LA NORMALIDAD

¿Cuándo podremos volver a la Normalidad?, Estoy deseando volver a la normalidad.  Estas son expresiones que oigo con frecuencia últimamente.

Confieso que ya no se muy bien qué es la normalidad, porque, lo que es normal para mi padre (con 94 años) no es lo normal para mí. Y ni tan siquiera es normal para mí ahora lo que era normal hace veinte años, o incluso hace dos años.

Además, todos los avances técnicos que están acelerando nuestras vidas en una progresión geométrica provocan que lo que antes sucedía en un intervalo de 15/20 años, ahora sucede en año, o incluso meses. El término “normalidad” se me antoja cada día más efímero.

Ahora es “habitual u ordinario” (es una de las aceptaciones de normalidad según la RAE) mantener un FaceTime con mi padre cada día en su residencia, es habitual realizar telefónicamente gestiones con mi banco, con mi compañía de seguros con el médico e, incluso, con la administración. Sin embargo, desde hace más de un año, no es tan habitual poder cenar con facilidad en un restaurante de nuestra elección.

Ese deseo de vuelta a la normalidad puede tener un cierto sesgo conservador, porque todos necesitamos algo a lo que aferrarnos y no hay nada que nos haga sentir más seguros y cómodos que aquello que conocemos y en lo que encontramos una cierta confortabilidad y por ello aspiramos más a volver al modo de vida que conocemos que a mirar la situación actual con ojos nuevos.

En general no podemos evitar que lo “normal” marque un territorio sagrado de alguna manera, un espacio que ya habíamos conquistado en el que rige ese criterio universal que obliga a actuar de la misma forma a todo el mundo.

Es cierto que añoramos volver a abrazar a la familia (pese a los beneficios que conlleva el confinamiento de no tener que ver a ciertos cuñados) y es cierto que deseamos volver a juntarnos con nuestros amigos, pero no reflexionamos sobre nuestra “anterior normalidad completa”. Ese nivel de vida estresado, consumista, contaminante y en caída libre en valores humanos.

¿Estamos seguros que queremos volver del todo a nuestra normalidad?, ¿no tenemos que modificar nada?, ¿estábamos en el mejor de los mundos posibles?. Podemos utilizar la pandemia solo para quejarnos de la desgracia que nos vino encima o bien aprovecharla como catalizador, porque, con sus cosas malas, también nos ha traído cosas buenas. En todo caso, y aunque no nos haya gustado, el virus ha sido un gran acelerador de cambios y debería serlo para dar un salto en nuestro progreso teniendo en cuenta que uno de los prodigios del ser humano es su capacidad para provocar y aprovechar cambios.

La normalidad ya tenía sus propios problemas antes de que nos golpeara el coronavirus (con sus terribles consecuencias, en vidas y en economía) y hemos podido comprobar en esta pandemia que, además de aprender a hacer bizcochos, se han explorado nuevas ideas, se han puesto en marcha innumerables iniciativas y mucha gente nos hemos dado cuenta de lo que de verdad importa en la vida. La vida.

Para muchas personas la pandemia ha provocado mudanzas, cambios de trabajo y nuevos estilos de vida y eso no tiene por qué ser malo en todos los casos. No deja de ser un anticipo del dinamismo de los tiempos que nos obliga, cada vez más, a vivir y gestionar la incertidumbre y a aceptar una avalancha de decisiones que cambiarán permanentemente nuestras vidas.

Me propongo a mi mismo, e invito a los demás, a volver a la normalidad aprovechando una de las mejores cosas que ha aflorado en esta época de pandemia, un comportamiento de mayor solidaridad, de compromiso, de ayuda mutua, de colaboración, de respeto, de agradecimiento, de amabilidad y de pensar en el presente de los abuelos y en el futuro de nuestros hijos y nietos. Pongamos en el centro de nuestro universo lo realmente importante: las personas y nuestro entorno.

2020 ha sido un año maldito, pero nos ha brindado la oportunidad de frenar un poco y reflexionar.

Es algo que se necesita.

José García Cortés

       27-3-21

3 comentarios sobre “LA NORMALIDAD

  1. Efectivamente Pepe tu siempre tan certero, lo verdaderamente importante son las personas que tengan un mejor futuro los jóvenes hacer el caso que necesitan nuestros mayores, si la pandemia ha valido para eso hace pensar que vivíamos rápido y materialista.
    Vamos a buscar entre todos y con todos una nueva normalidad.

    Me gusta

Deja un comentario