Un orador entrenado podría utilizar su talento para engañar y desconcertar con tanta profundidad a los ciudadanos, que se perdería toda imparcialidad. Desde Aristófanes (444 – 385 a. de Cristo) hasta la actualidad es algo que conocemos. En su libro ¨ Los Caballeros ¨, retrata al demagogo como alguien que manipula a las masas con discursos populistas y halagadores.
El uso de la retórica ( el arte del lenguaje para convencer, persuadir e ilusionar), debe estar precedido por la ética, como ya nos advertía Aristóteles. Discursos vacíos, sin objetividad, con cierta ironía, maquillando una verdad a medias o inventada, son utilizados constantemente por los políticos para influir en una población temerosa, con cierta hipofrenia, y numerosos deseos ilusionantes para una búsqueda continua de felicidad, como nos describía Schopenhauer (filósofo alemán, 1788 – 1860; lo que nos hace ser indiferentes, aburridos y desesperanzados. Orwell en su obra ¨1984¨, nos advertía de los políticos que introducían temores en sus discursos, para manipular y anular voluntades. Santiago Vega Sombría en su libro, ´La política del miedo ¨(2011), habla también de las políticas temerosas para conseguir lo que estamos viendo
actualmente.
En una entrevista a Felipe González, hace unos días en la televisión, se refirió a esta situación. Comentó que una población desilusionada con el futuro no va a luchar, no se
esforzará, quedará desconcertada; entregada al ocio o el aburrimiento.
Nietzsche (filósofo alemán, 1844 – 1900), nos decía que una población joven sin futuro,
algo que puede parecer tan absurdo, conduciría al nihilismo juvenil, al desencanto, con
todas sus consecuencias.
En el Congreso de Diputados o en el Senado, actualmente, asistimos con asombro a las
intervenciones vacías de los políticos, siempre descalificándose entre ellos, con desprecio y mentiras, con el inmediato reconocimiento y aplausos de los suyos. Han pasado de la simple burla, a la humillación, de lo satírico a lo acrimonioso, y de la sonrisa cáustica al insulto. Los ciudadanos asombrados, observamos este espectáculo con cierto estupor y resignación.
Esta situación actual, no es nada nuevo. Ya lo vimos durante los Gobiernos de las dos
Repúblicas. Los políticos, no solo se insultaban, se ofendían y amenazaban. Las sesiones se acompañaban de múltiples desórdenes.
En el año 1876 con la restauración borbónica (Alfonso XII), y el desarrollo de una nueva
Constitución que duraría hasta 1931, España tuvo cierta estabilidad durante los gobiernos liberales y conservadores de Cánovas y Mateo Sagasta (Gobiernos turnistas. Pacto del Pardo 1885), sin embargo, la desigualdad social era tan profunda, que originó el auge del movimiento obrero además de reivindicaciones nacionalistas. El desastre del 98 no podría haber sido más inoportuno. El pensamiento regeneracionista y la cultura, con los escritores de esta generación (1898), engrandeció algo este fin de siglo.
En el año 1879 Pablo Iglesias, funda el PSOE y UGT, unos años después. Movimientos anarquistas se normalizaron también; todos, con una ideología marxista. Los enfrentamientos y desordenes no tardaron en llegar. La expulsión del Rey Alfonso XIII (1931) tras la dictadura de Primo de Rivera, hizo que se instaurara la Segunda República. N.A. Zamora y M. Azaña estarían al frente de la Presidencia y el Gobierno.
En el año 1934, con el triunfo de la CEDA (Unión de las derechas), fundado por J.M. Gil Robles en el año 1933, se origina un frente revolucionario e independentista en Cataluña, originando problemas para la convivencia. La revolución de Asturias, sofocada rápidamente por la República, trajo numerosos muertos y destrozos. La izquierda española fue la organizadora y responsable de tales acontecimientos. A partir de aquí el odio entre los políticos y, a jueces y fiscales, se hizo intolerable. Las amenazas de Largo caballero, D. Ibárruri, Negrín, Calarza y otros Diputados de izquierda desde el Congreso de Diputados terminaban incluso con la vida de los opositores: Calvo Sotelo, J.A. Primo de Rivera o el mismo fiscal general ( M. V. Gamazo ) y tres de sus hijos de corta edad. La guardia personal de Largo Caballero, cumpliendo las órdenes dadas, ejecutaron estos actos atroces. Miles de religiosos, empresarios y ciudadanos, les acompañaron.
Otros Presidentes asesinados fueron Cánovas en 1897, J. Canalejas, en 1912 o Eduardo Dato en 1921. A. Maura pudo huir cuando fueron a por él. Todos en manos de fuerzas izquierdistas. Julio Camba, periodista de reconocido prestigio, encumbrado por J. Pla (escritor) u Ortega y Gasset, dijo al enterarse de que A. Galarza fuese elegido Ministro de Gobernación, que: ¨ esta República es una mierda y estaba condenada al fracaso ¨. Creó la policía política y mantuvo las recién inauguradas cárceles del pueblo ( Las Checas, creadas en Julio de 1936, por el comunista Felix Dzerzhinsky ). Dio órdenes de detener a todos los que en la calle gritaran en contra del PSOE. Afortunadamente en el año 1937 fue destituido. J. Giral, Presidente del Gobierno durante el levantamiento militar, repartió todo tipo de armamento al pueblo. La guerra civil de 1936 – 39, la peor de las soluciones, sin duda, tuvo consecuencias para el País y sus ciudadanos. Una situación que no se debería repetir.
Desde la transición democrática hasta el año 2014 se ha gobernado España con estabilidad y prosperidad. La izquierda, la derecha, liberales y nacionalistas se han entendido correctamente, siempre en beneficio de la población y el País. Los atentados del 11 de marzo en Madrid cambiaron el signo político, ya que todas las encuestas le daban mayoría absoluta al P. Popular. Un diputado del PSOE, J.L.R. Zapatero es elegido Presidente de la forma más asombrosa y sorpresiva. El partido socialista, abandona el liberalismo democrático de Felipe González y se acerca a la extrema izquierda. Los enfrentamientos políticos, una Ley de Memoria democrática parcial y la demonización de la derecha, hizo surgir nuevamente el resentimiento y la retórica populista para anular voluntades en unos futuros votantes huérfanos de conocimientos y con precaria intelectualidad. Cuando termina una entrevista con Iñaki Gabilondo ( 2008 ), un micrófono aún abierto delataría su proyecto: ¨ Hay que crear tensión ¨. Las encuestas
electorales no le favorecían, así que, utilizando herramientas del pasado, enfrentó de nuevo a las dos Españas.
La moción de censura a M. Rajoy para la supuesta regeneración democrática que realiza Pedro Sanchez en el año 2018, con el apoyo de comunistas e independentistas, lo llevan al poder para continuar lo ya iniciado desde J.R. Zapatero. Una vez más los intereses por destruir nuestro legado cultural, por la separación y desigualdad entre ciudadanos, y levantar un muro a los que no piensen como ellos, ha triunfado.
Se inicia la colonización e intervención de las instituciones del Estado, acoso a jueces y fiscales, desprestigio a periodistas no afines, falta de rigor y control parlamentario, ausencia de políticas sobre inmigración, desprotección de la propiedad privada y el ataque continuo de las empresas.
Una vez más no se ha respetado la teoría promulgada por Montesquieu en su libro, ¨La
separación de los Poderes, de 1748 ¨. ¨ El poder frena al poder ¨. Hannat Arendt ( profesora alemana, 1906 – 75 ), nos advertía de la banalización del mal en su obra: ¨Los orígenes del totalitarismo ¨. ¨La ética implica someter las acciones humanas a una reflexión y juicio en el ámbito de la pluralidad ¨. A los autócratas no les importa convertir sus Países en Estados fallidos, siempre que ellos tengan satisfechas sus necesidades. Compartiría una frase de M.L. Kin: ¨No me preocupan los gritos de los violentos, sino el silencio de los buenos ¨.
Qué hace el Gobierno con tanto dinero recaudado cuando los servicios funcionan cada vez peor. Nuestra aportación a la OTAN es irrisoria y la deuda cada vez mayor. Espero que no ocurra lo mismo que durante la guerra civil: Negrín y Azaña dieron orden de sacar el tesoro nacional del Banco de España, de la iglesia y de muchas cajas fuertes de particulares. Nunca más se supo; solo que Rusia y Méjico fue su destino y nadie ha vuelto a preguntar por este expolio. Quizás los herederos de los que se lo llevaron nos podrían ayudar.
En el año 1618, el Duque de Lerma, uno de los políticos más corruptos de la historia de España, se ordenó Cardenal para no ser juzgado. Los ciudadanos le dedicaron una coplilla que ha trascendido hasta nuestros días: ¨Para no morir ahorcado el mayor ladrón de España se vistió de colorado ¨. Seguro que algún político actual lo tiene muy presente.
Con la actual Ley Electoral, los aduladores y maestros de la retórica lo tienen fácil para
acceder al poder. Solo es necesario domeñar a estos ciudadanos que hemos descrito y
darles a pequeños partidos periféricos todo lo que pidan.
Manuel Lozano Molina
10-6-25