ALTRUISMO Y VIRUS

El 17 de marzo pasado, nuestro anfitrión, josehuntergarcía, publicó un artículo titulado “Supervivencia y altruismo. El sentido de la vida” donde comentaba mis ideas al respecto.  Del altruismo citó un resumen pero posiblemente el concepto no quedó claro, según se aprecia por alguna de sus conclusiones.

De otra parte, la pandemia que padecemos ha puesto de actualidad el tratar de saber si somos más o menos altruistas y sus causas y consecuencias, tanto individuales como colectivas. La cuestión es compleja ya que en toda la historia de las ideas existe una enorme confusión sobre lo que sea el altruismo, especialmente el humano. Por ello me ha parecido oportuno ampliar lo que escribió nuestro cazador sobre este concepto.

. El Diccionario de la Real Academia dice del altruismo: “Diligencia en procurar el bien ajeno aun a costa del propio”. Hay acepciones más restrictivas de otras fuentes que solamente consideran altruistas las acciones gratuitas o con costo para quien las hace.

En mi opinión es más oportuno utilizar el término en un concepto amplio que diga: es altruista cualquier acción u omisión que beneficie a otro u otros, cualquiera que sea su motivación. Parece que este concepto amplio está siendo ya el más usado en ecología.

Resumo a continuación algunas formas de altruismo:

. El ejemplo más típico es el altruismo instintivo de los himenópteros, en especial el de las hormigas. Lo ha popularizado Edward O. Wilson con el término eusocialidad.  Es un altruismo que hace que cada hormiguero se pueda considerar como un solo organismo del que cada hormiga es una parte solidaria. Con funciones predeterminadas que ejerce en beneficio del colectivo, incluso muriendo por ello.

Podríamos incluir en otro tipo de altruismo instintivo el de las madres – y algunos padres-  de muchas especies sociales que también procuran prioritariamente el bien de sus hijos, incluso arriesgando su propia vida: prácticamente todos los mamíferos y muchas aves, peces, reptiles,…

. Robert Trives popularizó el concepto de altruismo recíproco. Consiste en dar algo a cambio de algo, con pago inmediato o diferido. Aunque algunos autores consideran que esto no es altruismo y reservan el término altruismo para el gratuito y el oneroso, cada vez es más frecuente utilizar el término en sentido aún más amplio, como yo lo uso, ya que todas las formas de altruismo son retribuidas. Un ejemplo de altruismo recíproco es el despiojamiento mutuo de los chimpancés, que además, como todos los altruismos, mejora la convivencia grupal.

Dentro de este altruismo recíproco se pueden incluir las diferentes formas de cooperación para la consecución de comida, la caza, la defensa del grupo… Estas formas están muy estudiadas y son conocidas a través de los muchos reportajes sobre animales: monos recolectores, hienas y otros grupos cazadores, suricatas vigías,…

.El altruismo humano parece distinto. Incluye los anteriores, pero añade el amor puro, el altruismo que no espera recompensa material.  Como en otras especies sociales, el altruismo es retribuido con la estimación del grupo.  Pero parece propio del hombre la autosatisfacción moral por el bien hecho. El ejemplo mas usado es el de los misioneros y santos como la madre Teresa de Calcuta o el de médicos y sanitarios que arriesgan su vida atendiendo a enfermos contagiosos.

El altruismo siempre es grupal. Es decir, los individuos lo ejercen dentro del grupo o grupos a los que pertenecen: para su propio interés y para el del grupo. Los grupos más altruistas internamente son más fuertes que los menos altruistas y solidarios. Y dado que el altruismo coexiste con la competición y la lucha, los grupos más cohesionados suelen sobrevivir mejor y dominar a los menos altruistas internos.

El altruismo o cooperación entre grupos de la misma especie no existe o es poco frecuente.  Lo habitual en este nivel es la competencia y la lucha. El hombre ha sido la excepción parcial positiva: el altruismo intergrupal- voluntario o forzado- ha sido el elemento determinante para que nuestra joven especie haya llegado al dominio de la Tierra en unos pocos miles de años. Pasar de la manada o clan familiares a los enormes Estados actuales, ha sido posible gracias al ejercicio de algunas formas de altruismo amplio entre grupos diferentes que se han unido, de grado o por fuerza, o colaboran entre ellos.

 Y hasta que exista una ética universal operativa y una Autoridad mundial efectiva, es normal que siga habiendo guerras entre grupos y naciones, según las leyes, también perennes, de la competencia y la lucha.

. También existen diferentes tipos de altruismo según los sujetos. Es conocida la teoría de Dawkins sobre los genes egoístas, que haría que los organismos fuesen altruistas con los más cercanos. El altruismo también existe entre seres de distinta especie que cooperan entre sí.  Generalmente son altruismos recíprocos: peces limpiadores, aves que avisan de enemigos comunes, hormigas granjeras, animales domesticados…

. Hay autores que consideran una forma de altruismo el desdoblamiento de los seres unicelulares como las bacterias, que dan la mitad de sí mismas para que exista otra. Se pueden incluir en este tipo de altruismo todos los procesos de reproducción ya que los actos reproductores suponen dar algo de uno mismo a los descendientes. En el caso de muchas especies la reproducción incluye, además de los trabajos previos, el cuidado posterior de la prole, incluso por individuos que no son sus progenitores. Y existen casos de seres unicelulares que se sacrifican en grupo para evitar que el resto de su colonia se infecte y se extinga. 

Existen pues muchas clases de altruismo. Y parece claro que algunas de sus formas son imprescindibles para la supervivencia de los seres vivos. Hablemos ahora de los virus.

Como sabemos, los virus son seres pequeñísimos y aunque parece que son anteriores a LUCA, nuestro más antiguo antecesor, no fueron descubiertos hasta hace unos pocos años. En estos momentos se conocen unos 5.000 virus de los muchos miles o millones que se supone que existen.  Infectan a todo tipo de organismos: bacterias, plantas, hongos, animales. Y también a otros virus. Y se hallan en casi todos los ecosistemas de la Tierra.

Parece que los científicos no los consideran seres vivos por no tener una estructura celular mínima.  En mi idea hay una razón mayor para mantenerlos separados. Los virus comparten con los seres vivos el objetivo prioritario de supervivir y el imperativo vital de intentarlo, pero como hemos visto, los seres vivos son altruistas incluso los unicelulares.  Los virus no.  Los virus se reproducen a costa de la célula que los alberga sin dar ellos nada.  Y aunque no siempre, la mayoría de las veces la infección provoca la muerte de la célula que los alberga. Son el ejemplo máximo del egoísmo puro.  Y si el ser altruista, el dar algo que sea bueno para otro u otros es sinónimo de ser bueno, el no dar o el quitar, que es lo que el virus hace, sería lo malo, la maldad pura.

Sin embargo, ambas actitudes, dar y quitar, bondad y maldad, persiguen el mismo objetivo y son por tanto naturales y legítimas. Persiguen la supervivencia. En el caso de los seres vivos la pervivencia de la vida. En el caso de los virus, su propio pervivir, la pervivencia de una forma de existencia mínima y parásita.  Aunque desde el punto de vista de la evolución de otras especies parece que los virus fueron necesarios para que surgieran las primeras células, los primeros seres unicelulares. Y que colaboran en la transmisión de genes entre diferentes organismos para el desarrollo de nuevas. 

Hay más virus que seres vivos. Y tienen vocación de seguir existiendo utilizando para ello a las células vivas. El bien y el mal complementarios para que siga existiendo y se haga más compleja la vida.  Parece que gracias a ellos hemos podido existir nosotros, seres archi-complejos aún en fase de evolución primaria. Seres que estamos en la Edad de Hierro de nuestra especie según Edgar Morin. Pero seres cada vez más altruistas y mas capaces de ser altruistas puros: capaces de querer amar y de ser felices amando. 

Esperemos que nuestra especie sobreviva algunos cientos o miles de años más para que este altruismo creciente sea el único elemento que impere en las relaciones de una humanidad fraterna que se reconozca como tal.  Nos toca ahora a nosotros seguir intentándolo. Porque somos nosotros, los que estamos vivos, quienes ahora llevamos el testigo en esta carrera de relevos. 

José Corral Lope

      21-5-20

www.supervivenciayaltruismo.com

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