¿HAY DISCRIMINACIÓN?

Recuerdo la diligencia de investigación de La Fiscalía de Madrid abiertas contra un alumno de la residencia de estudiantes Elías Ahuja de Madrid por los gritos sexistas lanzados la noche del 2 de octubre de 2022 a las residentes del colegio mayor femenino contiguo Santa Mónica, que, por cierto, después fueron archivas.

Y como éstas, decenas de peticiones de nuestras queridas “Irenes Monteros” ante situaciones en las que se pretende la condena del agresor sexual con la simple denuncia de los hechos.

Y quiero que se interprete perfectamente mi posición, no tolero ni el más mínimo atisbo de lo que pueda suponer una agresión o maltrato a una mujer, si siquiera verbal o psicológica, Pero traigo esto a colación de los últimos acontecimiento de nuestro “querido” Luis Rubiales, lo que parece una discriminación

Estoy seguro de que, si cualquier empresario español hubiera cometido ese mismo delito, es decir, besar a una mujer y colarle el conjunto de las dos nalgas, o culo, como dice la RAE, hubiera dormido esa misma noche en el calabozo. Lo cual me parecería justo.

Pero aquí tenemos a un individuo, al frente de la Real Federación Española de Fútbol que será recordado como uno de los más polémicos en la historia de dicho organismo. Al margen de los cambios drásticos en el banquillo de la ‘Roja’ y de los famosos audios que salieron a la luz con conversaciones de todo tipo, su manera de hacer negocio con el fútbol no está dejando indiferente a nadie.

Tenemos a un individuo que, en noviembre, compareció en el Juzgado de Primera Instancia en Instrucción de Majadahonda, junto al secretario general de la RFEF, Andreu Camps, y su asesor jurídico, Tomás González Cueto, como imputados por, presuntamente, «haber amenazado y coaccionado los cinco miembros de la Asociación de Clubes de Fútbol de Tercera Categoría».

También está siendo investigado por la titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Majadahonda como consecuencia de la venta de la Supercopa de España a Arabia Saudí, en la cual participó la empresa de Gerard Piqué, por entonces todavía futbolista en activo.

Hablamos de un hombre que se lleva la mano a sus genitales estando en el palco del estadio junto a la reina de España, entre otras personalidades y que de natural, en su forma de ser, ya es deslenguado e impropio de un hombre de imagen pública que, además, maneja tan importantes presupuestos.

Hablamos de un hombre que, ante las cámaras de todo el mundo, “agarrándola como a una presa”, besa en la boca a una subordinada suya y le toca el trasero, en lo que claramente constituye un abuso sexual no consentido.

Ante esta situación escandalosa, la fiscalía no actúa de oficio y algunos dirigentes “progresistas”, como mucho, sugieren que a lo mejor tendría que dimitir.

Yo no quiero ser mal pensado (que con esta gente lo soy), pero me viene a la memoria una lectura del diario El Confidencial que publicó varios documentos y audios filtrados, que incluían conversaciones ocurridas en 2019 entre Rubiales y el exfutbolista Gerard Piqué, y que «Luis Rubiales habría grabado conversaciones comprometedoras y reuniones presenciales con ministros y altos cargos del Ejecutivo de PSOE y Unidas Podemos».

No sé, no sé, cada día me vuelvo más malo.

José García Cortés

       22-8-23

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