Llevo dos semanas sin caldera en mi casa, y por tanto sin calefacción ni agua caliente.
En la primera semana, las temperaturas me dieron un respiro porque la verdad es que fueron agradables (demasiados para las fechas en las que nos encontramos) pero en esta segunda ya estamos en Ciudad Real entre 1/5º en la madrugada.
Estoy utilizando la ropa polar que tengo en casa y que utilizo en invierno para la caza y la verdad es que la sensación térmica no es mala del todo, aunque algunas veces me pongo un gorro de lana que me hizo una amiga de la residencia de mis padres.
Lo peor de todo es la nariz, siempre la tengo fría y eso no he conseguido arreglarlo excepto cuando me tomo un chupito de coñac. ¡¡Pero claro!!, no voy a estar todo el día tomando chupitos.
A mis perretes, les he puesto abriguitos y jerséis, previa romería por esas tiendas de Dios y ejerciendo un oficio que nunca había ejercido nunca. ¿qué talla tiene el perrito? Me preguntaban…. Madre mía, y yo qué sé, son muy pequeños, es lo único que he acertado a decir.
Cuando me acuesto, los perrillos acuden raudos a meterse en la cama conmigo buscando calor y, aunque yo no soy muy partidario de esas cosas, en estas circunstancias se lo permito porque entiendo que tienen frío y porque, por qué no reconocerlo, a mí tampoco me disgusta un poco de calor animal. Tiene como contrapartida que gasto algo más en agua por la limpieza diaria de las sábanas, pero ando yo caliente…..
Me levanto generalmente a las 5,01 de la mañana para hacer mis ejercicios y a las 6,10 estoy bajo la ducha de agua fría. Es ahí cuando más me acuerdo de los ciudadanos de Ucrania que tampoco tienen agua caliente y, en muchos casos ni agua. De Esas personas que tenían una vida “normal” hasta ahora y que por culpa de un cretino sufren los horrores y penurias de una guerra.
Es ahí cuando me acuerdo de las muchas familias en España que no tienen tampoco recursos para permitirse la calefacción y que tienen que lavar a sus hijos calentando agua, como recuerdo yo de niño que tenían que hacer mis padres con nosotros.
Ayer mismo me preguntaba mi hija mayor el motivo por el que no me había bajado los radiadores eléctricos que tengo en el ático o no me iba a la nave a ducharme, donde tengo un magnífico termo.
Le respondí que me he planteado esta situación como una especie de “ejercicios espirituales” para tomar consciencia en mis propias carnes de las penalidades que sufren miles/millones de personas.
Si, creo que está siendo un buen ejercicio para examinar mi conciencia, de meditar, de razonar, de contemplar y de ver con claridad todas las afecciones desordenadas (apegos, egoísmos, …) que tengo que repasar, porque, además, tengo la inmensa fortuna de que, aunque no tenga calefacción, no me están cayendo, además, bombas sobre la cabeza.
En esta gimnasia interna que estoy realizando veo con claridad la enorme fortuna que tengo por haber nacido en una parte del mundo en la que “no nos falta de nada”, en la que es natural, y que hasta parece que tenemos derecho, a que pellizques la pared y se encienda una luz, abras un grifo y tengas agua, y ya, la repera, que abras el otro grifo y encima salga caliente.
Y en estas reflexiones que estoy haciendo en estos ejercicios espirituales, todo lo que está sucediendo en nuestro país, con personajes como Pedro Sánchez, Montero, Rufián, y tantos imbéciles como los que tenemos alrededor, me parece tan fútil y miserable que no merece si quiera mi atención.
De momento, lo que estoy obteniendo como conclusión es que mi nivel de amor y altruismo son insuficiente para las necesidades que me rodean. Me pongo “pa las cosas” que dirían en mis queridas Canarias.
A pesar de todo, y aunque es firme mi propósito de mejora, incrementando lo que ya venía haciendo, he de confesar que estoy deseando que me llamen para decirme que me ponen la caldera nueva.
José García Cortés
22-11-22
Pepe, está bien los ejercicios espirituales por ahí deberíamos pasar todos meterse en la piel de los más débiles, en vez de discutir por cosas estériles, para sincero me alegro que te arreglen la caldera pronto, a esta gente que se les arregle la caldera de arriba
Un abrazo
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