Absentismo laboral en España

Una mala salud de hierro

La verdad es que hay que reconocer que cuando uno está malito no tiene ganas de trabajar.

Y pensando en eso de las ganas de trabajar, he sentido la curiosidad de bucear en el proceloso mar de cifras, que desde luego no las suele proporcionar el gobierno, que, como sabemos todos, navega en el mar de la opacidad.

El absentismo laboral (las ausencias al puesto de trabajo por enfermedad, incapacidades temporales u otras causas) es un fenómeno que trasciende el ámbito privado: también golpea al sector público con especial intensidad y genera un coste económico real que llega a cifras astronómicas. Y me empiezo a preguntar ¿habrá un virus que ataque especialmente a los funcionarios?

En cuanto a los sectores con mayor incidencia tenemos, Industria: 7,4 %  ; Servicios: 7,0 %  ;  Construcción: 5,3 % ; Administración Pública, en torno al 8,6%, por encima de la media y claramente por encima de la construcción

Solo a la vista de estos primeros datos, debo pensar que el fuerte calor en verano y los gélidos fríos en invierno que se disfrutan sobre un andamio son mucho más saludables que las oficinas acondicionadas de los funcionarios. Bendita salud la de los albañiles.

En las cifras no he sido capaz de que me desagreguen a los agricultores, pero por experiencia propia en los últimos años, puedo asegurar que el estar de sol a sol, bajo las inclemencias del tiempo y manejando todo tipo de maquinaria, también les dota que una salud de hierro.

Resulta que también los funcionarios, según el coste para las mutuas, las bajas del sector público resultan un 24 % más caras que las del sector privado, con una indemnización diaria de cerca de 50 €/día frente a 41 €/día del resto de la media y, además tienen una duración media mayor que en el ámbito privado.

Claro, ahora entiendo con qué desganan te atienden (cuando te atienden) en la mayoría de los organismos públicos (no todos). Es que tienen muy mala salud los pobrecitos.

Haciendo unas gestiones hace poco, me encontré con una funcionaria conocida y al preguntarle qué hacía por allí me respondió: Es que hemos bajado a desayudar y ahora “toca el paseíto”. No profundicé más en la cuestión, pero seguro que su médico de cabecera le obliga a caminar todos los días, en horas de trabajo, para reducir la factura de las bajas y los medicamentos que pagamos con cargo al erario. Todo sea por su salud.

También conozco a funcionarios (más de uno) que llevan por encima de un año de baja y que acuden “todos los días” a los mejores pubs nocturnos, en busca de la medicina que les libere del mal administrativo. No quisiera estar en su piel.

El Banco de España estimó que el gasto por IT ya supera los 15.000 millones de euros (para enfermedades comunes) y puede llegar a 16.480 millones si se incluyen contingencias profesionales. observándose un aumento del gasto del 78,5 % desde 2019.

Aunque fuentes de Bankinter, indican que el absentismo implicó la pérdida de 2.032 millones de horas de trabajo, con un coste bruto estimado de unos 47.494 millones de euros, equivalente al 3,2 % del PIB. Estos datos hacen evidente que el absentismo laboral tiene un peso económico significativo, tanto en prestaciones directas como en pérdida de actividad productiva.

Menuda milonga la que nos cuelan con la dieta mediterránea. Que si somos de los más longevos del mundo, que si comemos sanos y todas estas cosas. Pues no, resulta que nos ponemos más malitos que nuevos vecinos europeos. Lideramos las tasas de absentismo por IT en Europa, estando entre los primeros países con una proporción de ausencias más alta que la media comunitaria.

Tanto sol y tanta pamplina, frío es lo que necesitamos, como en Europa.

Pero resulta que nuestro sol y nuestra dieta mediterránea no son todos nuestros problemas, ya que un estudio revela que los lunes (28%) son el día con más bajas médicas por enfermedad común, seguido por los martes (20%), y luego decrece hacia el final de la semana.

Como todos sabemos, la palabra lunes proviene del latín “Lunae diez”, que significa «día de la Luna». Leches, también la luna nos afecta negativamente para el trabajo. Fuentes malinformadas apuntan a que Yolanda Díaz ya está trabajando para poner fin a esta pandemia.

Aunque en las cifras oficiales un “puente” no computa a la hora de valorar el absentismo, lo que está claro es que aumenta las horas no trabajadas. Y, de la misma forma que en nuestro país todos somos entrenadores de fútbol, nuestra vocación por la arquitectura está más que demostrada.

Pues resulta que, además de ser uno de los países europeos que más fiestas tenemos al cabo del año, somos los que más absentismo tenemos y los que menos productividad. Coño, ¿cómo no vamos a ser los más longevos?

José García Cortés

      12-10-25

Fuentes principales: Randstad Research, Adecco Institute, Eurostat, Encuesta Trimestral de Coste Laboral (INE), etc. Barómetro de Absentismo de Mutua Navarra / Mutua Navarra, El Economista+3El Debate+3Libre Mercado+3, The Objective, Bankinter

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