Ningún país de la U.E. ha reconocido la legitimidad de las últimas elecciones en Venezuela, sin embargo, Zapatero ha pedido a la UE que se las reconozca, que haga una «reflexión serena» y que se aleje de la política de la administración Trump.
La regulación del papel de los expresidentes del Gobierno es una de las asignaturas pendientes en España, a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, y en países europeos de nuestro entorno, en los que los expresidentes tienen un papel de representación institucional reglamentado, y lo mismo pueden acudir a misiones de paz que ser representantes del Estado en el exterior o cualquier otra función en esa línea.
El papel de los exmandatarios en España solo contempla privilegios, ninguna obligación (muy en la línea de todo lo que concierne a nuestros políticos). En otros países, sin embargo, se acercan al gobierno (o este les pide ayuda) en momentos críticos como el que vivimos.
La norma que regula el derecho de los expresidentes (de la etapa de Felipe González) les reconoce una pensión vitalicia, chófer, oficina y el tratamiento de presidente de por vida, pero como era poco, se amplió en 1992 y en 2008, Zapatero añadió: que, en caso de fallecimiento, las parejas de los ex presidentes dispongan de coche oficial y protección, si el Ministerio del Interior lo estimara necesario.
Pero yo me pregunto: ¿qué hace el Sr. Zapatero en Venezuela?, porqué tanto interés en defender lo indefendible en ese país. ¿Acaso es un mandatado del Gobierno Español?.
Parece ser que no, porque la Ministra de Asuntos Exteriores, Sra. González Laya, dice que el Sr. Zapatero: «Es un ciudadano libre de expresar su opinión sobre Venezuela» y que su mensaje sobre Venezuela “ni molesta ni interfiere en la Unión Europea».
La verdad es que este Gobierno nos ha mentido tantas veces, que no sería de extrañar que sí que sea un mandatario del Sr. Sánchez que, por cierto, fue el único Presidente de la U.E. que no recibió a Juan Guaidó.
En todo caso, no parece razonable que se considere al Sr. Zapatero como a un ciudadano de a pie a la hora de expresar opiniones que comprometen la imagen de nuestro país. No es un ciudadano de a pie el que tiene paga vitalicia, oficina, chófer,….. Hay cosas que no hacen falta que estén dentro de un reglamento, ya lo están en la decencia y en el sentido común que debieran estar en sus cabezas y que, obviamente, no están.
Pero teniendo en cuenta que cuando se aprobó la Ley de Transparencia en 2015 se concluyó que las agendas de los antiguos líderes serían privadas y que no tenían obligación de declarar lo que ganaban en empresas en las que prestaran sus servicios, cabría la posibilidad, si uno fuera mal pensado (Dios me libre), de que tuviera intereses espurios si recordamos que el Sr. Zapatero durante su mandato mantuvo como representante diplomático a Raúl Morodo, ahora investigado por la Audiencia Nacional.
Si este Gobierno actuara con la transparencia debida y obligada, debería lanzar al Sr. Zapatero un “¿Por qué no te callas?”, como hizo nuestro Rey Emérito en 2007 a Hugo Chávez, pero claro, comparar el nivel de nuestro Rey Juan Carlos con las del ínclito Sr. Sánchez es sencillamente imposible.
José García Cortés
7-12-20