Riesgo de guerra mundial.
Vivimos una época con grandes cambios. Muy rápidos y algunos de gran trascendencia.
Los gobernantes necesitan, como es lógico, tomar numerosas decisiones y no puede sorprendernos que algunas sean difíciles de entender. Como ejemplo, el acuerdo entre dos países poderosos sobre una guerra que está destrozando y sangrando un territorio europeo.
La estabilidad y seguridad europeas están comprometidas. Las causas son varias, pero destaca la idea que tiene el Gobierno Ruso acerca de la integridad de su Nación, debido a la “occidentalización” de Ucrania, entendiendo que esa tendencia perjudica su futuro.
Es esta una suposición sorprendente, considerando la situación actual del equilibrio militar en el mundo. Por decirlo de otro modo, la crisis de los misiles de cuba de los años 60 tiene hoy una interpretación muy distinta. Los tiempos de respuesta frente a un ataque no garantizan ya la seguridad propia, sino que solo permiten garantizar la destrucción del atacante, que ocurrirá en el momento de ocurrir el daño debido al propio ataque. Dicho de otra manera, solo se logrará el daño o destrucción mutuos.
La evidencia sobre el estado del arte en la investigación militar es desconocida para muchos de nosotros. Lo poco que sabemos nos permite suponer que existen medios pada provocar un daño enorme a toda la humanidad si se rompen hostilidades.
Cambio climático.
Existen evidencias científicas abrumadoras de que se ha instaurado un proceso climático en nuestro planeta que transformará grandes extensiones habitables. Los datos disponibles confirman que ese proceso consiste en un cambio ya en curso, cuyo origen se desconoce. Aun así, también se conoce la contribución humana es muy importante a ese cambio, en el sentido de acelerarlo. Quienes nieguen esto están cerrando los ojos ante la evidencia. Otra cosa es afirmar que no tenemos los recursos para evitarlo.
El orden natural tiene su equilibrio. Todo el universo se rige por reglas que garantizan un equilibrio.
La especie humana es fruto de la naturaleza. Nuestro planeta tiene multitud de especies y tipos de materias vivas e inertes. La especie humana evoluciona a partir del orden natural y es uno de los elementos que ha destacado en su supervivencia en los últimos 20.000 años. Su protagonismo es de una relevancia exponencial en los últimos siglos. Sabemos que la actividad humana ha contribuido a romper el equilibrio natural de nuestro planeta, introduciendo factores perjudiciales para la supervivencia de especies, incluyendo la propia especie humana.
En este sentido, económicamente puede no ser rentable, ahora, detener esa contribución humana al desequilibrio. Miremos a nuestros hijos y nietos y pensemos eso: no es rentable tomar decisiones en favor del equilibrio de nuestro planeta.
Este asunto del cambio en el clima ¿Es una cuestión de evidencia o de opinión?
Convicciones y evidencia.
Galileo defendió la idea de que la Tierra no era el centro del universo, apoyando la teoría heliocéntrica propuesta por Copérnico. Esta teoría contradecía el modelo geocéntrico aceptado por la Iglesia y su dogma de que la Tierra ocupaba el centro de la creación. La Inquisición lo condenó en 1633 por «sospecha vehemente de herejía», lo que resultó en una abjuración forzada y arresto domiciliario de por vida. El 31 de octubre de 1992, el Papa Juan Pablo II rehabilitó formalmente a Galileo, reconociendo el error de la Iglesia en 1633.
La Iglesia Católica dispone de una biblioteca de enorme relevancia con numerosas publicaciones de diversa índole.
Leo en Wikipedia: El papa Nicolás V fundó la biblioteca en 1448 reuniendo unos 350 códices griegos, latinos y hebreos heredados de sus antecesores con sus propias adquisiciones, entre las que estaban varios manuscritos de la biblioteca imperial de Constantinopla.
En el Vaticano y en sus colectivos científicos existe un interés enorme por la ciencia desde hace siglos. La Iglesia Católica fue garante de la transmisión del conocimiento en la edad oscura de nuestro continente europeo.
Cuando La Iglesia Católica juzgo a Galileo, sabía perfectamente que Galileo tenía razón. Pero sus directrices y convicciones no permitían reconocerlo. Condeno a Galileo a lo que hoy se llama prisión domiciliaria. De por vida.
El factor humano en las decisiones judiciales.
Uno de los colectivos profesionales más preparados y competentes de nuestra administración es el colectivo de profesionales de la judicatura. Ellos tienen una alta cualificación y trabajan, según han reiterado, en condiciones mejorables, necesitando incremento notable de recursos y medios tecnológicos. La solución es difícil y tendrá que lograrse.
Según percibimos los ciudadanos, el colectivo de la judicatura tiene un alto porcentaje de profesionales con un gran descontento con este Gobierno y, en general, con decisiones que se han adoptado en el Poder Legislativo. Hay que reconocer que algunas de las normas aprobadas han sido desaciertos, pero en su mayoría han garantizado un progreso hacia la mejora de nuestra sociedad y de las libertades, garantizándose la estabilidad social. Es esta una garantía para el bienestar social, incluyendo el progreso económico.
El origen del proceso que llevo a la Sala Segunda del Tribunal Supremo a juzgar y condenar al fiscal general ha sido la revelación de secretos sobre un proceso fiscal con resultado perjuicio grave de un ciudadano que tiene abierto un expediente con la Administración Tributaria.
Con la tecnología disponible hoy, estas mismas líneas serán filtradas por un sistema automático que las detecta si contienen términos, palabras o referencias a asuntos considerados clave por los servicios de inteligencia de los Estados.
las comunicaciones pueden ser grabadas y localizados los terminales correspondientes si su funcionamiento compromete la seguridad de los Estados.
Todos los correos electrónicos, incluyendo los de todos los medios de comunicación que emplean mercantilmente como empresas los datos de que disponen, son controlados o grabados si comprometen la seguridad de los Estados.
El Tribunal Supremo sabe que la información relativa a los correos electrónicos, llamadas y comunicaciones de periodistas y del propio fiscal general pueden ser revisados. Pero no en un Juicio Publico en la Sala Segunda. Sus convicciones han sido prioridad sobre la evidencia.
Uno de los motivos en que parece que se ha basado la sentencia (aún no se conocen sus argumentos y fundamentación) es el borrado del teléfono del fiscal general.
Caben mucho debate sobre esta cuestión. Solo decir que están disponibles para el público cuáles son sus funciones, que incluyen la persecución delitos, coordinación en actuaciones del Estado en el control de Actos Terroristas, colaboración con el CESID (existe un Convenio de colaboración entre el Ministerio de Defensa y la Fiscalía General del Estado para la colaboración entre el Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional y la Fiscalía General del Estado), contrabando de armas, tráfico de drogas, tráfico de personas…
El Tribunal Supremo conoce perfectamente el motivo por el que no se pueden difundir el contenido de un teléfono que utiliza el fiscal general del Estado. La forma en que la Unidad Central Operativa de la guardia Civil recabo información en el despacho del fiscal general descartó seleccionar, sino que pretendió obtener información importante a juicio de la propia Unidad Operativa (el juez instructor no estuvo presente en el registro). Estas cuestiones son procedimentales y no de opinión.
El propio fiscal general sabe el origen primero de la filtración, pero no puede desvelarlo.
Los conocimientos de las figuras políticas de la Comunidad de Madrid que intervinieron sobre todas estas cuestiones son completos. Pero optaron sobre las convicciones y no por la evidencia.
La información del teléfono del fiscal general del Estado no puede hacerse pública. Así lo establecen también las exigencias de seguridad de nuestro Estado. La Sala Segunda del Tribunal Supremo conocía esta información. Sus convicciones fueron prioridad ante los datos disponibles.
Cuando levantemos la mirada de estas líneas, no cuestionaremos las reglas de la física, no pondremos en duda las causas de la lluvia o del calor en verano, no dudaremos de que el corazón tiene sus ciclos y nuestra biología sus normas. Porque son evidencias. Es interesante saber dónde ponemos la frontera en la que nuestras convicciones e intereses nos originan dudas frente a la evidencia de otros asuntos.
Raúl Ramos de la Plaza
25-11-25