Según un libro publicado por el ex agente del CNI, F. San Agustín, ¨La Trastienda¨, la conquista pacífica de Ceuta, Melilla y las islas Canarias comenzará en el año 2030. Una inmensa población de musulmanes se dirigirá al territorio español para ocuparlo. Estas personas, recibirán el apoyo de los que ya emigraron. La población cristiana sería invitada a abandonar el territorio, y el que no quiera, será desalojado de sus propiedades, detenido o eliminado. Algo parecido a lo que vimos en el año 1975 en el Sáhara.
Hoy, los programas políticos progresistas y comunistas, permiten que las fronteras se abran generosamente a la inmigración ilegal. Con ello, se cumplirá la predicción del ex presidente de Argelia entre los años 1965 y 1978, Huari Bumedian ( 1932 – 1978 ) : ¨Un día millones de hombres abandonarán el hemisferio sur para irrumpir en el hemisferio norte. Y lo conquistarán poblándolo con sus hijos. Será el vientre de nuestras mujeres el que nos de la victoria…..¨
Charles de Montalembert ( 1810 – 1870 ), historiador francés, nos recordaba un principio inquietante de todo musulmán: ¨Cuando soy débil os reclamo la libertad en nombre de vuestros principios; cuando sea fuerte, os lo negaré en nombre de los nuestros ¨.
Observamos pasivamente un suicidio de la vieja Europa, cegados por el buenísimo de sus dirigentes incompetentes y nada previsores. El ser humano, como decía D. Quijote está sumergido en la búsqueda del lujo para satisfacer sus vanidades. Los políticos actuales utilizando argumentos pueriles y pseudomorales convencen a las poblaciones de una verdad a medias para desarrollar sus propios intereses sin que les importe nada el futuro de nuestras naciones. Una verdad que se arropa con emociones, heridas y silencios, demuestra una parcialidad de los hechos.
P. Reverte lo puso de manifiesto hace unos días: Occidente tal y como lo conocemos, está en caída libre, solo le quedan unos años para desaparecer. Es el final de una era, el final de una civilización. La actitud de la cristiandad y la democracia liberal es de suicida complacencia. No encuentra, decía, solución posible. Poblaciones tan divididas, con cientos de pequeños grupos políticos con intereses espurios, sostenidos por potencias extranjeras crecientes, con oscuros fines hacia Occidente.
Los españoles tardaron ocho siglos en expulsar a los musulmanes; no fue tarea fácil después de de la invasión el 19 de julio del año 711 que lideraba Tarik. La ocupación del territorio la hicieron en menos de un año llegando incluso hasta territorio francés. Se atrevieron incluso con el Emperador Carlomagno.
Musa, el noble Caudillo que entró en la península meses después de iniciada la invasión, repartió las mejores tierras y palacios entre sus afines. A su hijo Abd al – Azir, lo hizo el Valí de Hispania. Tarik no se conformaba con ese reparto y el reconocimiento que tuvo Musa frente al Califa, Al – Walid. Viajó para entrevistarse con él y explicarle ciertamente como fue la invasión. Musa fue requerido por el Califa para mostrarle su enemistad y la cabeza de su hijo. Poco después lo asesinaron también.
Para los que aún confían en este tipo de multiculturalismo, recordarles que la invasión no pudo ser más despiadada y sangrienta. En Córdoba, concretamente, entraron por la puerta sur, llamada de Algeciras; la población huye despavorida por la puerta oeste ( puerta Sevilla ) a los campos para dispersarse. Los militares le hacen frente a los invasores en la iglesia de San Acisclo, donde hoy se encuentra la estación de RENFE. Después de una resistencia numantina y heroica que duró tres meses, se rindieron con falsas promesas. Los que tuvieron mejor suerte, solo fueron decapitados, los demás, desmembrados, castrados y quemados.
Dos culturas tan diferentes e históricamente enfrentadas no pueden convivir. Un pensamiento de la Edad Media con otro del siglo XXI. Entre el progreso y el atraso, entre la barbarie y lo racional, entre lo civilizado y lo primitivo, entre la opresión y la libertad, entre democracia y dictadura. J.M. Bielsa – Gibaja, nos lo recuerda en su libro: ¨Y si la historia nos miente ¨. Un proverbio árabe decía: ¨Vosotros tenéis el reloj, nosotros el tiempo ¨.
Dhimmis son los cristianos y judíos que conviven en territorio musulmán. Pues bien, estos hispano-godos eran tratados como ciudadanos de inferior categoría, pagaban impuestos superiores a los musulmanes y las leyes eran mas perversas hacia ellos.
Averroes ( 1126 – 1198 ), médico y filósofo cordobés, tan perseguido por sus ideas en la Córdoba Almohade, nos manifestaba que, la sociedad debería ser dirigida por el empirismo aristotélico, no por el gnosticismo neoplatónico, es decir: dirigida desde la razón y la filosofía científica y contrastada, no por ideas teocráticas. Palabras que le provocaran el destierro y su silencio.
Maimonides ( 1138 – 1204 ), médico, rabino y teólogo judío, aunque pensaba también como los musulmanes en sus aspectos teocráticos, aún siendo muy joven, se convenció de que la razón, debería prevalecer. También fue perseguido y desterrado.
Hoy se habla mucho de la palabra biosofía. Combina la sabiduría del ser humano con la vida cotidiana. Promueve una existencia más consciente, inteligente y ética. Averroes estaría orgulloso de nuestros filósofos actuales. La objetividad, la experiencia, la razón y la filosofía vuelven a unirse. Espero que nuestros políticos puedan estar a la altura.
El pensamiento gnóstico-neoplatónico de los filósofos de oriente, originó una decadencia intelectual y un retraso en el progreso que llega hasta nuestros días. No es posible la convivencia entre las dos culturas. Muchas veces nos preguntamos por qué los musulmanes no emigran a países ricos como los Emiratos o Arabia, incluso la misma Turquía, que tienen su misma cultura. Si la respuesta es que en Europa se vive mejor y existen más conquistas sociales, entonces; ¿por qué quieren imponer sus costumbres en detrimento de la convivencia y el progreso?
Las respuestas no las tiene ellos indudablemente. Las tienen los políticos. Unos porque reciben dávidas millonarias y otros por intereses partidistas. El problema es que una población impávida, inconturbable, con sorna y cada día más desconectada del conocimiento, lo va a padecer.
Creo que la derecha europea y los auténticos liberales deben luchar para terminar con este neocomunismo que ha crecido tanto. Las políticas de emigración han de ser consensuadas pero a la vez, con rigor donde prevalezca la razón, el pensamiento critico y científico. Y, lo más importante, no se puede venir de forma ilegal y quedarse. Han de aceptar nuestra forma de vida ,más civilizada que la suya y manumitir sus creencias. Al fin y al cabo, es lo que buscan.
Manuel Lozano Molina
19-5-25