La ciudadanía saciada de demagogias y enfrentamientos políticos, prefieren consumir narrativas que refuercen sus creencias previas. Discursos dogmáticos realizados con inquina y manipulación para enfrentar a unas personas con otras, nos hacen mas dependientes de las élites gubernamentales. Lo que dificulta, sin duda, la existencia de un pensamiento crítico real.
Ya no buscan verdades objetivas, por lo que la distorsión de la realidad, o el pseudorelato oportuno, es utilizado por charlatanes y fauleros para influir en individuos poco documentados. Es obvio que, distorsionando la información, aprovechando la permeabilidad del sujeto, para posicionarla en el ámbito idóneo.
Es cierto que los manipuladores sin escrúpulos de la verdad deben conocer con objetividad la realidad cierta, ilusionar y crear confianza para obtener sus aspiraciones. Personas con escasa formación, que frecuentan diversos grupos sociales y con esperanza de mejorar, son adoctrinadas inconscientemente.
F. Nietzsche, filósofo alemán, (1844 – 1900), decía que ¨ a veces los hombres no quieren escuchar la verdad porque no quieren que sus ilusiones se vean destruidas ¨. Decía que existían dos tipos de personas: ¨ las que siguen sus propios deseos y no se dejan gobernar por nadie, y las que siguen los deseos de los demás, pues son sumisos y débiles ¨.
La R.A.E. define a la posverdad como ¨una distorsión deliberada de una realidad que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales ¨. Una especie de verdad ¨ low cost ¨, de muy escasa calidad, que como lo definía Noam Chomsky, filósofo americano, ¨bien podría ser consecuencia de una especie de acuerdo no escrito entre las élites y las masas, que se inclina a dar por bueno el uso impune de la mentira si es en aras de un bien superior ¨. Yo añadiría también, si es por intereses de los políticos.
El otro día escuché a Pedro Corral, político del Partido Popular decir que: ¨ La puerta de la equidistancia es la demagogia y la puerta de la ecuanimidad es la verdad. La objetividad, la rectitud, la imparcialidad, llamémosle de diferentes formas, solo es posible con la verdad.
Este historiador y político vasco describe correctamente lo ocurrido en España desde la llegada de P. Sánchez a la Presidencia del Gobierno. Solo desde un centro político neutral donde se encuentran la mayoría de los ciudadanos, es posible conocer la verdad, sin intereses partidistas o nacionalistas. Aristóteles ya nos avisaba de que la verdadera democracia es la de las mayorías, sin extremos interesados y populistas. Él la llamaba, la de las clases medias.
Erik Von Däniken, opinaba en su libro ¨La Historia Miente ¨: ¨ Chejov, y muchos expertos coinciden en que una sociedad manipulada por la posverdad y noticias falsas hace que exista una convivencia cada vez menos cohesionada por el colapso de confianza. Se ha reducido a cenizas un sentimiento que hacía a la vida, relativamente mas cómoda y previsible, que creaba un sentido de comunidad, con cooperación colectiva y con cierta armonía a pesar de algunas tensiones ¨.
La falta de rigor intelectual, la decadencia del periodismo serio y la manipulación informativa en manos de los políticos actuales, vemos como la opinión ha desplazado a los hechos, generando tremendas consecuencias para la convivencia, el progreso y la formación de unos ciudadanos apimplados. Espero que la sociedad despierte a tiempo para no terminar como el egregio y desventurado Sócrates, condenado a muerte por pensar por mismo.
Manuel Lozano Molina
3-4-25