En todos los gobiernos que hemos tenido en democracia (de un color y de otro), siempre ha habido un Ministro al que, la sorna popular lo han calificado de “tonto”. Si hiciéramos una encuesta, ¿quién saldría ahora como el “Ministro tonto”,? pues eso.
Este buen señor, dirige un Ministerio al que le corresponde “la propuesta y ejecución de la política del Gobierno en materia de consumo y protección de los consumidores y de juego”, tiene, además de su gabinete, una Secretaría General de Consumo y Juego y una Subsecretaría de Consumo, quienes, a su vez, y además de sus correspondientes gabinetes técnicos, tienen otras Direcciones Generales y varias Subdirecciones Generales.
Con un presupuesto de 60 millones de euros para 2.022, el departamento que dirige Alberto Garzón ha promovido un parón simbólico «para que los juguetes reclamen su derecho a jugar con el 100% de los niños y niñas, no solo con el 50%».
Es muy probable que sea una persona bienintencionada que trata de concienciarnos sobre el riesgo de reproducir roles y estereotipos sexistas en la publicidad de los juguetes, y de que quiere que comamos mejor y más sano al tiempo que contribuimos a reducir la contaminación medioambiental, pero lo cierto es que cada vez que abre la boca, provoca impactos negativos en los respectivos sectores sobre los que incide. Finalmente, el Ministerio de Consumo acabará con el consumo.
La verdad es que no se si hace falta gastar ese dinero, porque yo cuando veo jugar a mi nieto (que es el ejemplo más cercano que tengo en ese tramo educacional), me parece que lo hace con absoluta naturalidad tanto con los chicos como con las chicas, y en especial con Carolina que dice que es su mejor amiga.
Por cierto, su amiga Carolina le suelta a mi nieto, de vez en cuando, unos sopapos de cuidado cuando se pelean por alguna cosa. No sé, sr. ministro, si eso (o lo contrario, pues algunas veces es él el que le sacude a ella) puede ser considerado violencia de género o no, o simplemente juegos de niños. ¡Ah!, pero eso será competencia del Ministerio de Igualdad, y de sus 550 millones de euros de presupuesto, ¿no?.
Le decía que no solo observo, sino que estoy dispuesto a poner mi granito de arena y, aunque el no lo pida, nos vamos a esforzar en regalarle juguetes sin género. Pero no crea que es fácil, verá: Si pienso en regalarle, por ejemplo, un “Baby Mocosete”, no se si tiene que ser una muñeca o bien tiene que tener colita, o, quizás tenga que comprar una parejita, no sé.
El otro día, su amiga Carolina jugaba con un avión, pero hasta ahora no me fijado si lo lleva una pilota, que no es una pelota (en catalán) o un piloto, porque quizás debiera comprar a mi nieto un avión con una piloto y a ella otro avión con un piloto. ¡Qué lio!
Pero eso lo pensaré un poco más cuando termine con la colección de dinosaurios que le acabamos de comprar, porque llevo media mañana dando vueltas y más vueltas al Tiranosaurio Rex, al Spinosaurus, al Triceratops, al Velocisaurus, y otras criaturas como esas y la verdad es que las noticias son esperanzadoras. Estoy llegando a la conclusión de que sí son juguetes adecuados para niños, niñas y niñes, porque claramente no tienen nada. Yo los he mirado, por arriba, por debajo, por los lados, y la verdad es que, a pesar del realismo con el que están hechos, no veo cómo se reproducían esos animales.
A ver si resulta que el Sr. Ministro nos puede decir si ésa fue la causa de su desaparición. Yo creo que algo sabe el muy bribón, porque un poco de dinosaurio comunista sí que tiene.
Todo esto sería muy gracioso si no tuviéramos que endeudarnos cada vez más para pagar tanta pamplinada. Hay señor, si es que hay más tontos que botellines.
José García Cortés
11-12-21
Jajajajajaja.
Dale a un tonto un lápiz y…
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No te cansas…. Eres un trabajador nato. Cazas de todo y a todas horas. Mi felicitación.
__________________________________ José Corral Lope *www.supervivenciayaltruismo.org/es/ * *www.supervivenciayaltruismo.org/en/ *
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