ESPAÑA VA COMO UN COHETE

El presidente del Gobierno se jacta de que la economía española ya no va como una «moto», sino «como un cohete».

A mí me recuerda aquellos compañeros del banco que nunca cumplían sus objetivos, pero cuando, por casualidad lo hacían, aireaban su exiguo éxito por todos los rincones.

Pero claro, puede ser que uno esté equivocado y por eso me he puesto a revisar algunos indicadores de ese cohete y lo que me encuentro es lo siguiente:

  • La renta per cápita, que mide el promedio de ingresos por persona en un país, España está en 25.620 euros, situándose en la posición 14 entre los 27 países de la UE. Este valor es inferior al promedio de la UE, que se sitúa en 28.930 euros, y al de la zona euro, con 31.750 euros.

Aunque hay que reconocer que España ha mostrado signos de recuperación económica en los últimos años, la renta per cápita aún no ha alcanzado los niveles previos a la pandemia y permanece por debajo de la media de la UE y, la diferencia respecto a ésta se ha incrementado en los últimos siete años.  

  • La productividad laboral, que mide la eficiencia con la que se utilizan los recursos humanos para generar producción, también ha crecido a un ritmo más lento que en la UE en los últimos siete años, lo que ha ampliado la brecha con los países más productivos. Vaya por Dios. Ya son dos los indicadores del cohete que nos manifiestan que parece que hay poco gas. Pero sigamos.
  • La deuda pública, que mide el total de las obligaciones financieras que un Estado ha contraído y aún no ha pagado, resulta que, Aunque España ha logrado reducir su deuda pública desde el pico alcanzado en 2020, aún se mantiene un 24% por encima de la media de la UE.  Sr. presidente, ya son tres indicadores.
  • Si miramos el esfuerzo fiscal (que no la presión fiscal como se empeñan nuestros gobernantes), mide la carga tributaria relativa que soportan los contribuyentes, considerando tanto la presión fiscal (impuestos y contribuciones sociales en relación con el PIB) como la renta per cápita de un país. Este indicador, que ofrece una perspectiva más precisa de la carga impositiva en relación con la capacidad económica de los ciudadanos resulta que en los últimos años, los contribuyentes españoles enfrentan un esfuerzo fiscal superior al promedio de la Unión Europea. Según el Instituto de Estudios Económicos (IEE), el esfuerzo fiscal en España supera en un 17% la media de la UE y en un 16,3% la de la OCDE. Hemos pasado de superar en 9 puntos a la media europea en 2019 a 17 puntos en 2023.  Y ya van cuatro.
  • Si miramos la tasa AROPE (At Risk Of Poverty or Social Exclusion), que es el indicador estándar utilizado en la Unión Europea para medir el porcentaje de personas en riesgo de pobreza o exclusión social, resulta que la evolución de esta tasa en España en comparación con la media de la UE en los últimos siete años, también estamos bastante por encima de Europa, situándose hasta el 26,5%, afectando a aproximadamente 12,7 millones de personas, con importantes  disparidades económicas y sociales a nivel regional donde la prevalencia de empleos temporales y de baja remuneración hace que incluso una parte de la población ocupada se encuentre en riesgo de pobreza.

Sangran las cifras de incremento en comedores sociales que aporta Caritas Española, donde además del crecimiento en el número de usuarios, se ha detectado un cambio en el perfil de las personas que acuden a los comedores sociales. Anteriormente, la mayoría eran personas sin hogar o en situación de exclusión social crónica. Actualmente, se observa un aumento de trabajadores con empleos precarios, jóvenes y familias que, pese a tener ingresos, no logran cubrir sus necesidades básicas debido al encarecimiento de la vida y la insuficiencia salarial. Y son cinco.

  • Si hablamos del salario medio, vemos que en España durante los últimos siete años aunque muestra una tendencia al alza, persiste una brecha significativa en comparación con la media de la Unión Europea, con una diferencia del 20,9% a favor de ésta última. Y tenemos seis sr. presidente.
  • En cuanto a la inversión extranjera directa (IED), que mide los niveles de confianza de los inversores extranjeros en España , vemos que en 2023 se registró una disminución del 18,5% , situándose en 28.215 millones de euros y, según datos del primer semestre de 2024, la tendencia sugiere una posible nueva disminución  en comparación con años anteriores. Ya son siete.
  • Si estudiamos los datos del desempleo, cosa harto difícil después de las manipulaciones que han hecho con los fijos discontinuos, los demandantes de empleo y otras maniobras para ocultar la realidad laboral en nuestro país, vemos que la cifra media de desempleados en España se sitúa en el 14,6% mientras que la media de la U.E. es del 6,7%, es decir, más del doble, consolidándose como el país con mayor nivel de desempleo en la Zona euro. Ocho, sr. presidente.
  • Si hablamos de viviendas sociales, un auténtico problema en nuestro país, una vez más vemos la diferencia entre las promesas y las realidades. Quiero recordar que prometió la construcción de 184.000 viviendas. Pues bien, en España las viviendas sociales representan aproximadamente el 2,5% del total de viviendas principales en el país (algo más que Rumanía), mientras que en la U.E. la media de vivienda social en la UE es significativamente superior, situándose en torno al 9,3% del total de viviendas principales.

España necesita 1,5 millones de viviendas de alquiler social para equipararse a Europa, pero no parecen que estén muy ocupados en ello. Nueve.

  • Y como ya estoy aburrido, quiero terminar con los Fondos Next Generation, que representan una oportunidad histórica para la modernización y recuperación económica de nuestro país, con una dotación de 140.000 millones, que desgraciadamente no se están aprovechando adecuadamente, no solo por las dificultades administrativas y de gestión que ralentizan la ejecución completa de los fondos, sino que, además, la falta de transparencia (denunciada en diversas ocasiones por la U.E. y Banco de España), sino que los fondos que se asignan se destinan a sectores tradicionales, dejando margen de mejora en innovación disruptiva, lo cual no solo repercute en nuestra economía, sino que también influirá en nuestra posición dentro de la UE como un país capaz de modernizarse y liderar iniciativas clave para el futuro del bloque. Y diez.

No, sr. presidente, la economía española no va como un cohete, aunque se esfuercen en maquillar cifras y sacar pecho por una gestión que no es tal, hay mucha más potencia en cualquier petardo valenciano que en nuestras cifras.

Que Dios nos pille confesados como no se marche pronto.

José García Cortés

        9-1-25

2 comentarios sobre “ESPAÑA VA COMO UN COHETE

  1. Un cohete se enciende y, una vez consumida la mecha, asciende para explotar produciendo ruido y fuegos de artificio deslumbrantes.

    Suelo tirar cohetes en Navidad y en alguna ocasión me he quemado con alguno de ellos. Lo hago desde que era niño y encendía mixtos de trueno en el solar en el que se descubrió el teatro romano de Cartagena.

    Los cohetes son pura ilusión. Y trasladarlos al mundo real trae sus consecuencias.

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