¿QUÉ ME SIENTO HOY?

Escuchaba yo un meme de una señorita en una reunión de Podemos, que se describía como no binaria. Sabemos todos, ¿verdad?, Que el género no binario, también llamado “género de no binaridad o género de no binariedad, que​ en el marco de los estudios de género, es la denominación que se aplica a las personas que asumen una identidad de género que se halla fuera del binarismo de género, dado que su identidad autodesignada no se percibe ni como del género masculino ni como del género femenino.​ Las personas de género no binario pueden identificarse con un tercer género ajeno al binarismo (género disidente); con dos (bigénero), tres (trigénero) o más géneros (pangénero) simultáneamente; tener un género fluido que transicione entre dos o más géneros de forma perpetua o esporádica, o ser agénero si no se identifican con ningún género total o parcialmente”. Clarito como el agua.

También sabemos que “las personas no binarias se suelen incluir entre las distintas identidades transgénero, pero existen quienes no se identifican con la palabra transgénero ni con la transexualidad porque consideran que siguen patrones binarios. Porque, también todos sabemos que la identidad de género está separada de la orientación sexual o romántica,​ y las personas no binarias tienen una variedad de orientaciones sexuales, incluyendo la heterosexual, al igual que las personas cisgénero.​ Ser una persona no binaria tampoco es lo mismo que ser intersexual; la mayoría de las personas intersexuales se identifican como hombres o mujeres”.​ Ozú mi niño.

Y esta misma persona, en su exposición, también se declaró Bifóbica, que como también todos sabemos, es un término utilizado para describir el odio, la aversión o la discriminación contra la bisexualidad, contra las personas bisexuales , o que se perciben a sí mismas como bisexuales. Bifobia es una variación de la palabra homofobia, la cual alude a expresiones de desprecio, rechazo y odio hacia personas o prácticas bisexuales o relacionadas como la pansexualidad o la omnisexualidad. Una de las manifestaciones de la bifobia es considerar que la bisexualidad realmente no existe. La bifobia ocurre, indiferentemente, entre heterosexuales y homosexuales. Total ná.

La señora/señorita o señorite en cuestión, me dejó tan perplejo que me ha obligado a dedicar tiempo a consultar diccionarios y términos para saber de qué demonios estaba hablando, pero ha sido inútil, al final no sé si es niño o niñe o qué coñe quiere decir.

Pero, a pesar de todo, creo que este esfuerzo de entender la terminología es necesario para comprender el progresismo y la libertad de nuestros cuerpos y mentes, porque si yo me siento una persona de 5 años y tu no me entiendes, tengo derecho a decir que eres un infanticida. Si yo me autopercibo como negro y tu no me lo reconoces, puedo acusarte de racista, sin embargo, si te digo que me siento mujer, la legislación ya me reconoce.

Tengo que investigar y reflexionar un poco más sobre los motivos de que, a pesar de mi autopercepción, no puedo cambiar mi edad ni mi raza, pero sí puedo cambiar el sexo.

Eso fue lo que hizo Milan, nombre que adoptó Antonio tras acudir realizar un cambio registral de sexo porque ahora «se siente mujer». Este sevillano, de 34 años, persona considerada por sus exparejas como «machista y homófoba», condenado por maltratar a sus novias (la última a 40 meses de prisión). Obviamente ninguno pensamos que esta decisión haya sido adoptara para eludir el castigo de la justicia (eso solo lo pensarían los ultras de derechas), sino porque honestamente ha recibido “la llamada” del otro sexo.

Y yo estoy llevando al convencimiento de que la gente, en general, es poco comprensiva con los cambios de sentimientos de las personas, porque de otra manera comprenderían a Pedro Sánchez cuando dijo que no pactaría con Bildu, siendo entonces candidato a la presidencia, y por consiguiente, persona distinta a la del Presidente del Gobierno, cuyo sentimiento cambió hacia otra persona más generosa, más progresista y unificadora.

De la misma forma entenderíamos a Yolanda Díaz cuando visita al prófugo Puigdemón, justo en el día en el que se sentía más dirigente de la formación política SUMAR que Vicepresidenta del gobierno.

Pero, además, estos cambios identitarios algunas veces no se producen de forma individual sino colectiva. Hace muy poquito tiempo, ni para el presidente ni para muchos de sus ministros, la amnistía ni la autodeterminación eran posibles, y ahora de repente, un sentimiento colectivo ha descendido de los cielos haciéndolos, simultáneamente, más generosos, más comprensivos, más inclinados a favorecer la convivencia que cuando apoyaron el art. 155. Con esta nueva autopercepción sí cabe en la constitución lo que antes no cabía. Y, por supuesto, nada tiene que ver con el número de votos que le falta al ínclito.

También confieso que hay algunas veces que me cuesta entender de este Gobierno cuándo se sienten uno y cuándo se sienten otros. Así, me está costando comprender qué se siente Pedro Sánchez cuando compromete la retahíla de prebendas para obtener los votos, si Presidente del gobierno o Secretario General del PSOE. Porque entiendo que como representante de un partido político no podría, pero como presidente del gobierno en funciones, tampoco. No sé, será algo parecido a lo de la bisexualidad trigénero… o como se llame eso.

Y es que el progresismo está siendo muy beneficioso para todos al permitir cambiar nuestros sentimientos y percepciones hasta hacerlas líquidas, en especial para los miembros del Gobierno, es decir, hacen lo que les sale del forro y el que opine lo contrario es un facha de ultra-derecha.

Y en estas “tontás” estamos, mientras aumentamos los niveles de pobreza de nuestra gente, mientras descendemos en nuestros niveles de productividad, disparamos nuestro descomunal endeudamiento, retrocedemos en el nivel educativo, y, un largo etcétera.

Que Dios nos pille confesados.

José García Cortés

        12-10-23

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