Confieso que siempre he sentido una enorme curiosidad por todo lo relacionado con los delitos y crímenes, aunque no en su versión morbosa, sino por lo que aflora (o encierra, según se mire) de la conducta humana. Ya que, aunque estoy más convencido de que en el mundo hay muchas más personas “buenas”, pero que también hay muchas personas malas que disfrutan causando daño, con un nivel de maldad que va desde la inmadurez psicológica hasta la psicopatía o sociopatía clínica.
No soy en absoluto un moralista, nadie es totalmente bueno (y creo que pocos totalmente malos). Todos hemos mentido, todos hemos sido egoístas en algún momento, pero, eventualmente, hay personas cuyas conductas, puestas en una balanza, terminan pesando más por nocivas que por nobles. Y, en este sentido, creo que, en la política, tanto nacional como internacional, actualmente estas “sub-especies”, abundan en demasía.
Obviamente el concepto de maldad es muy extenso, y la graduación de “delitos o crímenes” que éstos comenten, más todavía, pero hay un cierto perfil conductual que parece repetirse en este tipo de individuos, individuas e individues:
- Niegan los hechos, aunque sean evidentes.
- Son cobardes. Lanzan la piedra y esconden la mano (y, además, siempre tienen piedras preparadas).
- No tienen sentimientos de culpa.
- Suelen ser victimistas.
- Son controladores.
- Sienten odio sin lógica.
- Tienen muchas caras.
- Son egocéntricas y suelen engañar a todos.
¿Te suena?
La palabra delito deriva del verbo latino “delinquere”, que significa abandonar, apartarse del buen camino, alejarse del sendero señalado por la ley. El delito, en sentido estricto, es definido como una conducta, acción u omisión típica, antijurídica (contraria a Derecho), culpable y punible.
Por otro lado, la palabra crimen viene del latín crimen «acusación», «reproche», «falta», «ofensa». En español, las palabras «delito» y «crimen» son utilizadas muchas veces con significado sinónimo, aunque generalmente, un crimen es siempre un delito grave, a diferencia del portugués, lengua en la cual se usa crime para designar cualquier delito, incluso los de menor entidad.
Ya en el derecho romano, la división fundamental y mantenida siempre entre delitos públicos y delitos privados, aquellos castigados en interés de la sociedad, y estos castigados para la satisfacción del ofendido.
En el campo del derecho predomina el uso de «delito», mientras que en el campo de la sociología y las disciplinas técnicas de investigación, se emplea «crimen». En inglés se utiliza la palabra «crime» (crimen). En la legislación de algunos países de habla hispana, como Argentina y Chile, se usa también la expresión «delito civil» para referirse al acto civil intencional no contractual que causa un daño a otra persona, y la expresión «cuasi delito civil», cuando el acto dañino es negligente.
Cuando hablamos de un delito o un crimen, hacemos alusión a una conducta social que violenta los códigos de convivencia y legalidad establecidos en la Ley, y que por lo tanto se considera un hecho culpable, imputable, típico y antijurídico, es decir, una acción u omisión contraria a las leyes por las que elegimos …
Y si por último consultamos crimen en la R.A.E., nos encontramos:
1. m. Delito grave.
2. m. Acción indebida o reprensible.
3. m. Acción voluntaria de matar o herir gravemente a alguien.
Y si buscamos culpa:
1. m. Culpa, quebrantamiento de la ley.
2. m. Acción o cosa reprobable.
3. m. Der. Acción u omisión voluntaria o imprudente penada por la ley.
Obviamente, hay muchos tipos de delitos, contra las personas, contra el honor, contra la libertad, el patrimonio, salud pública, contra la administración pública, seguridad pública, libertad sexual, contra la constitución, informáticos, falsedades, contra la Administración de Justicia, y todavía un largo etcétera.
Por tanto, un delincuente es aquella persona que transgrede las normas legales, sociales y culturales, y que por tanto debería ser castigada por haber incurrido en un hecho ilícito. agrediendo a otra persona o a si misma, debiendo ser objeto de estudio, tratamiento y rehabilitación.
Y esto está bien, porque es el único medio de que funcionen las normas de convivencia que nos damos los seres humanos, al menos en regímenes democráticos (más o menos). Pero claro, esto debería aplicar tanto al “robaperas” como al asesino o al político que gobierna las vidas y haciendas de sus gobernados.
De hecho, y referido a este último colectivo, el Papa Francisco, ya advertía en su anterior encíclica que “Muchas veces la misma política es responsable de su propio descrédito, por la corrupción y por la falta de buenas políticas públicas.”
Y por todo esto, no puedo menos que estar de acuerdo cuando leo a mi amigo y admirado Manolo Lozano, cuando saca su vara para dar un buen repaso a todos estos gaznápiros que nos gobiernan.
- Porque delincuentes y criminales son los del PNV y BILDU, con sus manos manchadas de sangre, en ocasiones por acción y en otras por omisión.
- Porque delincuentes y criminales son los partidos catalanistas, juzgados y sentenciados por delitos contra la constitución, además de otros contra la libertad de expresión, el aprendizaje en los colegios, extorsiones, y coacciones a los que piensan en clave nacional.
- Porque delincuentes y criminales son los que, torticeramente, y en su propio beneficio, han resucitado las miserias de nuestra terrible guerra civil para volver a fomentar el odio entre los españoles.
- Porque delincuentes y criminales son los que tratan de presionar a los Jueces y utilizan la Fiscalía pública para el beneficio del Gobierno y tapar miserias propias y destapar las ajenas.
- Porque delincuentes y criminales son los que han rechazado los ofrecimientos de pactos de estado para surfear lo mejor posible las diferentes crisis producidas por las pandemias y ahora la guerra de Ucrania, provocando mayor mortalidad y miseria de la absolutamente imprescindible.
- Porque delincuentes y criminales son los que tratan de engañar a propios y extraños, incorporando en el BOE, de tapadillo, normas y nombramientos que nada tienen que ver con las materias tratadas.
- Porque delincuentes y criminales son los que sobornan (y se dejan sobornar) a los sindicatos traicionando así la confianza y el respeto de los trabajadores.
- Porque delincuentes y criminales son los que, sectariamente, cercenan la libertad de expresión ocupando los medios de comunicación y represaliando a las voces no afines.
Y así podríamos seguir describiendo durante mucho tiempo, pero sin que ello me ayude a explicar a un “robaperas” que tiene que entrar en prisión mientras permitimos en este País, señores y señoras progresistas, que con sus decisiones, o la ausencia de ellas, generan desempleo, hambruna y más muertes de las estrictamente necesarias.
Pero sobre todo lo que más me va a costar es explicarle a ese pobre “robaperas”, que, en una época de pandemia (que algunas veces se nos olvida), de falta de empleo, con fuertes inflaciones y una guerra inducida en Europa, el Alcalde de Soria, D. Carlos Martínez Mínguez, del Partido Socialista, a la postre, en el número 50 del PIB por provincias en España (solo superado en pobreza por Ceuta y Melilla), ha decidido organizar el taller «Píntate el toto» para visibilizar «la vulva y el placer femenino«.
Sinceramente, creo que tenemos muchos más delincuentes y criminales en los diferentes niveles de gobernanza que en las cárceles.
Pero ya puestos, como quiera que soy pintor, como quiera que no necesito “toto” porque según nuestra excelsa ministra Montero, lo importante es lo que tu sientas, solo me queda mirar si la inscripción en los talleres está restringido solo a los sorianos.
Dios mío, definir a todos estos como una panda de Gilipollas, se me queda muy, muy corto.
José García Cortés
10-4-22
Has vuelto fuerte, jeje. Me gusta.
Un abrazo
iPhone de Luis Miguel PFSGroup
> El 10 abr 2022, a las 8:05, Políticamente Incorrecto escribió: > > >
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Que buena reflexión Pepe. No olvidemos que las leyes las hacen ellos mismos, ya se ocupan ellos de descalificar y desprestigiar acciones de terceros y justificar las propias.
Por otro lado siempre he creído que la naturaleza humana lleva consigo el error, la falta, acompañadas del perdón y del arrepentimiento.
Cuantos robaperas condenamos de por vida por aquello que han pagado sobradamente…
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