Quiero compartir algo sobre pensamientos, emociones y cómo vivimos lo que nos pasa. Hay días en los que vamos con fuerza, y otros en los que sentimos que se nos acaba la energía, como si el depósito estuviera en reserva.
Cuando tocas fondo.
A veces me he visto sin fuerzas y con la sensación de haber tocado fondo. En esos momentos, lo único que me ha ayudado es parar y observar: mirar lo que siento y lo que pienso, sin juzgar, para entender qué está pasando.
El “observador” y la “fábrica de pensamientos”
Me di cuenta de algo importante: no soy mis pensamientos.
- Por un lado, está la “fábrica de pensamientos”, que no para: ideas, recuerdos, preocupaciones que van y vienen.
- Por otro, estoy yo, el observador que se da cuenta de todo eso.
Igual que no somos nuestros sentidos (oído, vista, olfato), tampoco somos la mente: la mente es una herramienta que usamos para entender y relacionarnos con el mundo.
Para qué sirve la mente… y dónde se complica
La mente es muy útil para trabajar, estudiar, resolver problemas. Pero si no la entrenamos, puede enredarnos: encadena pensamientos y emociones y acabamos dentro de una tormenta mental. De ahí vienen la inquietud, la ansiedad y la sensación de que no hay paz.
Salir del piloto automático
Hoy se habla mucho de mindfulness: básicamente, prestar atención al presente para salir del bucle de pensamientos que aparecen solos. No se trata de “dejar la mente en blanco”, sino de mirar con claridad lo que sentimos y pensamos sin dejarnos arrastrar.
Un truco sencillo
- Para – Observa – Vuelve:
- Para un momento.
- Observa tu respiración, tu cuerpo, lo que piensas.
- Vuelve a lo que estabas haciendo, con esa atención más limpia.
Este gesto evita que el “tren de pensamientos” nos lleve por delante.
No confundirnos: mente ≠ persona
Una confusión común es creer que somos lo que la mente dice. Pero quien somos de verdad es esa conciencia que observa: la que ve lo de fuera (lo que ocurre) y lo de dentro (sensaciones, ideas). Cuando lo entiendes, te sientes más libre: ya no estás encerrado en lo que la mente cuenta a cada minuto.
Entrenar la herramienta
Como cualquier herramienta, la mente necesita entrenamiento:
- Diferenciar pensamiento y emoción.
- Poner límites al bucle mental.
- Usarla cuando toca (estudio, trabajo) y descansarla cuando no.
Ese entrenamiento da estabilidad y nos ayuda a vivir con más calma.
Una conclusión simple
Somos más que los pensamientos, sensaciones o emociones que pasan por nosotros. Somos quien lo observa todo. Cuando recordamos eso, ganamos libertad y menos peso de lo que nos remueve por dentro. Ahí aparece el espacio para la paz
Raúl Ramos de la Plaza
Inspirado por Raquel
22 – 9 – 2025