiar su brazo militar, según investigaciones del Tesoro de EE. UU. 

Y no olvidemos el otro eje del mal, Hizbulá en el Líbano, que recibe entre 700 millones y 1.000 millones USD al año de Irán, que incluyen apoyo militar, estratégico e ideológico. Opera Bayt al‑Mal, su banco interno que invierte activos, financia operaciones y actúa como nexo con el sistema bancario legal, controla proyectos económicos, donaciones, cooperativas, hospitales y escuelas en barrios chiíes, integrándose profundamente en la sociedad.

Es verdad que después del conflicto con Israel en 2024, Hizbulá se está enfrentando a presiones financieras por lo que reconsidera reducir su arsenal pesado y ha sido objeto de sanciones por redes que evadían bloqueos internacionales.

¿Por qué representan un problema para la paz?, porque ambas organizaciones controlan territorio y población, con infraestructuras sociales propias. Esto les da peso político y legitimidad local. Además, tienen sus propios ejércitos (cohetes de Hamás, misiles y drones de Hizbulá), fuera del control del Estado palestino y del Líbano, imposibilitando la negociación sin su desarme. Y todo esto es posible porque funcionan como apoyos regionales de Irán, generando dinámica de proxy contra Israel y tensiones con EE. UU., Arabia Saudí y poderes regionales.

Entonces, la pregunta que surge es lógica: ¿por qué, si Hamás, Hizbulá e Irán son reconocidos por muchos países como focos de desestabilización, no se logra neutralizarlos financieramente o desmontarlos.? Bueno, en parte se está haciendo ya, pero tiene límites.

¿Qué se ha hecho ya?

  • Sanciones internacionales: Estados Unidos, la UE y muchos países árabes han sancionado a Hamás, Hizbulá e Irán y se han bloqueado cuentas, perseguido donaciones encubiertas y limitado exportaciones sensibles.
  • Listas negras de terrorismo: Hamás y Hizbulá (su ala militar) están en la lista de organizaciones terroristas en EE. UU., la UE, Canadá, etc.
  • Investigaciones sobre criptomonedas y ONGs tapadera: Se han desmantelado canales de donación que usaban ONGs supuestamente humanitarias y el Tesoro de EE. UU. ha congelado fondos de criptomonedas y redes bancarias en el Líbano, Gaza y Qatar.

Entonces, ¿por qué no desaparecen?: Porque estas organizaciones tienen estructuras híbridas, combinando:

  • poder militar (armas, milicias),
  • control territorial (como Gaza o el sur del Líbano),
  • redes sociales y educativas (colegios, hospitales, mezquitas),
  • y legitimación ideológica y popular (en parte de sus sociedades).

Además, tienen apoyo de potencias con intereses geoestratégicos (Irán, en particular).

Adicionalmente surge una pregunta incómoda: ¿existen otros intereses ocultos?: SI, la industria armamentística se beneficia de la inestabilidad, ya que países como EE. UU., Rusia, Francia, Reino Unido, Irán, China, Turquía o Israel tienen intereses militares y económicos en la región, por lo que la venta de armamento es una fuente inmensa de ingresos para muchos de estos países, y Oriente Medio es uno de los principales mercados del mundo.

  • Arabia Saudí, Israel, Egipto, Irán, Turquía y Emiratos Árabes son importadores o productores clave de armas.
  • EE. UU. ha exportado en la última década más de 130.000 millones de dólares en armamento a Oriente Medio.
  • Israel es también uno de los mayores exportadores de tecnología militar del mundo.

Entonces, aunque no sería cierto que los conflictos se provoquen solo para vender armas, sí hay países y lobbies que no tienen un incentivo claro para una paz estable, porque la tensión favorece su industria, influencia geoestratégica y control regional.

En consecuencia, podemos concluir que, aunque hay esfuerzos reales para frenar financieramente a Hamás, Hizbulá e Irán, el problema es que estos actores están profundamente integrados en el poder local y regional, y se mueven con mucha habilidad en la zona gris entre lo legal, lo político, lo social y lo militar y, además, la venta de armas, el juego geopolítico de bloques y la falta de consenso internacional real hacen que, aunque todos digan querer la paz, nadie tenga incentivos suficientes para desactivar completamente a estos grupos.

SOLUCIONES

Son fáciles de aventurar desde un despacho en el que no caen las bombas, no falta avituallamiento para sobrevivir y no hemos perdido familiares como consecuencia de los estragos de la guerra (de un bando u otro).

Desde luego, no se consigue con cuatro manifestaciones populares con un pañuelito palestino al cuello, ni con declaraciones “buenistas” de que la solución es la de los dos estados. Esto ya hace muchos años que se vio como solución posible. No, tendríamos que construir una alternativa política realista y sostenible a Hamás, dentro de Palestina, y qué rol podría desempeñar una coalición internacional comprometida con una paz duradera. Esta es una de las cuestiones más debatidas en diplomacia internacional hoy.

La clave está en hacer desaparecer a Hamás y crear un liderazgo palestino fuerte, legítimo y unificado, con respaldo popular y reconocimiento internacional y para ello no se puede dejar sola a Israel, que creo que ya está haciendo lo único que puede hacer, que es acabar con los terroristas a través de la fuerza de las armas, por mucho que duela el sufrimiento de la población civil. NO, es necesario un compromiso internacional decidido y costoso, en dinero y tiempo.

Como dice mi amigo Gonzalo, Israel y Palestina solo podrán llegar a acuerdos en un ambiente de tranquilidad, con una resolución previa de los extremismos internos y una voluntad decidida de resolver con realismo los puntos más calientes de sus diferencias y con la intervención de EEUU, UE, rusia, China y los otros países árabes de su entorno. Al tiempo que se dota de viabilidad económica a Palestina para que abandone la vía de las armas como única solución.

Soy consciente de que parece la carta a los Reyes Magos de Oriente (y nunca mejor dicho), pero al menos sobre un frío papel, no me resisto a explorar las posibles vías para solucionarlo.

Escenarios posibles:

  1. Reforzar a la Autoridad Nacional Palestina (ANP), (liderada por Fatah y con sede en Cisjordania) es reconocida internacionalmente, pero está muy debilitada y desprestigiada en Gaza, por lo que se necesitaría reformas internas profundas: lucha contra la corrupción, apertura democrática, liderazgo joven, así como una importante presión internacional para que Hamás ceda el control de Gaza y se permita una transición pactada.
  • Gobierno de unidad nacional palestino, Integrando a Hamás políticamente, exigiendo su desarme y aceptación del marco de paz (como, por ejemplo, se hizo con el IRA en Irlanda del Norte y para lo cual se requiere una fuerte presión de Egipto, Qatar y la ONU para que aporte garantías internacionales de seguridad.

Para ello es imprescindible una coalición amplia, seria y comprometida debe incluir tanto a potencias occidentales como a actores regionales clave. Por tanto, estaríamos hablando de la participación de Unión Europea, Estados Unidos, Egipto, Jordania, Qatar, Arabia Saudí, Turquía, Naciones Unidas (Rusia y China bastarían con que se quedaran quietecitas) y todos con papeles diferenciados: financiación, mediación, verificación, presión política o militar disuasoria.

¿Qué herramientas habría que utilizar?

  • Presión diplomática, exigiendo reformas palestinas condicionadas a apoyo económico.
  • Despliegue de observadores, para supervisar la transición en Gaza (como en Kosovo, Timor Oriental o Bosnia).
  • Plan Marshall para Gaza, con fondos masivos para reconstrucción, por supuesto vinculados a la paz y desarme.
  • Garantías de seguridad a Israel (frontera segura) y a Palestina para evitar represalias o reocupaciones.

Si no se consigue esto, Hamás se mantendría como única autoridad en Gaza, legitimado por el vacío, Israel seguiría en una lógica de guerra prolongada, sin salida política, la radicalización aumentaría, especialmente entre jóvenes palestinos y la crisis humanitaria seguiría alimentando resentimiento y debilitando cualquier intento de normalización.

Pero actuar sobre el territorio Palestino en forma similar a la indicada es condición necesaria, pero no suficiente, porque si no se consigue cortar el oxígeno que alimenta la llama, no habremos conseguido nada. En este sentido, hay que mirar, también a otros lugares, puesto que mientras Irán y, en menor medida, Qatar sigan financiando y respaldando a grupos como Hamás o Hizbulá, cualquier solución diplomática estará siempre condicionada o incluso bloqueada desde fuera.

Irán es el gran patrocinador militar-ideológico, siendo el sostén de Hamás y Hizbulá, con financiamiento, entrenamiento, armas y estrategia. Tiene una red de «milicias por delegación» (proxy) en Irak, Siria, Yemen, Gaza y Líbano y su objetivo no es solo antiisraelí: busca proyectar influencia regional y contrarrestar a EE. UU., Israel y Arabia Saudí.

En este sentido, y aunque Irán está ya sancionado, deberían reforzarse las acciones sobre sectores financieros, logísticos y energéticos, al tiempo que se tiene que aumentar la interdicción marítima y aérea (como se hizo con Libia o Corea del Norte) sobre el tráfico de armas.

Sería bueno integrar a Irán en un pacto regional a cambio de incentivos o, en su caso, que los países del Golfo, la UE y otros actores rompan o congelen relaciones, pues de lo contrario Irán aprovecha las divisiones internaciones (entre EEUU, Europa, Rusia y China) para burlar sanciones y mantener alianzas estratégicas.

Y no olvidemos a ese actor ambivalente que es Qatar, que financia proyectos civiles en Gaza, pero también ha proporcionado fondos directos a Hamás, incluso con conocimiento de Israel, EE. UU. y la ONU. Qatar alberga a líderes de Hamás en Doha  al tiempo que media en liberación de rehenes y acuerdos de tregua, lo que le da una posición dual: financiador + mediador.

También la comunidad internacional debería condicionar su ayuda y relaciones diplomáticas para conseguir que elija entre seguir como facilitador neutral o perder apoyo occidental al tiempo que le puede permitir jugar un papel en Gaza, integrándolo en pactos de reconstrucción, a cambio de cortar flujos a Hamás militar. No olvidemos que Qatar quiere proyección internacional, por lo que se le puede presionar en foros multilaterales.

Lo que parece estar claro es que, si la comunidad internacional no logra condicionar de forma efectiva a Irán y Qatar, cualquier reconstrucción o acuerdo político en Gaza será vulnerable desde el origen. Se necesita una presión coordinada, firme y multilateral, no solo con sanciones, sino también con ofertas de integración diplomática a cambio de cesar el apoyo a milicias.

Pero si acabar con el problema de Hamás, el caso de Hizbulá es todavía más complejo, porque a diferencia del primero, Hizbulá es parte oficial del Estado Libanés, ya que tiene diputados y ministros, controla regiones del sur del país y opera servicios sociales, hospitales y escuelas, al tiempo que mantiene un ejército propio con miles de misiles, en abierta contradicción con la soberanía del Estado libanés.

Su dependencia de Irán es más directa y profunda que la de Hamás ya que recibe 700–1.000 millones USD anuales en apoyo financiero, armas y entrenamiento.

Para desmilitarizar Hizbulá se me antoja que sería necesario, en primer lugar, un reconocimiento del problema por parte del Estado Libanés (con respaldo de la ONU), en segundo lugar, como se ha comentado, llevar a cabo una serie de sanciones financieras más severas contra redes iraníes vinculadas a Hizbulá para cortar el flujo de fondos no humanitarios desde Teherán.

Por otro lado, una oferta de reducir presión económica a Irán si permite el desarme de Hizbulá a cambio de integración política plena (similar al modelo IRA-Sinn Féin) y, por supuesto una supervisión del contrabando de armas desde Siria y el puerto de Beirut para evitar el rearmado si hay progreso en la negociación, e, incluso, se podría ofertas la integración de miembros de Hizbulá en el ejército libanés regular

Para el caso de Hizbulá, la clave no está solo en negociar con ellos, sino en reformar el Estado libanés, condicionar a Irán y ofrecer una salida política digna, lo cual requeriría de una diplomacia de alta precisión, pero es posible si se combina presión, incentivos y una narrativa de soberanía libanesa, no de confrontación sectaria.

En cualquier caso, la situación es tan compleja, y los intereses externos tan potentes que parece misión imposible. Lo que sí tengo claro es que “pellizquitos de monja” por parte de la comunidad internacional, declaraciones flácidas y poco comprometidas como las que estamos viendo por parte del Reino Unido (paradoja histórica) que durante su mandato puso las bases del conflicto árabe-israelí, hoy trata de aparecer como actor que busca “resolverlo” reconociendo al Estado palestino. No deja de ser un gesto tardío y cargado de contradicciones históricas.

No, o dejamos a Israel acabar por sí solos con Hamás y aguantamos el chaparrón de asumir el sufrimiento del pueblo gazatí, o nos ponemos las pilas y asumimos cada uno el rol que a cada país e institución nos corresponde y ponemos el dinero necesario para reconstruir un territorio que bien podría ser, de verdad, el Estado Palestino, pero no caben tintas medias.

José García Cortés

     30-8-25

BIBLIOGRAFÍA

  • Conflictos Internacionales, orígenes y causas (Gonzalo Terreros)
  • Israel y Palestina, la historia de un conflicto interminable ( Eduardo Baura)
  • Palestina (Rashid Khalidi)
  • Descifrando Israel (Sal Emergui)
  • Inteligencia artificial

NI TANTO SR. PRESIDENTE

Sr. Sánchez, según la información pública disponible, usted es doctor en Economía y Empresa por la Universidad Camilo José Cela. Además, estudió Ciencias Económicas y Empresariales en el Real Centro Universitario María Cristina de El Escorial y tiene un Máster en Política Económica de la UE por la Universidad Libre de Bruselas, total ná.

Supongo que sabrá entonces entender la diferencia entre PIB global y PIB per cápita (que, por cierto, se suele estudiar en primero de carrera) y que es clave para analizar correctamente la economía.

El PIB global (Producto Interior Bruto total) es el valor total de todos los bienes y servicios que produce un país en un año y nos habla del tamaño de la economía, cuánto produce el país en su conjunto y es útil para hacer comparaciones entre países.

Cuando usted hace balance de su gestión, saca pecho diciendo a los españoles que crecemos por encima de la UE y se queda tan pancho. Estoy seguro que lo hace por no aburrir mucho al personal y no porque quiera enmascarar la realidad de nuestra economía. No, seguro que no quiere incurrir en ninguna falsedad ya que no es esa su costumbre, ¿verdad?.

Supongo también que el día que le explicaron el PIB en los muchos estudios que tiene sobre economía, también le explicaron que es un buen indicador pero que tiene una limitación importante, ya que no nos dice si la población vive mejor o peor, ni cómo se reparte esa riqueza.

Venga, no disimule, estoy seguro que también le explicaron qué es el PIB per cápita, que, por cierto, es el PIB global dividido entre el número de habitantes. Y es este indicador el que nos dice Cuánta riqueza se genera por persona, siendo por tanto una medida más cercana al nivel de vida o bienestar económico promedio y que se usa para comparar estándares de vida entre países o regiones.

Siempre se olvida mencionar que, gracias a su gran gestión, España sufrió una contracción del PIB del −11,3% (El PIB de España descendió en más de 140.000 millones €) mucho mayor que la media europea (−5,9 %). Y sí, es cierto que después España creció con más fuerza en términos absolutos que la media europea, reflejando un efecto rebote mayor tras una caída más profunda y que seguimos creciendo a un ritmo, moderado, pero algo superior.

Por supuesto, tampoco le interesa decir, que, aunque ahora seguimos creciendo ligeramente por encima de la UE, ésta ha recuperado un 4,3% respecto a los valores prepandémicos, mientras que España ha recuperado un 3,5%. Vaya, vaya, la foto no es la misma.

Y si el día que explicaron el PIB per cápita usted no fue a clase, a lo mejor, solo a lo mejor, alguno de sus 477 asesores solo en Moncloa (Presidencia y Bolaños), más el resto, que suman un total de casi 1.217–1.289 asesores en todo el Gobierno, sí que lo pueden saber, que España perdió más PIB per cápita en 2020 (−11,7 %), y la recuperación ha sido más lentaque la media europea.

En 2024, España aún no había recuperado totalmente su nivel prepandemia en términos reales (ajustando inflación), mientras que la UE sí lo ha superado con mayor holgura. El diferencial entre España y la media de la UE se ha mantenido en torno a 5.500 €–6.000 € per cápita, sin señales claras de convergencia.

Y sí, el PIB per cápita en España ha subido un 0,8% (cifra bastante ridícula para una gestión tan larga), pero también se olvida decir que los precios han subido entre el 18/20% acumulado desde 2019, y esto significa que, en términos reales, los ciudadanos tenemos menor poder adquisitivo. Es decir, en general se vive algo peor.

Por cierto, no recuerdo haberle escuchado que ese crecimiento del que presume se ha apoyado principalmente a los fondos europeos recibidos y a un incremento notable de la deuda y no de un crecimiento en nuestro sistema productivo.

Espero que estos días en la residencia real de La Mareta reflexiones sobre, ¿qué pasará cuando se agoten los fondos europeos y cómo se reducirá la deuda sin frenar el crecimiento?, cuando tenemos una tasa de paro de casi un 7% superior a la UE, una productividad también en casi 7 puntos inferior un endeudamiento superior al 26% por encima?.

Bueno, estoy seguro que seguirá maquillando cifras y mintiendo como es su costumbre.

Ahora lo dejo, porque son las cinco y estoy sin comer y, además yo también me voy a las Islas Canarias. Espero tener el placer de no encontrármelo.

José García Cortés

       30-7-25

SUS SEÑORÍAS

Sus señorías están cansados, el último pleno se celebró el 17 de julio de 2025y no hay otros programados hastaprincipios de septiembre.

La jornada legal de los trabajadores en España (no señorías) es de 40 horas semanales (hasta que la señora ministra y vicepresidenta se salga con las suyas), siendo la media real pactada en convenios de 38,4, lo que viene siendo aproximadamente entre 1.800/1.900 horas trabajadas al año.

Sus señorías no tienen una jornada formal regulada, trabajan horas variables según actividad parlamentaria y no hay registro horario obligatorio como en empleo privado, por lo que su jornada no se contabiliza sistemáticamente. En 2024 tuvieron que asistir a 31 plenos oficiales (agotadora actividad), aunque bien es cierto que algunos tienen que asistir a ciertas comisiones, subcomisiones o ponencias, que, en la mayoría de los casos son de pocas horas.

El sueldo base de sus señorías es de 3.126,89 €/mes y después tienen complementos según cargo (hasta ~1.938 €/mes en portavocía), y pluses por comisiones o presidencias. Hablamos en muchos casos de salarios totales entre ≈56 000 € y 70 000 €, y en casos de altos cargos hasta ≈112 000 € o incluso más (hasta 230.930 € en el caso de la presidenta del Congreso), mientras que el trabajador medio anual en España está en 28.049 €, el mediano en 23.349 € y el más frecuente en 15.575 €

Adicionalmente, sus señorías reciben dietas mensuales para gastos generales: 4.950 €/mes, independientemente del lugar (gastos de manutención, alojamiento, desplazamientos) y los gastos de transporte (billetes, aparcamientos, etc.) están cubiertos.

También se les proporcionan facilidades de alojamiento durante las sesiones, acceso a tecnología (tabletas, teléfono móvil institucional, restaurantes y cafetería del Congreso subsidiados por valor de casi 1,2 millones € anuales, lo que reduce el coste de comidas en sede), apoyo administrativo y recursos logísticos sin cargo directo y, en el caso de los eurodiputados, asistente/es contratados con presupuesto asignado de hasta aproximadamente unos 28.000 euros.

En resumen, sus señorías (en número de 350, sin hablar de los del Senado) ganan entre 2 y 4 veces más que el trabajador medio, sin contar dietas e indemnizaciones adicionales, disfrutan de beneficios extras (dietas exentas, equipo tecnológico, personal y recursos públicos) que no existen para el trabajador promedio.

Y todo este dineral se utiliza en una gran parte solo para que asistan y voten siempre lo que la disciplina de partido (muy estricta en España) les indica, aunque es justo reconocer que en ocasiones “trabajan” para realizar proposiciones no de ley, enmiendas y preguntas al Gobierno (en el caso de la oposición).

En España, los partidos deciden quién entra en la lista electoral y en qué orden, por lo que, si el diputado quiere repetir mandato, debe obedecer al partido, no a los votantes directamente. Y les pagamos para ello.

Pero, al final, antes de irse a gozar de unas merecidas vacaciones, al menos nos han ofrecido al pueblo español algo tan ansiado por todos como era el que El Congreso de Los Diputados solo se llame El Congreso. Menos mal, todos estábamos sufriendo lo indecible porque la denominación que pusieron nuestros mayores en la Constitución visibilizaba solo a los varones.

Seguramente, con tanto trabajo sus señorías no se han dado cuenta de que el gobierno no tiene autoridad lingüística formal para cambiar la gramática, sino que esa función corresponde a instituciones como la Real Academia Española (RAE) o la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE).

La verdad es que ya no tienen suficiente con invadir las empresas públicas, la fiscalía, el Tribunal Constitucional, la justicia,… Ahora también la lengua.

Supongo que, a la vuelta de las vacaciones, sus señorías terminen el trabajo y le den solución a las profesiones que sufren también como el colectivo de taxistas, electricistas, periodistas, dentistas, policías, economistas… Es que, de verdad, estamos que no vivimos todos con esto.

Bueno, confío en que todos, todas y todes, y los niños, niñas y niñes podamos verlo pronto, total, si nos sale muy barato.

Por cierto, me muerdo las uñas pensando si, sus señorías (término anacrónico que intenta mantener la neutralidad entre diputados y diputadas), terminarán aprobando que se les llame “señoríos”?.

José García Cortés

       27-7-25

DE FUENTEOVEJUNA A TORRE PACHECO

MIGRANTES EN ESPAÑA Y PROBLEMAS EN TODA EUROPA

Todos conocemos la expresión «Fuenteovejuna, todos a una» de Lope de Vega y que narra la historia de un pueblo harto de los abusos de su comendador.

En Torre Pacheco, tras la agresión por parte de unjoven marroquí de 20 a una persona española de 65 años se ha liado parda.

Esto está generando un debate social intenso en el que tanto los grupos de izquierda (empezando por el propio gobierno) como por parte de grupos de la derecha que parece que no haya más noticia interesante en los medios de comunicación.

Como quiera que me tenían hasta los witows, he decidido dedicar un tiempo para profundizar en el conocimiento del tema de la inmigración. Obviamente es un tema sensible, controvertido y que puede llevar a que, en algún momento, el tono o el contenido roce algunas sensibilidades. Por esa razón me acojo al artículo primero de este blog, porque para eso somos políticamente incorrectos.

No obstante, en todo momento he intentado tocar todos los puntos de la forma más equilibrada y documentada posible, y para ello he utilizado intensamente la inteligencia artificial y una gran cantidad de fuentes que al final se citan. Y, cuando empecé, una cosa me llevaba a otra, hasta que, al final, me ha salido un ladrillo considerable que no sé yo si es del todo digerible.

Para poner un poco de orden en toda esta información, he dividido este “tocho” que me ha salido en varios apartados:

  1. SOBRE LA POBLACIÓN INMIGRANTE EN ESPAÑA
  2. SOBRE LA INMIGRACIÓN IRREGULAR
  3. SOBRE LA DELINCUENCIA DE LOS INMIGRANTES
  4. SOBRE LA INTEGRACIÓN DE LOS INMIGRANTES
  5. LA VISIÓN “MACRO” O “MICRO” DE LOS INMIGRANTES
  6. PROBLEMA BUROCRÁTICOS Y ADMINISTRATIVOS A LA HORA DE TRATAR AL COLECTIVO DE LOS INMIGRANTES
  7. ¿LOS POLITICOS ESPAÑOLES TIENEN MIEDO A DECIR LO OBVIO?
  8. ¿LA RELIGIÓN ES UN PROBLEMA?
  9. ¿HAY MODELOS DE ÉXITO EN LA INMIGRACIÓN DONDE FIJARSE?
  10. CONCLUSIONES
  11. Fuentes consultadas
  1. SOBRE LA POBLACIÓN INMIGRANTE EN ESPAÑA

En primer lugar, he querido conocer las cifras del tema del que estamos hablando para poder opinar después, con mayor conocimiento de causa, sobre la inmigración en España y lo que obtengo es:

  • La población total de España se sitúa en 49.153.849 personas, de los cuales,
  • Aproximadamente 39,65 millones son nacidas en España y unos 3,0/3,1 millones de residentes nacidos en el extranjero que han adquirido la nacionalidad española (esto incluye los 252.476 que se nacionalizaron en 2024, récor anual de nacionalizaciones).
  • Nacidas fuera de España y sin nacionalidad española: (9,38 millones nacidos en el extranjero – ~3,1 millones nacionalizados) = ≈ 6,3 millones.

Las nacionalidades más numerosas son:

  • Marruecos: > 1 000 000 (aprox. el 11% sobre el total de nacidos en el extranjero)
  • Colombia: ~ 856.600 (9%)
  • Venezuela: ~ 599.800 (6%)
  • Rumanía: ~ 532.500 (5,6%)
  • Ecuador: ~ 448.643 (4,7%)

Estas cifras son las referidas a la “Inmigración regular”, pero también hay que tener en cuenta la inmigración irregular, sobre la que, lógicamente, no hay cifras oficiales y solo puede ser estimada. Según Funcas y otros estudios, se calcula que en España residen entre 390 000 y 470 000 personas en situación irregular, todas ellas de nacionalidades fuera de la UE.

No existen cifras oficiales por nacionalidad, pero las irregularidades suelen concentrarse en personas procedentes de América Latina (Ecuador, Honduras, Colombia), África subsahariana (Senegal, Mali) y el Magreb.

Al comparar las cifras españolas con las europeas, se aprecia que España es el quinto país europeo con mayor proporción de población extranjera (19 %). Destacan Suecia, con un 20%, Suiza (país no UE pero con política inmigratoria abierta) con un 25%, Noruega con un 17,5%, Austria con un 17%, Alemania con un 15%, Francia con un 15%, Francia con un 11%.

Sobre la masa anterior, he querido de saber cuántos inmigrantes hay trabajando (afiliados a la Seguridad Social) y resulta que en mayo de 2025, España registró por primera vez 3.070.831 trabajadores extranjeros cotizantes, siendo los más activos en la búsqueda de trabajo puesto que han ocupado el 42% de los nuevos empleos.

Estas cifras me ponen los pelos como escarpias porque supone:

  1. Que si de los 6,3 millones extranjeros “oficialmente controlados” (quedan fuera los nacionalizados), solo 3.1 millones están cotizando, hay 3,2 millones que no trabajan (a los que habría que añadir otro 0,5 mills. aprox. ilegales), al menos oficialmente, aunque todos sabemos que hay una enorme masa de economía sumergida, dedicadas fundamentalmente al cuidado de personas mayores, limpieza en hogares, agricultura, construcción y hostelería.

.

  • Que, si el 42% de los nuevos empleos que se han generado, están siendo ocupados por extranjeros, las ganas de trabajar de los nacionales son “estupendas”, habiendo, como había, a junio de 2025, 2.405.963 personas desempleadas registradas en SEPES. Lo siento, pero mi amigo Trillo vuelve a salir a la palestra “MANDA COJONES”.

Llama la atención el colectivo de marroquíes, ya que, de 1.092.892 personas nacidas en Marruecos censadas, en enero de 2025, solo 343.000 trabajan de forma oficial.

Los extranjeros en situación irregular no pueden acceder al subsidio o prestación por desempleo, puesto que uno de los requisitos es tener residencia y autorización de trabajo válidos, sin embargo, los extranjeros con residencia legal y cotización pueden acceder a los mismos subsidios que los nacionales y, no se publican cifras sobre la cuantía o porcentaje del subsidio recibido por extranjeros frente a españoles.

El gasto total en prestaciones por desempleo en España ha sido muy significativo en los últimos años. Para todo el año 2024, el gasto estimado en prestaciones por desempleo, incluidas contributivas, subsidios, Renta Activa de Inserción (RAI) y subsidios agrarios, superó los 23.500 M € (Para 1,8 millones de beneficiarios, lo cual supone el 75,6% de cobertura). En años anteriores, el gasto acumulado en este tipo de ayudas desde 2019 hasta ahora ronda los 127.000 M €, siendo 2024 el tercer año con mayor desembolso.

Adicionalmente, hay otras ayudas (distintas del desempleo), Presupuesto de la Secretaría de estado de Migraciones, el Programa específico de integración, subvenciones para retorno voluntario o gestión migratoria integral, o bien ONG como ACDEM (coordinadas con la administración) el gasto público en inmigración e integración supera los 800 M € anuales, incluyendo programas, subvenciones e iniciativas de apoyo.

Además, existe una gran cantidad de dinero, que no he sido capaz de obtener, por su opacidad, de las Comunidades Autónomas y ONG que gestionan numerosas ayudas menores (servicios sociales, retorno, emergencia) sin consolidar cifras nacionales. Y otras tantas de Entes Locales que también destinan ayudas básicas para inmigrantes irregulares (sanidad, comedor, empadronamiento),

No sé si tantas ayudas al desempleo (sostenidas en el tiempo) y otras ayudas a la inmigración, puede ser una política intencionada de «clientelismo» o bien a una incapacidad del gobierno en controlar a la gente que no trabaja (nacionales y extranjeros) para forzar su incorporación al mercado laboral. Cualquiera de las dos cosas o combinación entre ellas me parecen terroríficas.

  • SOBRE LA INMIGRACIÓN IRREGULAR

Este es otro tema muy controvertido que hace que tenga “el corazón partio” ya que en el fondo no estamos hablando solo de números sino de seres humanos. Aquí intervienen agentes como las mafias que organizan pateras, las ONG de rescate y el/los gobiernos, nacionales y autonómicos que se suponen que tienen que poner los medios necesarios.

En países del Sahel (Marruecos, Mauritania, Senegal) existen mafias transnacionales que organizan viajes en patera/cayuco por una tarifa (500–700 € por persona) que cada vez están más profesionalizadas, cambiando rutas, embarcaciones o, incluso, utilizando buques comerciales para evitar vigilancia marítima.

Oficialmente hay una cooperación entre España y países africanos, pero que yo considero más formal que efectiva, que es, en primer lugar, donde se debería atacar con mayor intensidad este problema. Esto supone poner dinero y medios.

En este sentido, con datos a enero de 2025, nos encontramos que España destinó:

  • 2,5 millones € a Marruecos para dotación de equipos de vigilancia fronteriza
  • Colabora con un componente en Frontex
  • Dos agentes de la Policía Nacional
  • Siete miembros de la Guardia Civil desplegados en Gambia

También en 2024 se lanzó una estrategia española para África (2025‑2028), con un enfoque en «gestión de migración ordenada» y “formación para flujos seguros”, aunque sin detallar asignaciones monetarias hechas desde España, como siempre, mucho bla, bla, bla, pero poco din.

Una investigación de El Confidencial señala que entre 2017 y 2021 España destinó 74 millones € para detener a tan solo 1.213 migrantes, lo que llevaría a un coste muy alto por persona interceptada.  Todo apunta a que en este punto tenemos un importante punto de “desgobierno” (otro más), en el que no queremos gastar un dinero importante en la gestión de nuestras fronteras, para gastarlo después, con creces, cuando los inmigrantes llegan a nuestras costas.

El presupuesto directo anual para la inmigración se sitúa en torno a los 360 millones de euros, pero hay otros costes “invisibles”. Según un estudio de El Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia (Gobierno) cifra en 17.000 millones € al año (1,3% del PIB) el impacto económico por no integrar correctamente a inmigrantes: salarios más bajos, desempleo excesivo, abandono escolar.

Por tanto, podemos decir que “formalmente” España sí invierte en cooperación con países de origen para frenar la inmigración irregular, perolas cantidades dedicadas directamente al control migratorio en África occidental son exiguas y, además, con una escasísima transparencia de gasto y evaluación del impacto en migración irregular.

Otro eje en el mundo de la inmigración irregular son las ONG que acuden al rescate de las pateras, financiadas con fondos privados y con ayudas públicas. Yo sé que soy muy mal pensado y no puedo evitar tener dudas de que su actividad sea puramente filantrópica y no pueda haber intereses económicos cruzados con las mafias.

Yo he navegado bastante por aguas abiertas y, cualquiera que lo haya hecho sabe perfectamente lo difícil (si no imposible), encontrar una patera en el océano, pero… ¡¡hey!!, ellos los encuentran siempre, ¿es casualidad o hay un tráfico de información?.

En todo caso, incluso habiendo almas de buena fe que no estén haciendo negocio con los mafiosos, habría que pensar hasta qué punto los rescates estén actuando como incentivo para los flujos. ¿No sería mejor, como se ha propuesto algunas veces, que nuestra marina patrulle en aguas internacionales para cañonear a los traficantes de personas?.  Ah!, claro, esto es xenofobia, se me olvidaba.

De cualquier manera, creo que una posible solución, sería gastar unas buenas cantidades de dinero (terminamos gastando mucho más cuando están aquí) en mayor cooperación con países africanos (detección, detenciones y formación policial y judicial) y más patrullas en colaboración con Frontex fuera de aguas territoriales. No olvidemos que nuestras autoridades son los responsables de controlar nuestras fronteras.

Y, por último, en este punto, hay que mencionar el problema específico de los MENAS (Menores Extranjeros No Acompañados) en España, procedentes sobre todo de Marruecos, Argelia, Mali y Guinea. Tenemos más de 12.000 bajo tutela de las comunidades Autónomas.

Con estos chicos, al margen de su coste económico, tenemos siempre problemas ya que los centros en los que se acogen están sobreocupados y además se encuentran en zonas pobres. Falta personal especializado para atenderlos y generan hurtos, peleas, fugas de centro, que, aunque sean una minoría (se estima que entre un 11/13% son conflictivos), se hacen muy visibles.

No olvidemos de este colectivo, que, según la Ley, al cumplir los 18 años salen del sistema de tutela y muchos acaban en la calle o en redes delictivas.

En la actualidad, hay una absoluta descoordinación entre las CCAA lo que provoca que algunas se saturen (ej. Ceuta, Melilla, Cataluña o Canarias) mientras que otras apenas acogen, y el gobierno no solo no pone los medios adecuados, sino que lo utilizan con fines partidistas como ha ocurrido recientemente con la última distribución en el territorio nacional, excepto en País Vasco y Cataluña. ¡Qué casualidad!

En algunos centros de Menas, los responsables están acojonados y asustados por la actitud violenta de algunos de ellos y les dan dinero, teléfono y todo lo que piden con tal de no tener problemas. Según la información obtenida, parece ser que no es muy generalizable, pero sí que hay bastantes casos reales de violencia o intimidación en algunos centros.

Algunos menores, especialmente adolescentes varones de entre 15 y 17 años, muestran actitudes agresivas, desafiantes o problemáticas.

  • En ciertos centros con falta de personal, mala gestión o saturación, hay episodios de violencia, daños materiales, amenazas o extorsión a educadores.
  • Algunos educadores y trabajadores sociales han denunciado sentirse desbordados, sin apoyo, e incluso con miedo, sobre todo cuando hay falta de autoridad institucional.

«Nos vemos obligados a negociar con los más conflictivos. A veces se les permite salir cuando quieren o se les da un móvil para evitar que armen lío.» – Testimonio recogido por medios como El Mundo o ABC.

Es cierto que algunos centros ofrecen tarjetas prepago, abonos de transporte, ropa o móviles básicos como parte del programa de integración (no como premio ni soborno), y estos recursos se dan según protocolos, pero en centros desbordados puede degenerar en una especie de “intercambio de paz por control”, sobre todo con menores difíciles de gestionar, pero la presión mediática y política ha contribuido a ocultar muchos problemas por miedo a estigmatización o represalias laborales.

Las federaciones de educadores sociales denuncian queno todos los MENAs son conflictivos, solo unaminoría genera problemas graves y que la mayoría quiere estudiar, trabajar y regularizarse, pero también reclaman refuerzo de personal especializado (mediadores culturales, psicólogos, monitores de calle) y autoridad legal clara para actuar ante menores reincidentes.

Qué curioso, la misma actitud laxa por parte de los gobernantes ante la violencia, y la falta de medios y autoridad legal clara para actuar de la que hablan los funcionarios de prisiones en España. ¿Casualidades de la vida, o es que tenemos una puñetera caca de legislación?

De nuevo no se previene en origen con acuerdos con Marruecos (principal origen de los Menas) u otros países para prevenir salidas, creando alternativas locales y facilitar retornos voluntarios cuando sea posible, y solo en los casos en los que no sea posible, arbitrar el reparto equitativo y obligatorio entre CCAA con financiación estatal específica, que brilla por su ausencia.

Por tanto, el principal problema de los Menas no es solo su origen, sino la falta de una política estatal coherente, bien financiada y centrada en la integración real. No hay soluciones estructurales, lo que multiplica el riesgo de marginación, delincuencia o radicalización. Es necesario dejar atrás el enfoque “reactivo” (esperar a que lleguen) y apostar por un modelo de acogida responsable + prevención en origen.

  • SOBRE LA DELINCUENCIA DE LOS INMIGRANTES

Al margen de los números y su visión económica que hemos visto antes, tenemos sobre la mesa una cuestión, en ocasiones ciertamente subjetiva, relacionada con la delincuencia de los inmigrantes. Veamos qué nos dicen los números:

Las cifras del gobierno, y medios de comunicación afines, siempre nos hablan en valores absolutos y dicen que los condenados en España suponen un 75 % de españoles frente al 25 % de extranjeros. Y se quedan tan panchos.

Pero si relativizamos en función de la población, las cifras nos dicen (sobre año cerrado a 2023, última cifra que he encontrado disponible), que el total de adultos condenados con sentencia firma fue de 280.322 personas, de los cuales:

  • Extranjeros condenados:  ≈ 78 490 personas
  • Españoles condenados: ≈ 201 832 personas

Si estos datos los relacionamos sobre los datos poblacionales, (42,2 mlls. de españoles y 6.9 de extranjeros), la tasa de condenados, por mil habitantes, es de 4,8  en el caso de españoles y de 11,3 en el caso de los extranjeros. Es decir, la tasa extranjera es aprox. 2,4 veces superior a la de los nacionalizados en términos relativos, siendo el colectivo de hombres jóvenes el segmento demográfico más predispuesto a la infracción penal.

También escucho, por parte del gobierno y medios afines que esto es fruto de una situación irregular o con menos recursos legales, lo cual no digo que no pueda ser verdad y, en todo caso, es opinable, pero ahí está el dato y la pregunta: ¿quién es el responsable de mantenerlos ilegales?

Entre los extranjeros, los más numerosos en prisión son los marroquíes, seguidos de colombianos (9,3 %) ytras ellos losrumanos. Esto confirma que ciertos colectivos están más presentes en el sistema penitenciario que otros.

Si ponemos el foco en los delitos más graves, resulta que, en los delitos sexuales, Los extranjeros (principalmente Marruecos y Argelia, seguido de otras nacionalidades europeas y latinoamericanas) triplican la tasa relativa de condenas por delitos sexuales respecto a los españoles, aunque, afortunadamente, no llegan ni a 1 por cada mil en ninguno de los dos casos (0,056 en caso de españoles y 0,152 en los extranjeros), pero es otro dato.

Y en el caso de los asesinatos, la tasa de condena por asesinato entre extranjeros (sin datos por nacionalidades) es aproximadamente 2,2 veces mayor que entre españoles, aunque también, afortunadamente, ambas tasas son muy bajas en términos absolutos (0.0059 en el caso de españoles y 0,0130 en el de extranjeros).

Las cifras nos demuestran que, una vez más, el gobierno nos engaña con habilidad, porque si bien es cierto que los índices de criminalidad no son un problema real a nivel nacional, SI es un verdadero problema a nivel local cuando hay concentración de inmigrantes como veremos más adelante. De nuevo, nuestros señores gobernantes, y en especial en ministro Marlasca, enmascaran las cifras y miran hacia otro lado ante los problemas ocultándoselo a la población.

Pasa exactamente igual que en las zonas en las que hay concentración de tráfico de estupefacientes o en los barrios de gitanos, en la que los robos y el tráfico de drogas es la tónica general, conocida y consentida por las autoridades. No sé muy bien porqué lo hacen, pero lo cierto es que esas zonas son inhabitables para las personas de bien.

  • SOBRE LA INTEGRACIÓN DE LOS INMIGRANTES

Otro problema importante a la hora de analizar la inmigración de un país, y en eso España no es diferente, es el de la integración de las personas que recibimos, en este sentido, en el Índice MIPEX, que mide la integración de inmigrantes en 52 países, dice que España ocupa el 8.º lugar, con una puntuación de 85/100, lo que indica, inicialmente, buenas políticas de integración en ámbitos como educación, acceso al empleo, sanidad, inclusión social y lucha contra la discriminación, ahora bien, esto tiene su análisis.

Las nacionalidades mejor integradas son:

  • Argentina, que destaca por el elevado nivel educativo, fuerte disposición a integrarse, mezclándose con la población local (no crean guetos) y tienen valores culturales compartidos y buena identificación con la sociedad anfitriona.
  • Latinoamérica (en general), con un idioma común, tradiciones compartidas y fuerte presencia urbana, la inmigración latinoamericana—especialmente colombianos, venezolanos, ecuatorianos—muestra una buena inclusión cultural y laboral, con alta presencia en emprendimiento, servicios y economía.
  • Rumanía, que, aunque se integran bien según mercado laboral y acceso a residencia, se enfrentan a más limitaciones en acceso político o consolidación de ciudadanía.

En estos colectivos, hay unos factores clave de integración, como son la igualdad legislativa: nacionalizaciones fáciles (más de 1 millón en 8 años) mejoran el sentimiento de pertenencia, la mayoría tienen un idioma compartido, lo cual facilita acceso a programas, cursos y empleo, participación en asociaciones, que lo cual construye vínculos e integración social y un reconocimiento cultural, que ayudan al intercambio cultural y visibilidad pública.

Sin embargo, se observan problemas de integración en ciertos colectivos como musulmanes, subsaharianos y gitanos en España, lo cual no responde a una única causa, sino a una combinación estructural de factores culturales, socioeconómicos, históricos, políticos y simbológicos.

Factores culturales y religiosos

En el caso de los musulmanes:

  • Prácticas culturales diferentes: códigos de género, vestimenta, alimentación halal, uso del velo o normas de oración son percibidas a veces como incompatibles con la cultura mayoritaria.
  • Religión visible: el islam en Europa se asocia más a menudo con fundamentalismo, lo que genera desconfianza pública, aunque la mayoría de los musulmanes en España son moderados.
  • Percepción de «no asimilación»: algunos sectores de la sociedad perciben que los musulmanes “no quieren integrarse”, sino vivir en paralelo (aunque esto no está demostrado empíricamente a gran escala).

Con los Subsaharianos

  • Barrera lingüística inicial en muchos casos (aunque los que vienen por vía educativa o con años en España acaban hablando español).
  • Racismo estructural y color de piel: lo que se conoce como “racismo antinegro” es un obstáculo real. Muchas veces no se les percibe como plenamente integrables, aunque hayan nacido aquí.
  • Las mujeres negras en particular sufren doble discriminación (racial y de género).

Con los Gitanos

  • Desconfianza mutua histórica: estigmatización desde hace siglos por su forma de vida distinta, movilidad, roles familiares tradicionales y ocupaciones informales.
  • Percepción de autosegregación: tanto ellos como la sociedad mayoritaria a veces no cruzan vínculos reales, más allá de la convivencia física en barrios.

Factores socioeconómicos

  • Altas tasas de pobreza y desempleo en estos colectivos dificultan la integración.
  • El acceso limitado a educación de calidad, empleo formal, vivienda digna y sanidad adecuada refuerza un círculo vicioso de exclusión.
  • Estas barreras materiales generan ghettización, baja movilidad social y marginalidad.
  • Muchos inmigrantes musulmanes o africanos trabajan en empleos precarios o informales, lo que limita el contacto social significativo con españoles.

Factores políticos y mediáticos

  • Discursos populistas o xenófobos de algunos partidos han creado un clima de sospecha sobre estos colectivos (especialmente musulmanes y africanos).
  • Los medios tienden a vincular la inmigración con la delincuencia cuando los autores son extranjeros o gitanos, y a silenciar los casos en que no lo son.
  • Esta construcción mediática influye en la percepción pública, aunque los datos objetivos no justifiquen generalizaciones.

Factores históricos y estructurales

  • Gitanos: más de 500 años de exclusión en España, incluyendo expulsiones, esclavitud y leyes segregacionistas (hasta bien entrado el siglo XX).
  • Musulmanes: tras siglos de historia común en la península, hoy sufren un cierto “recuerdo negativo” de tipo simbólico, basado en la Reconquista y el relato nacional homogéneo.
  • Subsaharianos: su migración es más reciente y muchas veces vinculada al relato humanitario o a situaciones de irregularidad, lo que no favorece una narrativa de ciudadanía plena.

Factores simbólicos e identitarios

  • Hay miedo a la pérdida de la identidad “nacional” en algunos sectores sociales frente a minorías visibles con prácticas distintas.
  • A veces se exige a estos colectivos una asimilación total y no una integración plural, lo que genera tensión entre “ser uno mismo” y “ser aceptado”.

Lo cierto, y todas las cifras así lo demuestran, los musulmanes son el colectivo que menos se integran y que más conflictividad generan y, además, son el colectivo inmigrante más importante que tenemos. Hay una razón importante que lo puede justificar que es la religión y que más tarde se aborda.

  • LA VISIÓN “MACRO” O “MICRO” DE LOS INMIGRANTES

Pero, como en todas las cosas, cada cual ve la fiesta según le afecta. En este sentido, el sentimiento de la población no es igual si la situación de la inmigración se analiza desde una óptica nacional (macro) o si se observa desde una óptica más local (micro), es decir, no tendrán la misma “percepción” en un pueblo de Extremadura o de León que los ciudadanos de Ceuta y Melilla o la del El Ejido. Por tanto, hay que poner un zum y analizar el tema de la inmigración en España teniendo en cuenta la «concentración», es decir,si hay una cierta masificación por CCAA, provincias o municipios.

Si miramos el porcentaje de población extranjera en cada Comunidad Autónoma respecto a la población total de esa misma comunidad, no respecto al total nación, vemos el siguiente mapa:

Comunidad de Madrid (2022 datos): 61 % nacidos en América (destacan venezolanos 9,26 %, ecuatorianos 9,13 %, colombianos 8,79 %), 21 % de Europa, 9,7 % África (magréb), 7,8 % Asia

Comunidad Valenciana (2017 datos, similar tendencia hoy): Rumanía (~106.414), Marruecos (~73.962), Reino Unido (~73.304), Argelia (~42.871), Bulgaria (~26.724), Colombia (~20.096)

 Castilla–La Mancha (2011 datos): Rumanía 43 % del total de inmigrantes, Marruecos 15,3 %, Ecuador 5,3 %, Colombia 5,1 %

Siendo los porcentajes que se exponen, en función de la población nacional, es decir, porcentajes de inmigrantes sobre los ciudadanos locales, los siguientes:

Baleares27,6 %
Madrid23,8 %
Cataluña23,8 %
Comunidad Valenciana22,5 %
Canarias22,6 %
Extremadura5,6 %

Estos porcentajes ayudan a identificarzonas con alta o baja concentración de población extranjera en su propio contexto demográfico.

Desde un punto de vista municipal, resulta que:

  • Marroquíes dominan en Melilla, Ceuta y ciertos municipios murcianos.
  • Rumanos son mayoría en localidades rurales pequeñas del interior.
  • Ecuatorianos y venezolanos se concentran en las principales ciudades y algunos municipios canarios, representando entre el 3 % y el 6 % de la población.
  • Subsaharianos alcanzan presencia importante en puntos urbanos y de llegada, pero no en porcentajes dominantes a nivel municipal.

Y es en este punto en el que tenemos que fijar una mayor atención, por ejemplo, en Torre Pacheco (por poner el ejemplo de actualidad), en 2025, el padrón indica que Torre Pacheco tiene unos 41.000 habitantes, de los cuales el 30–32 % son extranjeros (aprox. 12.900 personas), de éstos, unos 6.300 son marroquíes, lo que confirma que los marroquíes constituyen más de la mitad del colectivo extranjero., representando una proporción muy significativa sobre la población total.

¿A alguien le extraña que en un momento determinado la población “esté hasta el gorro” y sienta “inseguridad” (que no siempre tiene que ser una realidad, solo la percepción), viendo alterada su statu quo y la convivencia pacífica?, máxime cuando el crecimiento de la población inmigrante no viene acompañado por parte de la administración de mayores medios administrativos y policiales.

Esto nos lleva a una reflexión general: ¿están realmente preparados los municipios españoles —sobre todo los pequeños— para acoger grandes concentraciones de inmigrantes? Y la respuesta corta es: NO, aunque eso puede depender mucho de ladimensión del municipio, su nivel de recursos, y el tipo de inmigración que recibe, pero en general, NO.

Desde el punto de vista de la seguridad, en zonas con guetos o fuerte tensión social, han surgido conflictos, como en Torre Pacheco, Salt o algunas zonas de Almería, o en muchas ciudades con el colectivo de los gitanos por falta de mediación y recursos preventivos, y las fuerzas de seguridad locales (Policía Local, Guardia Civil) en pueblos pequeños no siempre están dimensionadas para gestionar diversidad cultural o prevenir radicalización, trata o violencia familiar. Hay recursos policiales insuficientes en municipios pequeños con picos de población inmigrante.

¿Y qué pasa con el tema de la sanidad cuando hay concentración de inmigrantes? Pues resulta que como todos los residentes (regulares o no) tienen acceso básico a sanidad en España, los centros de salud estáninfra-dotados o saturados, sobre todo en campañas agrícolas (ej. Huelva, Murcia) y con dificultades de registro sanitario por falta de empadronamiento estable.

Otro aspecto importante a la hora de acoger importantes masas de inmigrantes es la educación, ya que en muchos casos han aparecido “centros gueto”, donde el alumnado inmigrante supera el 80 %, como en algunos barrios de Salt (Girona), El Ejido (Almería), o Valencia capital. Se pone de manifiesto lafalta de profesorado con formación intercultural o en segunda lengua, con altas tasas de absentismo o segregación y escuelas con pocos recursos que no pueden absorber alumnado con necesidades especiales (idioma, trauma migratorio, etc.).

No olvidemos los servicios sociales y vivienda. Los servicios sociales en pequeños municipios no tienen personal suficiente para acompañar procesos de integración (tutorías, trabajo social, mediación, ayudas económicas), con una falta de acceso a vivienda digna lleva a hacinamiento, infraviviendas o asentamientos ilegales en provincias agrícolas (Almería, Huelva, Murcia), como en el caso de Níjar (Almería) y Palos de la Frontera (Huelva), que tienen asentamientos con miles de trabajadores migrantes sin luz ni agua corriente, sin olvidar que muchas ayudas sociales no llegan por barreras burocráticas, idioma o falta de empadronamiento formal.

  • PROBLEMA BUROCRÁTICOS Y ADMINISTRATIVOS A LA HORA DE TRATAR AL COLECTIVO DE LOS INMIGRANTES

En una buena parte (y, de hecho, está bastante documentado) los problemas de integración de la inmigración en España se pueden deber más a fallos estructurales internos que a la inmigración en sí misma. Qué ocurre:

  • Retrasos en permisos de residencia o trabajo, incluso para personas con derecho a ellos.
  • Falta de personal y recursos en Oficinas de Extranjería y ayuntamientos.
  • Dificultad para empadronarse sin contrato de alquiler, lo que deja fuera del sistema a muchos inmigrantes (y los condena a la informalidad).
  • Obstáculos en el acceso a prestaciones sociales, subsidios o becas por requisitos mal adaptados a realidades migrantes.

Según la fundación PorCausa, el El sistema administrativo no expulsa a los inmigrantes, pero los empuja a la invisibilidad, ya que hay falta de foco político y fragmentación institucional.

  • No existe un plan nacional único y coordinado de integración migratoria.
  • Las competencias están repartidas entre ministerios (Migraciones, Interior, Inclusión) y CCAA (educación, salud, vivienda), generando duplicidades, lagunas y contradicciones.
  • Muchas políticas son reactivas, centradas en la frontera o en el “control”, y no en integración estructural a medio plazo.

El Tribunal de Cuentas ya alertó de que no hay evaluación clara del gasto en integración migratoria.

Además, hay una total desconexión entre necesidades reales y ayudas existentes

  • Ayudas como el Ingreso Mínimo Vital, becas de comedor o alquiler requieren documentación difícil de conseguir para un migrante recién llegado o en situación precaria.
  • Falta de intérpretes, de apoyo legal gratuito o de acompañamiento personalizado.
  • Mucha ayuda llega tarde o mal gestionada, especialmente en pueblos o zonas agrícolas donde más se necesita.

Especialmente sangrante me resultan las dificultades con las que se encuentran los inmigrantes más cualificados (que necesitamos) para homologar sus títulos.

  • Aunque el plazo legal es de 6 meses, muchas de las resoluciones tardan 2, 3 o más años.
  • Hay más de 50.000 expedientes acumulados en el Ministerio de Universidades (según datos de 2023, ahora serán muchos más).
  • Algunos médicos llevan 4 años sin respuesta, incluso trabajando en otros sectores mientras esperan.

Al parecer, tenemos falta de personal evaluador. En profesiones sanitarias, las solicitudes deben ser valoradas por comisiones técnicas especializadas… que están colapsadas o mal dotadas y el sistema no está informatizado completamente, lo que ralentiza más aún.

La exigencia de documentos imposibles, puesto que se exige:

  • Certificados académicos compulsados.
  • Programas detallados de cada asignatura.
  • Traducciones oficiales.

Si el país de origen está en guerra o no tiene registro central (ej. Siria, Venezuela), es casi imposible obtenerlos.

No hay vías provisionales de ejercicio. Mientras que, en países como Alemania o Francia, un médico puede trabajar supervisado mientras espera la homologación. En España, NO. O se homologa, o no se trabaja.

En el caso de médicos y enfermeros, la cosa tiene su aquel, España necesita miles de médicos y enfermeros, especialmente en Atención Primaria y zonas rurales. Pero:

  • Solo se homologa a una fracción mínima.
  • Muchos titulados de países hispanohablantes trabajan de repartidores, limpiadoras o en cuidados informales.

Sí, También en esto, como en cualquier otro aspecto relacionado con la administración, España tiene un sistema de homologación lento, anticuado y a menudo insensible con los inmigrantes cualificados y esto genera una situación injusta: personas preparadas para aportar valor están atrapadas en trámites sin salida, mientras el país sufre déficits crónicos de personal cualificado.

Todavía me estoy preguntando si la inmigración es un problema en España, pero a estas alturas empiezo a pensar que la inmigración se vuelve un problema cuando el Estado o la administración local no la gestiona adecuadamente. O sea, igual que para los ciudadanos nacionales. Si esto no existe, se produce exclusión, informalidad y guetización, lo que a su vez alimenta el rechazo social y da armas al discurso xenófobo.

Una burocracia rígida y lenta aporta invisibilidad y una mayor irregularidad. La falta de estrategia nacional aporta una mayor fragmentación. Servicios no adaptados a migrantes suponen ayudas que no llegan y mayor desigualdad y la escasa inversión supone más saturación y conflictos. Simplificación administrativa y digitalización útil para procesos migratorios.

Se necesita, por tanto, si de verdad queremos inmigrantes en este país (que es un tema todavía a debatir), un verdadero plan estatal con recursos y objetivos claros de integración local, una coordinación efectiva entre administración local, autonómica y estatal y una formación del personal público en diversidad cultural y gestión con enfoque humana.

Porque la realidad demuestra que, en términos generales, España no destina suficientes recursos ni tiene una estructura administrativa sólida para hacer coherente su política de puertas abiertas con una política efectiva de integración e inclusión.

Este es el resumen:

ExtranjeríaOficinas saturadas, citas imposibles, retrasos de meses.
EducaciónFalta de recursos en zonas con alta concentración migrante.
SanidadAcceso teórico garantizado, pero saturación en zonas agrícolas y urbanas.
ViviendaCero política estatal de vivienda para inmigrantes. Muchos acaban en infraviviendas.
Servicios socialesAyuntamientos sin medios, sin personal especializado ni mediadores.

La conclusión clara y directa es que Españaacoge, pero no acompaña. Es un país con apertura legal y, sobre todo, verbal, pero sin el músculo administrativo y financiero para gestionar las consecuencias sociales, laborales y territoriales de esa apertura.

  • No hay plan nacional coordinado de integración.
  • Las ayudas están infra-dotadas y mal repartidas.
  • Se delega demasiado en ONGs y ayuntamientos frágiles sin capacidad técnica.

Hay otro aspecto, que me parece importante, y que está relacionado con el voluntarismo y el despelote organizativo que tenemos en este país, pero que contribuye mucho a que una gran cantidad de inmigrantes no busquen activamente trabajo ni avancen en su integración, y, algo no menos importante, la sensación de los nacionales de que los inmigrantes “abusan” del sistema y terminen llegando a final de mes en mejores condiciones que los que se esfuerzan y trabajan por el salario mínimo.

Me refiero a que muchos inmigrantes reciben ayudas desde varias entidades como:

  • Ayuntamientos (servicios sociales, ayudas de emergencia)
  • ONGs como Cáritas, Cruz Roja, CEAR, ACCEM (alimentos, orientación legal, vivienda temporal)
  • Ministerios (Sistema Nacional de Acogida para refugiados y solicitantes de asilo)

¿Están coordinadas todas las ayudas que se ofrecen a los inmigrantes?: NO PADRE. Los Ayuntamientos van, por un lado, Caritas, Cruz Roja y otras ONGS trabajan de forma independiente (a través de centros específicos o parroquias) y esto provoca que en muchos casos haya un “exceso” de ayuda que sitúa a los inmigrantes en una posición que supera en muchos casos a la situación económica de muchas familias mileuristas, que son, por cierto, legión en nuestro país.   

Yo mismo he tenido la experiencia de no haber podido dar de alta en la Seguridad Social a ninguna de las personas que han ayudado en casa con la limpieza o con el cuidado de mi mujer enferma, y he tenido también la oportunidad de comprobar cómo personas que cuidan de mayores, llevaban a la casa de los ancianos todos los productos que le sobran de lo que perciben de las parroquias, Cáritas, Cruz Roja,….Y no hablo de un caso puntual. Ni que decir tiene de los problemas con los que me encuentro para contratar, y dar de alta de forma reglamentaria, a personas que trabajen en mi explotación de pistachos: Ni uno.

¿Esto quiere decir que haya fraude o abuso por parte de los inmigrantes?. Creo claramente que sí, pero la culpa no es de ellos (ellos hacen lo mismo que haría yo, sobrevivir en primer lugar y vivir lo mejor posible enviando dinero a mis familiares en el extranjero), sino a la puñetera ineficiencia (para nacionales y extranjeros) en la que está inmersa este país. Al parecer, algunas CCAA (como Navarra o País Vasco) sí han avanzado en protocolos de derivación compartidos, pero no es la norma general en España.

¿nos extraña por tanto que, del millón de inmigrantes marroquíes, solo 0,34 millones trabajen de forma oficial? ¿no será que este descojone de ayuda que tenemos lo propicia?.

Por cierto, ahora que mencioné el envío de dinero a los países de origen, que sepamos que, según datos del Banco de España, en 2017 se enviaron 9.000 millones y en 2023 (último dato del que dispongo), se enviaron 10.700 millones. Un pico.

  • ¿LOS POLITICOS ESPAÑOLES TIENEN MIEDO A DECIR LO OBVIO?

Personalmente entiendo que los políticos españoles tienen miedo a decir lo obvio: la integración no está funcionando. Existe una autocensura política y, sobre todo Pedro Sánchez (que ya no sé de dónde es) y la izquierda, que temen que señalar los fallos de integración sea interpretado como xenofobia, o que beneficie al discurso de la ultraderecha.


Esto provoca:

  • Evitación del tema en debates parlamentarios o campañas.
  • Frases genéricas como “la diversidad es una riqueza” sin acompañarlas con soluciones concretas.
  • Poco reconocimiento público de guetización o tensiones culturales reales en barrios o escuelas.

Existen guetos y comunidades paralelas, en algunos lugares, especialmente donde ha habido:

  • Concentración territorial (Salt, El Ejido, partes de Almería, Girona, algunos barrios de Madrid o Barcelona).
  • Falta de mezcla escolar y residencial.
  • Débil acción pública de integración (sin mediadores, ni trabajo comunitario, ni presencia institucional real).

Pero esto no lo hacen solo los inmigrantes:

  • Los guetos se forman también porque los españoles se marchan de ciertas zonas (fuga blanca).
  • Porque las administraciones permiten la segregación escolar o urbanística.
  • Porque el sistema no exige activamente la búsqueda de empleo, el aprendizaje del idioma ni la participación cívica.

Muchas veces pensamos que algunos inmigrantes no quieren aprender nuestro idioma (yo también lo pensaba), pero los datos demuestran que, en general, no es la norma, no rechazan aprender el idioma.

  • La gran mayoría sí quiere aprender español y tener una vida estable.
    • Pero hay obstáculos: trabajan muchas horas, no tienen acceso a cursos gratuitos o viven aislados.

No obstante, hay excepciones, especialmente en comunidades cerradas (algunas musulmanas muy conservadoras, ciertos núcleos del Este o guetos culturales), donde hay resistencia al cambio o a mezclarse, como el caso también de los gitanos.

Lo cierto, es que en zonas donde hay concentración de inmigrantes, hay barrios guetizados y segregados donde la delincuencia es mayor y la incomodidad de los nacionales es alta, aunque bien es cierto que no representan la mayoría del país, pero supone un problema cuando existe concentración.

La realidad es que muchos inmigrantes no están integrados, aunque, sinceramente, a estas alturas no se si es culpa suya o por el desastre del sistema que tenemos.

Lo que está claro es que los políticos evitan el tema porque, al ser materia sensible, temen que se les tachen de xenófobos sin darse cuenta (o sí) de que eso no ayuda a solucionar los problemas

Y, por último, y es consecuencia de ese temor a afrontar el problema, hablan mucho de acogida, pero poco de exigencia, deberes y comunidad.  Total, toda una papeleta. 

  • ¿LA RELIGIÓN ES UN PROBLEMA?

Y si lo anterior son todos cuestiones delicadas, ahora menciono la bicha.

Estudios sociológicos confirman, en gran medida que,en Europa, la religión sí influye en la percepción y en el éxito de integración de los inmigrantes, y lareligión musulmana suele estar asociada a mayores dificultades de acogida e integración que la católica o cristiana.

Encuestas del Eurobarómetro y estudios del Pew Research Center muestran que en Europa Occidental, la aceptación de inmigrantes católicos, ortodoxos o cristianos es significativamente más alta que la demusulmanes. En países como Francia, Alemania o España,más del 50% de los encuestados creen que el islam es “incompatible con los valores de su sociedad”.

Migrantes latinoamericanos (católicos o evangélicos) en España o Italia tienen índices de integración más altos y menor rechazo social que migrantes del Magreb o Asia musulmana.

¿Y por qué sucede esto?, pues hay varias razones:

a) Afinidad cultural y simbólica. Los inmigrantes católicos (ej. de Latinoamérica, Filipinas) comparten idioma, costumbres, calendario festivo y valores similares y esto genera percepción de cercanía y menos “choque cultural”.

b) Visibilidad religiosa. El islam tiene elementos visibles (velo, mezquita, horarios de oración, alimentación halal) que acentúan la diferencia cultural y las sociedades europeas altamente secularizadas perciben estas prácticas como un “retroceso” o una amenaza.

c) Normas sociales percibidas como opuestas. El debate sobre igualdad de género, homosexualidad, laicismo genera fricción con segmentos conservadores del islam, en cambio, los católicos latinoamericanos, aunque conservadores, no suelen desafiar leyes locales en esos temas.

d) Contexto histórico y político. Europa tiene una memoria histórica conflictiva con el islam (Reconquista, Imperio Otomano, colonialismo), mientras que la inmigración católica se percibe como “familiar”. Adicionalmente, el terrorismo yihadista ha reforzado el estigma hacia musulmanes (aunque sea una minoría dentro de la comunidad).

De hecho, en España, los inmigrantes latinoamericanos son los quemás rápido acceden a nacionalidad (2 años de residencia) y presentan bajos índices de guetización, frente a núcleos musulmanes más concentrados (Cataluña, Ceuta, Melilla). En Francia, existe una alta segregación en banlieues de origen musulmán, frente a integración mucho más fluida de portugueses, italianos o españoles en décadas pasadas. En Alemania: turcos musulmanes siguen mostrando niveles más bajos de integración socioeconómica que inmigrantes europeos del Este cristianos.

Hay una conclusión clara: Sí, existe una correlación: los inmigrantes católicos son percibidos y acogidos con menos resistencia porque comparten códigos culturales y religiosos con la mayoría histórica europea. Con los musulmanes, la integración es más compleja por choque cultural, visibilidad religiosa y narrativa política, amplificada por el terrorismo y la islamofobia.

En sociedades europeas secularizadas, pero culturalmente marcadas por un sustrato cristiano, símbolos católicos o protestantes generan poca reacción social; en cambio, símbolos islámicos (mezquitas, velo, llamada a la oración) se perciben como “alteridad” (reconocimiento del otro).

Tras 11-S, 11-M y atentados yihadistas en Europa, el islam ha sido securitizado: medios y políticas públicas lo abordan con lente de seguridad más que de diversidad religiosa, lo que afecta actitudes sociales.

Todo esto crea un círculo: cuanto más visible es la diferencia religiosa, más rechazo potencial; cuanto más rechazo, más refuerzo identitario en la comunidad minoritaria.

Experimentos de “currículos ficticios” en varios países europeos muestran que candidatos con nombres percibidos como musulmanes reciben menos respuestas laborales que candidatos equivalentes con nombres “nativos” o cristianos y lo mismo sucede con los estudios realizados sobre el alquiler de viviendas, que encuentra patrones similares.

Esto alimenta tasas de desempleo mayores, refuerza la concentración territorial y deteriora la percepción mutua (“no trabajan / no se integran”).

Parroquias católicas, Cáritas, órdenes religiosas y redes diocesanas han jugado un papel clave en la acogida de latinoamericanos (ayuda legal, alimentos, clases de español, redes sociales). Sin embargo, la infraestructura islámica en España es más desigual: mezquitas pequeñas, financiación fragmentada, falta de imames formados localmente y pocas plataformas integrales de servicios sociales. Eso retrasa el puente entre comunidad musulmana y sociedad mayoritaria.

Las grandes encuestas europeas de valores y actitudes (Eurobarómetro especial sobre integración, European Social Survey módulos de inmigración, estudios Pew sobre percepciones de musulmanes, y el Bertelsmann Religion Monitor) muestran patrones repetidos:

  • Mayor comodidad declarada con vecinos cristianos o sin religión que con vecinos musulmanes.
  • En varios países, la aceptación de matrimonios mixtos es sistemáticamente más baja cuando la pareja hipotética es musulmana.
  • España, aunque más tolerante que la media de la UE en algunas oleadas, reproduce el gradiente: mayor aceptación de latinoamericanos que de magrebíes.

Según una encuesta de Pew (2016), en España el 54 % de la población tiene una opinión desfavorable sobre los musulmanes, mientras que esa percepción negativa es aún mayor en países como Italia, Grecia o Polonia.

Otra encuesta (Ipsos/Eurobarómetro) revela que 69 % de los españoles creen que los musulmanes no quieren integrarse (y esto sucede en mucha menor medida en EEUU). Este tipo de actitudes demuestran una percepción más crítica hacia la integración de la población musulmana, en comparación con inmigrantes de otros orígenes.

Pero, en mi opinión, en una buena parte, estos problemas están generados por ellos mismos, ya que muchos (no todos), rechazan los principios clave de las sociedades europeas que los acoge: igualdad de género, libertad religiosa, pluralismo. Se aferran a códigos culturales como el patriarcado familiar, el control sobre la mujer, o normas religiosas rígidas (vestimenta, comida, festividades) y rehúsan aprender la lengua o relacionarse fuera de su comunidad.

Es cierto que esto no es exclusivo del islam, pero es más visible por la naturaleza identitaria del islam en muchos migrantes, especialmente los recién llegados o con poca escolarización. Un estudio en Alemania (BAMF, 2020) mostró que, entre jóvenes musulmanes recién llegados, el 35 % creía que la ley religiosa debe estar por encima de la civil, frente al 3 % en el conjunto de la población.

En este sentido, muchos europeos se preguntan (nos preguntamos): Si algunos de los inmigrantes musulmanes que no están dispuestos a adaptarse a las normas culturales de los países europeos… ¿por qué eligen venir aquí y no a países musulmanes ricos como Arabia Saudí, Qatar o Kuwait?”

La respuesta parece clara si miramos los hechos: Porque los países del Golfo no los aceptan como iguales a pesar de compartir religión, mientras que Europa ofrece:

  • Sanidad, educación, protección social incluso para los solicitantes de asilo.
  • Posibilidad de acceder a la nacionalidad.
  • Libertad religiosa real: incluso los musulmanes más conservadores pueden practicar su fe.
  • Oportunidades laborales, especialmente para segundas generaciones.

En resumen,Europa garantiza dignidad, oportunidades de futuro y libertad y muy poca exigencia en obligaciones, mientras que los Países del Golfo garantizan salario, pero sin derechos.

¿Entonces son hipócritas por venir a Europa sin adaptarse?, Bueno, no necesariamente porque todo el mundo desea buscar algo menor, pero sí existe una contradicción en algunos casos:

·       Quieren disfrutar de la libertad de Europa (sanidad, ayudas, movilidad), pero manteniendo normas sociales que chocan con el modelo europeo (ej. control de las mujeres, rechazo a lo secular, aislamiento cultural).

·       Es una tensión que muchos musulmanes sí superan, pero otros no.

  • ¿HAY MODELOS DE ÉXITO EN LA INMIGRACIÓN DONDE FIJARSE?

Hay varios países que han desarrolladopolíticas migratorias altamente estructuradas y relativamente eficaces, ya sea en laadmisión selectiva de inmigrantes (como Canadá o Australia), o en laintegración social, económica y cívica (como Suecia, Alemania o Portugal).

CANADÁ, como modelo de admisión eficiente

Modelo de puntos: Evalúa a los inmigrantes según edad, idioma, nivel educativo, experiencia laboral y oferta de empleo. Tienen un sistema transparente, meritocrático y orientado a necesidades del mercado laboral.

Ventajas: Gran aceptación social, con altas tasas de empleo entre inmigrantes calificados que posibilita la inmigración familiar y humanitaria, pero sin perder control estructural.

AUSTRALIA como modelo de admisión eficiente

SkillSelect (programa basado en demanda): Similar al canadiense: puntos por formación, idioma, edad, etc, lo cual permite atraer mano de obra cualificada e incluso regionalizar la inmigración (rural visas).

Puntos fuertes: Control total de flujos, con flexibilidad para las regiones y sectores con necesidades específicas.

NUEVA ZELANDA como modelo de admisión eficiente

  • Sistema basado en puntos similar al australiano.
  • Fuerte enfoque en equilibro entre crecimiento económico y cohesión social.

Países con modelos de integración social eficaces

ALEMANIA. Pasó de rechazar la etiqueta de “país de inmigración” a establecer políticas sólidas.

Estrategias: Escuelas bilingües y clases de alemán obligatorias. Formación dual para jóvenes inmigrantes (educación + prácticas laborales). Integración cívica mediante cursos de historia, leyes y valores democráticos.

Resultados: Alemania ha integrado con éxito a más de 1,5 millones de refugiados sirios desde 2015, con alta participación laboral en 5 años.

PORTUGAL

  • Modelo de puertas relativamente abiertas + fuerte trabajo en inclusión.
  • Regularización masiva de inmigrantes en situación irregular (2020 y 2022) mediante procesos simples y ágiles.

Claves del éxito: Acceso universal a sanidad y educación pública desde el primer día. Pocos discursos políticos xenófobos. Marco legal que favorece el arraigo y la participación (por ejemplo, votación en elecciones locales).

SUECIA: Históricamente uno de los países más generosos con refugiados, con política de vivienda, educación y empleo específicas para solicitantes de asilo.

Fortalezas: Enfoque humanista y universalista. Fuerte apoyo social y financiero al recién llegado.

Desafíos recientes: Problemas de integración en barrios suburbanos y repunte de polarización política.

Modelos como el de Canadá (selección), Alemania (formación dual) y Portugal (inclusión universal) han demostrado que la inmigraciónpuede ser una oportunidad si se gestiona con visión, inversión y estrategia.

  1. CONCLUSIONES

Estas son mis conclusiones, y sólo las mías, cada cual puede opinar lo que considere conveniente en base a los datos aportados y otros que puedan obtener.

  1. Cuando escucho al gobierno defender la inmigración porque si no sería la ruina económica de España porque ¿quién trabajaría las tierras o quien cuidaría de nuestros mayores?, se me abren las carnes.

Primero, porque saben perfectamente que, siendo cierto que una parte de la agricultura, el cuidado de nuestros mayores o la limpieza en los hogares está en manos de inmigrantes, es, en su inmensa mayoría economía sumergida. ¿está el gobierno acaso dando carta de naturaleza? A mí me parecería bien, pero que lo hagan, que cojan a todos esos trabajadores, que los legalicen (el que no lo esté), que les den de alta y que les apliquen aunque sea un nivel tributario mínimo. Pero que no lo utilicen como discurso vano y sectario.

Segundo, ¿Hacen falta tantos inmigrantes para sostener la economía española?, pues depende, si el gobierno está dispuesto a mantener la panda de vagos y sinvergüenzas que tenemos en el paro: SI, hacen falta.  Si el gobierno estuviera dispuesto a poner a trabajar a tanto cara dura como tenemos: NO, o al menos no tantos inmigrantes.

  • También cuando escucho a la otra parte contratante (algunos) que los deportaría a todos, también se me abren las carnes. ¿tienen idea de la idiotez que están diciendo? Cuando asocian la delincuencia a los inmigrantes, ¿saben de verdad lo que están trasladando a la opinión pública? Las cifras son lo que son, y en términos cuantitativos no podemos decir que sea un problema general. Es cierto que en determinadas localidades hay problemas y eso se puede solucionar, si se pone el foco adecuado, con mayor dotación de fuerzas del orden público y los medios suficientes.

Ahora bien, desde un punto de vista estrictamente demográfico, considero que la inmigración es positiva y, en muchos casos, necesaria para España y el conjunto de Europa ya que estamos envejeciendo muy rápido. En España, la edad media ya supera los 44 años y la tasa de natalidad está en mínimos históricos: 1,2 hijos por mujer (muy por debajo del 2,1 necesario para reemplazo generacional).

Sin inmigración, la población total en España ya estaría en declive estructural, con consecuencias en pensiones, salud y mercado laboral. España tiene ya más de 10 millones de pensionistas, y seguirá creciendo (afortunadamente), por lo que cada vez habrá menos trabajadores cotizando por cada pensionista. Y, aunque nuestro querido gobierno siempre pasa de puntillas por este tema y no hace otra cosa que poner parches, si no se incorporan nuevos trabajadores jóvenes (muchos de ellos inmigrantes), el sistema de pensiones es insostenible a medio plazo.

Que cada vez seamos más mayores, que es una cosa buena para los que tenemos una cierta edad, implica que la demanda de cuidados a mayores (residencias, atención domiciliaria) siga creciendo, y nuestro sistema actual está explotando. Son nuestra esperanza, pero afortunadamente las segundas generaciones ya están más integradas, más escolarizados y activos laboralmente.

Por tanto, si queremos que nuestro país no colapse dentro de unos años, desde el punto de vista demográfico, la inmigración no solo es buena, es necesaria para España y Europa. En consecuencia, el debate no es plantease su existencia, sino su gestión e integración.

Considero que los problemas que creo que tiene la inmigración en España, en general, son los mismos que tenemos para el resto de las cosas los ciudadanos españoles, es decir, hay un desgobierno absoluto, si, también en esto. Sólo recibimos los discursos vacíos por parte de estos indecentes que se arropan con la bandera de la “diversidad”, la “tolerancia”, los “atención humanitaria” y no sé cuántas cosas más. ¿Acaso es más humano acoger un Mena (por ejemplo) para, transcurrido poco tiempo, dejarlo indefenso en la puta calle para que se busque la vida?.

Tenemos una política de inmigración que es una mierda (perdón a los excrementos porque tienen más valor que esta patulea), incoherente, mal financiada, mal cohesionada, y mucho peor ejecutada.

Hemos alcanzado el récor de funcionarios en la historia de España, pero resulta que hay retrasos, también históricos, en la tramitación de las documentaciones, titulaciones y timbres del estado, pólizas, fotocopias, y certificados como se exige. Lo siento trillo, pero te cito otra vez: manda huevos.

Es más, me pregunto: ¿hay una verdadera política inmigratoria?:

  • ¿Existe una política de admisión definida? ¿estamos seleccionando aquellos colectivos que más nos interesa y mejor se integran?
  • ¿Existe realmente un control en origen?
  • ¿Existe una política seria y dura de deportaciones para los garbanzos negros?
  • ¿Existe la financiación adecuada para dar acogida e integrar a los inmigrantes?
  • ¿Existe coordinación entre los diversos organismos (nacionales, de las comunidades y locales) para hacer eficiente el dinero que nos gastamos y el que nos deberíamos gastar?

El Gobierno invierte cientos, miles de millones de euros anuales en el sistema oficial de acogida y de subsidios posteriores (que no de integración real), que, como en tantas otras cosas, se vierten en las alcantarillas. No se dispone de un plan nacional, ni mucho menos local, claro y sostenido en el tiempo (no improvisado), solo discursos que manejan a golpe de telediario y que, en la mayoría de los casos utiliza como arma arrojadiza contra lo que considera su oposición.

Este es un tema lo suficientemente complejo e importante como para necesitar, como tantos otros que tenemos pendientes, de un verdadero pacto de estado, y, además, bien coordinado con la UE, porque no olvidemos que somos su frontera sur, pero con estos ineptos, ni está ni se le espera.

Se hartan de decir que los distintos ministerios están cumpliendo escrupulosamente la Ley de Extranjería. Coño, si es una porquería (como se está demostrando), modifica la Ley. Pero no, solo modifican las leyes para indultar o minorar condenas a delincuentes sexuales o modificar el delito de sedición, o indultar a los secesionistas a cambio de votos.

Mientras tanto, miles de personas (nacionales y extranjeros) sufren la incompetencia de gente que ni se gana el sueldo ni el respeto mínimo para los cargos que ocupan.

Y, para terminar, me mojo: yo personalmente estoy a favor de la inmigración en general, pero no con el miserable sistema que tenemos. Si lo estoy, pero siempre que:

  • Se establezcan pautas y criterios en la entrada permitiendo la acogida a los más cualificados y los menos conflictivos. Y con esto quiero decir, muy restrictivos con los islamistas.
  • Se sea muy exigentes en la aceptación de las normas nacionales, exigiendo el aprendizaje de nuestras normas, y el cumplimiento de nuestras leyes y nuestras costumbres.
  • Se sea muy duros y expeditivos en la deportación de quienes delinquen y quienes no se quieran integrar.
  • Que se exija claridad en el gasto y se haga eficiente, de una puñetera vez, la tramitación de los expedientes de los inmigrantes y se hagan rendir cuentas a esas ONG’s que campan a sus anchas con serio riesgo de que se hayan convertido en parte del entramado mafioso.
  • Que se establezca una coordinación entre todos los participantes en la gestión en la acogida e integración de los inmigrantes, Estado, CCAA, Ayuntamientos, ONG, parroquias y otros entes privados que, seguramente de buena fe, están contribuyendo a este despelote integral que tenemos.
  1. Fuentes consultadas

INE, Eurostat, Wikipedia, Cadena Ser, OCEDE, Datos oficiales Censo 2024/25, Fedea, Real Instituto Elcano, El país, Inclusión, SEPE, The Objetive, Buades Legal, Cinco Días, Mites, Inclusión, SER, Asata, Lamoncloa.gob.es, El Economista.es, BBVA, Agendatributaria.gob.es, Seguridad Social, Vozpópuli, Sepdata.es, Datos. Gob. Es, Sindicato Solidaridad, La Razón, La Gaceta, Dialnet, Infobae, Revista Criminológica, Mipex, eu, Migratión an Homes Affairs, Ciclob, Frontiers, Nature, The Guardian, Fundación porCausa, Parlamento europeo, Brookings

José García Cortés

      19-7-25