LA HUELLA DE CARBONO Y LA REDUCCIÓN DE PLANTILLA

Mi amigo Pepe Corral se preguntaba si había que reducir la plantilla mundial en su artículo del 11-7-23, preocupación que comparto y apoyo:

El número de seres humanos y su distribución y circunstancias es la cuestión que más afecta a la supervivencia, el bienestar y la gobernanza de nuestra humanidad y sus grupos.  Y sin embargo es un tema tabú o tratado con eufemismos por los líderes laicos y religiosos, tanto en sus manifestaciones como en los proyectos y programas que se proponen”

Todo ello a pesar de que la información sobre la huella de carbono es cada día mayor y más fiable (cantidad total de gases de efecto invernadero emitidos directa o indirectamente por diversas actividades humanas). Es una forma de cuantificar el impacto que tiene el crecimiento sobre las especies en este mundo.

Algunos de los principales consumos humanos:

  1. Energía
  • Combustibles Fósiles: La quema de carbón, petróleo y gas natural para generar electricidad y calor es una de las mayores fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero.
  • Energías Renovables: Pese a que ahora son el mantra de los grupos “progresistas”, las fuentes de energía renovable como la solar, eólica e hidroeléctrica tienen huellas de carbono mucho más bajas, pero pueden tener impactos muy elevados con su fabricación y mantenimiento.
  • Transporte
  • Automóviles: Los vehículos que funcionan con gasolina y diésel son grandes emisores de CO2 y los eléctricos son grandes contaminantes en particular en lo referido a la fabricación de baterías y su posterior reciclaje.
  • Aviación: Los vuelos internacionales y nacionales son también fuentes significativas de emisiones.
  • Alimentación
  • Carne: La producción de carne, especialmente la carne de res, tiene una huella de carbono elevada debido a la deforestación, el uso de fertilizantes y las emisiones de metano. Fue lo único acertado de fondo del Ministro Garzón, aunque desafortunado en su exposición.
  • Cultivos: La producción de vegetales y granos suele tener una huella de carbono más baja, pero aún puede ser significativa, especialmente con prácticas agrícolas intensivas y, sobre todo, en lo referido al consumo de agua.
  • Industria
  • Manufactura: La producción de bienes, especialmente aquellos que requieren muchos recursos y energía, como el acero y el cemento, puede tener una huella de carbono considerable.

El consumo de hormigón ha aumentado drásticamente en las últimas décadas, especialmente con el rápido desarrollo de infraestructura en países emergentes y la urbanización global.

La rápida urbanización en países como China e India ha llevado a una demanda sin precedentes de edificios y carreteras, que requieren grandes cantidades de hormigón (cuyo precio es relativamente barato y accesible) así como la modernización y expansión de la infraestructura en todo el mundo, desde carreteras hasta puentes y aeropuertos.

Según varios informes, China sola consumió más hormigón en el período de unos pocos años en la primera parte del siglo XXI que los Estados Unidos durante todo el siglo XX.

Dado que el hormigón es uno de los materiales de construcción más utilizados en el mundo, su producción y uso tienen importantes implicancias ambientales, incluyendo una huella de carbono significativa debido a la producción

  • Tecnología: La producción y uso de tecnologías, incluyendo servidores y dispositivos electrónicos, también contribuyen a la huella de carbono.
  • Desperdicio
  • Desperdicio de Alimentos: La comida que se desperdicia contribuye a la huella de carbono, ya que requiere energía y recursos para producirla.
  • Gestión de Residuos: La disposición y tratamiento de residuos, especialmente si incluye la incineración, puede ser una fuente de emisiones.

A todos los políticos hemos escuchado (alguno con cierta preocupación y los más solo de boquilla) acerca de las medidas para reducir drásticamente la huella de carbono que, en todo caso, requiere un enfoque multifacético:

  • Adopción de tecnologías más limpias
  • Mejora de la eficiencia industrial
  • Realizar prácticas agrícolas sostenibles
  • Diseño de edificaciones más eficientes energéticamente
  • Conservación de bosques y reforestación
  • Cambios en los patrones de consumo.

Pero…¿dónde está la preocupación por el exceso de población?. Mas bien (al menos en España) los veo escorados a la otra banda, es decir, una enorme preocupación por nuestra escasa natalidad, y su preocupación sobre quién va a pagar las pensiones si cada vez es menor el número de trabajadores para sostener la pirámide de población.

Mi querido Pepe, efectivamente, no creo que aún haciendo los deberes en las otras vertientes, podamos dar un paso de calidad en la supervivencia de las especies en este mundo si no nos ocupamos de conseguir un “crecimiento sostenible”.

Igual esos mismos políticos tenían que estar pensando, y manos a la obra, por el incremento de la productividad y el impacto benéfico que la robótica puede aportar. Pero eso lo vemos otro día.

José García Cortés

       13-8-23

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