«Repite una mentira con suficiente frecuencia y se convierte en verdad», es una ley de propaganda con frecuencia atribuida al nazi Joseph Goebbels. Entre los psicólogos, esto se conoce como el efecto de la «ilusión de verdad».
En noviembre pasado Pedro Sánchez, tras la cumbre hispano-rumana, se declaraba “orgulloso de la ley del solo sí es sí” pero pidió tiempo porque “necesita asentarse”. Esto ocurría cuando la ley solo había provocado rebaja de condenas a una quincena de agresores sexuales.
En esas fechas, Irene Montero, que fue co-proponente el Ministerio de Justicia, en manos del PSOE, la defendía también, pero de forma muy contundente. “Esta ley es una gran conquista del movimiento feminista”. “La hoja de servicios de este Gobierno está fuera de toda duda en este asunto. Es una buena ley que necesita asentarse, necesita ver qué dice el Tribunal Supremo”.
Hace dos meses, Pilar Llop elogió la ley del sí es sí que ahora ataca: “Es una buena ley que protege a las víctimas”
También Mercedes Garrido, consellera de Presidencia, Función Pública e Igualdad decía que “La ley del solo sí es sí es una buena ley» y que había puesto en el centro el consentimiento cuando hay una agresión sexual.
Cómo no, en el Congreso, Patxi López, afirmaba que la ley del solo sí es sí «es una buena ley y que esperaba llegar a un acuerdo para que siga siendo una gran ley».
«La Ley es buena», recalbaba Irene Montero mientras acusaba a los jueces de «machismo» y de «incumplir» la ley del solo es sí por rebajar penas. «La norma está bien redactada» y es «un problema de aplicación e interpretación» por parte de los jueces y fiscales, a los que se les ha acusado también de no tener formación en materia feminista.
Tampoco perdamos de vista las advertencias de Patxi López a los jueces, que por cierto dejan bastantes dudas sobre el respeto del PSOE a la separación de poderes, «lo que estamos haciendo es dar un toque de atención a los tribunales para decir -oiga, no me vayan por ahí-«.
Y cuando el número de delincuentes sexuales beneficiados por la ley del solo si es sí va por 400, Sánchez, en un alarde de malabarismo, sigue defendiendo la reforma de la ley porque es de «sentido común» y «lo correcto», pero que como ha surgido un «problema», y que se trata de «una cuestión técnica», resolverá el problema para eliminar los efectos indeseados que está teniendo.
También Pilar Llop, en menos de dos meses, ha pasado de considerarla una “buena Ley” a lamentar ahora que la Ley aprobada castiga más el robo que la agresión sexual, la cual se prueba «con una herida» mientras acusaba al Ministerio de Igualdad de «confundir».
Nadie comenta (como sí lo hizo García Margallo espetando a Pablo Iglesias en un programa de radio) que desde innumerables estamentos se decía que esto podría pasar:
- Abogacía del Estado
- Comisión delegada de subsecretarios
- Informes preceptivos que hay que pedir, 22 de 71
- Consejo de Estado
- Consejo del Poder judicial
Todo ello sin tener en cuenta que en el Consejo de ministros hay 3 magistrados que también lo sabían (o deberían saberlo).
Ahora, socialistas y podemitas se empeñan en confundir al ciudadano repitiendo, como una especie de mantra, que van a impedir que se salga del centro de la ley el consentimiento, cuando en realidad, hace más de 200 años que en España «sólo sí es sí». Ya el Código Penal de 1822 castigaba como delito los actos sexuales realizados sin consentimiento del otro, y así lo han seguido haciendo, ininterrumpidamente, los siguientes códigos penales españoles, hasta el último -de 1995.
Según esta reforma, el consentimiento debe manifestarse “mediante actos que, en atención a las circunstancias del caso, expresen de manera clara la voluntad de la persona”, y esto podría dar lugar, paradójicamente, a relaciones sexuales consentidas pero delictivas, porque el consentimiento no se expresó conforme a la definición del texto legal.
Pero el principal error de esta nueva ley es la eliminación de la diferencia entre el abuso y la agresión sexual, lo que afecta al principio de proporcionalidad de las penas, y con una aspiración podemita de rebajar ostensiblemente la valoración probatoria, con afectación de la presunción de inocencia, y esta posición, no parece fruto de un error, sino de una intención.
No puedo ni imaginarme el dolor de las víctimas de una agresión sexual, la de los padres y familiares, y tampoco puedo ni imaginarme el tipo de persona que, sabiendo las consecuencias que la ley podría tener, se hayan arriesgado a que, uno solo de esos malnacidos depredadores vea rebajadas sus penas para con las víctimas y la sociedad.
Sinceramente, no sé cómo calificar la actitud de este Gobierno y de toda la “patulea” de partidos que aprobaron esta Ley, porque “negligente” se me queda pequeño, ya que no es un proceder descuidado o falto de aplicación.
Más bien me parece una actitud criminal. Si buscamos en la RAE el concepto de crimen, es donde encuentro una mayor aproximación a mi sentimiento, ya que podemos ver, entre otras acepciones; Delito grave o Acción indebida o reprensible
Y, si, además, miro en el mundo de la Psicología el concepto de conducta criminal, nos dice que sería aquella considerada como una conducta antisocial que abarca un amplio rango de actos y actividades que infringen reglas y expectativas sociales, muchas de ellas reflejan acciones contra el entorno, personas y propiedades.
Sencillamente a esta gente, que se llaman a sí mismos “progresistas”, en el fondo les importa una higa la ciudadanía, la mayoría de ellos son gente sin oficio ni beneficio, y ha encontrado en la política de bajo nivel su nicho para vivir del cuento, contando milongas y creando chiringuitos con los que enriquecerse.
Tengamos en cuenta que los “progresistas” tuvieron todo su sentido desde la revolución industrial, y fueron la seña de identidad en la defensa del proletariado, pero en la medida en que en las sociedades modernas los niveles sociales subieron, se han tenido que “reinventar” y han adoptado el abanderamiento del feminismo, el ecologismo, el animalismo, y, además, de forma maniquea; o estás con ellos o eres un machista, o un maltratador de animales…..
Ahora estamos pendientes de la tramitación de las reformas, en las que confío en que no tengan en cuenta las demandas de las activistas de la CUP, que han demandado a un policía infiltrado por considerar que el “consentimiento puede considerarse viciado”, ya que no habrían tenido relaciones sexuales con él de haber sabido que era policía.
Mucho me temo que, como nos descuidemos, además del consentimiento en las relaciones, vamos a tener que aportar el curriculum.
Malnacidos me parecen los que realizan los actos sexuales perversos y malnacidos me parece esta panda de depravados intelectuales que juega con el dolor ajeno para sacar adelante sus intereses personales. Estamos en manos de un puñado de descerebrados.
José García Cortés
9-2-23